quinta-feira, 28 de julho de 2011

CANTOS DE MILAREPA II



38 HISTORIA DEL CUERNO DE YAK

Reverencia a todos los gurús

Habiendo ayudado a Sahle Aui, la yoguini prominente, en el desarrollo de su devoción, Milarepa fuese a Balkhu para recibir al hijo de su corazón, Rechungpa, quien regresaba de la India. De camino se detuvo en Betze Duyundzon (Tierra del Placer) por algún tiempo. A medida que Rechungpa se acercaba desde Gung Tang, el Jetsun vio en una visión que sufría de or¬gullo. Con este conocimiento en su mente, llegó el Jetsun para darle la bienvenida
.Cuando, en medio de la llanura de Balkhu, se encontraron padre e hijo, Rechungpa pensó: "Con ésta son dos las veces que voy a la India a estudiar. Por lo tanto, he seguido las instrucciones de mi gurú para servir al dharma y a las criaturas de sentimiento. La compasión y gracia de mi gurú son en verdad grandes, pero soy mucho más hábil en lógica budista que él. Ahora ha venido a darme la bienvenida; espero que me devolverá la reverencia cuando yo me incline ante él". Con esto en mente, Rechungpa se postró ante Milarepa y le ofreció el bastón de ahkaru que Dipupa le en¬viaba, pero Milarepa no dio la menor señal de que pensaba de-volver la cortesía. Rechungpa se sintió desairado. Sin embargo, dijo: "Querido gurú, ¿dónde estuviste mientras fui a la India? ¿Cómo está tu salud, cómo están mis hermanos Repa; adonde iremos aho¬ra?". El Jetsun pensó: "¿Cómo es esto, que Rechungpa se haya vuelto tan orgulloso? Debe estar poseído por demonios, o tal vez es la influencia de los paganos. No importa cuál sea la causa, ¡debo rescatarlo de ese obstáculo del orgullo!". Así pues, sonrió y contestó las preguntas de Rechungpa con el siguiente canto:

Soy un yogui que vive en el pico de una montaña nevada.
Con un cuerpo sano glorifico la mandala del Todo.
Limpio de la vanidad de los cinco venenos
no soy desgraciado o infeliz;
¡nada que no sea gozo siento yo!
Renunciando a todo alboroto y gusto por la diversión
resido solo en holganza perfecta.
Abjurando del bullicio de este mundo
permanezco gozoso en la tierra de la soledad.
Como he renunciado a la vida familiar
ya no tengo que seguir ganando y ahorrando;
como no deseo libros no intento ser un letrado.
Practico actos virtuosos y
no siento vergüenza en mi corazón;
como no tengo orgullo ni vanidad
renuncio gozoso a los debates que salpican salivazos.
No tengo hipocresía ni presunción;
vivo feliz y con naturalidad
sin prevenciones ni arreglos;
como no deseo fama ni gloria,
desaparecen los rumores y las acusaciones.
Doquiera voy, soy feliz.

Estoy contento con lo que llevo,
y satisfecho con lo que como;
siempre estoy feliz.
Mediante la gracia de Marpa
he realizado samsara y nirvana;
el yoga del gozo llena mi ermita.

Tus hermanos Repa están bien,
hacen progresos en sus meditaciones, en las colinas remotas;
oh, hijo mío, Rechungpa Dorje Draugpa,
has regresado de la India.
¿Te sientes cansado y fastidiado del viaje?
¿Tu mente se ha agudizado y refrescado?
/Tu voz fue buena para el canto?
¿Practicaste y seguiste las instrucciones de tu gurú?
¿Obtuviste las enseñanzas que deseabas?
¿Obtuviste las diversas instrucciones?
¿Ganaste mucho conocimiento y erudición?
¿Has reparado en tu orgullo y egoísmo?
¿Has sido altruista en tus pensamientos y acciones?
Éste es mi canto de bienvenida a tu regreso.

En respuesta. Rechungpa cantó:

Fui a la India obedeciendo a mi gurú;
mi viaje fue azaroso y lleno de temores,
padecí gran pena y fatiga,
pero el viaje en general fue muy útil.
Vi a Dipupa, el gran maestro tántrico;
encontré a Magi, la gran yoguini,
también vi al maravilloso Buda protector,
y atestigüé el cumplimiento
de la profecía de las dakinis.
He cumplido, indudablemente,
el deseo vehemente de la instrucción medular.
También obtuve la instrucción de la sabiduría iluminadora cómo lámpara.
La red giratoria de prana y nadis,
el espejo universal de la igualdad,
la linterna del mandato del gran gozo,
las palabras verdaderas del espejo de la propia mente,
la forma suprema de la realización solar
y la autoliberación del mahamudra.

He bebido néctar-esencia de la inmortalidad,
he recibido instrucción sobre el bardo,
la instrucción medular de la práctica de dhyana,
en las cinco gemas del árbol simbólico
fui enseñado sobre cómo practicar los seis yogas
y sobre cómo ganar lo que desee en el mundo.
Las madres y dakinis reunieron para mí
todas estas instrucciones maravillosas.
Las deidades y gurús, todos, estuvieron muy complacidos.
Y mi mente se unió a ellos.
Como lluvia de flores cayeron sobre mí las realizaciones,
alimento celestial nutrió mi boca,
la instrucción medular fue puesta en mi mano,
como despedida las deidades me desearon buena suerte.
Mis deseos se cumplieron y alcancé el éxito.
Como sol naciente está mi corazón lleno de gozo.
¡Ahora estoy de regreso, mi gurú Jetsun!
¡Ahora te doy las enseñanzas de las dakinis!
Te ruego las observes, te pido las sirvas,
son los dharmas sagrados
que me han traído estos logros.

Y así diciendo, Rechungpa entregó los libros (adquiridos en la India) al Jetsun. Para limpiar a Rechungpa de orgullo y arrogan¬cia, Milarepa cantó:

No seas orgulloso ni pomposo,
mi pequeño hijo Rechungpa,
a quien he nutrido por diez años.
En voz afinada canto para ti un canto
como un rosario de oro con profundo sentido.
Guárdalo en tu mente, si estás de acuerdo con él.

Diosas queridas son las dakinis del dharma sin forma,
pero quien tiende a volverse muy grande
está expuesto a ser asesinado por villanos.
El cúmulo de bienes de los hombres ricos
es provisión de entretenimiento para sus enemigos;
ser complaciente con la lujuria y los placeres
es la causa de la pobreza y de la muerte.

Quien no conoce su límite y actúa más, arriba de su alcance
es estúpido como un loco cualquiera.
Si un oficial trata mal a sus sirvientes daña a su país.
Si un sirviente no respeta a su amo, perderá su mente
trayéndose contra sí mismo la desventura.
Si un sostenedor de la doctrina no puede comportarse
destruirá el dharma.
Quien no mantiene en secreto las enseñanzas de las dakinis
las desvirtúa y ofende.
Oh hijo mío, tu orgullo acerca de lo aprendido
te conducirá por caminos errados.

Predicar mucho con palabras vacías
arruina tu buena experiencia y meditación;
estar inflado de orgullo y arrogancia
prueba que has descuidado los preceptos de tu gurú.
Nada propicia tanto el volver atrás
como la desobediencia al gurú.
¡Ninguno estará tan confuso y distraído
como aquel que deja de meditar en soledad

¡Nada es más infructuoso
que un budista que no renuncia a su parentela!
¡Nada es más vergonzoso
que un budista erudito que descuida su meditación!
¡Nada es más desgraciado
que un monje que viola las reglas!

Hijo mío, Rechungpa, si estás de acuerdo con lo dicho
debes llevarlo a tu corazón;
si estás en. desacuerdo haz lo que te plazca.
Soy un viejo que enfrenta la muerte
y que no tiene tiempo para habladurías y chismes.
Eres un joven pagado de ti mismo,
A quien quiera que te amoneste, lo condenarás.
¡Oh mi agraciado gurú Marpa el Traductor,
ayúdame, por favor, a mí, pobre mendigo,
que he abjurado por siempre de los deseos mundanos!

Recogiendo los libros y el cetro de ahkaru, Milarepa corrió hacia adelante a gran velocidad por medio de su poder milagroso. Re¬chungpa no podía alcanzarlo. Corrió jadeando y resollando tras su gurú mientras cantaba así:

¡Oh mi padre Jetsun! Por favor escúchame;
¿Cómo puede nunca ofender un hijo a su padre?
Sólo te pedía recibir las enseñanzas que yo he obtenido;
he recibido sin ninguna duda ni posible error
todas las instrucciones del dharma de las dakinis sin forma.

Desde lo profundo de las más profundas doctrinas
he recibido la convicción.
¡Te ruego entiendas esto, querido gurú!

Además, obtuve el yoga de la longevidad,
las palabras secretas simbólicas de las dakinis,
los principios del cuerpo vajra
y las instrucciones de la Madre Buda;
ahora te las ofrezco todas a ti, oh mi gurú Jetsun.

También alcancé la profunda protección del tigre,
la cura de toda enfermedad
y la enseñanza para dispersar demonios;
todas estas valiosas instrucciones te las ofrezco.

Sobre mis hombros traigo
la medicina de los seis méritos
y el elíxir de dioses y diosas;
ahora te los ofrezco, oh mi gurú agraciado;
este cetro maravilloso hecho del supremo árbol ahkaru
fue usado por las dakinis para apoyarse en él,
es cosa inapreciable y maravillosa,
simboliza las enseñanzas tántricas de Dipupa;
te lo ofrezco ahora, oh mi gurú Jetsun.

Te ruego aprecies estas enseñanzas excelentes
y tengas piedad -de mí; el apesadumbrado Rechungpa.
¡Por favor, ten conmiseración y dame ocasión
de parar de correr y jadear!
Si quieres hacerlo, por favor hazlo,
sería la mejor caridad.

Si uno puede satisfacer la sed y el hambre
de otros, es de gran mérito,
consolar a la gente que sufre es la mejor dádiva,
servir a los otros con amabilidad y mostrarles
el sendero correcto
es obligación de los seguidores del dharma,
tal como lo enseña el Buda, Nuestro Señor.

El Jetsun escuchaba el canto de Rechungpa mientras éste corría tras él. Cuando finalizó el canto, el Jetsun se detuvo. Sentóse luego sobre el suelo y respondió a Rechungpa cantando:

Es muy bueno que padre e hijo estén en armonía;
mantener la armonía con la gente es un gran mérito;
pero el mayor de todos los méritos
es mantener la armonía con nuestro padre.

Si uno está en discordia con todos los demás
se sabrá que esta persona es ominosa y detestable,
pero aún más ominosa es la discordia entre padre e hijo.

Bueno es mantener, mediante actos correctos,
la armonía con nuestro propio padre,
bueno es alabar los cariños de nuestra madre
así como su generosidad;
bueno es actuar en concordia con todos.

Nuestro deseo puede satisfacerse
si se está en buenos términos con los hermanos;
agradar a nuestro gurú
es obtener sus bendiciones,

Ser humilde es triunfar;
un buen budista es aquel que aniquila
todas las malas disposiciones.

Bondad es tolerancia de la calumnia,
ser modesto es ganar fama y popularidad,
mantener una disciplina pura
es echar a un lado toda pretensión y disimulo,
vivir con un sabio es progresar,
ser indiferente es acabar todo chismorreo,
ser bueno y compasivo es avanzar
con nuestra mente bodhi;
éstas son las cosas que debe hacer un sabio,
pero un tonto no distingue entre amigo o loco.

En lo concerniente a la práctica actual del sendero,
los dharmas de dakinis con forma no significan mucho;
mi relación contigo es más profunda y más importante
que el cetro tántrico de Dipupa,
no hay mejor discípulo
de la realizada madre Magi que yo;
si las dakinis guardaran el secreto
de sus enseñanzas con respecto a mí,
¿a quién se lo impartirían?

En la mandala de oro
he disfrutado de muchas fiestas sacramentales;
con el Buda protector Dorje Paumo
he tenido una amistad más larga que tú;
no hay tierra de dakinis o de Bha Wo (Vira)
que me sea poco familiar;
Más que tú estoy enterado de las cosas que haces.
¡Oh Rechungpa, no seas orgulloso, no te alejes!
Vayamos a las montañas y meditemos en soledad.

Entonces el Jetsun y Rechungpa se fueron juntos. Éste es el pri¬mer capítulo sobre el encuentro de Rechungpa con el Jetsun en Yang Ru.
Mientras el Jetsun y Rechungpa caminaban a lo largo del ca¬mino, Rechungpa pensó de nuevo: "Si éste fuera otro gurú, yo habría tenido una buena recepción y habría sido tratado con más hospitalidad a mi regreso de la India. Pero mi gurú vive en tan pobres condiciones, que naturalmente sería imposible expresar al¬guna comodidad o placer por parte de él. ¡He estado en la India y he aprendido tanto de las enseñanzas tántricas! Un hombre como yo no debe practicar su devoción como un asceta sino con placer y disfrute". Con estas ideas arrogantes y malsanas en su mente sur¬gieron pensamientos poderosos, llenos de infidelidad hacia el Jetsun.
Milarepa, de inmediato, leyó la mente de Rechungpa. Y señaló un cuerno de yak que estaba tirado junto al camino diciendo: "Recoge ese cuerno de yak y llévalo". Rechungpa pensó: "Algu¬nas veces mi gurú, tal como dice, no desea nada, pero otras su odio es más fuerte que el de un perro viejo y su codicia es mayor que la de un pordiosero viejo, como dice el proverbio. ¿Después de todo, ¿cuál puede ser la utilidad de este cuerno de yak inservi¬ble?" Luego dijo al Jetsun: "¿Qué uso podemos darle a este cuerno que para nada sirve? ¡Déjalo allí! El Jetsun replicó: "Tomar una cosita como ésta no aumentará nuestra codicia y algunas veces estas cosas despreciadas son muy útiles". Así diciendo, recogió el cuerno y él mismo lo cargó.
Cuando llegaron a Ha parte central de la llanura de Bahuo Baltang, donde no hay sitio alguno donde guarecerse ni siquiera para un ratoncito, el cielo claro se oscureció repentinamente por nubes que se reunían en tropel. Luego cayó un gran vendaval acompa¬ñado de una granizada violenta. En medio de esta embestida, Rechungpa se cubría la cabeza con tal desesperación y confusión que olvidó por completo hasta mirar a su gurú. Después de un rato, cuando ya la granizada disminuía, Rechungpa comenzó a buscar a Milarepa, pero no podía encontrarlo. Se sentó pues en el suelo y esperó un rato. Luego le pareció escuchar la voz de Milarepa que salía del cuerno, que estaba a un lado del camino. Caminó hacia él y vio que era el mismo cuerno de yak que poco antes había reco¬gido el Jetsun; trató de levantarlo pero estaba tan pesado que ni siquiera pudo moverlo ni una pulgada. Se tiró al suelo y miró den¬tro; allí vio a Milarepa sentado confortablemente dentro de un amplio cuarto; su cuerpo no era más chico, ni el cuerno era más grande que antes, era como el reflejo de una imagen grande vista en un espejo. Oyó cantar así al Jetsun:

La gracia de mi gurú ha entrado en mi cuerpo;
si el propio cuerpo permanece como es comúnmente,
no se es un gran yogui;
Rechungpa, debes rendir homenaje
a mi cuerpo milagroso.

La gracia de mi gurú ha entrado en mi boca;
si uno señala cosas sin sentido no es un gran yogui;
toda la instrucción medular está en mi canto,
debes llevarlo en tu corazón, Rechungpa.

La gracia de mi gurú ha entrado en mi mente;
si algún pensamiento contra la fe surge en nuestra mente,
no se es un gran yogui;
Rechungpa, debes rendir homenaje a mi
poder telepático.

Oh hijo mío, Rechungpa, tu mente es como un pájaro raudo,
ya vuela alto o baja al ras;
debes observar estos cambios inestables,
deja de pensar tanto
y hazte devoto de las prácticas Repa.

Si piensas que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte ya a este cuerno;
ven enseguida,
¡aquí hay una casa espaciosa y confortable!

Rechungpa, tu iluminación es como el sol y la luna,
algunas veces brillan radiantes y otras
están oscurecidos por las nubes.

Debes observar la inestabilidad del cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a la práctica Repa.

Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida,
aquí hay casa espaciosa y confortable.

¡Hijo Rechungpa! Tu comportamiento
es como el del viento en las montañas;
tan pronto sopla rápido y violento
como es gentil y calmado.
Debes observar la inestabilidad del cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a la práctica Repa.

Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida, aquí hay casa espaciosa y confortable.

¡Hijo Rechungpa! Tus realizaciones son
como la semilla en el campo,
a veces crece mal y otras bien,
debes observar lo inestable de este cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a las prácticas Repa!

Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida,
aquí hay casa confortable y espaciosa.

Si nuestra mente domina el espacio
podrá entrar de inmediato en este cuerno y disfrutarlo;
¡ven enseguida, hija mío, te llama tu padre!

No sería amable que un hijo rehusara
entrar a la casa de su padre.
Soy un hombre enfermo y acabado
que nunca en su vida ha estado en la India;
su cuerpo insignificante está temeroso
del camino que, lleno de peligros, lleva al otro lado;
por eso permanece dentro de este cuerno.

Hijo Rechungpa, eres joven y has estado en la India.
También has estudiado con muchos gurús
realizados y eruditos,
debes pues pasar a este cuerno
con tu cuerpo espléndido y prominente.
Este cuerno carroñoso de yak es de poca utilidad,
con seguridad no podrá inflar nuestro egoísmo
ni nuestros deseos;
¡Entra pues, Rechungpa,
entra y únete a tu padre aquí dentro!

Rechungpa pensó: "Parece que hay bastante espacio allí den¬tro; ¿podré entrar yo?" Y así pensando trató de entrar al cuerno pero no pudo ni siquiera pasar su mano mi su cabeza, menos aún ru cuerpo. Luego pensó: "Puede que el poder milagroso del Jetsun sea o no genuino, pero lo más probable es que él mismo haya pro¬ducido el granizo". Poniendo su boca cerca del cuerno, Rechungpa cantó con voz queda:

Oh padre mío Jetsun, escúchame,
aunque la visión, la práctica, la acción y la realización
de tu siervo e hijo Rechungpa Dor Draug
sea alta o baja, brillante u opaca, grande o pequeña,
él continuará implorándote;
aunque sus ropas de algodón estén mojadas o secas,
él continuará implorándote;
él podrá alcanzar o no a su padre,
pero continuará implorándote.

Milarepa salió del cuerno. Hizo un gesto al cielo y enseguida cesó el vendaval, se dispersaron las nubes y brilló el sol. De inmediato se hizo tibio el aire y pronto los vestidos de Rechungpa estuvieron secos.
Después de reposar un rato dijo el Jetsun: "Rechungpa, desde un principio supe que era innecesario tu viaje a la India. Satisfecho con la enseñanza del Mahamudra y los seis yogas, yo no fui allá. Estoy muy contento de que hayas regresado con las enseñanzas que querías".
"Querido Lama —dijo Rechungpa—, estoy hambriento y frío, vayamos a esas tiendas y pidamos algo de comer".
Milarepa replicó: "No es éste el tiempo de pedir limosnas". "No sé si sea o no tiempo de pedir limosnas, pero estoy a punto de morirme de hambre; sea como fuere, te ruego que vayamos". "Muy bien, vamos. Pienso que sería mejor ir a la primera tienda". "Pero es que para pedir limosna, no hay que mirar sólo a los ricos y despreciar a los pobres —dijo Rechungpa—. Vayamos mejor a la pequeña tienda color café cerca de la parte inferior de la terraza".
Fueron pues hacia la tienda chica. Cuando llegaron a la entrada en busca de la dueña que les daría limosna, salió una mujer que asustaba y dijo: "Un yogui debe andar todo el tiempo tras la po¬breza. Los buenos yoguis rehúsan nuestros ofrecimientos, aun cuando se los traigamos, pero gente codiciosa como ustedes nunca se con¬tenta con lo que tiene, sino que viene tras lo que otros tienen. Todas las cosas que tenía para hacer caridad las di a unes mendigos esta mañana. No hay nada ahora. Mejor se van a pedir a otro lado". Al oír estas maliciosas palabras, el Jetsun dijo: "Ya se va a poner el sol, no hay diferencia si pedimos alimento hoy o mañana, busquemos pues un sitio donde dormir".
Esa noche el Jetsun y Rechungpa durmieron por allí cerca, y a eso de la medianoche escucharon ruido en la tienda. Luego cesó el ruido y todo volvió a ser silencio. A la mañana siguiente, cuando salió el sol, el Jetsun dijo a Rechungpa: "Ve a la tienda y echa un vistazo dentro". Así lo hizo Rechungpa, pero nada pudo hallar salvo el cadáver de la vieja que les había negado limosna. Re¬chungpa informó a Milarepa lo que vio. El Jetsun dijo: "La co¬mida y otras cosas deben hallarse escondidas bajo tierra", y vol¬vieron juntos hasta la tienda.
El hecho fue que la hora le llegó a la vieja sin cuidarse de su charla maliciosa —estaba esa región llena de epidemia—. Encon¬traron que sus joyas habían sido robadas por los nómadas. Bajo la tierra sólo quedaba una bolsa chica de mantequilla, un poco de queso y de harina de cebada y una paila de yogurt. El Jetsun dijo a Rechungpa: "Hijo, así son todas las cosas. La tarde anterior esta vieja estaba llena de tacañería y preocupación y ahora ya está muerta. Oh, en verdad que debemos dar limosna a quien lo nece¬sita". Por lo tanto, Milarepa y Rechungpa prepararon una ofrenda sacramental para la vieja muerta con las cosas que dejó.
Rechungpa empaquetó luego las sobras de comestibles, y se los llevaba ya cuando el Jetsun le dijo: "No es bueno para uno comer el alimento de quien ha muerto sin beneficiarlo. Dice el proverbio: «El anciano comerá el alimento y el joven lo llevará». Carga pues con el cadáver sobre tus hombros, que yo iré adelante señalando el camino".
Con excusas de que podría contaminarse con lo putrefacto del cadáver, Rechungpa, infeliz, cargó el cuerpo sobre sus hombros, mientras el Jetsun se adelantaba señalando el camino. Cuando lle¬garon a una ciénega, el Jetsun dijo: "Echa, ahora el cadáver abajo". Luego puso la punta de su bastón sobre el corazón del cadáver y dijo: "Rechungpa, así como esta mujer, toda criatura de sentimiento cota destinada a morir, pero son muy escasos los que piensan en este hecho; por ello pierden muchas oportunidades de practicar el dharma; ambos, tú y yo, hemos de recordar este incidente y apren¬der la lección que nos da". Enseguida entonó el "Canto de lo tran¬sitorio e ilusorio", el cual tiene seis parábolas:

¡Oh, la gracia de los gurús está más allá
de nuestra imaginación!

Cuando lo transitorio de la vida nos golpea fuerte el corazón,
los pensamientos y los actos se acoplan al dharma.

Si repetida y continuamente pensamos en la muerte
podremos fácilmente eliminar el demonio de la pereza;
nadie sabe cuándo le llega la muerte,
tal como a esta mujer llegó anoche.

Rechungpa, no seas necio y escucha a tu gurú;
atiende: toda manifestación del mundo exterior
es tan efímera como el sueño de anoche;
uno se siente terriblemente triste
cuando piensa en este sueño pasajero.
Rechungpa, ¿estás del todo conciente
acerca de este gran enredo?
Oh, mientras más pienso
en esto más aspiro al Buda y al dharma.

El cuerpo anhelante de placer
es un ingrato acreedor;
sea cual fuere el bien que le hagas
siempre plantará la semilla de la pena;
este cuerpo humano es una bolsa de poder y mugre.
Escucha mi canto.

Cuando reparo en mi cuerpo
lo veo como una ciudad de espejismo;
aunque por un rato debo sustentarlo,
está condenado a extinción.
Cuando pienso en esto
se me llena de pena el corazón.
Rechungpa, ¿no cortarás el samsara?
Mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.

Una persona viciosa nunca puede alcanzar la felicidad;
los pensamientos vagabundos son la causa del retorno,
las malas disposiciones son la causa de toda miseria;
no seas nunca avaricioso, Rechungpa,
sino escucha mi canto.

Cuando miro hacia atrás a mi mente apegada
me parece como un gorrión de vida corta en el bosque,
sin hogar ni sitio para dormir;
cuando pienso en esto se me llena de pena el corazón.
Rechungpa, ¿te dejarás a ti mismo,
consentirás en ti la mala voluntad?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.

La vida humana es tan precaria
como un mechón de pelo de la cola de un caballo,
colgando, al borde de quebrarse,
puede extinguirse a cualquier momento,
como esta vieja, anoche.
No te sujetes a esa vida, Rechungpa,
sino escucha mi canto.

Cuando observo dentro mi aliento,
veo que es volátil como la niebla,
a cada momento puede desvanecerse en nada,
cuando pienso en esto mi corazón se llena de pena.
Rechungpa ¿no quieres dominar ahora
esta inseguridad?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.

Estar cerca de los parientes débiles
sólo causa odios;
el caso de esta anciana es una muy buena lección.
Rechungpa, deja de creer lo que deseas
y escucha mi canto.

Cuando observo a amigos y matrimonios
me parecen como mirones de bazar;
el encuentro con ellos es sólo temporal,
pero la separación será para siempre.
Cuando pienso en esto mi corazón se llena de pena.
Rechungpa, ¿no deseas apartar de ti
todas las asociaciones mundanas?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.

Un rico escasamente disfruta
el dinero que ha ahorrado;
ésta es la ironía del karma y del samsara;
dinero y joyas obtenidas por cicatería y afán
son como la bolsa de comida de esta anciana.
No codicies, Rechungpa,
sino escucha mi canto.

Cuando miro la fortuna del rico
me parece la miel de las abejas;
el trabajo afanoso sólo sirve para disfrute de otros,
ése es el fruto de este laborar.
Rechungpa, ¿no deseas abrir
el tesoro que está dentro de tu mente?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y a sus enseñanzas.

El cadáver de la anciana fue sumergido en el suampo y su alma fue liberada al Dharmadhatu. Luego el Jetsun y Rechungpa toma¬ron consigo los comestibles y partieron hacia Betze Duyundzon. Éste es el segundo capítulo de la historia del cuerno de yak.

Más tarde, cuando el padre Jetsun y el hijo Rechungpa residían en Betze, este último obtuvo grandes progresos en su meditación-En una experiencia de gran júbilo aparecieron numerosos pensa¬mientos en su mente. Conciente de esto, el Jetsun dijo: "Rechungpa, ¿qué has aprendido en tus experiencias últimamente?". Para rela¬tarlas Rechungpa cantó:

Viviendo con mi gurú, he tenido
una experiencia poderosa como cuchillo afilado;
con ella he cortado las decepciones internas y externas,
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

En medio de las diversas manifestaciones
sentí que yo era una lámpara radiante;
entonces todas las instrucciones se tornaron
claras como nunca.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando me sentí en el pico de la montaña nevada
fui como una leona blanca
predominando y sobrepasando a todos en el mundo.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando moraba en la ladera de la colina de la Roca Roja
me sentí como águila majestuosa;
por siempre he conquistado
la terrible expansión del mar.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando deambulaba de región en región
me sentía como cachorro de tigre o como abeja,
sin ataduras a cosa alguna, extremadamente libre.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando me mezclo con la gente en las calles
siento como si yo fuera un loto inmaculado
erguido sobre el lodo y podredumbre.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando me siento entre la turba en el pueblo
siento que soy como el mercurio que rueda
y toca todo pero a nada se adhiere.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.

Cuando tomo asiento entre discípulos fervientes
siento como si yo fuera el Jetsun Milarepa,
con cariño y felicidad doy instrucciones cantando;
ésta es la bendición de mi gurú
que me trae este gozo;
el estado búdico se realiza
descansando la propia mente a sus anchas.

El Jetsun comentó: "Si no es surgida del orgullo, esta expe¬riencia en buena y has recibido en verdad las bendiciones de tu gurú. Sin embargo, se necesita algún entendimiento más acerca de esas experiencias, que parece que tú descuidas. Escucha pues mi canto":

Desde el fondo de mi corazón, donde surge
la gran compasión,
siento que todos los seres en los tres reinos
están esclavizados en una prisión de fuego.

Cuando la instrucción del linaje
fue embebida en mi corazón,
como sal que se disolviera en el agua,
experimenté absorción.

Cuando la sabiduría brilló radiante desde dentro
sentí como si despertara de un gran sueño;
desperté de ambos samadhis (el principal y el inferido),
desperté de ambas ideas, "sí" y "no".

Cuando se asegura el gran gozo mediante la visión,
se sienten todos los dharmas espontáneamente libres,
como bruma de lluvia que se desvanece en el aire.

Cuando uno llega a la escuela del ser
la sabiduría radiante de la realidad
ilumina todo como un cielo sin nubes.

Cuando ambos pensamientos —lo impuro y lo puro—
se aclaran, como en espejo de plata
la sabiduría inmanente brilla hacia afuera.

Cuando se disuelve la conciencia alaya
en el dharmakaya,
siento que mi alma y mi cuerpo brotan
como huevo aplastado.

Cuando el cordel del apego se corta,
siento que desaparece la existencia en el bardo,
como el desenrollarse de una serpiente.

Cuando actúa sin tomar ni dejar
mi mente está tan cómoda como si no actuara,
siento como si fuera un león
con el poder de las tres perfecciones.

El vacío iluminativo, la sabiduría iluminativa
y las manifestaciones iluminativas
son mis tres amigos inseparables;
como el sol brillando en un cielo despejado
siempre estoy en la gran iluminación.

Como separar caballos de yaks,
el mundo exterior y los sentidos son
claramente distintos a los interiores.

Los cordajes de la mente y de los skandhas
están rotos para siempre;
habiendo utilizado plenamente esta forma humana
he completado todos los asuntos del yoga.
¿Has tenido, Rechungpa, estas experiencias?
Oh, hijo mío, no te envanezcas ni seas presuntuoso.

Al oír este canto, se enderezó la mente de Rechungpa. Luego dijo Milarepa: "Vayamos ahora, padre e hijo, a Di Se o Lashi, montañas remotas, para meditar". Rechungpa dijo: "Estoy muy cansado, mis fuerzas físicas están exhaustas. Creo que mejor voy a un monasterio cercano para descansar y reponer mis fuerzas, de otro modo no seré capaz de meditar ni de viajar". "Si desde lo más hondo del corazón se toma una determinación, podrá uno prac¬ticar su devoción en cualquier circunstancia y cualquier tiempo", contestó el Jetsun. Luego cantó el canto llamado "Las seis ex¬periencias".

Oh hijo, nuestro propio cuerpo basta
como un buen templo,
el paraíso celestial está en los puntos
vitales internos,
nuestra propia mente basta como gurú,
ya que todo entendimiento verdadero
proviene de ella,
el fenómeno externo basta como sutra,
porque todo allí es símbolo del sendero de liberación,
el alimento del samadhi basta para sustentarnos,
porque los padres Budas vendrán y bendecirán,
el calor de Tunmo (Dumo) basta como vestido,
es el traje tibio y bendito de las dakinis.
La mejor compañía es cortar todo apego,
vivir solo es ser amigo de los dioses,
considerar pasajeros a los enemigos
es evitar el odio,
el mejor remedio contra todo obstáculo
es meditar en el vacío,
porque todo es un juego mágico de la mente.
Éste es el modo correcto a seguir,
si vas en contrario, te perderás.

Soy un anciano próximo a la muerte
que ya no tiene tiempo de chacharear.
Tú eres joven, vigoroso y sano
y podrás no escuchar mi advertencia útil;
hablar con honestidad y rectitud
a las personas orgullosos y codiciosas
es un desperdicio completo.

Si quieres meditar, ven conmigo,
si no, haz lo que quieras.

El Jetsun ya se iba andando cuando Rechungpa, jalándolo del vestido, lo detuvo y cantó el canto llamado "Las ocho necesi¬dades".

Aunque el mejor templo es nuestro cuerpo
necesitamos lugar dónde cobijarnos para dormir,
la lluvia y el viento atacan todo sin compasión.
Por esto necesitamos un templo.

Aunque el mejor gurú es la propia mente
necesitamos un maestro para ilustrar la mente esencial,
no podemos descuidar un momento el rogarle.
Por esto siempre necesitamos un gurú-

Aunque el fenómeno externo sustituye al Sutra,
los obstáculos y las dudas surgen en cada caso;
piara aclararlos es necesario
una referencia lúcida a los Sutras.
Por eso siempre necesitamos el Sutra.

Aunque el alimento del samadhi sea suficiente,
las provisiones son necesarias;
este cuerpo subsiste de alimentos.
Debido a eso siempre necesitamos comida.

Aunque el mejor vestido es el calor del Tunmo
es necesario algo que cubra al cuerpo,
pues, ¿quién no siente vergüenza e infelicidad?
Debido a esto necesitamos ropa.

Aunque lo mejor es cortar con toda amistad
es necesario conseguir soporte y ayuda;
bueno o malo, ¿quién no tiene un amigo?
Por esto necesitamos siempre a los amigos.

Aunque evitar al enemigo baste,
algunas veces lo topamos en el camino,
pues ¿quién es inmune a la hostilidad?
Debido a esto siempre necesitamos protección.

Aunque el mejor remedio sea ver todo obstáculo
como un vacío,
les demonios y fantasmas son poderosos y malignos;
conquistar el demonio del ego es aún más difícil.
Debido a esto siempre necesitamos salvaguarda.

Estar con un gurú trae felicidad,
retornar contigo trae alegría,
donde vayas yo iré,
pero te ruego por todos los medios
que permanezcas un tiempo en el valle.

Milarepa respondió: "Si tú tienes confianza, seguir mi método será suficiente; de otro modo siempre habrá necesidad de algo. Bien, si de todos modos estás incapacitado de ir a la tierra de la soledad en las montañas, vayamos a Bouto a predicar el Dharma". Entonces el Jetsun y Rechungpa fueron a Bouto de la Roca Roja.

Éste es el último capítulo de la historia del cuerno de yak.



39 EL ARREPENTIMIENTO DE RECHUNGPA

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa y su hijo Rechungpa se aproxi¬maban a Drin, camino de Bouto, éste dijo: "Me gustaría quedarme esta noche en Drin y buscar a los protectores". Pero Milarepa replicó: "Hijo, vayamos primero a Bouto sin que lo sepan nuestros protectores, discípulos o monjes". Con ánimo displicente Rechungpa obedeció y siguió con Milarepa a Yipu Nimadson en Bouto de la Roca Roja. Después de llegar le dijo el Jetsun: "Re¬chungpa, ve por agua, que yo haré fuego". De regreso a la ermita, ya con el agua, Rechungpa subió a la gran meseta entre Bouto y Yipu, desde la cual se divisa todo el valle. En el centro de éste una cabra montes paría sus cabritos. Luego cada una de ellas, madre e hija, alumbraron otras cabritas, las cuales a su vez pa¬rieron más cabritos hasta que finalmente fueron 200 en total. Es¬tas cabras salvajes retozaban tan felices, con tanta inocencia, que Rechungpa estaba admirado, y pensaba: "Estas cabras montañesas son más vivas y en muchos aspectos mejores que las de Baltang". Con gran interés las estuvo mirando jugar por algún tiempo.
Mientras, Milarepa, que había encendido el fuego, abrió los libros que Rechungpa había traído de la India y lleno de compasión dijo: "Sinceramente ruego a todas las dakinis salvar y guardar el dharma sin forma de las dakinis por el cual he mandado a la India, la enseñanza que puede beneficiar la doctrina y a todos los seres de sentimiento. Sinceramente ruego a los guardias del dharma destruir todos los libros heréticos y los viciosos mantras que sin duda causan tanto daño a la doctrina y a los seres de sentimiento". Después de orar así, Milarepa meditó por corto tiempo y luego quemó los libros hasta que apenas quedó alguna hoja incompleta.
Mientras, Rechungpa miraba el jugar de las cabras y vio que una cabra capitana, naciéndole al lobo, conducía todo el hato por la colina hasta el otro lado de la montaña. Pensó: "¡Vaya! Como que me he tardado demasiado, debo irme enseguida o el Jetsun me dará una reprimenda". En seguida se fue. Llegando al puente que conducía a la cueva, vio salir humo y le olió a papel que¬mado. Pensó: "¿Se estarán quemando mis libros?". Cuando llegó a la cueva vio que apenas quedaba de ellos las vacías cubiertas de madera. Sintió como si el corazón le punzara. "¿Dónde están mis libros?", gritó al Jetsun con gran resentimiento. Milarepa contestó: "Estuviste tanto tiempo buscando el agua que te creí muerto y por eso quemé todos los libros que no- eran importantes. Según entiendo eran inútiles y sólo servían como tentación para distraer la propia mente en su devoción. A propósito, ¿por qué tardaste tanto?". Desde su orgullo, Rechungpa pensó: "Mi gurú se ha vuelto muy amargo y egoísta, me ultraja. ¿Debo regresar con Dipupa y quedarme con él o debo irme a otro lado?" Así pensando, Rechungpa perdió toda su fe en el Jetsun. Se sentó quieto como un muerto por algún tiempo. Luego dijo: "Estuve viendo jugar a las cabras mon¬teses, por eso tardé. Ahora se ha vuelto sin sentido mi viaje a la India y todo el oro que me diste para hacerlo. Me voy pues a otro país". Así diciendo, Rechungpa se tornó hostil y desdeñoso hacia d Jetsun, además de verlo con mala fe. Milarepa le dijo: "Hijo mío Rechungpa, no pierdas la fe en mí. Todo esto es culpa de tu tardanza. Si quieres entretenerte mírame, yo puedo hacerlo". Instantáneamente tomó forma esta visión maravillosa: sobre la cabeza de Milarepa apareció claramente Marpa el Traductor como Dorje-Chang sentado sobre el asiento de loto de gemas con sol y luna. Formando círculo alrededor de él estaban los gurús de la transmisión. A derecha e izquierda de los ojos de Milarepa, así como de sus orejas, brillaban soles y lunas. De sus orificios nasales partía un haz de luz de cinco colores como un tejido de seda, de sus cejas salía luz brillante. Su lengua era un asiento de loto de ocho pétalos con los círculos del sol y la luna encima, los cuales emitían letras vocales y consonantes, clara y finamente dibujadas, como si estuviesen escritas con un cabello; de su corazón salía otro haz de luz refulgente, el cual se transformaba en pájaros pequeños y numerosos. Milarepa cantaba mientras tanto:

¡Escúchame, hijo Rechungpa!
Sobre mi cabeza,
encima del asiento de león con círculos de sol y luna,
está sentado Marpa, mi gurú agraciado,
la encarnación divina del Buda Dorje-Chang.

Rodeándolo como sarta de joyas
están los gurús del linaje,
si los contemplas con ojos fervorosos
serás bendecido con una lluvia de gracia
y todos tus deseos serán satisfechos.

Tal vez es interesante ver el juego de las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?

¡Rechungpa, escucha por un momento!
En la extremidad de mis orejas
brillan un sol y una luna refulgentes como el arcoiris;
esto revela la unión de sabiduría y pericia,
lo que prueba mi firmeza de iluminación.
Puede ser entretenido mirar el juego de las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?

¡Rechungpa, escucha por un momento!
Los cinco rayos de colores que salen de mis fosas nasales
fluyen como tejido enjoyado
y son la esencia del sonido, una maravilla;
esto demuestra mi maestría en Prana
mediante la recitación del Vajra Yoga;
esto prueba que he entrado al
canal central de la fuerza vital.
Puede ser entretenido ver jugar a las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?

¡Rechungpa, escucha mi canto por un momento!
En el punto medio entre los ojos
aparece el signo propicio del radiante dsudbhu,
esto muestra la esencia de la forma pura;
esto prueba el esplendor bendito del Buda de la compasión.
Puede ser divertido ver jugar a las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?

¡Rechungpa, escúchame por un momento!
Un loto rojo de ocho pétalos se abre en mi boca
adornado con una guirnalda de consonantes y vocales;
esto es el símbolo de las enseñanzas Vajra,
esas que no tienen fin ni límite.
Contémplalas con ojos reverentes
y realizarás que todo dharma es tu palabra.
Puede ser divertido ver jugar a las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?
¡Rechungpa, escucha por un momento!
Del centro de la corriente de mi corazón
relucen rayos luminosos;
esto demuestra la inmutabilidad del Trikaya,
esto demuestra la unidad de la misericordia y el vacío.
Tal vez es divertido ver jugar a las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse con este juego maravilloso?

Sin embargo, Rechungpa no prestó atención a las advertencias del Jetsun y estuvo sentado en completo silencio y con profundo re¬sentimiento. Miraba la escena milagrosa de soslayo, sin demostrar el menor interés. Luego dijo: "No hay nada sorprendente en esto, es más divertido ver el juego de las cabras". A pesar de que el Jetsun había mostrado este gran milagro, Rechungpa no demostró el menor interés ni admiración, sino continuó pidiendo al Jetsun que le devolviera sus libros. Por un rato estuvo solamente sentado en persistente indignación y silencio. Luego se levantó, pateó con fuerza y se sentó de nuevo. Poniendo sus codos sobre las rodillas y descansando en sus manos la barbilla, comenzó a canturrear sin sentido.
Entretanto, d cuerpo del Jetsun se había tornado transparente¬mente radiante; en su centro secreto aparecía el Buda Dorje Danji, en el centro del ombligo Buda Dem Cheg, en el del corazón Buda Jeba Dorje, en el de la garganta Buda Mahamaya, entre las cejas Buda Sakiamuni y sobre su cabeza Buda Sungwong Duba, todos rodeados circularmente por las deidades y sus comitivas. Estos cuer¬pos divinos, vividos aunque vacíos de sus naturalezas propias, eran claramente visibles bajo un dosel de luz de cinco colores. Mientras Milarepa cantaba:

Mi cuerpo es el palacio infinito de las diosas,
donde moran todos los Budas del universo,
en mi centro secreto, donde se preserva el gozo,
mora el Buda Dorje Danvi y su comitiva,
glorificando mi sellado Chakra del gozo
él encarna al Buda de la sabiduría innata.

En el chakra de conjuración, en el ombligo,
mora el Buda Dem Chong y su comitiva;
éste es el chakra, junto con los 62 dioses,
donde mora en esencia el cuerpo vajra.

En el chakra Dharma o chakra del corazón
mora el Buda Jedor y nueve deidades;
ellos son la esencia de las tres sattvas.
Éste es el chakra de la mente vajra.

En el chakra de placer, en la garganta,
mora el Buda Mahamaya y su comitiva
simbolizando lo placentero de todas las formas.
Este es el chakra donde se expresa el vajra.

En el chakra de la concha blanca, entre las cejas,
mora el Buda Sakiamuni y muchas deidades,
él es el símbolo de sabiduría y méritos.
Éste es el chakra de la unidad.

En el chakra del gran gozo, en mi cabeza,
mora el Buda Sungwong Duba y muchos dioses.
Éste es el chakra del gran gozo
donde los nadis y bindus Se unen.

Hijo, si puedes identificarte a ti mismo con el Buda,
el cuerpo divino aparecerá vividamente,
tu carne y sangre se transformarán en
el cuerpo de arcoiris.

De todas las maravillas, ésta es la mejor.
Hijo, no pierdas tu fe,
y aumenta tu veneración.

Rechungpa dijo: "Tus milagros son en verdad maravillosos, pero mi mente no estará a gusto si no tengo mis libros nuevamente; así pues, devuélvemelos". El Jetsun pasó a través de las rocas y de otros obstáculos, voló sobre una roca, caminó y se sentó en el agua, echó fuego y agua de su cuerpo, voló a través del cielo y se sentó en él y transformó su cuerpo de uno a muchos y de muchos a uno. Mientras hacía esto cantaba:

Rechungpa, escúchame por un momento,
mira, nada es impedimento para mí,
esto prueba que mi mente se ha fundido en todas las formas;
el que pueda cabalgar sobre una roca, volando en el aire,
prueba que he dominado los objetos exteriores;
caminar en el agua como en la tierra
prueba que he unificado los cuatro elementos;
el fluir de fuego y agua de mi cuerpo
prueba que he dominado todos los elementos;
transformar mi cuerpo en muchos y muchos en uno
prueba que puedo beneficiar a todos los seres
mediante milagros;
sentarme, caminar y acostarme en el cielo
es prueba de que mi prana descansa en el canal central.
Puede tal vez ser divertido ver el juego de las cabras,
pero, ¿cómo compararlo a este juego maravilloso?
Hijo, si no pierdes tu fe
tus ruegos serán satisfechos.

Rechungpa dijo: "Tus milagros son como juego de niños, los has demostrado tanto que en vez de ser interesantes son tontos y fa¬tigan. Si en verdad eres compasivo, regrésame, por favor, los libros sagrados. Ahora trata de obtener para mí esta realización".
Entonces Milarepa fue a un paso estrecho utilizado por los mer¬caderes en su ruta a Drin. Allí recogió una roca alta que obstruía el sendero, la cortó en pedazos con sus manos como si rebanara un pastel, tiró al cielo los pedazos como si asperjara agua y pi¬soteó el resto como quien apachurra barro. Finalmente, con una rala mano lanzó lo que quedaba de la gran roca al río que estaba valle abajo y cantó:

¡Rechungpa, escúchame por un momento!
En este estrecho sendero de la montaña
estaba erguida una dura roca de ocho puntas;
su orilla derecha era gastada por los viajeros que subían,
su orilla izquierda por los que bajaban.
Un centenar de herreros con sus martillos no podrían hendir o rajar esta piedra gigantesca;
un fuego calentado sobre cien grados no podría fundirla,
pero mira, la he partido como si fuese un pastel,
lancé los pedazos como si rociara agua,
la pisoteé como si fuese lodo
y la disparé como flecha desde el arco.
Si miras a tu padre con fe
la lluvia que satisface todo deseo caerá sobre ti,
alcanzarás el tesoro del deseo satisfecho.
Puede, tal vez, ser interesante ver jugar a las cabras,
pero, ¿cómo puede compararse esto con este juego maravilloso?
Trata, hijo mío, de cambiar enseguida tu mente.

Rechungpa, aún sin fe hacia el Jetsun, le dijo: "Si puedes tú realizar el milagro de restaurar mis libros, tendré fe en ti, de otro modo no estaré feliz ni satisfecho". Milarepa, como si desplegara alas, sacó sus vestidos y voló derecho al cielo sobre el precipicio de la Roca Roja. Allí aleteó y revoloteó como un halcón y luego se pre¬cipitó a tierra como el relumbre de un relámpago. Mientras reali¬zaba estos milagros cantó:

¡Rechungpa, escucha por un momento!,
Aquí en el pico de la Roca Roja se alza
el castillo del Cielo. Volando sobre él
un halcón inmenso golpea sus alas
mientras los pajarillos se estremecen de miedo.
Ningún ser humano ha volado antes aquí,
ninguno volará otra vez.
Mira pues volar a este viejo,
míralo remontarse en el cielo como un águila,
míralo revolotear como un halcón,
precipitarse al suelo como el relámpago
y aletear como ave en el aire.
Si tienes fe en los milagros realizados
mediante el dominio del cuerpo,
practica ese dominio,
luego podrás dominar y unir samsara y nirvana.
Tal vez entretenga ver jugar a las cabras,
pero no puede compararse con este juego maravilloso.
Rechungpa, hijo mío, trata de que tu mente sea clara y firme.

Sin embargo, los milagros de Milarepa no impresionaron a Re¬chungpa. Apenas medio miraba de soslayo, indiferente, y aún no tenía fe en el Jetsun. Luego, una vez más Milarepa haló su ropa como pájaro que extendiera las alas y voló al cielo. Después cantó:

¡Rechungpa, escúchame por un momento!
En el Pico de la Roca Roja, en las Montañas Mon,
apareció de pronto un hato de cabras
sin razón alguna;
un juego espontáneo
de la realidad que no surge.

Una cabra le hizo al lobo
empujando la manada a la orilla;
esto simboliza el despertar
y el dominio de las propias flaquezas;
esto indica el cruzar sobre
la montaña de la dualidad.
Esto fue conjuro de Milarepa
para mostrar a Rechungpa las enseñanzas esenciales.

Demuestras indiferencia a los milagros de tu padre,
pero gran interés hacia el juego de las cabras;
esto es realmente un signo de que has perdido tu mente.

Te he demostrado estos grandes milagros
y sin embargo no tienes fe en mí;
cuando pienso en hombres como tú,
todos discípulos sin fe,
en estos tiempos de corrupción,
me siento enfermo y triste del corazón.

Rechungpa, escúchame por un momento.
El cuerno duro y la madera sólida
pueden mezclarse si uno lo intenta;
pero una mente dura es dura de "batir".
Rechungpa, trata de dominar tu mente interior.

Los tigres feroces del sur
y los yaks salvajes del norte
pueden domarse si uno lo trata de hacer;
pero el orgullo y el egoísmo son duros de domar.
Rechungpa, trata de dominar tu engreimiento.

Los ratones sobre la tierra
y los pájaros en el cielo
pueden atraparse si uno quiere;
fiero una mente perdida es difícil de atrapar.
Rechungpa, trata de ver tus propias faltas.

El Dharma de las palabras y especulación
puede aprenderse si uno quiere;
pero la propia mente del vacío es difícil de estudiar.
Rechungpa, trata de meditar en la mente increada.

Un hijo puede dejar a su padre
y a su madre querida también,
pero un mal temperamento es difícil de alejar.
Rechungpa, trata de cambiar tu carácter y tu engreimiento.

A joyas, casa y tierras se renuncia si uno quiere;
pero renunciar al regusto del placer es duro.
Rechungpa, trata de abandonar tus deseos de placer.

Buenas joyas y una hermosa enamorada
pueden dejarse si es necesario,
pero dejar una cama suave y tibia es en verdad difícil-
Rechungpa, trata de abandonar el sueño "ciego" de un cadáver.

Aquí y allá rocas y colinas
podrán encontrarse frente a frente,
pero mirar el propio rostro de la mente es difícil.

Los decretos del rey y de la reina
pueden evadirse si uno lo intenta,
pero nadie puede evadir a Yama, señor de la muerte.
Rechungpa, utiliza la muerte para tu devoción.

Hijo mío, trata de corregir tus ideas erróneas,
abandona tus malas acciones,
disciplina tu mente indómita,
domina tus pensamientos impíos,
aparta el demonio del egoísmo.
Esto desearé para ti cuando esté muriendo,
en mi vida no puedo darte otra enseñanza más profunda.
Rechungpa, hijo mío, graba mis palabras en tu mente.

Mientras cantaba, Milarepa fue subiendo más y más alto en el cielo hasta desaparecer del todo. Entonces, de pronto, Rechungpa se sintió Heno de remordimiento y una fe poco común hacia el Jetsun surgió dentro de él. Pensó: "Porque no puedo controlar mi temperamento ni tirar estos libros inútiles, he perdido a mi gurú Jetsun. He pagado un precio muy alto por estos libros inútiles. El Jetsun ha realizado tan grandes milagros para mí y sin embargo, no tengo todavía fe en él. Ahora me ha abandonado como quien deja una carga pesada y se ha ido a la Tierra Pura de las dakinis. Un des¬creído como yo nunca podrá nacer allí. ¿Qué utilidad puede tener un libro sin un gurú? Me tiraré por este precipicio y hallaré la muerte. Hago mi último voto: ¡ Que en todas mis encarnaciones futuras encuentre siempre al Jetsun y que mi mente sea por siempre una con la suya!" Habiendo formulado así su deseo, Rechungpa se lanzó al abismo con la total determinación de morir y se estrelló centra una roca, desde la cual vio la sombra del Jetsun. Gritando con todas sus fuerzas llamó a Milarepa con voz lastimera y trató de volar hacia él, pero no lo logró. Sin embargo, dirigió sus pasos hacia la sombra de Milarepa hasta que llegó a la cintura de la Roca Roja. No pudo dar un paso más allá, pero pudo ver al Jetsun y escuchar su voz. Vio a Milarepa sentado en una cavidad horadada a un lado del pico con sus dos otros cuerpos de trans¬formación a la par de él mismo, todos cantando juntes, en respuesta a Rechungpa, el canto del arrepentimiento.

Rechungpa, escúchame por un momento.
Mira cómo de un padre Jetsun han salido dos más,
a ellos debes confesar tus pecados,
a ellos debes preguntar por su bienestar,
de ellos recibirás los preceptos tántricos
y les pedirás iniciaciones e instrucciones.
A ellos rogarás la demostración profunda,
en ellos tomarás refugio y pondrás tu confianza.

Si tienes fe en mis milagros
tu orgullo quedará cercenado.
Los actos enfermizos indican la victoria de Yama;
si tienes miedo de ellos
debes abstenerte del vicio.
Los malos pensamientos impiden la devoción;
así pues, arrepiéntete de ellos.

Mientras le corrían las lágrimas, Rechungpa cantó:

Escúchame padre gurú,
encarnación de sabiduría y bendiciones;
escucha a Rechungpa, tu hijo ciego e impío,
que no tiene fe en tus milagros.
Escucha, gurú Jetsun, el central,
a ti rindo homenaje y ofrendas,
a ti pregunto por tu bienestar y a ti confieso mis pecados.
Oh padre mío, gurú, tú eres
quien me ha dado los preceptos, indicaciones e instrucciones,
tú eres quien me ha iluminado
dándome refugio ulterior.
Te ruego me salves de un desliz,
protégeme con tu misericordia,
guarda a este pobre e impío mendigo.

Rechungpa se las arregló para alcanzar el lugar donde Milarepa estaba sentado y luego lo abrazó con una emoción tan grande y avasalladora que cayó. Cuando llegó nuevamente, Milarepa lo llevó de regreso a su ermita.
El Jetsun le dijo entonces: "Si quieres alcanzar el estado bú¬dico, debes practicar las instrucciones medulares. Esos libros de polémicas y mantras dañinos de los heréticos no tienen valor para nosotros. Las enseñanzas sin forma de las dakinis son buenas y seguras. Éstas no las he quemado, pero el resto á, porque hubieran sido causa de que cayéramos en les reinos inferiores, en lugar de obtener iluminación, como era nuestra intención original.
Escucha ahora mi canto:

Rechungpa, hijo mió,
a quien desde niño he querido:
fuiste a la India por la instrucción medular,
pero trajiste libros llenos de argumentos;
estuviste expuesto a convertirte
en un orador de debate.
Tú deseas ser un yogui,
pero libros como esos con sus ideas
pudieron hacer de ti un predicador pomposo.
Tu deseo es conocer ambos: uno y todo,
pero si quedas atrapado en palabras interminables
habrás echado a pique la "una" más importante.
Tu intención es entender el Dharma,
pero si eres atrapado por el actuar interminable
te volverás orgulloso y arrogante.
El dharma inmaculado por el cual te mandé
se ha precipitado por la hendidura de una roca
y está preservado por las dakinis,
puedes recobrarlo si ruegas sinceramente.
He quemado los libros de magia y de mantras malos,
como ofrenda al Dios del Fuego;
muchos serán ayudados por esto;
no pierdas tu serenidad,
Y, menos aún, te dejes abrasar por la cólera;
no sufras ni te apenes
porque eso dañará tu mente y tu cuerpo,
no te afanes con muchas cosas
sino relájate y siéntate a tus anchas;
recuerda a tu gurú
y a su gracia y generosidad.

Rechungpa pensó: "Las palabras de mi gurú son absolutamente verdaderas y no difieren de las de Buda. Rogaré a las dakinis que me regresen mis libros". Se sentó y oró y al poco rato las ense¬ñanzas de las dakinis sin forma, junto con" otros libros benéficos al dharma y a las criaturas de sentimiento, regresaron milagrosa¬mente a las manos de Rechungpa; él estaba sobremanera contento. Confirmó e imprimió en su mente la fe de que Milarepa era el mismo Buda. Pensó: "Aunque he servido al Jetsun de muchas ma¬neras, lo serviré ahora mejor que nunca". Guardó este voto y vivió de acuerdo con él toda su vida. Después se reunieron discípulos y protectores para dar la bienvenida a Rechungpa. Entre la asam¬blea se levantó Seva Repa y dijo: "Debes haber aprendido y traído de la India tanto la instrucción medular, como profetizó el Jetsun, como la ciencia de la lógica. Dinos cómo podremos ganar una disputa sin ser envueltos en ella".
Milarepa dijo: "Rechungpa, diles cómo «ganar» una disputa a la hiz de las enseñanzas de las dakinis". En respuesta Rechungpa cantó:

El Buda de la Gran Transmisión, Dorje-Chang,
extinguirá toda disputa en el linaje.
Nuestro gurú Buda Repa acabará
las disputas de los maestros codiciosos.
La instrucción medular y las transmisiones del sendero eficaz
extinguirán todo argumento maligno,
derivado del constante pensar.
El espejo omnipresente de la igualdad
revelará los vicios presuntuosos.
La preciosa enseñanza del gran gozo
quemará en su llama de sabiduría
todo pensamiento vagabundo.
Los nadis y pronas en los chakras
disiparán de inmediato toda pereza y distracción;
las enseñanzas de autoliberación del Mahamudra
conquistarán al demonio del apego egocéntrico
y llevarán a la quinta conciencia;
la enseñanza de la lámpara de radiante sabiduría
disipará la oscuridad y la ignorancia;
el acto de Chu-La, el hombre de la espada,
cortará con rapidez los nudos del deseo.

Milarepa comentó: "Lo que has dicho es muy bueno, pero ade¬más necesitamos la instrucción de la visión y la práctica. Ahora es¬cucha mi canto:

La visión es la sabiduría del vacío,
la práctica es la iluminación del no apego,
la acción es la eternidad del juego sin deseo,
el fruto es la gran desnudez inmaculada.

Concerniente a la visión de la sabiduría del vacío,
el peligro es no acertar, pasarlo por alto
mediante palabras y pensamientos.
Si dentro de uno no se ha ganado
un conocimiento absoluto,
las palabras, tan sólo, no podrán liberarlo a uno
del apego egocéntrico;
por lo tanto, debes esforzarte en el verdadero conocimiento.

Concerniente a la práctica de la iluminación
libre de apegos
el peligro es no acertarle, errar el tiro,
por adherirse a la mera concentración;
si dentro de uno no ha brillado la sabiduría,
la concentración firme y profunda, por sí sola,
nunca conducirá a la liberación.
La sabiduría nunca llega por pereza y distracción;
debes trabajar duro y con mucha atención.

Concerniente a la acción perpetua sin deseos,
el peligro es no atinarle,
por dar rienda suelta a charlas vanas.
Antes que todas las apariencias se tornen
ayudas propias en la práctica de la meditación
los actos tántricos serán solamente
deseos mundanos encubiertos.
Por lo tanto, debes esforzarte en la pureza y el no apego.

Concerniente al fruto inmaculado de la desnudez,
el peligro es no atinarle debido a tus pensamientos.
Si dentro de uno no se ha purgado la ignorancia,
los grandes esfuerzos sólo traerán pequeños resultados.
Por lo tanto, debes esforzarte por barrer la ignorancia.

Todos los presentes quedaron convencidos de la verdad de este canto y todos se sintieron llenos de alegría.

Ésta es la historia de las cabras salvajes.



40 CANTO DE "CÓMO GANAR FELICIDAD Y EVITAR SUFRIMIENTO"

Reverencia a todos los gurús

En la fiesta que celebraron patronos y discípulos de la región de la Roca Roja y Bouto, para celebrar el regreso de Rechungpa de su viaje a la India, el Jetsun Milarepa profetizó la llegada del inmaculado Gambopa. Luego fue invitado por los pro¬tectores para permanecer en Chu Bar. Mientras estuvo allí, un gran yogui mediador de la tribu Lan, que había oído sobre la reputación de Milarepa, llegó de Dagbo, lleno de entusiasmo y aspiraciones. Tan pronto como vio al Jetsun surgió dentro de él el gozo del samadhi, la iluminación, el no pensar. Confirmado en su fe, dijo a Milarepa: "Soy un yogui de Dhagbo. He aprendido de varios gurús muchas enseñanzas, incluyendo la gran perfección; también he practicado la meditación de las distintas observaciones (observación y meditación de las diferentes sabidurías, que son cua¬tro) y la acción de la igualdad (tantrismo). No estoy satisfecho con las experiencias superficiales del mero entendimiento y he sido inspirado grandemente por tu reputación, por lo tanto, vengo a ti en busca del dharma. Por favor, sé tan bondadoso como para otorgarme la instrucción". El Jetsun preguntó: "¿Has tenido ya estas experiencias en tu devoción? Escucha mi canto".

¿No has captado la sagrada instrucción medular del gurú
debido al mero conocimiento verbal?
¿No has captado la profunda sabiduría distintiva
por causa de los dos apegos?
¿Has perdido la visión de la penetración profunda
a causa del obstáculo de la dualidad?
¿Cuando practicas la meditación de la no percepción
has caído a la catarata de las formas?
¿Cuando practicas la acción de la igualdad
te has desviado debido al abandono y el escepticismo?
¿Has fracasado en comprender que el fruto del nirvana
se encuentra dentro de ti mismo?
¿Has pensado que las experiencias falsas,
contrariamente a lo que dice el Tantra,
son genuinas y correctas?
¿No has captado el vacío intrínseco de la esencia de la mente
porque lo obstruyes con pensamientos artificiales?
Cuando practicas yoga en la soledad,
¿te has dejado seducir por demonios disfrazados?
Así como el girar del torno del alfarero,
sira uno tornando al samsara
al impulso de las fuerzas de la ignorancia.

El yogui contestó: "Es cierto que he sido así, ahora te ruego me instruyas e inicies de tal modo que pueda corregir estas faltas". Milarepa concedió lo pedido y lo envió a meditar. Después de un tiempo el yogui, que ahora se llamaba Lan Gom Repa, aún no era capaz de desprenderse del apego a las virtudes, aún pen¬saba en ellas como concretas y con forma definida. Muchos pen¬samientos vagabundos afloraban en su mente y no podía liberarse de ello; tenía urgencia de visitar el pueblo y cosas por el estilo. Milarepa estaba perfectamente enterado de este, por lo que, cuando Lan Gom Repa vino a informarle de su experiencia y progreso, le dijo: "Lan Gom, no debes estar pendiente de la formalidad de los actos virtuosos, sino que debes tratar de dominar tus pensa¬miento? errados acerca de irte al pueble, y concentrarte en tu meditación; de otra manera no podrás liberarte nunca de los tres reinos de samsara. Recuerda estas cosas". Luego Milarepa cantó:

Para quien guarda la tradición del linaje
todos los errores se desvanecen en lo último,
cada cosa viene cómodamente a su propio tiempo.
Quien actúa de esta manera es un verdadero yogui.

En la práctica del Mahamudra
no hay lugar para pensar con una mente apegada.
Cuando surge la realización del estado más allá
de la palabra, no hay necesidad de cantar
ni de mantener la regla.

Los yoguis que deambulan en los pueblos
siempre se someten a la voluntad y favores
de sus parientes y amigos,
sus acciones se tornan pretenciosas,
sus charlas, sin sentido.

La luz del vacío se oscurece con la hipocresía;
si uno no presta atención a lo que la gente
siente en los pueblos,
lloverán sobre uno conflictos y preocupaciones.

Para evitar temor y pesar a la hora de la muerte
y para escapar al abismo fatal del samsara,
uno debe vencer al enemigo deseo;
recuerda siempre lo transitorio y la muerte
y medita siempre en soledad.

Quien no observa su mente al desnudo
se torna apático e indiferente;
quien no ruega con honestidad
está propenso a ser engañado con falsas experiencias;
si no se practica el sendero eficiente
con mucha diligencia y perseverancia,
se está propenso a ser vencido por los deseos;
si se permanece en una ermita,
crecerán seguramente los méritos internos.

Lan Gom Repa pensó: "El Jetsun ha atinado al vértice crucial con sus palabras, está en lo correcto acerca de mis faltas". Así pues, meditó en una ermita sin distracción hasta que ganó rea¬lizaciones supremas. Luego volvió a informar de sus progresos al Jetsun. Muy complacido, dijo Milarepa: "Esto está muy bien, pero aún debes continuar practicando así hasta que obtengas el estado búdico. Éstas son las cosas que debes recordar siempre:

Un hijo, una mujer y la fama
son tres cadenas para un yogui;
un practicante del dharma debe abandonarlos.

Bienes, diversiones y prestigio
son tres obstáculos para un yogui;
un practicante del dharma debe alejarse de ellos.

Parientes, protectores y discípulos
son tres obstáculos para un yogui;
un practicante del dharma debe abandonarlos.

Vino, fatiga y sueño
son los tres ladrones del yogui;
un practicante del dharma debe evitarlos.

Pláticas, bromas y entretenimientos
son tres distracciones para un yogui;
un practicante del dharma debe abjurar de ellos.

El gurú, la instrucción y la diligencia
son tres refugios de un yogui;
un practicante del dharma debe confiar en ellos.

Soledad, méritos y buena compañía
son tres apoyos para un yogui;
un practicante del dharma debe aprovecharlos siempre.

No distracción, no pensamientos y gozo
son tres buenos amigos del yogui;
un practicante del dharma debe asociarse a ellos por siempre.

Relajación, espontaneidad y naturalidad
son los tres atributos del yogui;
un practicante del dharma siempre debe conservarlas.

No deseo, no aversión y poderes supranormales
son los tres signos del éxito de un yogui;
un practicante del dharma debe alcanzarlos.

Lan Gom Repa dijo: "Debido a tus bendiciones he renunciado a todo lo renunciable y puedo practicar el dharma recto de un modo espontáneo y cómodo. Me siento feliz y contento todo el tiempo". El Jetsun contestó: "Sí, hijo mío, es correcto esto. Un yogui que ha abandonado completamente todos los méritos está feliz siempre; por lo tanto, siempre debe discernir entre bien y mal para su propia felicidad y seguridad". Entonces entonó un canto: "Cómo alcanzar felicidad y evitar sufrimientos".

Quien conoce su propia naturaleza
y la Verdad Inmanente
siempre está alegre;
quien actúa equivocadamente
siempre está triste.

Quien descansa en el estado natural
y siempre es espontáneamente puro
siempre está alegre;

quien cede a sus impulsos y ambiciones,
sujetándose al odio y al apego,
siempre está triste.

Quien comprende que todas las cosas son el dharma,
libre de todo temor, esperanza y dudas,
siempre está alegre.

Quien es impaciente, charlatán y precipitado,
rendido a sus deseos mundanos,
siempre está triste.

Quien sabe que todas las cosas son su mente,
que todo lo que encuentra es amigable,
siempre está alegre.

Quien malgasta su vida
llevándose el remordimiento hasta la tumba,
siempre está triste.

Quien tiene una cabal realización
reposando tranquilo en la realidad autosustentada,
siempre está alegre.

Quien está esclavizado por sus deseos,
insaciable y siempre anhelante,
siempre está triste.

Quien está libre de toda forma sin esforzarse,
siempre inmerso en la experiencia,
siempre está alegre.

Quien sólo sigue las palabras
sin ver la mente
siempre está triste.

Quien renuncia a todas las cosas mundanas,
libre de preocupaciones y consideración,
siempre está alegre.

Un budista que mide y almacena el grano,
consintiendo a las mujeres y a los parientes que ama,
siempre está triste.

Un yogui que descarta toda atadura mundana,
comprendiendo que todo es magia e ilusión,
siempre está alegre.

Quien se divierte imponiendo
a su cuerpo y su mente la sensualidad
siempre está triste.

Un yogui que cabalga, jinete de la diligencia,
hacia la tierra de liberación,
siempre está alegre.

Quien se carga con una piedra
que lo sume en el fondo del samsara
siempre está triste.

Quien evita malentendidos,
entretenido con el juego de su propia mente,
siempre está alegre.

Quien ha jurado practicar el dharma
pero consiente sus actos pecaminosos
siempre está triste.

Quien ha echado fuera el temor, la esperanza y la duda,
absorto perpetuamente en el estado original,
siempre está alegre.

Quien cede a la voluntad de los otros,
obsequioso, artificial e ingrato,
siempre está triste.

Quien deja todo "esto o aquello" atrás
y practica siempre el dharma puro,
siempre está alegre.

Lan Gom Repa y los discípulos se sintieron grandemente inspi¬rados y llenos de alegría. Gracias al poder de la absorción de ellos mismos en el samadhi sin ondulaciones del Mahamudra fueron ca¬paces de continuar su progreso espiritual en este mundo mágico de formas. El Jetsun estaba muy complacido con Lan Gom Repa, quien fue luego el protector, el discípulo y el hermano del dharma del dagpo Rinpoche (Gambopa).

Ésta es la historia del hijo íntimo de Milarepa, Lan Gom Repa.



41 EL SANTO GAMBOPA, PRINCIPAL DISCÍPULO DE MILAREPA

Reverencia a todos los gurús

Marpa predijo, en la interpretación del significado del sueño de Milarepa acerca de los cuatro pilares, que el eminente y supremo Gambopa, hijo del corazón del gran yogui Milarepa, el Vajra Sonriente, aparecería como el Sabio Inmaculado. El Buda protector, Vajra Dakini, también dijo a Milarepa que tendría un discípulo como el sol, otro como la luna y veinticinco discípulos realizados como estrellas, y que Gambopa sería el principal de todos, tal como el sol.
En el sutra del samadhi real el mismo perfectísimo Buda Sakiamuni también profetizó la venida de Gambopa. Buda dijo al res¬pecto, en el sutra de la gran compasión del loto: "¡Ananda! Después de mi nirvana, en el futuro un monje llamado El Médico (Tso Byad) aparecerá en el norte. Prestará señalados servicios al Buda anterior, después de haber servido a cientos de miles de Budas en sus vidas pasadas. Está él lleno de virtudes y de pensamientos supremos y ha entrado al sendero inmaculado del mahayana para beneficio y felicidad de muchas criaturas de sentimiento. Aparecerá como un hombre bien informado, altamente versado en las escri¬turas de la doctrina bodhisattva, hablando palabras del gran vehículo y demostrando las enseñanzas mahayana sin faltar ninguna y per¬fectamente". Así pues, en este tiempo de las cinco corrupciones apareció en el Tíbet, país de nieve al norte, Dagbo Lhaje (el médico de Dagbo), cuya fama se escuchó en toda tierra. Él fue un gran bodhisattva que había alcanzado la etapa décima del sendero, ha¬biendo realizado directamente su interior. El Jetsun Milarepa lo previo en su samadhi iluminante, lo bendijo con la gracia del samadhi y lo atrajo con el poder de su mente. Fue él, el gran Gambopa, quien alumbró la religión budista y atrajo a muchas criaturas de sentimiento al sendero bodhi. lúa. historia de su vida es vasta como el océano y de ella este epítome biográfico es como una simple gota.
El santo Gambopa nació en el valle Seba de Nyal en el Tíbet. Su familia fue la de Nyi Wa. Su padre, un médico llamado Wutso Gabar Jalbo, tuvo dos mujeres, Yunlaza y Sangdan Dranma, cada una de las cuales tuvo un hijo. Gambopa fue el mayor y fue llamado Dunba Dharmadraug. Su padre, que fue excelente consejero en asun¬tos mundanos, lo entrenó tan bien que llegó a ser hábil en diser¬taciones y consultas. Cuando Gambopa cumplió quince años ya había aprendido muchas enseñanzas tántricas de Ningmaba, tales como tantra básico de Sungwa Nyinbo, Heruka Galbo, tantras de los Budas iracundos y pacíficos y la de la gran misericordia del Sos¬tenedor de lo real, así como muchas otras enseñanzas de la escuela antigua. También había dominado las ocho ramas de la medicina enseñadas por su padre.
A los veintidós años se casó con la hermana de un poderoso jefe local, Dharma Aui. Tenia ella todas las cualidades admirables en una dama. Tuvieran un hijo y una hija, pero una peste surgió en la zona y el hijo murió. Cuando Gambopa regresaba del cemen¬terio después de acompañar al cadáver de su hijo, encontró que su hija había enfermado también y pronto murió. Pocos días des¬pués enfermó su mujer. Se probaron todas las clases de tratamientos, se repitieron oraciones y se ofrecieron sacrificios, pero todo fue en vano. Después de padecer por mucho tiempo, aún trataba ella des¬esperadamente de aferrarse a la vida. Sentado junto a su almohada Gambopa recitaba los sagrados sutras. Pensaba: "Ella trata con tanta fuerza de apegarse a la vida bajo esta penosa prueba que no se permite morir en paz. Esto se debe seguramente a un apego extremado hacia algo".
Luego le dijo: "Quienes no entienden la verdadera naturaleza del samsara están confundidos y apesadumbrados; quienes están compelidos a ligarse al samsara son miserables y dignos de lastima. En verdad que siento pena por aquella gente sin iluminación que está sujeta con un intenso apego, a sus consortes de sueño y a sus pa¬rientes. No podrás morir en paz mientras prolongues esta insopor¬table penitencia. Seguramente esto se debe a tu apego hacia algo o alguien. Si lo que no puedes abandonar es la casa y la tierra la ofreceré a los monjes, si son las joyas las que no puedes dejar se las daré a los sacerdotes y a los pobres. ¿Qué más hay que no puedas dejar? Nos encontramos en esta vida debido a nuestros votos mutuos de las vidas previas, pero debido a tu mal karma has contraído ahora esta enfermedad. He intentado todo para ayu¬darte, pero sólo he logrado hacerte sufrir más. Esta lección de padecimientos me ha conducido a tomar la siguiente decisión, no importa si te cures o no, dedicaré toda mi vida al dharma".
Su mujer dijo: "Estoy a punto de morir. No estoy apegada a la casa, ni a la tierra, ni a las joyas ni a ninguna otra cosa. Eres tú a quien no puedo dejar. Mandaré por mi hermano Dharma Aui para evitar que seas seducido por otra mujer. Además, como tú has dicho, la vida familiar en el samsara es sin felicidad verdadera. Espero que ahora te dediques en cuerpo y alma al dharma".
Gambopa replicó: "Aun si te recobras de la enfermedad, no podemos estar juntos por siempre. Si mueres dedicaré mi vida a la práctica del dharma, y no me volveré a casar. ¿Quieres que te lo jure aquí delante de ti?".
Su esposa dijo: "Sé que eres un hombre que no vuelve nunca atrás su palabra, pero para que mi mente descanse, me gustaría que tomaras un voto frente a mí. Por favor, busca un testigo". Gam¬bopa llamó entonces a su tío Balsud para que fuese testigo, puso encima de su cabeza el sutra sagrado, el cual estaba escrito con palabras de oro, y tomó el voto. Su mujer dijo: "Querido médico, veré, desde una grieta de mi tumba, si dedicas o no tu vida al dharma". Así diciendo tomó la mano de su esposo y la llevó a su cara con ojos llenos de lágrimas y murió.
Gambopa dividió entonces su propiedad en tres partes: una para el funeral de su esposa y las ofrendas, otra para actos meritorios de caridad y la tercera para proveerse en al aprendizaje y práctica del dharma. Luego cremó el cadáver de su esposa, construyó una stupa é hizo un sinnúmero de tsa-tsa (figuritas hechas con cenizas y hueso) con la imagen del Buda. Su stupa fue luego muy famosa y la gente la llamó Jomo Chod Dan (La stupa de la patrona). Todavía puede vérsele en la región de Nyal.
Después del funeral y de arreglar y dejar todos sus asuntos, Gambopa se sintió mucho más a gusto. Pensó: "Ahora es mi tiempo de practicar el dharma". Se fue solo a Nyi Tong para meditar allí.
El tío de Gambopa, Balsud, pensó: "Mi pobre sobrino debe de tener destrozado el corazón, después de la pérdida de su querida mujer. Debo ir a consolarlo". Se fue a ver a Gambopa llevando consigo mucho vino y carne.
Durante su conversación Gambopa le dijo a su tío: "Desde que mi esposa se fue, me siento mucho más a gusto y feliz". Esto hizo enojar a Balsud. "¿Dónde podrías encontrar una mujer tan buena como tu esposa ya muerta? —gritó indignado—. Si Dharma Aui escuchara esto, diría que has roto tu voto". Con esto lanzó un puñado de arena a la cara de Gambopa. Éste sólo replicó: "Querido tío, ¿has olvidado el voto que hice a mi esposa teniéndote a ti como testigo? ¿Acaso no estoy practicando el dharma como lo prometí?". "Sobrino, tienes toda la razón —dijo Balsud—. Como he enveje¬cido así, poco recuerdo el dharma. Me siento muy apenado con¬tigo. Prosigue pues en tu práctica del dharma; cuidaré bien de tu tierra y tu propiedad".
Después de un tiempo, sin el conocimiento de sus parientes, Gambopa se fue al monasterio de Bodor, en la región Pan. Aquí vio al lama Bodorwa Rinchinsal, a quien dijo: "Lama apreciado, soy nativo de Nyal y he venido en busca del dharma. Te ruego me guíes a través del umbral y me guardes por un tiempo".
Bodorwa replicó: "No tengo caridad qué darte. Debes proveer tu propia comida y ropa si quieres aprender el dharma". Gambopa pensó: "Si tuviera los medios no habría pedido. De acuerdo al tantra de Sungwa Nyinpo, para beneficiar a las criaturas de sen¬timiento un gurú debe tener cuatro clases de compasión: la com¬pasión constante, la compasión espontánea, la compasión para al¬canzar bendiciones y ruegos y la compasión para guiar a los discí¬pulos de acuerdo con sus necesidades. Sólo así puede ayudar un gurú a las criaturas de sentimiento. Este gurú parece falto de com¬pasión; dudo que mi karma esté ligado a él, yo no puedo vene-rado".
Regresó pronto a su tierra nativa y preparó dieciséis onzas de oro como medio para estudiar el dharma. Luego se fue al monas¬terio Jhajogri, en Pan, y recibió la ordenación ordinaria del lama Jhachil como bikshu (monje común), y recibió el nombre de Sudnam Rinchin, el preciado meritorio. Luego estudió los Shastras Dodejan con los profesores Shapa Linpa y Shadulwa Tsinpa (estos Shastras de Dodejan son del Mahayana Sutralamkara), el Ngundojan (Abhis-mayalankara), el Nyunbatso (Abhidharma Kosa), y otros. En Mon estudió el tantra de Jedor de Sangdu y otros con el gurú Lodan Sherab y de él recibió la instrucción medular. Del profesor Nyurumpa y Jhajogripa, Gambopa aprendió muchas enseñanzas en la escuela Ghadamba. Pensó: "Ahora debo practicar estas enseñanzas", y meditó en Jhajogri.
El Jetsun Gambopa fue un hombre cuya inteligencia y compa¬sión fueron grandes, cuyos apegos y deseos fueron pequeños, cuya aplicación y fe hacia el dharma fueron prodigiosas y cuya apatía e indolencia fueron insignificantes. Durante el día estudiaba bu¬dismo diligentemente y en la noche meditaba estrictamente y prac¬ticaba otros actos meritorios. Debido a su compasión y pureza, no creció en su cuerpo ningún insecto. Podía vivir confortablemente sin comida durante cinco o seis días y su cuerpo se sentía siempre lleno de bienestar. Podía absorberse en samadhi por muchos días y toda forma de lujuria, ira y ceguera se consumía dentro de él. Tal como fue profetizado en el sutra de la Luz Dorada, todos los signos que preceden al' logro del décimo Bhumi (etapa final y última de la iluminación de un bodhisattva) aparecieron, sin lugar a dudas, en sus sueños.
Algún tiempo después Gambopa tuvo una visión de un yogui verde vestido en harapos quien puso una mano sobre su cabeza y mojando un dedo en saliva golpeó ligeramente con él su cara.
En seguida sintió que su dhyana crecía más y mejor y profunda¬mente. Además tuvo un decisivo e inmediato entendimiento de la realidad. En una experiencia llena de gozo, su mente se aclaró, ligera y más alerta que nunca. Contó a algunos monjes esta expe¬riencia y ellos dijeron: "Has sido ordenado bikshu y has practicado y observado los preceptos inmaculados sin falta. Un monje como tú que sueña con yoguis o cosas semejantes pronto se verá en difi-cultades, pues esos sueños premonitorios son conjuros del demonio Beghar. Debes ir a tu maestro y pedirle un mantra e invitar a buen número de monjes para que te bendigan con el rito de las cien ofrendas de Dorma. Esto hizo Gambopa, pero la visión del yogui se hizo más frecuente.
En este mismo tiempo, en la Cueva Solar Feliz de Draugmar Bouto, el Jetsun Milarepa ponía en movimiento la rueda del dharma tanto en lo oportuno y conveniente como para la verdad última; esto lo hacía por sus hijos del corazón Rechungpa Dorje Dragpa, Shiwa Aui, Sevan Repa y Ngan Tson Dunba; también para sus protec¬tores Tsese de Drin, Ku Ju y algunos otros. Un día el mayor de los Repas dijo a Milarepa: "Jetsun, ya. estás muy viejo. Si un día de estos te vas a la Tierra Pura, nosotros los Repas necesitaremos a alguien que actúe en lugar tuyo, ayudándonos en nuestras difi¬cultades y propiciando nuestro progreso en el sendero. También nuestros protectores necesitarán un líder espiritual que aumente sus méritos. ¿Quién crees tú que podrá asumir esta responsabilidad? Quien sea que tuvieres en mente debe recibir toda la instrucción medular sin reservas y debe ser investido con poder y Ilegalidad. Sin este hombre ni nuestro linaje ni nuestra enseñanza se expandirá con amplitud, tampoco nuestros discípulos serán guiados propia¬mente". Al principio, oyendo esto, el Jetsun mostró desagrado. Luego replicó: "En verdad que tendré un buen discípulo, el cual desarro¬llará inmensamente mis enseñanzas". Observaré esta noche dónde está y les informaré mañana en la mañana, si ustedes regresan temprano". AI otro día Milarepa se levantó más temprano que de costumbre, reunió a sus discípulos y protectores y les dijo:
"Como un vaso colmado en el dharma vendrá pronto el hombre que ha de recibir mi instrucción medular. Es un monje plena¬mente ordenado que lleva el título de médico y sostendrá mi doc¬trina esparciéndola en las diez direcciones. Anoche señé con su venida como un vaso de cristal vacío el cual yo llenaba con néctar trasegándolo de mi vaso de plata. Este anciano padre tiene ahora un hijo que beneficiará a numerosas criaturas de sentimiento e ilu-minará la doctrina del Buda como lo hace el sol naciente sobre la tierra. ¡Estoy inundado de gozo y felicidad!"
Con gran deleite cantó Milarepa:

¡Me inclino ante todos los gurús!
¡Ruego a los llenos de gracia!

En el este se encuentra la leche de la leona blanca,
fuente del supremo poder;
Uno no puede, hasta no haberla bebido, entender su poder;
sólo después de bebería puede
sentirse profundamente su fuerza;
hasta ahora sólo Indra puede embeberse en ella.

En el sur el gran tigre
salta con toda su fuerza;
grande y majestuoso como es
nunca se le puede entender sin discutir;
sólo rivalizando y emulando a un tigre
puede uno apreciar su salto íntegramente,
pero sólo el gran Dombi Heruka lo monta.

En el oeste, el pez jurmo tiene una agalla amarga,
nada hay en este mundo que sepa más amargo;
pero sin catarla directamente
nadie puede imaginar a qué sabe;
sólo después de probarlo
puede uno entender plenamente su amargor,
pero sólo el dragón Gawojobo lo ha experimentado.

Grande es el poder del dragón de gema azul en el norte,
pero sin una lucha formal, nunca se sentirá su fuerza;
sólo después de luchar con este monstruo
puede uno entender totalmente su poder,
pero sólo el atleta Deva Galugha contiende con él.

La leche de la leona blanca del este
debe verterse en un tazón de oro,
no en un vaso común,
no sea que el vaso se quiebre y la leche se derrame.

La enseñanza sagrada de Naropa y Medripa
es honda y muy profunda,
pero si uno no la practica
no verá nada profundo en ella;
sólo después de haberla practicado
puede uno entender plenamente su profundidad.
¡Ésta es la enseñanza que mi padre Marpa tiene!
¡Ésta es la enseñanza que practica Milarepa!

La experiencia interior de Milarepa y sus instrucciones
son siempre más efectivas y precisas,
pero aquellos de poco peso no pueden recibirlas;
sólo se dan a estudiantes capaces,
así pues, todas serán impartidas
a mi heredero, el monje que ya llega.

Un día Gambopa salió a un paseo por los alrededores. En la puerta del monasterio escuchó a tres indigentes hablando de sus ingentes necesidades, porque ese año había brotado una gran ham¬bre. Uno de ellos decía: "En estos tiempos nuestros bondadosos monjes de Jhajogri predican periódicamente a todos los budistas; también invitan a cualquiera sin distinción, a compartir su ali¬mento. Después de comerlo aún podemos pedir una cantidad adi¬cional de potaje e irnos a algún sitio agradable para comerlo juntos". Otro sugirió: "Tengo una idea mejor, reunamos una me¬dida completa de grano a medio madurar, hagamos una masa y sazonémosla con pimienta; luego podremos disfrutar todos juntos en alguna casa abandonada". El mayor dijo: "Un pícaro siempre ríe y sonríe, aun cuando está desesperado de hambre, como el buen pájaro que siempre vuela a semejanza del águila, aun estando ham-briento. Por lo tanto, no digamos nada que pueda delatar nuestra ansiedad por la comida. Miren, ¡allí viene un lama! No dejemos que escuche nuestra charla, nos avergonzaría ser espiados. Además, si ustedes desean hacer una promesa, que sea grande. Prometan legar a ser el inmaculado sol del cielo, el gran emperador que protege y esparce el sagrado dharma, gobernador del Tíbet, ahora y aquí; o prometan llegar a ser un yogui como Milarepa, rey de todos los yoguis, quien vive como asceta en las montañas nevadas del oeste sustentado solamente por el alimento del samadhi, vestido sólo con un traje de algodón delgado y manteniendo el caler de su cuerpo mediante el bendito dumo, él es un yogui que practica la iluminación del mahamudra día y noche. Cuando va de un lugar a otro, vuela. Si ustedes pueden practicar el dharma y renunciar al mundo como él lo hace, sería lo mejor de todo, pero si no pueden hacer esto deberían prometer verlo cara a cara por lo menos una vez en esta vida". Así diciendo, el anciano derramó abundantes lágrimas.
Cuando el Jetsun Gambopa escuchó el nombre de Milarepa, no pudo resistirse a la gran fe que espontáneamente surgió en él. La emoción que lo invadió fue tan grande que durante la mitad del día se sintió desfallecer. Cuando volvió en sí lloró mucho e hizo muchas postraciones y reverencias en dirección a la morada de Milarepa. Luego oró con gran sinceridad y llamando repetida¬mente: "¡Oh Jetsun, Jetsun, por favor, ten piedad de mí! Te ruego me tomes a tu cuidado". Luego ejecutó el rito de las siete oblaciones principales como una ofrenda a Milarepa. Con inspi¬ración grande y constante, Gambopa obtuvo extraordinarias ex¬periencias del samadhi nunca antes alcanzadas. Embargado como estaba con la idea de visitar a Milarepa, la noche se le pasó rá¬pidamente.
A la mañana siguiente Gambopa llamó a los tres indigentes y les sirvió una comida con carne que ellos distaban mucho de imaginar, dejándolos completamente satisfechos y felices. Luego les dijo: "Quie¬ro visitar al lama de quien ustedes hablaban ayer, les agradecería mucho me condujeran hasta su lugar; tengo dieciséis onzas de oro y les daré a ustedes la mitad para estudiar el dharma".
Los dos hombres jóvenes replicaron: "Conocemos muy poco acerca de este lama", pero el anciano le dijo: "Está bien, yo te guiaré hasta él". Esa tarde Gambopa ofreció ofrendas y oraciones a los Tres Preciosos. Por la noche sopló en una larga trompeta de bronce, cuya poderosa voz alcanzó todos y cada uno de los rincones de la tierra. Aun hoy en día no hay trompeta igual en todo el Tíbet, incluyendo a Weu y a Tsang, con sonido tan majes¬tuoso y de alcance tan distante.
Luego Gambopa tocó un tambor al aire y marcó en él un ritmo produciendo un estampido arrollador, solemne, grato, el cual fue escuchado por numerosos hombres y animales. En la misma noche tuvo una visión: una muchacha, de aspecto de nativa de Mon, vino a él y le dijo: "Has golpeado un tambor para los seres humanos, pero muchos animales también han sido bendecidos por el sonido". Luego le pasó un tazón de calavera lleno de leche diciendo: "Habiendo bendecido hasta a los animales a tales dis¬tancias, bebe, por favor, esta copa de leche. Antes de poco tiempo no sólo los animales de aquí, sino todos los seres en los seis lokas vendrán a ti. Me voy ahora al oeste", y desapareció.
Después Gambopa hizo este comentario: "Los seres humanos que escucharon el sonido de mi tambor esta noche son aquellos hombres de poca capacidad que deberían ir a través de etapas sucesivas y de una manera gradual por el sendero. Grandes son, en verdad, las mercedes dadas a nosotros por los lamas ghadumpa. Los animales que han escuchado mi tambor son mis grandes dis¬cípulos yoguis, quienes practican meditación en las cuevas. Esta visión también indica que iré a mi gurú Milarepa y confiaré sola¬mente en sus instrucciones del sendero eficaz y del mahamudra?'.
Luego partieren, Gambopa y el anciano, en busca de Milarepa. En el curso de la jornada Gambopa ya murmuraba o ya hablaba a solas o bien gritaba en alta voz: "Oh, ¿cuándo veré a mi gurú?" Su ansia por ver al Jetsun era tan grande que las lágrimas nunca dejaban sus ojos y el pensamiento de obtener descanso y comodidad nunca rozó su mente.
Cuando llegaren al Lugar Nuevo en el alto Nyang, el anciano se sintió enfermo. Le dijo a Gambopa: "No conozco mucho del camino que ahora sigue, pero cerca de aquí está el monasterio de Sajya, donde podrás preguntar". Luego Gambopa siguió solo.
Gambopa caminó como mendigo ciego, vagando en esas tierras de nadie. Cuando cayó la noche, cubrió su rostro con las manos, se echó a tierra y lloró amargamente. De pronto apareció el an¬ciano y le dijo: "No llores tan tristemente. Te mostraré el camino". Más tarde Gambopa entendió que este anciano y los otros do3 indigentes eran transformaciones de Milarepa.
Continuó pues su jornada, preguntando por el rumbo a todo lo largo del camino. Cuando llegó a Dronso Charwa, encontró a un grupo de mercaderes de las tierras altas y les preguntó por Mila¬repa. Uno de Jos traficantes, llamado Dawazungpo, de la tierra de Nya Mon, le dijo: "El maestro del yoga, el gran Milarepa, el gurú realizado cuya fama se extiende por todo el Tíbet, reside ahora en Chu Bar de Drin". Al oír esto Gambopa se sintió tan excitado que llegó a pensar que este traficante era el propio Mila¬repa. Sumido en terrible confusión abrazó al hombre y se bañó en lágrimas.
Con esta nueva información Gambopa partió hacia Din Ri. Cuando llegó al centro de una gran planicie, se sintió exhausto y sentóse en una roca a descansar, pero' debido al hambre extrema y a la fatiga, todo su sistema prana estaba tan desbalanceado y en desorden que cayó de la roca y se desmayó, quedando incon¬ciente durante medio día. Cuando volvió en sí no había un solo cabello de su cuerpo, de cabeza a pies, que no le doliera. Estaba desesperadamente sediento, pero no había nadie que pudiera traerle agua. Allí permaneció dos días y sus noches sin comida ni agua. Entonces hizo esta promesa: "Si en esta vida no puedo ver al Jetsun, juro que en la próxima naceré cerca de él y mi mente estará unida a la suya de tal modo que se vuelva una con la de él. Después de mi muerte, cuando esté en los tres bardos, sólo a él miraré como único refugio". Hizo este voto con mucha sinceridad y llorando.
Antes de poco tiempo un monje ghadamba de Shan Yul pasó por allí y preguntó a Gambopa: "¿A dónde vas?" "Voy a Drin a visitar al Jetsun Milarepa". "También yo voy en esa dirección. Pero, ¿no estás muy enfermo?" "Por cierto que sí, también estoy muy sediento; ¿podrías darme un trago de agua?". El monje le dio un tazón lleno de agua y después de bebería Gambopa se sintió totalmente refrescado. Luego, acompañado por el monje, prosiguió su viaje.
Mientras tanto el Jetsun, con ánimo muy alegre, predicaba el dharma en la Colina de la Fortuna. Durante su discurso, se que¬daba a ratos silencioso y luego reía sonoramente. Una dama pro¬tectora muy bien dotada, de Drin, llamada Tsese, le preguntó: "Querido Jetsun, ¿por qué ríes tan sonoramente y permaneces luego en silencio? ¿Acaso porque ves los progresos de algunos discípulos bien dotados y guardas silencio porque ves los pensamientos erróneos de los incapaces?" "No pienso ni en deméritos de les malos discí¬pulos ni en méritos de los buenos", replicó. "¿Por qué entonces hoy sonríes y ríes?", respondió ella. "Es porque mi hijo, el monje de Weu, ha llegado ahora a Din Ri. Se siente desfallecer y padece ¡unto a una roca. Me llama en su ayuda con lágrimas que manan de sus ojos y con gran sinceridad y gran fe. Sintiendo piedad de él, lo he bendecido en samadhi, luego, sintiendo gran contento me he desatado en risas". Así diciendo, se llenaron sus ojos de lá¬grimas.
Tsese preguntó de nuevo: "¿Cuándo llegará?" "Llegará aquí entre mañana y pasado mañana". "¿Tendremos el karma de verlo?. "Sí, quienquiera que tenga oportunidad de prepararle un asiento y. su llegada, será sustentado por el alimento del samadhi. Quien tenga la oportunidad de verlo primero será guiado a la feliz Tierra Pura de Liberación".
Cuando Gambopa y el ghadamba llegaron al centro del mer¬cado, vieron a una mujer tejiendo. "¿Sabes tú dónde vive el gran yogui Milarepa?", preguntó Gambopa. Ella contestó: "¿De dónde vienes?" "De la gran provincia semejante al sol, de Weu, y vengo a visitar al Jetsun Milarepa". "Si es así, ven a mi casa, pues deseo ofrecerte comida". Té, pasteles y otros refrescos, fueron servidos. Luego la dama protectora dijo: "El Jetsun supo, desde ayer en la mañana, que tú venías; también hizo profecías sobre tu futuro. Sabiendo que estabas en Din Ri, cansado y enfermo, te bendijo en samadhi. Yo obtuve de él permiso para darte la bienvenida". Gambopa pensó: "Fue pues la gracia del Jetsun lo que salvó mi vida. A juzgar por sus predicciones debo ser una persona bien do¬tada". Así pensando, sintióse Gambopa un tanto orgulloso de sí mismo. Conociendo este engreimiento, Milarepa rehusó verlo por toda una noche, de modo tal que el orgullo quedara dominado. Durante este tiempo se le indicó a Gambopa que fuera a vivir solo en una roca y Sevan Repa lo proveyó de combustible y demás utensilios para la cocina.
Después de pasar esta densa noche, la dama protectora condujo a Gambopa hasta el Jetsun. Con su poder de hacer milagros Mi¬larepa se transformó en sus discípulos Rechungpa y Shiwa Aui, tomando la apariencia de sus propias formas. Por consiguiente Gambopa estaba imposibilitado de identificar al Jetsun real; en¬tonces Rechungpa señaló a la figura central diciéndole: "Éste es el real Jetsun".
Enseguida Gambopa ofreció a Milarepa dieciséis onzas de oro como una mandala, junto con un poco de té, se presentó luego a sí mismo y relató la historia de su viaje desde Weu. Luego, con sinceridad y humildad, pidió al Jetsun que contara la historia de su vida.
Milarepa miró a la distancia por un rato, solemnemente, y con sus ojos fijos recogió una pieza de oro de la mandala, la sacudió hacia el cielo y dijo: "Ofrezco esto a Marpa Lho Draugwa". Luego de decir esto se escuchó música celestial y a todo su alre¬dedor brilló la luz en forma magnifica, más allá de toda descrip¬ción. Milarepa tomó una copa llena de vino y bebió la mitad de ella. Luego pasó el resto a Gambopa diciendo: "Bébela". Gam¬bopa dudó, pensando: "Esto es contra la regla monacal, especial¬mente frente a tanta gente". "No pienses tanto y bebe", dijo Mi¬larepa. Temeroso de perder el buen augurio Gambopa vació en reguida la copa de calavera, comprobando con su comportamiento que era un buen vaso, capaz de resistir y recibir las instrucciones medulares y que luego sería el sostenedor del linaje. "¿Cuál es tu nombre?", preguntó Milarepa. "Mi nombre es Sudnam Rinchin" (el amado meritorio). El Jetsun repitió tres, veces: "Sus méritos fueron obtenidos por el cúmulo de abundantes virtudes; en verdad él es caro a todas las criaturas de sentimiento". Y pensó para sí mismo: "Quien escuche el nombre de este hijo mío será liberado del samsara, pero mejor no hablo de ello ahora". Después de un rato, dijo a Gambopa: "Es maravilloso que tengas fe en mí y hayas venido a verme. No necesito tu oro ni tu té. Con respecto a la his¬toria de mi vida, cantaré un canto para ti". Luego, acompañado por Rechungpa y Shiwa Aui, Milarepa cantó:

En el cielo del Dharmakaya, más allá de la palabra,
reuniendo las nubes de la compasión que siempre fluye,
me inclino ante Marpa el bondadoso,
amparo y refugio de todos los seres.

A mi derecha se sienta mi hijo Rechungpa,
a mi izquierda se sienta Shiwa Aui,
ambos se unen a mí, cantando a coro
un canto para ti, querido médico.

En la sagrada tierra de la India,
aunque muchos maestros son jactanciosos,
hubo dos famosos gurús,
el gran Naropa y Medripa,
los cuales alumbraron al mundo, como el sol y la luna.
El hijo de sus corazones fue Marpa, el traductor,
quien dominó las enseñanzas budistas.
Él fue huésped de las mandalas y
atrajo a discípulos bien dotados.
Al oír del gran Maestro, loado
por todas las dakinis, deseé intensamente verlo.
Ávidamente lo busqué con todas mis fuerzas
y al verlo me sumí en éxtasis,
inclinado a sus pies solicité instrucción profunda
que pudiera en esta vida conducir al estado búdico.
Mi padre Buda dijo:
"Por la gracia de Naropa
tengo esta enseñanza semejante a un cuchillo,
afilado a tal punto que puede cortar la cadena del samsara".

Esforzando mi cuerpo, boca y mente,
indigente, trabajé duro para agradarlo.
Viendo él con ojos omniscientes
mi fervor y devoción, dijo:
"La instrucción de las cuatro series
no está perfecta todavía;
unas son deficientes y otras retrasadas;
cómo impartirlas a los discípulos
podría ocasionar un quebradero de cabeza,
poco provecho pueden aportar.
En días de confusión como son éstos
la gente tiene poco tiempo para holgar
porque sus actividades son muchas.
No pierdas tu tiempo en estudios,
sino practica las enseñanzas esenciales".

Para reparar las mercedes de mi gurú
y dominar el temor a la muerte
medité intensamente y con resolución,
transformando en bendiciones mis pensamientos erróneos.
Entendiendo lo que son las tres klesas,
vi el Trikaya omnipresente.
A mis discípulos capaces transmitiré
las experiencias internas y las bendiciones;
a ti impartiré la más profunda instrucción medular;
con su práctica esparcirás la fe budista.
Recuerda esto en tu mente, querido médico.
Esto es en breve la, historia de mi vida,
los detalles pueden esperar un rato.

Yo, el anciano, no quiero tu oro,
no tengo estufa dónde hervir tu té;
si deseas la doctrina del linaje susurrado,
sigue mi camino y practica como yo lo hago.
Venerable señor, he cantado este canto
en respuesta a tu pedido.

Luego Milarepa comentó: "Ésta es mi recepción para nuestro reverendo monje médico". Luego Gambopa preparó el té y lo llevó al Jetsun diciéndole: "Te ruego aceptes esta ofrenda, sím¬bolo de mi veneración hacia ti". Milarepa lo aceptó con deleite. Dijo a Rechungpa: "Debemos ofrecer algún té en retribución a este monje. Ve pues y colecta un poco de cada Repa que esté aquí". Rechungpa lo hizo así y preparó el té. Milarepa continuó: "Ahora necesitamos sazonarlo", y así diciendo puso agua en el pote, haciendo un te extraordinariamente delicioso.
El lama ghadampa pidió luego ad Jetsun que lo bendijera y para bien del dharma estatuido pidió instrucción.
El Jetsun preguntó: "¿Qué tienes para ofrecerme en retribución por recibir mis bendiciones?" El lama contestó: "No tengo nada". "Es vergonzoso decir que no tienes nada que ofrecerme cuando estoy viendo que llevas contigo mucho oro. Después de todo, ¿qué utilidad puede tener bendecir a quienes no tienen fe, o dar la ins¬trucción medular a los irresolutos? Pienso que es mejor para ti se¬guir tu viaje de negocios a Nepal sin instrucción". "Uno no puede engañar al Jetsun —pensó Gambopa—. Hay que ser cuidadoso sobre lo que se piensa frente a él". Por eso, Gambopa quedó convencido de que el Jetsun era idéntico al Buda. "¿Has recibido antes alguna iniciación?", preguntó Milarepa a Gambopa: "Sí", replicó él y des¬cribió detalladamente las iniciaciones e instrucciones recibidas de otros gurús, junto con sus experiencias y samadhi.
El Jetsun rio diciendo: "Uno no puede extraer aceite de la arena porque éste es producto de las semillas. Primero practica mi yoga del calor para que veas la esencia de la mente. No quiero decir con esto que tus iniciaciones previas no sean lo bastante bue¬nas, sólo quiero enfatizar la importancia de las relaciones kármicas correctas, y la necesidad absoluta de que tú recibas la bendición de mi linaje". Enseguida Milarepa bendijo a Gambopa y lo inició en la práctica del padmo del linaje susurrado, en la mandala pin¬tada de bermellón y luego dióle las instrucciones medulares. Des¬pués de practicarlas por un tiempo, Gambopa obtuvo buenas expe¬riencias. Comparó las enseñanzas de Milarepa con las que había recibido de otros gurús y surgieron en él muchas dudas. Para des¬truirlas fue a Milarepa pidiéndole lo esencial de la visión, práctica y acción. Luego, aclaradas ya las dudas de Gambopa, Milarepa relató en un canto la enseñanza del Tantra de acuerdo con las tradiciones ghayuba:

Mi querido médico sacerdote,
la visión última' es observar la propia mente
firmemente y con determinación.
Si uno busca la visión fuera de la propia mente
es ser como un monstruo ciego
que en vano buscara el oro.

Mi querido médico sacerdote,
la última práctica es no considerar
como faltas las distracciones y perezas.
Actuar para rechazarlas
es como encender una lámpara a plena luz del día.

Mi querido médico sacerdote,
la última acción es cesar
el tomar y el abandonar.
Tomar y abandonar es ser
como abeja atrapada en una red.

Mi querido médico sacerdote,
la última disciplina es descansar
cómodamente en la visión;
si uno busca la disciplina sin reglas
juera de la propia mente
es como si levantara las compuertas de un dique.

Mi querido médico sacerdote,
la última realización es la convicción plena
de la propia mente;
si uno busca en cualquier otra parte la realización
del no-ser
es como si una tortuga tratara
de saltar al cielo.

Mi querido médico sacerdote,
el último gurú es la propia mente;
si uno busca un gurú en cualquier otro lado,
es como si tratara en vano
de zafarse de la propia mente.
En resumen, mi buen médico sacerdote,
debes conocer que todas las formas
no son otra cosa que la mente.

Gambopa pensó: "Lo que ha dicho el Jetsun es muy cierto". Entonces persistió con gran diligencia en su meditación. La pri¬mera noche que practicó desnudo en una cueva surgieron en él espontáneamente calor y éxtasis. Antes del ocaso se sintió con rueño, pero su cuerpo se mantuvo erecto y firme como una roca.
Continuó meditando por siete días sucesivos, surgiendo siempre' sin esfuerzo el calor y el gozo. Luego vio a los cinco Budas de las cinco direcciones. Comentando esto, Milarepa dijo: "Esta expe¬riencia es como la de un hombre que presionara sus ojos viendo frente a él dos lunas. Lo que has experimentado se debe sólo al control dé los cinco pranas, no es bueno ni malo".
A pesar de que el Jetsun le dijera que la experiencia no tenía significación ni mérito alguno, Gambopa estaba lleno de entusiasmo, y con ánimo deleitoso continuó la meditación por otros tres meses. Luego, una mañana al romper el alba, fue invadido repentina¬mente del sentimiento de que la vastedad de las tres, mil palabras milenarias del universo eran hiladas en redondo como una rueda giratoria. Vomitó muchas veces y cayó al suelo en un desmayo que duró mucho tiempo. Reportó esto al Jetsun, quien comentó: "Esto es debido a que Tig Le (bindu) en el chakra del gran gozo está aumentando. No es bueno ni malo. Continúa tu medi¬tación".
Otra ocasión, en la tarde, Gambopa vio la mancha negra del infierno. Debido a esta visión se congestionó la parte superior de su pecho y surgió una gran corriente de prana del corazón, inva¬diendo todo su cuerpo. Reportó esto al Jetsun, quien dijo: "Esto es debido a que tu cinturón de meditar (suele sujetarse el cuerpo en la postura con un cinturón) es muy estrecho y aprieta dema¬siado los nadis, por lo tanto, aflójalo. Esta experiencia es debida a una constricción de los pranas que suben. No es buena ni mala. Sigue meditando".
Un día Gambopa vio claramente al Dios del deseo (dioses celes¬tiales del reino del deseo) y a todos los otros dioses de los seis reinos; vio que aquellos de los reinos superiores hacían llover néctar para alimentar a los de los reines inferiores, satisfacéndolos a todos, pero Gambopa no pudo beber de esta lluvia de néctar y murió bajo la hoja de un cuchillo. Preguntó a Milarepa sobre esto y éste le dijo: "La lluvia de néctar se debe a Tig Le (bindu) que aumenta en los canales derecho e izquierdo (roma y jhunma) del centro de la garganta. Tu incapacidad de beber el néctar se debe a que aún no sé ha abierto tu canal central. Debes practicar algunos ejercicios vigorosos". Y así diciendo el Jetsun enseñó a Gambopa algunos ejercicios fuertes, incluyendo los de saltar y brin¬car. Gambopa practicó por otro mes y un día su cuerpo comenzó a estremecerse, a temblar y a sacudirse incesantemente. Pensó: "¿Qué pasa ahora? ¿estaré poseído de un demonio?". Informó al Jetsun, quien dijo: "Esto se debe a que Tig Le (bindu) aumenta en el chakra del dharma en el centro del corazón. No es bueno ni malo. Debes concentrarte en tus ejercicios y no pararlos".
Desde entonces Gambopa necesitó poca comida. Un día vio al sol y a la luna cubiertos por un dragón Rahu, el cual tenía dos colas. El Jetsun comentó: "Esto se debe a que los pranas en romaida y en jhunma-pingala. están entrando al canal central, Avadhuti. No es bueno ni malo". Luego Milarepa repitió tres veces: "Éste es un halcón majestuoso; ahora es el tiempo, ahora es el tiempo".
Gambopa practicó con mucha dedicación por otro mes y vio entonces una mandola de su Buda protector. Preguntó al Jetsun acerca de su visión, quien replicó: "Esto es debido a que el rojo Tig Le (esencia de lo femenino o fuerza negativa) está en el chakra del dharma en el centro del corazón, el cual ha subido desde abajo y ahora se estabiliza. No es bueno ni malo. Debes meditar y relajarte de una manera espontánea".
Gambopa continuó meditando por un tiempo más y un día vio un esqueleto como mandala de Dem Chog Luyipa (Sanvara, dei¬dad tántrica). "Esto —dijo el Jetsun— es porque Tig Le aumenta en el chakra de transformación del centro del ombligo. No es bueno ni malo".
Gambopa volvió a practicar diligentemente durante catorce días, luego sintió una noche que su cuerpo era tan vasto como el cielo. Desde lo alto de su cabeza hasta la punta de los dedos del pie, incluyendo todos sus miembros, todo su cuerpo estaba lleno de seres de sentimiento, la mayoría de los cuales bebían leche. Algunos tomaban la leche de las estrellas y la bebían. También escuchó un ruido crujiente como el de un gran huracán, pero no sabía de dónde venía. Al amanecer se quitó el cinturón de meditación y el ruido cesó. Gambopa reportó esta experiencia al Jetsun, quien le dijo: "Esto es debido a que los pranas kármicos han guiado todo el Tig Le dentro de los cientos de miles de nadis a través de todo tu cuerpo. Ahora estos pranas kármicos se han transformado en los pranas de sabiduría". Luego Milarepa le impartió la suprema instrucción Dumo (Tummo, calor) y lo envió a practicar-
Un día, todo el valle apareció ante Gambopa lleno de humo, de tal manera que en la tarde ya todo estaba oscuro. Como ciego gateó y se arrastró hasta la morada del Jetsun, y éste le dijo: "Esto no importa nada. Siéntate cómodamente y medita". Luego enseñó a Gambopa el método para aclarar los obstáculos de la parte superior del cuerpo; como resultado de esto, el humo se dispersó, como oscuridad que se va cuando llega el día.
Otro día el cuerpo de Gambopa parecía no contener sangre ni carne, sólo huesos entrelazados por numerosos nadis. Preguntó al Jetsun, quien dijo: "Esto es porque has trabajado muy duro, tu prana se ha vuelto áspero; practica con más suavidad". Entonces Gambopa practicó por la tarde el yoga del Buda protector y a medianoche el yoga gurú junto con muchas oraciones. Antes del amanecer practicó el prana vital y a la salida del sol durmió por un corto rato.
Después de un tiempo aparecieron en sus sueños veinticuatro signos que no tenían relación alguna con sus pensamientos habi¬tuales. Después de despertarse pensó: "¿Serán estos sueños buenos o malos?" Estaba lleno de dudas y aprensiones y pensó: "Mi gurú es en lo presente, el propio Buda omnisciente, ¿por qué no pre¬guntarle?". Así pensando se levantó de inmediato y se fue directa¬mente a Milarepa, olvidándose hasta de ponerse su bata.
El Jetsun estaba, por este tiempo, durmiendo en una cueva en Chu Bar, con su ropa enrollada como almohada. Gambopa se inclinó ante él y le dijo: "Querido Jetsun, tengo un asunto muy importante que contarte. Por favor, no duermas, por favor despier¬ta". "Esta mañana me llegó la idea de que algunos pensamientos que distraen han surgido en tu mente —dijo Milarepa—. Dime pues qué es lo que tanto te disturba". Gambopa replicó: "Oh mi amado gurú. Tuve anoche algunos sueños y me pregunto si serán buenos o malos presagios. Te ruego los interpretes para mí". En¬tonces cantó así:

Oh maravilloso yogui Jetsun,
el asceta que practica vestido de algodón,
para todos, tú, famoso Milarepa,
eres gloria, veneración y galanura.

La primera vez que oí tu nombre
me llenó de alegría e inspiración,
con mucha sinceridad y sin pensar
en los trabajos me di a buscarte,
Como lo hizo el bodhisattva que siempre Hora.

A través de mi rudo viaje
imploré con el corazón ansioso:
"¿Cuándo podré ver a mi gurú Jetsun?"
Era como Aquel que Siempre Llora.

Cuando alcancé un lugar que dista
día y medio de aquí
casi muero cayendo
al camino como roca que se tira.

Debido a mi voluntad indomable
y a mi fe inquebrantable
pude completar la jornada
para encontrarte, padre Jetsun,
en este sitio maravilloso, la colina auspiciosa.
Estas experiencias me recuerdan
la historia del encuentro del santo Chupoa
en el recinto fragante del este.

Cuando te vi mis cabellos se erizaron de deleite,
mi gozo fue más allá de toda descripción,
ya que toda mi ansiedad se satisfizo al verte.

Poco tengo que ofrecerte;
estaba harto del samsara,
temeroso del torbellino de la vida y la muerte
Y aborrecía todas las cosas mundanas.
Desde el fondo de mi corazón
se escuchaba este eco:
"Ve a practicar, ve a meditar".

Te ruego, mi gurú Jetsun, que siempre me recuerdes
y me cubras con tu compasión.
Te ruego escuches a tu siervo,
que tiene algo que decirte esta mañana.

Anoche recité el manirá Yidham,
a medianoche rogué a ti, mi gurú Jetsun,
luego practiqué el prana vital,
antes del alba dormí
y tuve estos maravillosos sueños,
que parece que no provienen de mis pensamientos comunes.

Soñé que llevaba un sombrero con cinta de seda
embellecido con galón a lo largo del ala;
sobre ésta había la imagen de un águila.

Soñé que llevaba un par de botas verdes
bien cortadas, ribeteadas de bronce
y sujetas con cordones de plata.

Soñé que llevaba un traje de seda blanca
con motas rojas y adornado con perlas y bordados de oro.

Soñé con un cinturón alrededor de mi cintura
hecho de algodón de Mon
y bordado de finas flores,
con flecos de seda y muchas perlas.

Soñé que llevaba alrededor de mi cuello
una bufanda blanca de fieltro
con jazmines bordados en plata.

Soñé que sostenía un cetro de sándalo
adornado con siete piedras preciosas,
con dibujo de cordones de oro.

Soñé que en mi mano izquierda traía
una calavera rebosante de néctar dorado.
Luego decía: "Déjame usar esto
como mi tazón para beber".

Soñé con un costal de muchos colores
lleno de dos pintas de arroz.
Luego dije: "Déjame usar esto
como alimento del dharma".
Luego me lo eché a los hombros.

Soñé con un pellejo de bestia salvaje
con cabeza y garras.
Luego dije: "Déjame usarlo
como cojín para sentarme".
Y luego me lo eché a la espalda.

Mirando a mi diestra vi
una pradera fértil con flores doradas
donde pastan muchas ovejas y ganados.
Los miré de cerca como un pastor.

Mirando a mi izquierda vi
una pradera como un jade verde
llena de muchas clases de' flores;
allí muchas mujeres se inclinaban ante mí.

En el centro de la pradera, en un montículo
de flores doradas, un bodhisattva se sentaba
con sus piernas cruzadas sobre un loto
dorado y matizado.

Soñé que ante el bodhisattva
corría una fuente y de su espalda
irradiaba un aura brillante
rodeándolo con fuego reluciente.

Éstas fueron las cosas maravillosas que soñé;
no sé si son de buen o mal augurio.
Oh gran yogui, que miras el pasado y el futuro
así como el presente, te ruego los interpretes claramente.

El Jetsun replicó: "Querido médico monje, hijo mío, no te sien¬tas incómodo sino relájate y ten tu mente descansada. No permitas que pensamientos errados te hagan caer en la trampa del apego egocéntrico. Deja que los nudos del escepticismo se desaten por sí solos, corta el cordel de la dualidad hasta su más sutil grosor y pasa, abriéndote camino, a través del marco más sutil y delicado de tus pensamientos habituales. No te afanes ni pienses demasiado, sino que, poniendo tu mente a gusto en un estado natural, no hagas esfuerzo alguno. Soy un yogui que ha dominado plena¬mente el cuerpo ilusorio. Con pleno conocimiento y directa reali¬zación de la esencia de todo sueño puedo, por supuesto, interpretar y transformar los sueñes. Hoy, yo, tu anciano padre, te explicaré el sentido de tus sueños. Presta, pues, plena atención y escucha cuidadosamente mi canto".

Ésta, querido médico, es mi contestación.
Escucha cuidadosamente lo que digo.
Hijo mío, has aprendido la enseñanza
de Dem Chog en la tradición de Zheng Ghar;
también la enseñanza de Ghamdampa, en el alto Weu;
has dominado y estabilizado el buen samadhi.
Siempre he pensado que eres excelente y destacado.

Pero ahora, con tu gran entusiasmo,
has sido atrapado por tus sueños
esto se debe a falta de conocimiento,
¿o tal vez a mera pretensión?
¿No has leído los sutras y muchos tantras?
Los sueños son irreales y decepcionantes, como lo enseñó
el propio Buda en la verdad final del paramita;
reunirías, ver sus consecuencias y estudiarlos
trae muy poco provecho,
por eso Buda utilizó los sueños como una de las ocho parábolas
para ilustrar la naturaleza ilusoria de los seres;
seguramente recuerdas estas conclusiones.
Sin embargo, tus sueños son maravillosos,
estupendos presagios prediciendo lo que ha de venir.
Yo, el yogui, he dominado el arte de los sueños
y te explicaré su magia.
El sombrero blanco es tu cabeza,
indica que tu visión irá más allá
de "lo alto" y "lo bajo";
el terso galón del ala es signo
de que demostrarás la esencia del dharma
sutil y profundamente;
los bellos colores de la piel indican
que explicarás las diferentes enseñanzas
de las diversas escuelas sin confundirlas;
el águila voladora de la parte superior significa
que obtendrás el mahamudra, la visión avanzada,
y verás la esencia del increado.

Las botas mongolas que llevabas
indican tu escalada del vehículo bajo y alto;
su color verde y sus adornos de tachones
significan que alcanzarás el Buda de los cuatro cuerpos;
"par" demuestra aumento de las dos provisiones;
los ojales de plata de las botas
son la ausencia de prácticas erróneas;
también predicen que serás como un hijo del Buda,
humilde y autocontrolado,
que es lo más ejemplar de los hechos budistas.

El traje de seda que soñaste llevar
indica que no deseas empañarte con ningún vicio,
los tejidos de oro simbolizan
una mente excelente y estable;
las motas o puntos rojos predicen
compasión y altruismo.

El cinturón decorado que soñaste llevar
significa que te ceñirás los tres reinos;
las joyas, las flores blancas y los ornamentos de seda
muestran tu adornarte en las tres enseñanzas
y tu guiar a otros discípulos virtuosos.

El bastón de sándalo que soñaste portar
prueba que tienes un gurú perfecto;
las siete joyas del cetro
simbolizan la grandeza de sus méritos;
el aderezo de listón dorado
predice que nutrirás a tus discípulos
con la instrucción medular y el linaje susurrado;
sostener el bastón con la diestra
y caminar hacia adelante a grandes trancos
con deleite prueba que morarás en la tierra pura.

El magnífico tazón de calavera, el vajra que sostenías
muestra que ilustrarás la verdad del vacío;
el néctar que llenó ese cráneo-tazón
significa tu disfrute del gran gozo;
la brillantez del néctar, su dorada luz.
indica que abrillantarás las formas;
el pensar en la calavera como tu tazón de beber
significa la fusión de los tres deleites previos,
llevar la calavera en la mano izquierda
indica que nunca te abandonará la experiencia interna.

La bolsa multicolor con la cual soñaste
prueba que traerás toda forma al sendero;
los dos bultos sobre tus hombros
predicen que marcharás a lo largo del sendero mahayana
mediante la práctica de sabiduría y eficacia;
el arroz allí, el pensamiento
de usar esto como sustento,
significa que gozarás de buena salud,
vida larga y alimento del samadhi.

Tu sueño del pellejo sobre tu hombro izquierdo
es prueba de una mente concentrada,
inmune a pensamientos vagabundos;
la cabeza y las cuatro garras simbolizan
tu creciente mente bodhi
y los cuatro buenos pensamientos con los cuales
librarás a las gentes de sus penas;
el pensamiento de usar la piel como cojín
significa que realizarás la afinidad
de vacío y compasión en tu mente.

Tu sueño de las flores de oro a tu derecha
muestra el crecimiento de tus méritos externos e internos:
los corderos y ganados pastando en los campos
simbolizan que el refugio en el dharma
satisfará los deseos de los seres;
el pensamiento de reunidos en manadas implica
que siempre serás compasivo
con los hombres desamparados y sufrientes.

Tu sueño de una pradera verde jade a tu izquierda
indica que conocerás la sabiduría gozosa
mediante la práctica constante del samadhi trascendental.

Las flores lozanas y variadas muestran cómo
crecerán paso a paso dentro de ti
las diferencias de las diversas etapas;
muchas mujeres reverenciándote
presagian que dominarás a todas las dakinis
residentes en todos los canales o nadis, así como el Tig Le.

El monte de flores doradas al centro
indica que mediante la realización, el samadhi
y una observancia inmaculada de la disciplina
atraerás muchos monjes a tu alrededor,
tal como las nubes se reúnen en el cielo.

Las hojas de oro exuberantes
sobre el sitial de loto implican
que tu mente nunca se ensuciará con el samsara,
manteniéndose como cabeza de loto sobre el lodo;
el bodhisattva en postura de loto
significa que tú, el joven bodhisattva,
no residirás en nirvana
sino que, con gran compasión,
transformarás tu cuerpo en muchas formas para ayudar
a la madre de las criaturas de sentimiento en el samsara.

La fuente que juega ante ti muestra
que tu venero del dharma siempre fluirá;
el aura radiante detrás de ti
significa que tus virtudes purificarán el Tíbet;
las chispas de fuego de tu cuerpo simbolizan
que la sabiduría bendita y cálida del calor Dumo
fundirá el hielo de los pensamientos extraviados;
la luna y el sol que brillan desde tu corazón
presagian tu estancia permanente en
el reino de la gran luz, que ni viene ni va.

Hijo querido, tu sueño
fue muy bueno, no fue malo.

Profetizar juzgando correctamente los signos
es una virtud que se obtiene por el dharma,
pero es peligroso apegarse
y ser afecto a la interpretación de los sueños,
pues se incurre en males y obstáculos;
sabiendo que los "sueños" son ilusiones
puedes traerlos al sendero.

¿Cómo puedes explicarlos
sin un conocimiento agudo y preciso?
Algunos sueños demoníacos parecen buenos,
sólo un experto verá su presagio negativo,
sólo un maestro del arte
puede reconocer los buenos sueños
cuando toman formas ominosas.
¡Buen monje, no te vuelvas adicto a ellos,
sean buenos o malos los signos!
¡Guarda, querido monje, estas palabras en tu mente!

Milarepa continuó: "Sacerdote médico, hijo querido, todos tus sueños predicen que el dharma crecerá plenamente en ti hasta florecer. Yo, tu anciano padre, con infinito conocimiento y con-fianza te he explicado en detalle los significados simbólicos de tus sueños. No olvides mis predicciones y ve si llegan a suceder. Cuando llegue el tiempo y los verifiques, surgirá en ti una fe suprema hacia mí, no como la que ahora tienes. Entonces realizarás la esencia de la mente sin esfuerzo, de un modo extraordinario. Aquí y ahora ganarás la liberación de ambas: vida y muerte.
"Otra vez te digo, si quieres ser un yogui devoto nunca debes apegarte a los sueños porque al hacerlo te expones eventualmente a la influencia de males. Si uno desobedece las instrucciones del propio gurú, desatendiendo las advertencias de los otros, y se sujeta al engreimiento, perderá, en esta larga carrera, la propia mente. Querido hijo, uno no debe mirar las faltas de los amigos, tampoco dar lugar a pensamientos viciosos, ni se debe afanar en muchas actividades. El error es siempre resultado de la ignorancia que fe tiene acerca de las otras mentes. Así pues, debes saber que esta vida es meramente una parte del bardo de nacer y morir; sus experiencias son irreales e ilusorias, una forma reforzada del soñar. La actividad mental del día crea una forma latente de pensamiento habitual que a su vez se transforma en diversas visiones ilusorias sentidas por la (semi) conciencia. Esto es lo que se llama el fa¬laz o engañoso y mágico bardo del sueño. Cuando los pensamien¬tos habituales están profundamente enraizados nos dirigen hacia actos buenos o malos, creando el bardo del samsara y compeliéndonos a experimentar placeres y miserias. Para purificar este círculo vi¬cioso del samsara debemos practicar el yoga del sueño y el yoga del cuerpo ilusorio. Quien domine estas yogas, luego, en el estado del bardo, puede realizar el sambhogakaya. Por lo tanto, debes prac¬ticar esto diligentemente mientras alcanzas la perfección".
Gambopa rogó luego al Jetsun la enseñanza fácil y práctica de los diferentes bardos. En respuesta Milarepa cantó:

¡Me inclino ante todos los Jetsun gurús!
Especialmente me refugio
en el que me otorgó tantas mercedes.
En contestación a tu pregunta, hijo mío,
canto esta canción del bardo.

Las criaturas de sentimiento en el samsara
y todos los Budas en el nirvana
sen iguales en naturaleza y los mismos en esencia.
Hijo, éste es el bardo de la visión.

Las fuerzas rojas y blancas manifestadas en todo
y la indescriptible esencia mental
son sólo el verdadero estado no diferenciado.
Hijo, éste es el bardo de la acción.

Los sueños que surgieron anoche debido a los
pensamientos habituales
y el conocimiento, en la mañana, de su no entidad
a la luz de maya, son lo mismo.
Hijo, éste es el bardo del soñar.

Los cinco skandhas impuros y el puro
Budha en sus cinco direcciones
son uno en el yoga de la perfección,
estado de no discriminación.
Hijo, éste es el bardo del originarse
y el yoga perfecto, el bardo del sendero.

El padre tantras que viene de la eficacia
y la madre tantra que surge de la sabiduría
son uno en la tercera iniciación del De sí nacido.
Hijo, éste es el bardo de la quinta esencia.

El autobeneficio es reflejado en el inmutable Dharmakaya,
los actos altruistas son hechos por el eterno manifiesto,
cuerpo de la forma,
aunque en el estado primordial sólo hay uno.
Hijo, éste es el bardo del Trikaya.

El cuerpo impuro e ilusorio a la puerta del útero
y la forma pura del cuerpo del Buda
son uno a la luz majestuosa del bardo.
Hijo, éste es el bardo del cumplimiento.

Luego el Jetsun dijo a Gambopa, Rechungpa y Shiwa Aui: "Recuerden sus sueños de esta noche y cuéntenmelos mañana, los interpretaré para ustedes". A la mañana próxima vino Shiwa Aui primero y le dijo al Jetsun: "¡Jetsun, tuve anoche un sueño muy bueno! Soñé que un cálido sol brillaba desde el este y entró en mi corazón". Rechungpa le siguió diciendo: "Soñé que llegaba a tres grandes valles y gritaba en alta voz". Luego llegó Gam¬bopa llorando y dijo: "Tuve un sueño muy malo". Milarepa dijo: "No sabemos si es bueno o malo; no hay que llegar precipitada¬mente a una conclusión. Dime tu sueño". "Soñé que asesinaba a mucha gente de diferentes razas deteniéndoles el aliento. Oh, debo ser persona muy pecadora con malos karmas". Milarepa, bonda¬dosamente, le dijo: "Hijo querido, no llores tan amargamente, dame tu mano". Así diciendo sostuvo la mano de Gambopa y continuó: "¡Hijo! Alcanzarás aquello que desde hace mucho deseas. Mucha gente pondrá su esperanza en ti para liberarse del samsara y sus deseos serán satisfechos. ¡Ha nacido mi hijo! Ahora el anciano padre ha hecho su servicio al dharma". Luego, volviéndose a loa otros, dijo: "Oh Shiwa Aui, tu sueño sólo ha sido fantasía, porque tu voto de servir al dharma no es suficientemente poderoso, no podrás beneficiar a las gentes. Sin embargo, serás capaz de ir a la tierra pura del Buda. Rechungpa, debido a que tres veces has violado mis indicaciones bajo la influencia del mal, reencarnarás tres veces más en tres diferentes valles, como un budista erudito cuya fama se escuchará a lo lejos".
El Jetsun Gambopa, el médico de Nyal, meditó durante otro mes con gran diligencia. Primero vio a los siete Budas curativos. Sólo necesitaba tomar una inspiración de aire para cada día. Des¬pués de una exhalación disolvíase automáticamente el prana. Una tarde sostuvo su aliento y vio al Buda Sambhogakaya de la Tierra Pura, con la visión infinita de lo maravilloso. Distraído' y entre¬tenido con estas escenas portentosas, soltó su aliento y se encontró de pronto con que ya era la noche. Pensó en decírselo al Jetsun, pero no queriendo molestarlo en su meditación, no fue esa noche. Durante el periodo de meditación al alba, sostuvo de nuevo su aliento y vio al Buda Sakyamuni como jefe entre mil Budas. Cuando despuntó el día fue ante el Jetsun y lo reverenció; éste le dijo: "No necesitas contarme tus visiones, las conozco de antemano. Ahora has visto a ambos, Nirmanakaya y Sambhogakaya, en el Buda pro¬tector. Pero aún no has visto al Dharmakaya. Hijo mío, debido a tus promesas de vidas pasadas, deberás ir al Tíbet central aunque desees permanecer conmigo. Vete pues y medita allí. Los peligros que hace tiempo encontraste en tu meditación han sido contrarres¬ta de? por mí. Sin embargo, encararás otro peligro: el del poder milagroso. Es decir, cuando obtengas esos poderes milagrosos, el demonio del hijo del cielo vendrá a ti, y es en este tiempo en que deberás ser extremadamente cauteloso y precavido manteniendo en secreto estos poderes. Hablando en general, la doctrina de la palabra secreta (Vajrayana) del tantrismo es una enseñanza eso¬térica. El cumplimiento o realización de ella también se efectúa de un modo secreto. Una persona extremadamente bien dotada, con una capacidad desarrollada, no es afectada por las malas influen¬cias. Tú eres uno de esa clase; así pues, ningún mal puede afectarte. Para la salvación y beneficio de las criaturas de sentimiento, reunirás discípulos y les enseñarás.
"Podrá", comenzar la enseñanza y difusión del dharma cuando contemples y estabilices la realización de la esencia mental. En algún tiempo la verás más claramente, lo que será una experiencia muy diferente de la que actualmente tienes. Entonces me verás como el mismo Buda perfecto. Esta convicción profunda e inconmovible crecerá en ti. Entonces puedes comenzar a enseñar. Quien puede llevar su prana hasta la punta de sus dedos puede vencer les obs¬táculos del prana. Prueba y ve si puedes hacer eso".
Luego Gambopa puso un montón de cenizas en una laja de piedra. Cargó sus dedos con el prana y señaló con ellos la ceniza. Cuando llegó la medianoche comenzaron a dispersarse las cenizas.
A la mañana siguiente Gambopa informó de lo sucedido al Jetsun, quien dijo: "Aún no has dominado el prana, sino que lo controlas parcialmente. Sin embargo, pronto alcanzarás los dos po¬deres, el común y el especial milagroso, y ejecutarás transforma¬ciones. De momento no necesitas más permanecer conmigo, ve al monte Gambo Dar en el este. Allí encontrarás una colina que parece un rey sentado en su treno, su cima parece un escudo como el que llevo ahora; sus bosques son como una mandala do¬rada. Frente a esta colina hay otras siete que parecen montones de joyas; aparecen como siete ministros postrados ante el rey. En el cuello de esta colina hallarás a tus discípulos. Vete allí ahora y benefícialos". Después Milarepa cantó:
¡Oh venerable monje, hijo mío!
¿Irás al Tíbet Central?
Si es así debes pensar en manjares deliciosos.
Cuando surja en ti esta ansia,
come el alimento del samadhi
y comprende que el alimento es ilusión.
¡Trae todas las experiencias
al reino del Dharmakaya!

En alguna ocasión pensarás en alguna compañía;
cuando esta ansiedad surja
piensa que tu consorte es la sabiduría innata,
recuerda que toda compasión es temporal y falaz;
¡Trae, por lo tanto, todas las experiencias
al reino del Dharmakaya!

En alguna ocasión pensarás en tu gurú;
cuando surja esta ansiedad
visualízalo sobre tu cabeza
y ruega sus bendiciones;
visualízalo sentado
en el centro de tu corazón
y nunca lo olvides;
pero has de saber que aun tu gurú
es una ilusión similar a un sueño,
porque todas las cosas son irreales y mágicas.

El Monte Gambo Dar en el este
es como un rey en su trono,
la colina detrás es como una bufanda flotando,
la anterior es como un montón de gemas;
su cima es como yelmo enjoyado,
rodeándolo están siete colinas pequeñas,
reverenciándolo como ministros ante el rey,
mientras los bosques semejan una mandala dorada.

En el cuello de esta montaría
encontrarás discípulos,
¡Vete allí, ayudarás a criaturas de sentimiento!
¡Vete allí, lograrás actos altruistas!

Milarepa continuó: "Ahora te daré el nombre de bikshu Sos¬tenedor del Vajra, Gloria del Mundo". Inició a Gambopa dándole las instrucciones y bendiciéndolo. Luego el Jetsun lo colacionó en el Ahrura dorado {medicina universal que todo cura. Probablemente rea myrobalan) y lo bendijo con su lengua y su saliva. También le dio una mecha en su estuche como regalo de buena suerte. Luego le dijo: "Ahora irás a tu destino y meditarás allí".
Milarepa acompañó a Gambopa en su partida hacia el Tíbet central (Weu), llegando con él hasta Shamboche. Cuando llegaron a un puente de piedra, el Jetsun dijo:
"Monje venerable de Weu, sea como voto propicio el no cruzar juntos el río. Baja tus cargas y deja que padre e hijo platiquen por un rato. Oh monje de Weu, renuncia al orgullo y al egoísmo, corta los cordeles del afecto y del apego y abandona los deseos mun¬danos tal como ha de hacerlo un buen budista. Combina todas las enseñanzas en una sola práctica. Ora siempre a mí, nunca te asocies con personas débiles, aquellos cuya avaricia, odio e igno¬rancia son grandes; pueden contaminarte con su sombra de pecado. Hay gentes que sólo ven las faltas ajenas y consideran a todo como su enemigo. Ellos envilecen a los otros, critican el dharma y traen su mala influencia a todo, porque en lo profundo de su corazón arde siempre el fuego del odio. Para dar un ejemplo: la serpiente no tiene alas, piernas ni manes; lógicamente debe ser una criatura débil y mansa, pero en cuanto uno la ve queda lleno de aborrecimiento. Esto es un reflejo del gran odio que existe en la serpiente.
"Quien abriga en sí el odio ve a todos los hombres como sus enemigos. Hay otros que son muy mezquinos y todo agarran y al¬macenan, aun un pedazo de madera o una canasta de piedras. Dicen: «Cuando seamos viejos necesitaremos medios de vida; cuan¬do muramos necesitaremos alimento para el sacrificio en el ce¬menterio». Dicen que no se puede practicar el dharma sin dinero, que aun un bodhisattva necesita dinero para acumular sus provi¬siones espirituales; luego condescienden con la usura y todas las formas de especulación, su sangre hierve siempre de codicia. Otras gentes dicen: «Éste no es el tiempo para que yo practique la en¬señanza trascendental. Quien no cultiva su compasión, caerá en el sendero Hinayana. Uno nunca debe adherirse a una enseñanza o caerá en el fanatismo y en la estrechez mental». Esta gente está cegada por la gran ignorancia; nunca te asocies con ella ni prestes atención a sus habladurías. Si hablas con ellos te preguntarán quién es tu maestro y qué clase de dharma practicas, pero tus contesta¬ciones de pronto les causarán enojo. Debido a la estrechez de su mente, las buenas advertencias nunca les significarán bien alguno, niño que serán motivo para que incurran en el vituperio. Como resultado de esto perderán sus refugios y serán dañados. En otras palabras, una buena advertencia es causa de que otras gentes pe¬quen. Es por esto que nunca debes asociarte con hombres que estén dominados por los tres deseos ponzoñosos, siempre, crecientes. El sagrado Tantra dice: «Estar siete días en un templo hinayana trae daño al yogui tántrico, no lo beneficia. ¡Como gorrión pe¬queño y cauteloso espía tu conducta con gran cuidado!».
"Hijo mío, no te enorgullezcas de tu conciencia y disciplina. Ten armonía con todo; sé paciente, perseverante, virtuoso y noble; refrena tus pensamientos errados. Habla menos siempre, y domí¬nate a ti mismo de toda distracción. Mora constantemente en ermitas y emplea todo tu tiempo en adelantar en tus tres apren¬dizajes. Podrás comprender que tu propia mente es el mismo Buda, pero nunca abandones a tu gurú. Podrás comprender que todos los actos son intrínsecamente puros, pero nunca abandones ni la más pequeña virtud. Podrás comprender que todas las causas y los karmas son vacío, pero debes abstenerte de cometer la más pequeña transgresión. Podrás comprender que tu identidad y los otros son uno en la gran igualdad, pero no debes censurar el dharma ni desamparar a las criaturas de sentimiento. Hijo, debes venir a verme el año del conejo, el mes del caballo, el día ca¬torce. Escucha ahora mi canto:
Hijo mío, cuando aparezca en tu mente
el reino que está más allá de la palabra
no consientas las charlas,
no sea que te vuelvas orgulloso y locuaz
arrastrándote así los reclamos mundanos.
Es importante ser humilde y modesto.
¿Entiendes, monje venerable de Weu?

Cuando dentro de ti aparezca la autoliberación
no te comprometas en lógicas y especulaciones,
no sea que te envuelvas en actividades sin sentido;
hijo, descansa sin pensamientos vagabundos.
¿Entiendes, monje venerable de Weu?

Cuando contemples la naturaleza vacía de la mente
no la analices como una o como muchas,
no sea que caigas en el vacío de la aniquilación;
hijo, descansa a tus anchas, en la esjera más allá de palabras.
¿Entiendes, venerable monje de Weu?

Cuando practiques mahamudra
no practiques actos virtuosos de boca o con el cuerpo,
no sea que se desvanezca la sabiduría de la no distinción;
hijo, descansa a tus anchas en el estado del no hacer.
¿Entiendes, venerable monje de Weu?

Cuando se abra la revelación y la profecía
no te engrías ni te sientas eufórico,
no sea que te defrauden presagios demoníacos;
hijo, descansa a tus anchas en el estado del no apego.
¿Entiendes, venerable monje de Weu?

Cuando observes tu mente con penetración
no remuevas las pasiones ardientes ni el apego,
no sea que te posea el demonio del deseo;
hijo, descansa a tus anchas y sin esperanza.
¿Entiendes, venerable monje de Weu?

Luego Milarepa puso sus pies sobre da cabeza de Gambopa y le dijo: "Venerable monje de Weu, acabo de impartirte todas las cuatro iniciaciones. Ahora sé feliz y gozoso". Así, en este solo acto, el Jetsun dio a Gambopa, primero la iniciación del divino cuerpo bendiciendo su cuerpo para que se tornara en mandola del Buda; segundo, la iniciación de la palabra divina bendiciendo sus pala¬bras para que se tornaran mantras; tercero la iniciación del dharma iluminando su mente al Dharmakaya. El mero acto de poner los pies sobre la cabeza de Gambopa simboliza que Milarepa ha dado a su discípulo la iniciación de gurú-Vajra ordenándolo como un ple¬namente maduro maestro de Tantra. Nuevamente le dio la ini¬ciación del samadhi de expresión y le dijo: "Tengo una profunda y poco común instrucción medular, pero es demasiado preciosa para darla. Puedes irte ahora".
Milarepa envió a Gambopa a su viaje permaneciendo él mismo donde estaba. Cuando Gambopa cruzó el río y había alcanzado suficiente distancia como para apenas escuchar la voz del Jetsun, Milarepa lo llamó diciéndole: "¿Quién otro que no seas tu podría merecer recibir esta preciosísima instrucción medular, aun cuando sea de muchísimo valor para darse? Ven pues aquí y te la impar¬tiré". Con gran contento Gambopa contestó: "¿Debo ofrecerte ahora una mandala?". "No, no es necesario que me ofrezcas nada, sólo espero que apreciarás esta enseñanza y no la desperdiciarás. Ahora, mira", así diciendo Milarepa levantó sus ropas, exponiendo su cuerpo desnudo cubierto de hinchazones y calles. "No hay en¬señanza más profunda que ésta. Ve cuántos duros trabajos me he impuesto. La enseñanza más profunda del budismo es practicar. Es simplemente debido a este esfuerzo constante que he ganado los méritos y cumplimientos. Tú también debes esforzarte en perse¬verar en la meditación".
Esta imagen inolvidable dejó una impresión indeleble en Gam¬bopa, quien obedeciendo las instrucciones de su gurú, comenzó su jornada hacia el este.
Sobre la vida de Gambopa y sus grandes logros en difundir el dharma y beneficiar a las criaturas de sentimiento se advierte al lector remitirse a la propia biografía de Gambopa, en la cual podrá encontrar información detallada.
Luego el Jetsun Milarepa fue a Chu Bar, reunió a todos sus discípulos y les dijo: "Este monje médico beneficiará a muchísimas criaturas de sentimiento. Anoche soñé que un águila volaba de aquí a Weu y se posaba en lo alto de Una gema preciosa. Luego re¬volotearon a su alrededor muchos gansos. Después de un corto tiempo se dispersaron en direcciones diferentes; cada ganso reunió nueva¬mente como quinientos compañeros más. De este modo todas las llanuras y los valles se llenaran de gansos. Este sueño indica que a pesar de que yo soy un yogui laico, muchos monjes seguirán mi linaje. Estoy feliz, más allá de toda palabra, porque ahora he completado mi servicio al dharma". Milarepa habló con profundo sentimiento y con gran gozo.

Ésta es la historia del principal hijo del corazón de Milarepa, su santidad Gambopa.



42 LA CONVERSIÓN DEL ERUDITO LODUN

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa estaba en la floresta meritoria del pequeño tamarisco fue visitado por un monje llamado Lodun Gedun, seguidor de Rechungpa y Sevan Repa, el cual estuvo an-teriormente asociado con el monje Dhar Lho, aquel que una vez disputó con el Jetsun. Después de hacer muchas reverencias a Milarepa, le dijo: "Amadísimo Jetsun, cuando te vi por vez primera te admiré grandemente y fui testigo de cómo murió mi amigo Dhar Lho; sin embargo, no pude decidir si el dharma que nosotros practicábamos era correcto o equivocado. Mas aunque te dejé, siempre te respeté. Vengo ahora ante ti en busca de ins¬trucción. Sé suficientemente bondadoso como para enseñarme".
El Jetsun replicó: "La práctica del dharma por parte de un hombre que se complace en diversiones y no recuerda la muerte será de poca utilidad, porque no puede reducir sus malas acciones ni incrementar sus virtudes. Escucha ahora mi canto".

Nuestro señor Buda predicó el dharma
para aniquilar los deseos mundanos;
sin embargo, los doctos engreídos
son esclavos de sus deseos.

Buda instituyó reglas monacales
con el fin de que pudiera renunciarse al mundo;
sin embargo, esos monjes reprimidos y "vírgenes"
están ocupadísimos con el mundo.

Buda predicó la forma de vida en reclusión
para que pudiera renunciarse a tas ataduras mundanas;
sin embargo, muchos ermitaños de hoy
están más atados por las ligas mundanas.

Si olvidas que vendrá la muerte,
tu práctica significa poco y no ayuda nada.

"A pesar mío, siempre he sido así", dijo Lodun. "De ahora en adelante siempre recordaré la llegada de la muerte. Por favor, dame alguna instrucción qué practicar". El Jetsun pensó: "Debo ver si él realmente puede dedicarse a la meditación. Quienquiera que tenga pocos deseos por esta vida puede alcanzar el estado bú¬dico practicando el budismo escolástico, aunque le tome un largo tiempo". Cantó entonces primorosamente:

Me inclino ante todos los gurús,

Escúchame, monje venerable,
las reglas monacales básicas
son los grandes pilares del salón budista;
uno debe enderezarlas
cuidando de que no se inclinen.

El estudio de la lógica y los Sutras es
un precioso limpiador de la enseñanza budista
que remueve la herrumbre de las ideas erróneas.

Las disciplinas de los tres aprendizajes
son los amigos del budismo;
no deben considerarse como tonterías.

La lógica y la visión del mahayana
eliminan las disputas de los tontos
iluminando a quienes están en la oscuridad.

Lodun dijo entonces: "A pesar de todo, sólo he practicado el dharma verbalmente. Te ruego me otorgues las enseñanzas de la quinta esencia". Así, con gran sinceridad continuó rogando ad Jetsun. Conociendo Milarepa que había llegado el tiempo para la iniciación de Lodun, permaneció sentado aparentando enojo y con gesto ceñudo. Entonces Lodun pidió a Rechungpa, a Sevan Repa y a otros discípulos que intercedieran por él. Milarepa, complacido con sus sinceras peticiones, dio al fin su consentimiento diciendo: "La persuasión de los Repas es demasiado fuerte para resistirla. Además, nuestro venerable monje es un hombre bien dotado y capaz de una práctica genuina". Luego, volviéndose a Lodun Gedun, continuó: "En estas circunstancias te daré instrucciones y espero sinceramente que practicarás con devoción". Si uno solamente co¬noce, pero no practica el dharma, los resultados serán así", y cantó:

¡Reverencia a todos los gurús!

Ambos, el monje y ustedes, yoguis, han hecho votos conmigo;
quien pide es el monje venerable,
hombre erudito y famoso en tres valles,
pide instrucción para entrar al sendero.
Son de buena voluntad tanto él como sus asistentes.

Yo soy el yogui Milarepa,
hijo amado del Buda Marpa;
no hablo de oídas ni con pompa,
mis palabras son sensibles y de todo corazón,
acaban con críticas y análisis;
por eso, escuchen atentamente lo que dice este anciano.

Quien no practica con devoción el dharma
podrá a lo mucho llegar a ser un vagabundo del cielo.
Estos vagabundos de los cielos son
bien versados en retórica y lógica;
conocedores del Tantra, poseen
poderes mágicos y hacen maravillas;
viviendo confortablemente disfrutan todos los placeres,
pero como no practican el dharma verdaderamente
no se dan cuenta de sus faltas menores,
no pueden liberarse nunca
de los deseos mundanos ni del engreimiento.
Por eso la compasión del vacío nunca surgirá en ellos
ni se marchitará en su interior el pimpollo de la pena.
Por siempre estarán cayendo atropelladamente
en el mar del samsara.

Mucho conocimiento, una inteligencia aguda y magia poderosa
son como fuego y leños chamuscando nuestra mente;
puede uno estar seguro de que de estos actos pecaminosos
sólo resultará la infelicidad.
El camino cierto es la práctica del dharma.

La droga que revive tras la muerte es un salvador de la vida,
pero si no se le toma, es inútil.
Si un enfermo quiere curarse debe tomar la medicina adecuada.

El néctar celestial para la larga vida
está en manos de los asuras.
Si ellos fallan en beberlo
sufren de muerte interminable.
¿Qué beneficio podrá reportarles el elíxir?
Para protegerte de la muerte interminable
inerte el néctar en tu boca y bébelo.

En el tesoro de Yama se almacena
mucho alimento con cien sabores diferentes,
pero muchos lamas dejan de comerlo
y mueren de hambre.
¿Qué beneficio puede reportarles el alimento?
Quien desee liberarse del hambre debe
poner en su boca el alimento y comérselo.

Lodun, con gran fe, dijo: "Cada una de tus palabras se ha im¬preso en mí con profunda convicción. Tu prédica es en verdad muy profunda. Ahora sé, por favor, suficientemente bondadoso para instruirme en la esencia de los seis Paramitas". Como respuesta el Jetsun cantó:

No soy muy versado en palabras
porque no soy orador erudito,
pero tu petición es sincera y buena.

Los seis Paramitas contienen todas las enseñanzas budhi;
para aquellos que practican el dharma,
la riqueza es sólo causa de diversión.
Quien da todo o deja todo
nacerá príncipe del cielo.
¡Es noble practicar la caridad!

La disciplina moral es una escala a la liberación,
la cual no deben descartar ni monjes ni laicos.
Todo seguidor del budismo ha de practicarla.

La paciencia budista fue ejemplificada por Drang Sung;
ella es la virtud que más estimó Buda;
es un ornamento difícil de llevar,
sin embargo, cuando se le usa aumenta todo mérito.

La devoción es la vía corta a la libertad
y una necesidad en la práctica del dharma;
sin ella nada puede hacerse.
Cabalga pues el potro de la devoción.

Estos cuatro dharmas traen méritos a los hombres
y son indispensables para todos.
Ahora hablaré de sabiduría.

La meditación es una enseñanza entre estas dos,
porque se aplica a ambas; sabiduría y práctica meritoria;
mediante ella es vencida toda distracción,
es la más importante entre todas las prácticas budistas.

El Paramita de sabiduría es la enseñanza de la verdad final,
el tesoro más querido de todos los Budas;
disfruta de ella incansablemente,
es la gema celestial que satisface todo deseo
al satisfacer la esperanza de toda criatura.
A aquellos que pueden renunciar a toda actividad,
la sabiduría Paramita les dará descanso final.
Esta provisión de sabiduría es la más preciosa,
mediante ella alcanzaremos, paso a paso, la perfección.

Ésta es mi respuesta, monje venerable,
recuérdala y practícala con alegría.

Habiendo escuchado este canto, muchos discípulos obtuvieron grandes progresos. El Jetsun dijo luego a Rechungpa y Sevan Repa: "Preparen las ofrendas, voy a iniciar al monje venerable". Entonces se dio a Lodun la iniciación y la instrucción medular.
Después de meditar por un tiempo tuvo Lodun muchas expe¬riencias. Un día vino a Milarepa mientras un buen número de discípulos estaban reunidos allí y dijo: "Durante mi meditación vinieron a mí gran número de pensamientos inconstantes y muchas visiones desenfrenadas. No importaba cuánto lo intentara, no podía mantener mi mente quieta y reposada. No sé si esto es bueno o malo; si es malo, te ruego me enseñes a vencerla; si es bueno, muéstrame el modo de progresar". "En verdad, ha trabajado in¬tensamente", pensó Milarepa, y advirtió: "Puede que hayas tenido muchos pensamientos extraviados y muchas visiones desordenadas, pero esencialmente todos ellos son uno. No importa si son buenos o malos. Lo que debes hacer es concentrar tu esfuerzo en la visión. Escucha ahora".

¡Reverencia a todos los gurús!

Escúchame, Lodun, y ustedes también:
¿Conocen lo que es la proyección mental?
Ella crea y manifiesta todas las cosas.
Quien no entienda vagará siempre en el samsara;
para quien lo comprende, todo aparece como dharmakaya;
no hay necesidad de buscar otra visión.

¿Sabes, venerable monje,
cómo mantener tu mente en reposo?
El secreto está en dejarla ir
sin hacer ningún esfuerzo,
dejando que descanse confortablemente,
como niño que duerme a sus anchas
o como un océano en calma, sin olas...
Descansa, entonces, en la iluminación
como una lámpara brillante y resplandeciente.

Debes descansar tu mente en paz,
sin orgullo, como un cadáver...
Descansa tu mente inmutablemente,
tal como una montaña que no se estremece,
porque la esencia de la mente
es libre de toda falsa aseveración.

¿Sabes, monje venerable,
cómo surge todo pensamiento?
Como sueños insustanciales,
como la tersura del vasto firmamento,
como la luna reflejada en el agua,
como la ilusión del arcoiris, así surgen;
nunca los niegues concientemente,
porque cuando alumbre la luz de la sabiduría
desaparecerán sin dejar rastro,
tal como desaparece la oscuridad a la luz del sol.

¿Sabes, venerable monje,
cómo enfrentarte a los pensamientos inconstantes?
Las nubes son fugaces y cambiantes,
sin embargo, no se apartan del cielo;
las olas del océano son poderosas,
sin embargo, no se separan del mar;
pesado y denso es un banco de niebla,
sin embargo no se separa del aire;
la mente corre frenética en la variedad,
sin embargo, no se separa del vacío.
Quien pueda "sopesar" el conocimiento
entenderá la enseñanza
de la mente Jinete del respirar,
quien vea los pensamientos inconstantes,
como ladrones que vienen a hurtadillas,
entenderá la instrucción
de vigilar a estos pensamientos intrusos,
quien experimenta desde afuera su mente inconstante
comprenderá la alegoría de la paloma y el bote en alta mar.

¿Sabes, monje venerable, cómo actuar?
Como un león temerario, como elefante ebrio,
como espejo claro, como loto inmaculado
que surge del lodo; así debes actuar.

¿Sabes, monje venerable, cómo
alcanzar los cumplimientos?
El Dharmakaya se alcanza mediante no discriminación,
el Sambhogakaya mediante gozo,
el Nirmanakaya mediante iluminación,
el Svabhavikakaya mediante lo innato.

Yo soy aquel que ha obtenido todos estos cuatro Kayas,
sin embargo, no hay ningún flujo ni cambio en el Dharmadhatu.
La visión, práctica y experiencia,
el remedio, acto y logro
son las seis cosas esenciales
que un yogui debe enfrentar en su devoción.
Apréndelo y aplícalo a tu práctica.

Siguiendo las instrucciones de su gurú, Lodun continuó medi¬tando con gran dedicación y perseverancia. Como resultado obtuvo grandes experiencias, las cuales presentó al Jetsun en este canto:

¡Reverencia a los padres gurús!

Más allá de toda creación y extinción
está esta mente propia iluminativa,
jinete de los pronas móviles,
corre en todas direcciones y hacia todos los sitios;
como la poderosa animación de la mente
es en sí misma más allá de todo conocimiento,
encuentro todo lo que deseo
dentro del tesoro de la mente.

Libre de forma y de color,
excediendo los reinos sensoriales,
esta mente maravillosa
está más allá de toda palabra o sentencia.

Por la práctica de la instrucción profunda
surge hacia afuera calor y gozo,
como resultado crece dentro el entendimiento;
entonces uno es por siempre libre de toda adulteración.

Nunca pueden alcanzarse los logros
si se está fuera del sendero eficaz;
estas instrucciones del lenguaje susurrado
son maravillosas.

Por seguir este profundo sendero de eficacia
yo, el yogui, he ganado realización;
en verdad, estas enseñanzas maravillosas
son buenas de practicar.

Milarepa advirtió a Lodun: "Monje venerable, no ajustes tu mente a ninguna base, no la cierres a ningún contacto, no caigas en fanatismo o extremos. Tu mente es algo que nunca podrá des-cribirse, explicarse o designarse; sin embargo, puedes llamarla como quieras cuando hayas comprendido plenamente esta verdad".
Lodun siguió meditando en las montañas y obtuvo la realiza¬ción. Por el estudio disipó toda duda y por la práctica actual barrió todo concepto equívoco interior hasta que, monje yogui, tornóse en el hijo íntimo de Milarepa, semejante a un león de las nieves.

Ésta es la historia del monje Lodun.



43 CANTO DE LAS OCHO MARAVILLOSAS ALEGRÍAS

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa residía en las alturas de la Roca Roja de Drin, un monje de la tribu Dre que nunca antes había visto al Jetsun, pero que estaba muy impresionado con su fama, vino, lleno de gran fe, a visitarlo. Cuando llegó a la morada de Milarepa sólo vio en la cueva una cazuela de cocinar y pensó: "Nada hay aquí, ni una simple página de las escrituras budistas, ni la imagen de un Buda, ni siquiera un pequeño símbolo del dharma, ni aun lo necesario para entretenerse y vivir. Si no hay símbolo sagrado tal como un sutra o imagen de Buda en la cual él ponga su confianza, ¿qué será de él cuando muera?" El Jetsun conoció en seguida sus pensamientos y dijo: "Monje venerable, no tienes que preocuparte sobre esto. Yo tengo mis escrituras sagradas, mis imágenes y mi confianza en el dharma. No regresaré, sino que me regocijaré cuando muera. Ahora escucha mi canto".

¡Me inclino ante todos los padres gurús!

Mi cuerpo es en sí mismo la mandala sagrada
donde residen los Budas de todos los tiempos,
gracias a sus bendiciones soy libre
de toda necesidad y apego;
día y noche les ofrendo,
soy feliz de hacerlo sin cosas materiales.

Conocedor de que todos los seres en los seis lokas
son Budas en potencia, y de que los tres reinos
son el palacio del autocreado más allá de toda medida
todo lo que hago es un juego del dharmadhatu;
quienquiera que sea con quien yo esté
es una deidad protectora,
donde yo resida es la morada del Buda;
veo a todos claramente con mi gran sabiduría; soy feliz al abandonar toda ayuda y todo símbolo.
En el papel de las fuerzas
rojas y negras he usado la tinta- de la sabiduría
escribiendo las palabras de los cinco sentidos,
entonces toda forma se torna dharmakaya;
soy feliz sin esos libros tontos.

Toda criatura de sentimiento en el samsara
tiene "esoidad", pero no lo comprende.
Aplicando las instrucciones profundas
me absorbo en el samadhi del Trikaya.

Oh, cuando venga la muerte sólo gozo sentiré.

El monje pensó: "Ciertamente es correcto creer que tiene po¬deres telepáticos, ya esto solo es una prueba de que las otras habi¬lidades deben de ser verdad". Su fe se confirmó irrevocablemente y se prosternó ante Milarepa con gran seriedad pidiéndole lo hiciera su discípulo.
Reconociendo que este monje estaba bien dotado, Milarepa le dio la iniciación y las instrucciones verbales, enviándolo a me¬ditar. Después de un tiempo obtuvo experiencias excelentes y bené¬ficas. Un día vino al Jetsun mientras muchos discípulos se hallaban reunidos y dijo: "En el pasado no tenía experiencias de gozo in¬terior, por lo tanto era muy grande mi ansia de riqueza y de cosas materiales. Pero tú, Jetsun, que no tienes apego, tienes dentro de ti gran gozo todo el tiempo. De ahora en adelante seguiré tu ruta, meditando por el resto de mi vida en una ermita, de tal modo que por siempre sea también gozoso".
Milarepa estaba extremadamente complacido. Replicó: "Esto o muy cierto. Quien se guarde en una ermita será por siempre feliz y al final podrá ser un buen guía". Entonces Milarepa cantó el canto de Los ocho gozos maravillosos.

Me inclino ante ti, rey de reyes,
Buda que satisface todo el Nirmanakaya,
antorcha reluciente que dispersa la oscuridad de la ignorancia.

A ti, Marpa el traductor, ofrezco homenaje sincero.
En el cielo que guarda la altura de la Roca Roja
es donde se encuentran las dakinis,
lugar de delicias que me trae mucha inspiración.
Oh, discípulos sabios y perseverantes,
presten atención al canto
que este anciano entona con alegría.

En esta ermita quieta
donde no se halla ningún sectario
reside un guía que siempre está en samadhi,
él conoce el sendero, hombre feliz
que comprende que su cuerpo es un templo sagrado.
¡Oh, qué maravilloso es saber
que la mente es pura como el cielo!

Una fe firme e inconmovible es el guía
que puede conducirte en el samsara,
¿hay alguien aquí que tenga este guía?
¡Oh, es una felicidad ver que ambos,
samsara y nirvana, son liberados!
¡Oh, es maravilloso comprender
que los cuatro cuerpos del Buda
existen por siempre en la propia mente.

El contacto sin apego con los objetos
por parte de los seis sentidos es el guía
que convierte todo obstáculo en ayuda,
¿hay alguien aquí que tenga este guía?
Feliz es quien alcanza la playa del no deseo,
y maravilloso es estar libre de toda dualidad.

Un gurú recto con una genuino transmisión es
el guía que aclara y borra toda duda e ignorancia,
/hay alguien aquí que tenga este guía?
;Oh, es una felicidad ser el hombre
que sirve a su Gurú como a un Buda.
Es maravilloso contemplar la Propia-faz de la mente.

Este vestido de algodón es el guía
que me protege del calor y del frío en las montañas nevadas,
¿hay alguien aquí que tenga este guía?
¡Oh, es maravilloso yacer desnudo en la nieve de las montañas,
es una felicidad no temer el frío ni el calor!

La instrucción de identificar, transformar y unir
es el guía que aplasta todo temor al bardo,
¿hay aquí alguien que tenga este guía?
¡Oh, es maravilloso alcanzar el hogar de la realidad!
¡Feliz es ser un hombre con no vida, no muerte!

El sendero eficaz del linaje susurrado es el guía
que puede distinguir entre una mente pura y una viciada,
¿hay alguien aquí que tenga este guía?
¡Oh, es maravilloso sentir el prana de vida
subiendo por el canal central!
¡Felicidad es tener una mente y un cuerpo
siempre a gusto y en gozo!

El yogui que practica vacío y compasión
es el guía que corta toda jerga y todo juego de palabras,
¿hay alguien aquí que tenga este guía?
¡Oh, es una felicidad estar rodeado por seres iluminados!
¡Es maravilloso ganar discípulos mediante la. transformación!

Éste es el canto de los ocho gozos
cantado para ti, por este anciano, con gran deleite.
Canto estas palabras con gran cariño,
para esclarecer las mentes de los discípulos;
no las olvides, sino grábalas en tu corazón.

Dre Dun y los otros discípulos se sintieron muy regocijados e inspirados al oir este canto. Luego Dre Dun dijo al Jetsun: "Todo lo que has dicho es maravilloso. Ahora, te ruego cantes para mí una instrucción sobre la visión, práctica, acción y realización que sea fácil de entender, practicar y llevar a cabo".
En respuesta Milarepa cantó:

¡Reverencia a los padres gurús!

Cuando penetres la visión con profundo pensamiento
no te dejes confundir por el conocimiento verbal.

Antes de que hayas entendido en si mismo el conocimiento
no parlotees sobre la visión de la vacuidad.

Todo lo manifiesto es irreal como un eco;
pero nunca falla en producir el efecto que corresponde.
Por lo tanto, nunca hay que ser negligente
con el karma y las virtudes.

No denigres a los otros
con tu fanatismo y egoísmo,
no te apegues a ideas fijas
sin un entendimiento de la verdad suprema;
primero realiza plenamente la naturaleza propia
y arranca de raíz todo error.

No te hagas afecto al éxtasis y al vacío
antes que la gran iluminación brille en tu mente;
aunque todas las cosas son manifestación del vacío
nunca te solazes en placeres ni esperes
que tus conflictos se desvanezcan sin esfuerzo.

Las cosas en sí mismas son vacío;
así pues, nunca te apegues al vacío
ni menos aún te extravíes en formalismos.

Surgirá el éxtasis cuando
en la marea del gozo mundano
se apacigüen los pensamientos inconstantes de un zafio:
pero quien se apegue a ello se extraviará.

Antes que relumbre desde adentro la realización
o pueda uno bendecir todo objeto o apariencia,
antes que las experiencias de cada uno de los cinco sentidos
se hayan tornado en el gran gozo,
o todos los pensamientos ilusorios hayan finalizado,
no te comprometas a voluntad en actos anómalos
no sea que te extravíes en la práctica de los actos iguales.

Al llevar a cabo el último logro
no se ha de buscar en ninguna parte el estado búdico;
antes de ver claramente la esencia de la mente
evita caer en esperanzas y temores.

Ustedes, discípulos, pueden pensar que sus cuerpos son el Buda,
pero nunca consideren que son el real Nirmanakaya;
sus pensamientos inconstantes pueden desvanecerse en el Dharmakaya,
pero nunca piensen en ellos como entidades reales
que ahora se extinguen en la nada.

Los grandes méritos, actos y tierras puras
son manifestaciones naturales de la sabiduría pura;
nunca debe vérseles como
cosas reales del mundo exterior.

Al oír este canto Dre Dun ganó entendimiento decisivo. Por largo tiempo meditó en una ermita y al fin obtuvo experiencias superiores y méritos. Luego se le conoció como Dre Dun Drashi Bar y llegó a ser uno de los hijos íntimos del Jetsun, entre los del rango de aquellos Repas señores, como Dungom Repa.

Ésta es la historia de Dre Dun.



44 CONVERSIÓN DE LOS INCRÉDULOS MEDIANTE MILAGROS

Reverencia a todos los gurús

Un día Milarepa resolvió visitar un templo donde los monjes eran extremadamente hostiles a él, acusándolo de ser un nihilista herético. Todos sus discípulos le rogaron que no fuera, pero él no les prestó atención. A medida que se acercaba a la entrada del salón de congregación los monjes lo miraban acer¬carse. Lo empujaron, lo golpearon salvajemente y lo tiraron en el salón amarrándolo a un pilar, pero a poco rato Milarepa apareció fuera del templo. Los monjes de nuevo se reunieron alrededor de él golpeándolo duramente, tirándolo de nuevo dentro del templo, lo hirieron y castigaron en todas las formas posibles, pero, aunque sea extraño, a pesar de toda la fuerza con que lo golpearon y lo maltrataron y lo empujaron, Milarepa permanecía como una ima¬gen y nadie podía moverlo ni una pulgada.
Más monjes fueron llamados y probaron todos los modos de derribarlo, pero siempre en vano. Finalmente amarraron su cuerpo con cuerdas tratando de arrastrarlo y de empujado de atrás hacia adelante. Sin embargo, él seguía firme como una roca. Los monjes, exhaustos por el esfuerzo, se sintieron abatidos y frustrados. Algu¬nos comenzaron a implorar a Milarepa que se fuera mientras otros le preguntaban:. "Cuando te detuvimos dentro del templo apare¬ciste repentinamente afuera, cuando tratamos de forzarte hacia afuera, permaneciste impasible adentro, ¿cómo pudo suceder esto?" Milarepa replicó: "Soy un nihilista herético, así, si me matan, nada guardo; si me golpean, nada sufro; mientras me detenían en el templo o me echaban fuera tampoco retenía nada; como he ani¬quilado todo apego a ambos, samsara y nirvana, puedo, por su¬puesto, hacer estas cosas".
El mayor de los monjes dijo: "Debido a nuestra ignorancia no te hemos reconocido como yogui realizado. Por favor, perdona nues¬tra conducta y déjanos". El Jetsun replicó: "No sé si soy un yogui realizado o no, tampoco sé dónde puede encontrarse un yogui tal ni qué hará ahora, pero ustedes, monjes, no deben ser tan orgu¬llosos ni hacer que otros se equivoquen hasta tales extremos. Deben saber que engañar y hacer equivocar a un inocente es peor que co-meter los diez vicios, mientras que permitir el engreimiento es signo inequívoco de apego egocéntrico y la causa de caer al samsara". "Estamos plenamente convencidos de que eres un ser realizado", replicaron los monjes. "Te rogamos nos digas por qué has venido hoy y hablado como lo has hecho". En respuesta, Milarepa cantó:

Como a la mente del bardo,
transparente como un cristal,
nada me es oculto o escondido,
nada puede atraparme ni vencerme.

Golpeando como una estrella disparada,
yo, Milarepa, he obrado maravillas hoy,
para convertir a los incrédulos.
Ya no haré más milagros
porque estoy seguro que todas las impiedades
y equívocos han sido destruidos.

Algunos monjes preguntaron: "En verdad esto es prodigioso, pero, ¿por qué no harás más milagros?" "Sólo hay tres ocasiones en que deben realizarse milagros", dijo el Jetsun, y cantó:

Para convertir a los impíos,
para mejorar las experiencias de la meditación
y para identificar los tres logros.
Sólo para esto deben realizarse
los milagros y maravillas.
En otras ocasiones deben tenerse ocultos.
Éste fue el mandato de mi gurú Jetsun.

Uno de los monjes dijo: "Con tal entendimiento de la Mani¬festación del vacío, uno puede seguramente estudiar las enseñanzas budistas fácilmente y con deleite". Milarepa respondió: "Cuando yo estudié estas enseñanzas nunca llevé la cabeza muy alto. Pude haber estudiado mucho, pero, ¡ahora lo he olvidado todo! Pienso que haberlo hecho fue lo correcto. Escuchen ahora":

Aquel que comprende la Igualdad
llega a desinteresarse de los parientes.

Entonces le corresponde
olvidar deseos y ataduras.

A quien alcanza la sabiduría más allá de todo pensamiento
le llega el olvido de esto y aquello.
Entonces le corresponde
abandonar toda pena y todo gozo.

A quien alcanza el no pensar y la no conciencia
le llega el olvido de la práctica de meditación.
Entonces le conviene
desatender toda ganancia y toda pérdida.

A quien comprende la propia naturaleza del Trikaya
le llega el olvido de tos dioses de la Yoga del Levantar.
Entonces le corresponde
ignorar toda enseñanza conceptual.

A quien realiza el fruto interiormente
le llega el olvido de esforzarse por obtener el logro.
Entonces le corresponde
olvidar los dharmas mundanos.

A quien practica las instrucciones del Linaje Susurrado le llega el olvido de toda palabra y charla. Entonces le corresponde olvidar los estudios presuntuosos.
A quien comprende que todas las cosas
son escrituras sagradas
le llega por sí sólo el divido de libros impresos.
Entonces le corresponde
olvidar los libros budistas.

Otro monje dijo: "Antes de alcanzar el estado búdico uno es¬pera encontrar muchos obstáculos, desviaciones y dudas, es pues recomendable olvidar las enseñanzas budistas". En respuesta Mila¬repa cantó:

Quien entiende que toda confusión
está hecha por la mente y está convencido
del no ser, dejará, de hacer esfuerzos,
disfrutando feliz de la verdad inmutable.

Quien comprende la realidad última
no distingue más entre los dharmas;
experimenta entonces con regocijo
la caída de la ignorancia.

Cuando se comprende la verdad de la no extinción
ya no surge en la mente más temor ni esperanza,
se experimenta entonces con alegría
la partida de la confusión.

Por ignorancia vagamos en el samsara,
pero por la instrucción medular de un gurú realizado
podemos ser liberados de apego y deseos;
esta es la gloria suprema del sangha.

Las filosofías son hechuras de la mente
y las palabras especulativas poco significan,
ya que no tienen utilidad alguna
para dominar las pasiones.
Traten de vencer su engreimiento,
monjes queridos y estudiosos.

En la iluminación uno ve que la esencia
del percibir y de la confusión es la misma.
Oh seguidores del dharma,
no abandonen el samsara
sino descansen a gusto sus mentes
sin esforzarse;
luego, ustedes mismos se identificarán
con el vasto vacío;
ésta es la enseñanza de todos los Budas.

Entre los monjes había uno distinguido de nombre Ligor Sharu, a quien Milarepa aceptó como discípulo-sirviente iniciándolo en la instrucción medular. Después de meditar por un tiempo Ligar Sharu obtuvo buenas experiencias. Entonces pensó: "Si el Jetsun, con tan gran poder y bendiciones, pudiera adaptarse un poquito a la gente y a lo convencional, muchos eruditos destacados de Weu y Tsang vendrían a él. A medida que su fama y prestigio aumen¬taran podría beneficiar a más gentes y servir ad dharma en gran medida". Así pensando, vino a Milarepa y le dijo sus ideas, pero el Jetsun replicó: "Sólo actúo de acuerdo con los mandatos de mi gurú; si es algo distinto a esto, nada haré en la vida. Los que prestan atención a los asuntos mundanos pueden hacer lo que quieran, pero yo no estoy interesado en sus planes. Escucha ahora".


Me inclino ante Marpa, el traductor.

Al comprender que la fama es irreal como un eco
no abandono la vida ascética,
libre de todo cuidado y preocupación;
sea cual fuere la reputación que pueda tener
siempre estaré feliz y contento.

Al comprender que todas las cosas son ilusión
abandono toda posesión,
no tengo el menor deseo
de obtener mediante el esfuerzo ninguna riqueza;
sea cual fuere mi insignificancia o mi prestigio
siempre estaré feliz y contento.

Al comprender que todos los seguidores son fantasmas
no tengo cuidado por las relaciones humanas
y viajo por donde me place,
a diferencia de esos monjes eruditos artificiosos
que actúan con discreción y recato;
sea cual fuere el estado en que me halle,
siempre estaré feliz y contento.

Al comprender que deseo y sufrimiento
son en sí mismos la gran igualdad
corto la cuerda de la pasión y el odio,
con y sin asociados
siempre estaré feliz y contento.

La naturaleza del ser está más alió de la palabra;
apegarse a cualquier doctrina o concepto
es meramente materia de confusión,
inconmovible, la traba del conocedor y lo conocido;
sea lo que fuere que llegue yo a ser
o sea cual fuere el lugar donde permanezca
siempre estaré feliz y contento.

En la gran mente propia iluminada
no veo mancha de pensamientos inconstantes;
apartando todo razonar y toda observación,
cualquier palabra que oiga o diga,
siempre estaré feliz y contento.

Ligar Sharu, el monje discípulo, le dijo entonces: "Amado Jet¬sun, para ti, por supuesto, esto es suficiente. Pero yo digo para el beneficio de las gentes inferiores y para la propagación de la ense¬ñanza ghagyuba". Milarepa contestó: "Al principio hice un so¬lemne voto de vivir de esta manera. Así lo he hecho hasta ahora y así lo haré en el futuro. Estoy bastante seguro de que viviendo así puedo beneficiar a muchas criaturas de sentimiento y servir bien al dharma". "¿Cuál fue el voto que hiciste?", preguntó el monje: "Éste —replicó Milarepa—, y espero que ustedes mis discípulos también harán otro así", y cantó:

Por mi temor al samsara y por las bendiciones de mi gurú
prometí que nunca perseguiría las cosas del mundo externo
antes de haber disfrutado el supremo sabor del santo dharma.

Prometí que nunca buscaría alimento por mí mismo
antes de haber cumplido los mandatos de mi gurú.

Prometí que nunca realizaría los actos tántricos
antes de haber dominado plenamente el sendero eficaz.

Prometí que nunca utilizaría la doctrina ghagyuba
como reto a las advertencias de Naropa.

Prometí no practicar nunca el dharma en beneficio propio,
éste es el primer voto que hice cuando
por vez primera agité la mente-bodhi.

Prometí que no trataría de difundir las enseñanzas de Marpa
de un modo artificial, porque él actuará en secreto
para propagar la enseñanza a través del Tíbet.

Agradar a mi gurú es practicar y meditar enseguida.
No conozco un modo de agradarle que no sea éste.

Mediante la bendición del Jetsun, Ligor Sharu cambió sus- puntos de vista, y siguiendo el ejemplo de su gurú, hizo también el mismo voto. Meditó en su ermita continuamente con gran determinación, y como resultado obtuvo méritos extraordinarios en el sendero y bhumi (estado avanzado). Al final llegó a ser uno de los hijos íntimos del Jetsun entre los discípulos monjes yoguis y fue cono¬cido como Ligor Sharuva.
Ésta es la historia de Ligor Sharu (Ligor Sharuva).

Las historias precedentes son una colección concerniente a los discípulos bien dotados de Milarepa, aquellos que llegaron a ser sus grandes hijos íntimos.

TERCERA PARTE
NARRACIONES DIVERSAS




45 VARIOS CUENTOS CORTOS

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa vivía en el sitio solitario llamado Ku Ju, Rechungpa Je pidió una enseñanza mediante la cual pudiera practicar su devoción con cuerpo, boca y mente. En res-puesta Milarepa cantó:

Practicar devoción con tu cuerpo
es observar la disciplina de la no distracción;
practicar devoción con tu boca
es mantenerla cerrada como el búfalo mudo;
practicar devoción con la mente
es ver la naturaleza de la no existencia.

Rechungpa preguntó nuevamente:

Debido a mi ignorancia
aún no entiendo
cómo observar la disciplina del cuerpo,
cómo controlar la boca
y cómo observar la esencia mental.

El Jetsun replicó:

Observar la disciplina del cuerpo
es mantener las reglas de los tres aprendizajes;
observar la disciplina de la boca
es mantenerla en silencio y a gusto;
contemplar la esencia mental es observarla
de modo que se libere del apego.

Para exponer las instrucciones de su gurú, Rechungpa cantó:

En el Dharmakaya innato, de sí nacido, libre en sí mismo,
está el concepto del Sambhogakaya,
por eso el Nirmanakaya puede servir a innumerables seres.
El fundamento es el espíritu de renunciación,
el sendero es la mente Bodhi y los actos Bodhi,
el fruto es la observancia de las reglas Samáya.

Renuncia a los ocho deseos mundanos,
abandona los asuntos de esta vida,
niega solamente los placeres y la riqueza,
abjura de la deshonestidad y el mal vivir;
como un loco, no prestes atención a tu cuerpo,
como un mudo, manten tu boca cerrada todo el tiempo,
como un niño, libera tu mente, sin más apegos.
Éste es el modo en que debemos practicar nuestra devoción.

Luego el Jetsun comentó "Pero quien no conoce los puntos vi¬tales está propenso a errar de esta manera" :

Quien se esfuerce por la liberación
con el pensamiento de "yo" nunca la alcanzará,
quien intente desatar los nudos de la mente
cuando su espíritu no es grande ni libre
se tornará más tenso,
quien no tiene realización
vaga en la oscuridad como un ciego,
quien no guarda su disciplina
no tiene verdadero espíritu de renunciación;
sin una mente Bodhi
ninguno de los otros puede ayudarnos;
si no hay tantra, no habrá
enseñanza alguna que guíe.
Los ocho dharmas son las tentaciones de este mundo,
deseos y pasiones son causa de que uno destruya las virtudes;
uno está confinado al samsara por el apego y la mezquindad.
Si surgen los pensamientos también surge "lo dual".
Las palabras no pueden ser trascendidas por la charla;
una enseñanza sin estirpe se rompe,
el fracaso en la observancia de la disciplina trae la muerte;
si te embrollas con familiares
y tontos, caes en la confusión;
con el pensamiento de "ser" viene
la idea de tomar y rechazar.
Al concepto de "existencia" sigue el apego.
Sin una iluminación genuina
nuestra mente está obcecada por pensamientos de deseo.
Toda charla se tornará vana tontería.
si uno no puede elucidar la verdad.

En otra ocasión el Jetsun Milarepa se cubrió la cabeza y la cara mientras estaba sentado en meditación. Un Repa joven vino a él y le preguntó: "Padre Jetsun, ¿cómo es que pareces dormido?" En contestación Milarepa cantó:

Cuando me cubro la cabeza y la cara
puedo ver lugares distantes,
pero los seres mundanos no ven nada
ni aun cuando tienen los ojos muy abiertos.
Cuando duermo con mi cuerpo desnudo
adelanto el dharma.

Los ocho deseos mundanos
son causa de la distracción,
todos los actos están completos
dentro de nuestra mente.
¡Cuan maravillosa es esta experiencia
del éxtasis incesante!
Yo, el yogui que ha completado su devoción,
siempre se siente contento haga lo que haga.

En otra ocasión, cuando el Jetsun Milarepa estaba en Tsiba Gonti Tson, Rechungpa le preguntó: "Si un yogui tiene poder su¬ficiente, debido a sus experiencias y realización, ¿debe mantener en secreto sus logros o puede demostrarlos si así lo desea?" En respuesta el Jetsun cantó:

El león en la montaña nevada,
el tigre en la selva
y la ballena en el océano
son tres animales sobresalientes.
Si ellos pueden ocultarse
será estupendo para ellos mismos
porque evitarán enemigos.
Éstas son mis tres parábolas externas.
Ahora escucha las internas.

El cuerpo físico del yogui,
el sendero eficaz del tantra
y la realización mediante la devoción
son las tres cosas preciosas.
Si un yogui puede ocultarlas
será estupendo para él
porque encontrará pocos enemigos.
Pocos yoguis en el Tíbet
pueden ahora ocultar estas cosas.
Por lo tanto, pocos seres realizados
pueden encontrarse aquí.

En otra ocasión, Shangon Repa vino y le dijo al Jetsun que tenía muchas dudas en su mente. El Jetsun le preguntó con de¬talle y en conclusión cantó:

Sin comprender la verdad de la unidad de los muchos,
aun cuando medites en la gran luz,
no practicas sino la visión del apego.
Sin comprender la unidad de gozo y vacío,
practicarás sólo nihilismo.

Si no puedes meditar
en cualquier tiempo y en cualquier parte,
tu meditación sin pensamiento será sólo ilusión.

Si no comprendes tu mente llana
tu práctica de la unidad
no puede trascender esfuerzo y empeño.

Si no comprendes la mente propia como no existente
tu práctica de no distinción
no puede trascender lucha y esfuerzo.

Si una profunda renunciación
no ha surgido aún en tu corazón
tu acción sin actuación estará
aún ligada a esperanza y temor.

Los actos virtuosos se tornan en vicios
si no sabes qué hay más allá de rechazo y aceptación.

Todo tú serás atrapado en las redes del samsara
si no sabes qué hay más allá de vida y muerte.

Más tarde, mientras el Jetsun Milarepa estaba en la cueva de Cristal de Agua del Bosque, cercana al río de la Benevolencia, conocido como Cuello de la Diosa de Larga Vida, sobrevino una grave sequía. Debido a la escasez de agua, querelláronse algunos patrones de Drin y pelearon unos con otros sobre los derechos de aguas. Finalmente todos vinieron al Jetsun para que arbitrara. Él les dijo: "Nada conozco de asuntos mundanos. La lluvia vendrá, no tienen que pelearse entre ustedes". Rechungpa urgió, sin embargo, al Jetsun para que los reconciliara; entonces Milarepa con¬testó: "Nosotros, yoguis, no tenemos nada que hacer con juicios mundanos. Escucha ahora mi canto".

Ustedes son el tesoro de virtudes perfectas,
fuente que nutre todo deseo;
ante ti, el gran Marpa el Traductor,
me inclino con profunda reverencia.

El consejero, el mediador y el intermediario,
éstos tres, causan discordia y pena.
Quien desee ser libre y neutral debe permanecer
silencioso como un mudo, sin tomar partido.

Las propiedades, los parientes y la tierra nativa
nos aprisionan en los reinos de samsara.
Quien pueda cruzar el río de la desdicha
cortará sin piedad la cadena del apego.

Engreimiento, tacañería y pretensión
lo arrastran a uno a los reinos más bajos.
Quien desee alcanzar un plano alto en el sendero de liberación
debe mantener su mente recta e íntegra.

Charla, discusión y títulos profesionales
causan celos y orgullo.
Quien desee practicar el sagrado dharma
debe ser humilde y modesto.

La cocina, el quehacer del hogar y sus cuidados
dañan la meditación de un yogui.
Quien desee sostener su sabiduría innata
debe fortalecer su respeto propio.

El maestro, el discípulo y la enseñanza
cargan y distraen la mente.
Quien desee meditar en soledad debe evitarlos.

Brujería, magia y To Tse
condenan a un yogui a las influencias negativas,
Quien desee consumar la práctica del dharma,
debe recordar al pájaro cantarino de Jolmo.

He cantado los siete
deméritos contra el dharma
y sus siete antídotos,
adquiridos por mi propia experiencia.

Con estos méritos espero que pronto
alcanzarán el estado búdico.

Luego Milarepa oró a les inmaculados; por consiguiente cayó una pesada lluvia y se calmaron todas las disputas. Los hijos discí¬pulos y los monjes allí reunidos imploraron bendición del Jetsun pidiéndole les otorgara la enseñanza esencial del mahamudra y de los seis yogas. Él replicó: "Si pueden practicar sin fallar, les ense¬ñaré. Éstos son los puntos importantes que siempre han de tener en mente".

Aunque tú, padre gurú, pareces
haber entrado al nirvana,
en verdad moras en la tierra pura del Sambhogakaya
haciendo acciones benévolas para todas
las criaturas de sentimiento en los tres reinos.
A ti, Marpa el traductor, ofrezco mi homenaje sincero.

Dewashun, Shiwa Aui, Ngan Tson Dunba
y mis discípulos bien dotados aquí reunidos,
quienes me son queridos como mis propios hijos,
me han pedido instrucciones para meditar.
En respuesta canto las Diez Esencias.

Es importante conocer
que el arcoiris, cuerpo del Buda,
es vacío aunque manifiesto.

Es importante saber
que demonios y fantasmas son inexistentes;
sus formas mágicas son meramente
conjuros de la propia mente.

Es importante tener en todo tiempo
la mayor veneración
por el bendito gurú jetsun.

Es importante conocer
que uno debe, por siempre,
renunciar a los asuntos mundanos.

Es importante trabajar duro, sin distracción,
en las experiencias cálidas y gozosas obtenidas
por la práctica del prana y nadis.

Es importante tener una voluntad fuerte
para unir la práctica combinada del yoga del dormir
y el yoga del cuerpo ilusorio.

Es importante trabajar en la meditación
más allá del símbolo,
en la Esencia desnuda iluminadora.

Es importante advertir el surco de agua
en la vacuidad de todo lo manifiesto.

Es importante tener piedad y bondad
hacia las criaturas de sentimiento sin iluminación.

Es importante tener una convicción libre de temor y esperanza
en el Dharmakaya de la propia mente que no surge.

Mis queridos hijos, éstas son
las cosas importantes que deben ustedes
tener en mente y practicar.

Todos los discípulos estaban grandemente inspirados. Rechungpa rogó luego al Jetsun que elaborara la enseñanza ¡llamada Señala¬miento de la Sabiduría de los cuatro gozos. El pedido fue otorgado y como conclusión Milarepa cantó:

En un lugar solitario como un bosque
el yogui debe practicar las cuatro acciones,
equilibrando así los cuatro elementos internos.
Entonces, la sabiduría de los cuatro gozos
aparecerá en su mente.

En otra ocasión el Jetsun Milarepa fue a Phuyagzha de Drin por limosnas. Un protector le dijo: "Cerca del templo llamado Lhaze hay una cueva deliciosa. Si quieres vivir allí, te serviré, pero no sé si la diablesa del lugar será amigable contigo". Milarepa preguntó: "¿Qué clase de cueva es ésa y quién es ese diablo?". El hombre respondió: "La cueva es muy acogedora y grata pero el problema está en que la diablesa devora a quien está allí. Si piensas que puedes estar en la cueva, puedes hacerlo y tal vez la tengas por compañía".
Milarepa se fue a la cueva y permaneció allí. A medianoche apareció una mujer y rugió con voz amenazadora: "¿Quién está en mi hogar?" Milarepa no prestó atención sino que permaneció en actitud compasiva. La diablesa gritó: "¡Condenación! Parece que él intenta estar aquí para siempre!" Entonces llamó a un gran ejér¬cito de demonios para que echaran rocas y granizo sobre el Jetsun, conjurando muchas visiones para atemorizarlo, pero no pudieron ni rasguñar su piel porque él estaba en samadhi. Los demonios gri¬taron entonces "Queremos tener nuestro lugar y nuestras camas para dormir. Sea cual fuere la razón que te haya traído aquí, vete lejos ahora, vuelve adonde perteneces. Si no lo haces llamaremos más ejércitos para que beban tu sangre y coman tu carne". Pero el Jetsun, con gran compasión, cantó en respuesta:

Escuchen con cuidado, ejército de demonios;
ustedes, fantasmas hambrientos, malignos y viciosos,
¿saben que son seres impulsados por sus propios karmas?
¿Saben que a mayor y peor pensamiento maligno
mayor sufrimiento habrán de sobrellevar?
¿Saben que la fortuna se desvanece
con la mala voluntad,
que mientras mayor sea la codicia
más difícil les será hallar alimento?
Ustedes están privados de oportunidades
por la hambrienta presión;
por el gran amor al movimiento
han perdido hogar y camas;
porque se empeñan con mucha fuerza
no pueden terminar lo que hacen;
debido al mal karma
apenas pueden con mucho trabajo lograr algo;
porque hablan mucho
no pueden conquistar a sus enemigos;
las visiones malignas que han conjurado
son bienvenidas para mí y divertidas;
para sus brujerías ilusorias y sórdidas
yo, el yogui, tengo mucho qué decir.
Deben rogarme con cumplimientos
si quieren que les devuelva su hogar y sus camas.
Si tienen algún argumento que dar
consúltenlo entre todos y preséntenlo.
Éste es el lugar donde tropiezan muchos yoguis;
yo he venido a disciplinar a ustedes.

Éste es el lugar donde yo y ustedes nos hemos reunido
pero yo soy quien tiene sus deseos satisfechos.
Ustedes, fantasmas aquí reunidos,
no se vayan, permanezcan
y llamen a sus amigos para que se les reúnan.

La diablesa, jefa de los espectros, dijo luego a Milarepa: "Por¬que llevas la armadura del vacío compasivo no puedes ser dañado en ninguna de las formas en que lo hemos intentado". Así diciendo, tanto ella como todos los otros demonios se postraron ante el Jetsun ofreciéndole sus vidas y corazones junto con una solemne promesa de reforma. Entonces Milarepa les predicó la verdad del karma y la ley de la virtud.
Después que regresó el Jetsun, el patrón le preguntó: "¿Ven¬ciste a la diablesa?" Milarepa replicó: "Sí, en verdad fue vencida. Escucha ahora mi canto".

En el templo Lhaze de Drin
me senté con el cuerpo fantasma,
cruzadas las piernas, absorto en la dhyana de la no dualidad;
sin distracción contemplé la verdad del no ser,
convirtiendo a las viciosas diablesas en Bodhi.
Se convirtió a mi disciplina, renunciando a la maldad;
de ahora en adelante, quienquiera que medite
no hallará allí molestia alguna,
quienquiera que allí esté, progresará.

Ese lugar tornóse en la propicia Cueva de las Diosas;
la dueña es ahora una budista laica,
una de mis seguidoras más fervientes,
una amiga que ayuda a todos.
Quienquiera que permanezca allí
puede estar seguro de obtener
salud, larga vida y realización.

Al oír este canto los patronos se sintieran encantados. Con fe sincera sirvieron al Jetsun, ofreciéndole hospitalidad durante su permanencia de medio día. Un pastor fervoroso rogó a Milarepa que le diera enseñanzas budistas de modo que su mente encontrase ayuda. Milarepa dijo: "Es fácil para mí predicar el budismo, pero es difícil encontrar gente que pueda realmente practicarlo".

A pesar de que se predica la pesadumbre
del océano de samsara
y se urge a su renunciación,
poca gente se convence
y renuncia a él con determinación.
Aunque se sabe que la vida se resuelve en muerte,
pocos sienten incomodidad o piensan que hay un fin.
Aunque sean bendecidas las vidas con buenos propósitos,
pocos practican abstención por un día.
A pesar de que se exponga el gozo de la liberación
y se señalen las penas del samsara,
pocos pueden realmente entrar por la puerta del dharma.
Aunque se dé sin restricción
la profunda instrucción medular
de la estirpe susurrada, pocos
pueden practicarla sin fallar.
Aunque se exponga la enseñanza del mahamudra
y se ejerciten demostraciones de señalamiento,
pocos pueden entender la esencia de la mente.
A la vida ermitaña y a los deseos del gurú
uno puede aspirar siempre, pero son pocos
los que pueden ponerlo en práctica.
El profundo sendero eficaz de Naropa
puede mostrarse sin disimulo,
pero aquellos que pueden realmente seguirlo
son muy muy pocos.
Mi querido mozo, debes seguir mis huellas
si quieres hacer algo en esta vida
que valga la pena.

Establecida firmemente su fe en Milarepa, lo sirvió el pastor como criado y luego fue iniciado en las instrucciones medulares. Después de meditar por un tiempo, tornóse finalmente un yogui con buenas realizaciones.
En otro tiempo, el Jetsun Milarepa fue por limosnas, para be¬neficio de las criaturas de sentimiento. Al llegar a una villa en el centro de una llanura vio a mucha gente que se divertía. Al¬gunos jugaban a los dados, al ajedrez y otros juegos diversos, mien¬tras otros lanzaban piedras o disparaban flechas y algunas mujeres hilaban la lana. Milarepa se acercó a ellos y les pidió limosna. Una joven le dijo: "Querido lama, ¿no tienes parientes, padre, madre, hermanos. ¿Tienes casa o tierra?" El Jetsun replicó: "Sí, tengo todo eso y mejor que la mayoría". "En ese caso ellos te proveerán con las cosas que necesitas para tu devoción", dijo la muchacha. "Pero dime algo sobre tus parientes". En respuesta Milarepa cantó:

Mi hogar es el paraíso perfecto,
mi hacienda, buena voluntad hacia todos.
Mi casa es la gran compasión,
y el padre de mi estirpe es el Tathagata.
Mis tíos son misioneros
que esparcen el dharma por doquier,
mis abuelos son Naropa y Tilopa,
mi padre es el rey de la eficacia,
mi madre es el hada de la sabiduría,
mi hermano mayor es la disciplina pura,
mi hermano menor es diligencia decidida,
mi hermana es fe firme y yo mismo
soy hijo de la espontaneidad.
Los elementos de mi cuerpo son méritos
y yo medito en la realidad.
Mis únicos visitantes son las deidades
y en mi plantío no trazo otro surco
que no sea el Dharmakaya.

Todos los jugadores fueron rodeando a Milarepa a medida que cantaba. La muchacha dijo luego: "Querido lama, lo que has can¬tado es muy bello. Como eres tan rico quiero invitarte a quedarte aquí como mi maestro espiritual, uno en quien podré confiar mi verdad durante la desgracia y en quien pondré mi esperanza de felicidad presente y futura. Te proveeré de todas las cosas que ne¬cesitas para el servicio de las deidades y sus símbolos sagrados. En verdad luces como un hombre con grandes poderes misericordiosos". Algunos jóvenes dijeron: "Querido yogui, nuestros juegos gratos y el bello trabajo de las mujeres es señal de nuestra alegría y felicidad. ¿Tienen los seres celestiales los mismos placeres? Pareces tener muy buena voz. Por favor, canta para nosotros comentarios sobre estas cosas". El Jetsun replicó: "Las alegrías de ustedes no son las mismas de los seres celestiales. Les diré las diferencias en mi canto".

En sus casas, gente mala, dioses
y símbolos sagrados son como raíces de pecado,
las lámparas de aceite que arden en sus afligidos corazones
son como fogatas para el codicioso recaudador de impuestos,
los dueños de mucho ganado
son como dientes de comedores de carne,
los padres de muchos hijos
son como pedazos de carne hervida
en el puño de un hambriento,
los viejos y los limpiacasas
abandonados se parecen a moscas solitarias
olfateando heces en las ruinas.
El dueño de una gran fortuna
es como el guardia demoníaco Gordag.

El juego de lanzar piedras y flechas
es como una batalla entre dioses y asuras,
el juego de ajedrez se parece a las intrigas
sórdidas entre reyes,
quienes juegan a los dados o a tirar agua
son como demonios en busca de alimentos sacrificiales,
las cargas y embrollos de sus negocios
son como telarañas en los árboles,
sus cantos y danzas
son juego tonto de duendes,
los espectadores de sus juegos
son animales ignorantes,
mirando atentamente los espejismos,
los comentadores de sus juegos
son contorsionadas serpientes sin cabeza.
Quienes ansían juegos y diversiones
son como fantasmas hambrientos, los comedores de fragancias,
husmeando ambiciosos el alimento cazado.

Al escuchar este canto los oyentes se postraron ante el Jetsun con fe y veneración. Luego la joven invitó a Milarepa a su casa y le sirvió hospitalariamente. Luego practicó las instrucciones reci¬bidas de él y fue capaz de entrar al sendero ai momento de su muerte.

En otra ocasión, cuando el Jetsun Milarepa salió de nuevo por limosnas, llegó al medio de una planicie donde construían una casa. Se echó a tierra (cerca, como si nada pasase). La patrona le dijo: "Querido yogui, pareces desocupado, aquí hay algunas herramientas; por favor, úsalas trabajando para nosotros un poco y yo te daré comida". Al rato regresó y viendo que Milarepa seguía allí acos¬tado le dijo: "No en vano dicen que hay gente buena para nada; tienes tiempo de sobra en tus manos, sin embargo, no haces nada, ni siquiera un pequeño trabajo chapuceado. ¡Eres un inútil!" En¬tonces Milarepa la siguió hasta la casa donde los trabajadores es¬taban comiendo y les pidió alimento. La patrona o anfitriona dijo: "Quien no hace ningún trabajo con su cuerpo perezoso no debe preocuparse de comer con su boca perezosa". El Jetsun replicó: "No te he ayudado a remendar la pared porque estoy ocupado en otros asuntos mucho más importantes que los tuyos". Los patrones le preguntaron entonces cuáles eran esos asuntos que le tenían to¬mada su atención. En respuesta Milarepa cantó:
Me inclino ante todos los gurús.
Sobre todo tomo refugio en el uno misericordioso.

Ustedes me ven como si nada hiciera
pero yo me veo a mí mismo haciendo algo todo el tiempo.

En la planicie del increado sin extremos
construyo ocupadísimo la pared de dhyana;
no tengo tiempo de remendar paredes de barro.
En la pradera norte de la vacuidad
estoy domando las cabras salvajes de mis deseos;
no tengo tiempo de arar la tierra de mi padre.
En el reino de la no dualidad más allá de la palabra,
estoy dominando el demonio del ego;
no tengo tiempo para luchar con enemigos amargos.
En el palacio inmensurable
estoy ocupado en atender mis asuntos;
no tengo tiempo de hacer trabajos caseros.
En la mandala del Buda de mi propio cuerpo
alimento a mi pequeño hijo Conciencia;
no tengo tiempo de alimentar a otros o limpiarles las narices.
En el campo del gran gozo,
estoy juntando la riqueza del dharma;
no tengo tiempo de hacer dinero de este mundo.
En la montaña del inmutable Dharmakaya
arrebaño los corceles de la autoconciencia;
no tengo tiempo de pastorear otras ovejas y ganados.
Con el barro de mi carne y de mis huesos
estoy construyendo la stupa de la inmanencia;
no tengo tiempo de moldear Tsa Tsa.
En el centro triangular del corazón
estoy encendiendo la lámpara de la iluminación;
no tengo tiempo de ofrecer lámparas de mantequilla a las deidades.
En la capilla del vacío gozoso
estoy ofrendando inmortalidad
al Buda de la mente dhyana;
no tengo tiempo de hacer ofrendas materiales.
Sobre el papel de la mente inmaculada
escribo las palabras de los deseos dominados;
no tengo tiempo de preocuparme con escrituras mundanas.
En el tazón de calavera del Sunyata
estoy mezclando los tres y los cinco venenos;
no tengo tiempo para reglas monacales.
Alimentado de amor y piedad
estoy guardando los seis reinos;
no tengo tiempo para atender a mis parientes.
Ante mis padres gurús
estoy cavilando sus instrucciones;
no tengo tiempo para acciones mundanas.
En una ermita quieta en las montañas remotas
estoy practicando las enseñanzas bodhi;
no tengo tiempo para consentir en el dormir.
Con mi boca triangular como concha
entono el canto del dharma;
no tengo tiempo para charlas vanas.

Al oír este canto todos los asistentes quedaron convertidos. Luego preguntaron: "¿Por casualidad eres tú el Jetsun Milarepa?" "Sí", replicó el Jetsun. "En verdad somos afortunados" gritaron todos. Entonces se postraron ante él, rodeándolo muchas veces, invocán¬dolo y sirviéndolo con ofrendas perfectas. La anfitriona hizo saber su arrepentimiento. Luego un joven le dijo a Milarepa: "Que¬remos llegar a ti para que nos des instrucciones; por favor, dinos dónde está tu templo y quién provee tu sustento". En respuesta Milarepa cantó:

Me inclino ante todos los padres gurús.

Mi templo es una ermita innominada,
mis protectores son hambres y mujeres de todas partes,
nadie puede decir dónde voy o si me quedo;
en las cuevas a donde no llega ningún hombre
yo, el yogui, estoy perdida en la visión.
Cuando viajo, llevo sólo las instrucciones de mi gurú,
ligeras como plumas, me las echo al hombro fácilmente;
más flexibles que el oro, las oculto donde quiero,
más fuertes que un sólido castillo,
se mantienen firmes en todo peligro.

Durante los tres inviernos vivo feliz en la floresta,
durante los tres veranos permanezco gratamente en las montañas nevadas,
durante las tres primaveras vivo placenteramente en las ciénagas,
durante los tres otoños vago alegremente pidiendo limosnas.

Mi mente está siempre feliz en las enseñanzas de mi gurú,
mi boca siempre está feliz cantando canciones inspiradas,
mi cuerpo siempre está feliz vestido de algodón de Nepal.
Deleitosamente logro todo y cada cosa;
para mí sólo hay contento y gozo.

Milarepa aceptó a este joven como sirviente y más tarde éste llegó a ser un yogui con buenas realizaciones. Cada quien en la asamblea hizo un voto para cumplir una virtud específica.
El Jetsun Milarepa salió por limosnas y llegó a un lugar donde hombres y mujeres bebían cerveza en una fiesta. Todos ellos eran seguidores del dharma ya sea en escuelas tantra o en la sutra. Mila¬repa les pidió comida, pero fue mofado y ridiculizado especial¬mente por aquellos que se sentaban en la hilera superior. El líder del grupo le dijo: "Querido yogui, ¿de dónde vienes y a dónde vas?" "Yo soy una persona que nunca se mezcla con la turba, sino que vive su vida en las montañas de nadie", replicó el Jetsun. "Hablas como si fueses Milarepa, ¿acaso tú eres él?" "Sí, pero como nada conozco de los ocho dharmas mundanos, no me mezclo con ningún grupo budista". "Esto es verdad —dijo el líder—. Pero si es cierto que eres él podrás predicar el dharma en cantos. Como todos nosotros sabemos, el Jetsun Milarepa es un yogui que tiene completamente abiertos todos los nadis del centro de la garganta y por tanto es capaz de predicar cualquier dharma sin la menor duda o dificultad. Para inspirar a estos asistentes de la reunión, por favor cántanos ahora". En respuesta Milarepa entonó El océano del samsara.

El gurú inmaculado se sienta siempre sobre mi cabeza.

¿No es el samsara como un mar?
Arrastrando tanta agua como uno desee,
permanece el mismo sin disminuir.
¿No son los tres preciados como el monte Sumeru
que nunca pueden ser sacudidos por nadie?
¿No es samaya como una pluma
que se deja caer y de la cual nadie se ocupa?
¿No son las reglas monacales puras
como cadáver de leproso abandonado
junto al camino, el cual nadie quiere tocar?
¿No están las pieles de tejón llenas de espinas
que punzan el trasero
de los sacerdotes eminentes?
¿No es cierto que mucha gente piensa
que es un sinsentido guardar las reglas monacales?
¿No es cierto que muchos monjes
ignoran las disciplinas?

¿Hay bandidos mongoles que invaden las celdas de los yoguis?
¿Por qué entonces los grandes yoguis están en pueblos y aldeas?
¿No está la gente ansiosa de renacer en el bardo?
¿Por qué, si no, se apegan, tanto a sus disciplinas?
¿Son los trajes de algodón más caros en la otra vida?
¿Por qué entonces las mujeres hacen tantos ahora?
¿Teme la gente que el samsara esté vacío?
¿Por qué entonces curas y legos ansían tanto los hijos?
¿Están ustedes reservando comida y bebida para la próxima vida?
¿Por qué entonces hombres y mujeres no hacen caridad?
¿Hay alguna miseria en el cielo de arriba?
¿Por qué entonces sólo unas pacos planean ir allá?
¿Hay alguna alegría en el infierno de abajo?
¿Por qué entonces hay tantas que se preparan a visitarlo?
¿No saben ustedes que todo sufrimiento
y los reinos inferiores san resultado del pecado?
Seguramente ustedes saben que si ahora practican virtudes
cuando llegue la muerte tendrán paz mental y no renacerán.

Para este tiempo ya toda la reunión estaba enterada de que el cantante era el verdadero Jetsun Milarepa. Llenos de profunda fe y veneración le sirvieron con mucha hospitalidad. Milarepa les pre¬dicó luego el dharma. Por la práctica de estas enseñanzas muchos de ellos fueron capaces de entrar al sendero en el momento de la muerte. Si todos estos casos se hubieran recopilado habrían muchas más historias.

En esta historia que en realidad encierra muchos cuentos, Mila¬repa contestó varias preguntas hechas por sus discípulos y por los protectores en general, formuladas en diferentes lugares y ocasiones. Por lo tanto no pueden adscribirse a un determinado grupo.



46 EL SERMÓN DEL MONTE BONBO

Cuando el Jetsun Milarepa residía en la cueva del Nirmanakaya en Chu Bar, aclaró las dudas del inmaculado Gambopa así como los errores sobre la instrucción medular. Luego siguió hacia el este, pero una lluvia cerrada estuvo cayendo por muchos días y noches y los discípulos de Milarepa estaban muy preocupados por ello.
Un día el cielo comenzó a clarear y el sol brilló agradablemente cálido sobre las colinas. Milarepa y sus siete discípulos salieron a caminar para refrescar sus cuerpos y mentes. Todos se sintieron muy confortables y felices ante ese bello día.
Mientras caminaban hacia el pico de la montaña Bonbo, algunos Repas que no estaban familiarizados con la región vieron la Mon¬taña Nevada de la Dama de Larga Vida y preguntaron al Jetsun: "¿Cuál es el nombre de esa montaña?" Él replicó: "Es llamada la Altura Azul de la Encantadora Diosa". Enseguida cantó:

Al cuello de la montaña de la Altura Azul,
al pico de la colina rocosa Bonbo,
allí vamos nosotros, los ocho visitantes,
a descansar y a holgar.

¿No se sienten ustedes felices, hijos queridos?
Yo, su padre, me siento estupendamente hoy.
Aquí, en esta alegre reunión del maestro y discípulos,
yo, el anciano, entono jubiloso
esta canción de alegría y placer
que traerá auspiciosa suerte y fortuna.

¡Vengan, Dewashun y Shiwa Aui!
Vengan y cantemos todos juntos;
ustedes, los otros Repas, siéntense y escuchen.
¿Saben qué es esta montaña?
Ésta es la montaña de las Diosas Propiciadoras de Larga Vida.
El pico de agudo borde triangular,
que espejea sobre su cintura
es como budín sobre una concha;
fluentes alrededor de su cuello,
las redes de arroyos plateados.
Corona es el alto pico de cristal que al alba
espejea al primer destello de luz solar,
embellecido por blancas nubes colgantes.

Del bajo monte perpetuamente asidas,
la bruma y la neblina;
a lo largo del día suavemente llovizna
mientras brilla reluciente el arcoiris.
Aquí las flores de otoño muestran su lozanía
en colores diferentes,
Y crecen potentes las hierbas en gran variedad.
¡Es el paraíso de los rebaños,
el hogar de los animales!

Ésta es la Montaña Nevada
de la cual hablan bien los dioses.
Aquí es donde medito muy a menudo.
En respuesta a las preguntas de ustedes los Repas
entono este canto, describiendo
vividamente la montaña.

Todos los discípulos Repas estaban agradados con este canto. Con gran interés preguntaron: "¿Cómo es de poderosa esta diosa?, ¿sigue el sagrado dharma o el mal?" En respuesta el Jetsun cantó:

La Dama de Larga Vida,
las cinco hermanas buenas,
guían a las doce diosas.
Ellas son dakinis mundanas
con poder de conjurar.
Huéspedes del río Drin
hablan tibetano y nepalés,
asisten a todos los budistas
y protegen sus cultos.
Como jefes ejecutan mis órdenes
y a ustedes, mis hijos-discípulos, ayudan.
Mediante mi esfuerzo y el de ellas, el Tíbet
será conducido por un sendero virtuoso
y seguirá gran realización
en nuestra estirpe Ghagyu.

Todos los discípulos dijeron: "Es maravilloso que estas diosas hayan sido convertidas en nuestras discípulas-sirvientes. Por favor, dinos cuál dharma les predicaste y cómo nos sirven ellas". En respuesta Milarepa cantó:

Sobre el cuello de esta Montaña Nevada
yo, Milarepa, prediqué una vez el dharma
a las deidades locales benevolentes.

Les indiqué cómo distinguir el bien del mal,
les prediqué el conveniente sutra verdadero
de la ley de causa y efecto.
Las bestias salvajes y los nagas de
las cuatro divisiones vinieron a estucharme.

Las cinco dakinis vengadoras fueron las anfitrionas
que invitaron al predicador.
Las cinco hermanas formidables fueron las anfitrionas
que atendieron a los huéspedes.
Muchos visitantes nobles se reunieron alrededor
mientras devas y demonios disfrutaban la fiesta.

Guié al dharma a todo aquel que estuvo allí
y los convertí, no por mi gran poder
sino por compasión y amor.
Con eficacia convertí a estos devas y fantasmas informes,
con sinceridad les prediqué el dharma de paz.

No tengo pesar por mis actos anteriores.
Ahora que estoy viejo, ¿por qué he de tener pesar por mis actos
pasados?
Cuando muera no tendré miedo sino alegría.
Queridos Repas que están aquí para renunciar al mundo,
deben practicar con determinación,
con un sentimiento de felicidad ante la muerte siempre que mediten.

Luego preguntaron otra vez: "Entre los seres humanos y los asuras, ¿quién está mejor dotado para practicar el dharma y quié¬nes sirven mejor a las criaturas de sentimiento?" El Jetsun respon¬dió: "Los seres humanos son superiores en la práctica del dharma y más poderosos en ayudar a otros que los asuras. Pero la Dama de Larga Vida es una diosa semihumana. Ella se dedicará con gran poder a servir mi doctrina. He renunciado a la vida pública y a los ocho reclamos mundanos, por devoción. He olvidado mu¬chos dioses y deidades perdiendo contacto con ellos. Siguiendo mis pasos, ustedes también deben renunciar a los ocho deseos mundanos, dedicándose a la meditación sin distracción. Escuchen mi canto:

El poder de bendecir de mi maestro
desciende desde arriba,
asegurándome la liberación
de las ligas de la dualidad.

Como un vagabundo he errado en toda la tierra
hasta que el destino me trajo al Misericordioso.
Renuncié al mundo como él me ordenó,
meditando sin distracción.
Ahora, todo mal y toda desgracia
son medios para mí.

Humildemente he practicado en soledad,
he ejercido mi devoción casi hasta morir,
he t meditado toda mi vida,
hasta esta edad anciana.
Por eso, crece en mí el gozo y el afecto.

Soy un yogui que no presta atención a la buena fortuna,
soy un yogui que abjura de la felicidad mundana,
uno que recuerda las penas de los reinos inferiores;
soy un yogui que nunca es ingrato con sus protectores,
uno que se apega a la ermita para meditar.
Mediante las bendiciones de mi gurú
he sido "impulsado hacia arriba" por un viento de amor;
sentado junto a la orilla he llegado al centro,
apegado a la humildad llego a la nobleza.

Cuando se aparta uno de los hombres, encuentra a Buda,
abandonando los sufrimientos se obtiene felicidad,
ejercitándose en la devoción crece dentro de uno la compasión,
permaneciendo en soledad, uno adquiere más seguidores y discípulos,
por la práctica de la enseñanza Ghagyuba
se difunde ampliamente el dharma.

Con mi gurú misericordioso
siempre sentado sobre mi cabeza,
como un viejo tigre que no teme a la muerte,
soy bien avanzado en años.
¡Con buen cariño entono este canto feliz!
Hijos míos Repas, no desperdicien sus vidas,
decídanse y perseveren
esforzados en sus devociones.

Milarepa y sus discípulos permanecieron allí por mediodía y rea¬lizaron una ofrenda ritual con las provisiones que habían traído.
Luego algunos discípulos expresaron su intención de entrar a dife¬rentes ermitas, otros, de ir por limosnas y algunos otras pidieron permiso al Jetsun para quedarse con él. A nombre de todos, Rechungpa y Gambopa le pidieron algunos consejos. En respuesta, Milarepa entonó un canto para Rechungpa y los demás discípulos llamado Las seis esencias.

A nombre de todos los Repas aquí reunidos
mi hijo Gambopa, el docto erudito,
y mi hijo Rechungpa, el yogui no juramentado,
me han pedido que cante para ustedes.
Si ustedes son sabios escucharán ahora
el canto de este anciano.

Un pájaro sabe cuándo y dónde
desplegar y cerrar sus alas;
el verdadero hombre rico siempre está contento;
un buen agnóstico siempre juega a lo seguro.
Éstas son mis metáforas.

Después de esta ofrenda sagrada de diez días
algunos de ustedes dicen que visitaran diferentes países;
otros dicen que permanecerán en diversas ermitas,
otros que me seguirán y permanecerán conmigo,
pero en cuanto a mí se refiere, si un gran yogui
aspira a la fama y al beneficio propio,
pronto será atrapado por el mal.

Por lo tanto, queridos hijos, es de sabios
buscar protección en su padre
y escuchar consejos y críticas.

No escuchen mi canto como una dulce melodía,
más bien, oigan atentamente mis instrucciones;
no las olviden, guárdenlas
profundamente en sus corazones.

Quien ha dominado Tig Le
y ganado el poder de atracción
sin contar con una Rig Ma calificada
nunca debe practicar karma Mudra.
Hacer esto es tan peligroso
como escalar una escarpada y abrupta montaña.
Hasta que no practiquemos el vivido samadhi Yidham
con grande y fluyente compasión,
con el solo propósito de progresar
en el dharma y para el bienestar de todos los hombres,
uno nunca debe utilizar el mantra maligno
o practicar el yoga execrable,
no sea que por karma se renazca
como fantasma demoníaco.

Aun si uno ha dominado el prana mental,
hasta que se puedan realizar milagros
mediante el poder del cuerpo
y transformarse a sí mismo en bestias y serpientes
con la plena comprensión de maya y el vacío,
nunca deben traerse cadáveres del cementerio,
no sea que se provoque el odio
de las dakinis comedoras de carne.

Excepto para los propios hermanos en vajra
y para el gurú tres veces calificado,
uno nunca debe revelar la experiencia de la meditación
ni a hombres con profundo entendimiento del dharma,
ni a devotos de otras estirpes,
de prácticas y concepciones diferentes,
no sea que pierda el poder de bendecir
en la sucesión práctica.

No des la instrucción de la estirpe susurrada
a aquel cuyo talento no has observado.
No lo des sin permiso de las dakinis
ni por obtener riqueza
ni por conveniencia de aquellos que preguntan,
no sea que pecados y transgresiones te ensombrezcan.
Antes de que uno pueda destruir las dudas de otros
o convertir a los incrédulos buscadores de faltas,
uno no debe ejecutar el profundo Festival Secreto
ni demostrar en villas y pueblos los actos tántricos,
no sea que seamos infamados o denigrados;
esto sólo debe practicarse en ermitas y en soledad.

Este pequeño canto de las seis guías de devoción
es una preciosa gema para los seguidores del dharma.
Guárdenlo, queridos hijos discípulos,
profundamente en sus corazones.

Estas palabras quedaron impresas profundamente en las mentes de los hijos del corazón. Los jóvenes Repas que deseaban quedarse con el Jetsun le dijeron luego: "Estamos en una época de corrup¬ción. Para la salvación de los seres inferiores y de las personas de escaso talento como nosotros, predica por favor algo apropiado a nuestras necesidades". En respuesta Milarepa cantó:

¡Escuchen propiciamente, hijos discípulos!

En estos tiempos de corrupción
que ensombrecen el dharma de Sakyamuni
uno debe esforzarse con perseverancia,
grabando sobre la roca de su mente
la palabra "diligencia".

Cuando ustedes se sientan soñolientos en la meditación
traten de orar intensamente con sus cuerpos despiertos,
con sus bocas y mentes.
Cuando se empañe la chispa de fuego de la sabiduría
traten de inflamarla con el viento de la atención.
Si quieren estar libres de la prisión de samsara,
practiquen arduamente sin diversiones.
Si aspiran a nirvana abandonen este mundo.
Si desde el fondo de su corazón
desean practicar el dharma,
escuchen mis palabras y sigan mis huellas.
Si desean consumar la realización suprema
no olviden nunca que la muerte llega.
Si inflexible y largamente meditan,
todos los Budas del pasado, presente y futuro,
estarán complacidos.
Si siempre están ustedes firmes y erguidos en el dharma;
recibirán la gracia de su gurú.
Si entienden sin error estas palabras
pueden estar seguros que obtendrán
más felicidad y alegría en su camino,
pues ésta es mi experiencia.

Con deleite y gratitud, los discípulos dirigieron sus mentes a re¬nunciar a todas las cosas de la vida, esforzándose en sus devociones.

Ésta es la historia del sermón del monte Bonbo.



47 EL MILAGRO DE LA INICIACIÓN DEL VASO

Reverencia a todos los gurús

Una vez, cuando el Jetsun Milarepa residía en la cueva del Vientre de Nya Non, la dakini Vajra se reveló en persona y le explicó el sentido oculto de algunos pasajes abstrusos en ciertas instrucciones medulares del tantra de la estirpe susurrada de las dakinis. Luego ella le dijo que esta enseñanza se podía impartir a muy pocos discípulos bien dotados.
Después de un tiempo Milarepa dio la iniciación del vaso de la estirpe susurrada a Rechungpa, Ngan Dson Dunpa y otros dis¬cípulos hijos del corazón. Durante la ceremonia, Milarepa dijo al vaso: "Soy ahora muy viejo, por favor inícialos tú mismo". En¬tonces el vaso voló al cielo e inició a los discípulos uno por uno.
Mientras tanto, escuchaban música celestial en el firmamento y olía a fragancias que nunca antes habían olido; también contem¬plaron caer flores del cielo y muchas otras maravillas y signos aus¬piciosos. Todos los discípulos obtuvieron plena realización del sabio sentido de la Iniciación. Viendo que todos estaban entretenidos con estas maravillas, el Jetsun cantó:

En la mandala inmaculada del lenguaje susurrado
se hace la oblación del no deseo.
Durante la preciosa iniciación del vaso,
índice de la sabiduría del Buda,
escuchamos música celestial
y vimos deidades en la mandala
recibiendo las ofrendas celestiales.
El vaso voló elevándose para dar iniciación
y excelente sabiduría afloró dentro de ustedes.
La razón de todo esto estriba en la gracia de los gurús Ghagyu.

Milarepa dijo luego a los discípulos que debían guardar en secreto sus enseñanzas durante algún tiempo.
Un día Rechungpa terminó su pintura de la yoguini Vajra. Se la llevó al Jetsun y le pidió que la santificara. Milarepa contestó: "Este anciano no sabe cómo ejecutar un ritual elaborado para la santificación. Pero trataré de orar a la Sabiduría Sattva (poder di¬vino) para que descienda y santifique su cuadro del Samaya Sattva (objeto a ser santificado)". Así diciendo, lanzó una flor al cuadro, como si trajese la misma Sabiduría Sattva a disolverse en él. El cuadro se estremeció y vibró, como signo de haber recibido el poder bendito de la sabiduría Sattva.
Mientras tanto, los símbolos del cuerpo de Buda, de su palabra y su mente, los brillantes colores del arcoiris, relumbraron desde el cielo y penetraron disolviéndose en el cuadro. También cayeron como lluvia las flores celestiales. Milarepa las recibió en su cabeza como si usara un cráneo bendito (en una iniciación tántrica) y luego todas las flores se disolvieron en su cuerpo uniéndose a él. Como los discípulos estaban estupefactos ante el prodigio, Milarepa cantó:

La forma pictórica del Samaya Sattva
está bendita por la luz sagrada
del cuerpo, palabra y mente;
esto es la encarnación de la Sabiduría Sattva,
el cuerpo de lo real;
cuando la luz de la sabiduría entra en el cuadro
y se disuelve en él, se ha completado la bendición.

Aunque Mila es viejo y no puede levantarse
las dakinis sabias del Dharmakaya
se han mezclado al cuadro del Buda protector
cuando ejecutaba este rito de santificación,
por eso estas flores maravillosas adornaron mi cabeza y mi cuerpo.
Ustedes que han sido testigos de este gran milagro
son ciertamente personas bien dotadas y bien destinadas.

Entonces Rechungpa y los otros discípulos todos testificaron el hecho de que el Jetsun no era diferente a la propia yoguini Vajra.

Ésta es la historia del vaso de iniciación y de la santificación del cuadro de la yoguini Vajra pintado por Rechungpa.




48 HISTORIA DE SHINDORMO Y LESEBUM

Reverencia a todos los gurús

Shindormo y Lese eran un matrimonio que desde hacía mu¬cho tiempo tenía gran fe en el Jetsun. Una vez lo invitaron a Tsa Ma. Tan pronto como Shindormo lo vio venir se acercó a él tomándole de las manos y diciendo: "Ahora que envejecemos y la muerte se aproxima, tememos y nos lamentamos de no ser ca¬paces de seguir el dharma contigo". Así diciendo, lloró amarga¬mente por largo tiempo. Milarepa le dijo: "Mis queridos patronos, excepto para los practicantes avanzados en el dharma, las penas de nacimiento, decadencia, enfermedad y muerte descienden sobre cada quien. Es bueno pensar en ello y temerlo, porque capacita en la práctica del dharma cuando se aproxime la muerte". Enseguida cantó:
Nosotros, seres mortales, estamos sumergidos
en el río del nacer, decaer, enfermar y morir.
¿Quién puede en la tierra escapar de estas penas?
Vamos a la deriva en la marea.
Entre olas de miseria y oscuridad
flotamos mas y más.
Pocos hay en samsara en los que se encuentre alegría.
Al tratar de evadirlas, aumentan las miserias;
crecen nuestros pecados en la búsqueda del placer,
Para estar libre de pena
deben evitarse los actos erróneos.
Cuando cercana se perfila la muerte,
el sabio siempre practica el dharma.

"No sé —dijo Shindormo— cómo observar el sufrimiento del nacer. Por favor, instruyeme en la manera de meditar acerca de esto". En respuesta, el Jetsun dijo:

Les explicaré, protectores fervientes,
el sufrimiento del nacer.

La conciencia alaya
es el vagabundo en el plano del bardo.
Impelido por la lujuria y el odio
entra a un vientre materno.

Allí se siente como pez atrapado en la grieta de una roca.
Durmiendo en sangre y fluido amarillo,
por zafarse, se acojina;
embutido en inmundicia, padece.
De mal karma nace un mal cuerpo.

Aunque recuerda vidas pasadas,
no puede decir ni tan sólo una palabra.
Tan pronto abrasado de calor
como helado por el frío,
eso, a los nueve meses emerge
del vientre con terrible dolor,
como si fuese arrancado por una garra de tenaza.

Cuando su cabeza es comprimida por el vientre
el dolor es como ser echado a un hoyo lleno de breñas;
como gorrión atrapado por halcón,
se siente el débil cuerpo en el regazo materno;
cuando se limpia la sangre e impurezas
del tierno cuerpo del bebé,
el dolor es tal como ser desollado vivo;
cuando se corta el cordón umbilical,
siente como si fuera seccionado
a través de la espina;
envuelto en la cuna se siente atado
por cadenas, preso en un calabozo.

Quien no comprenda la verdad de no-originarse
nunca escapará de los tormentos espantosos del nacer.
No hay tiempo para posponer la devoción.
Cuando uno muere la gran urgencia es el divino dharma.
Deben apresurarse a practicar las enseñanzas del Buda.

Shindormo pidió de nuevo: "Por favor, predícanos los sufrimien¬tos de la vejez". En respuesta el Jetsun cantó:

Escuchen, mis buenas protectores,
escuchen los sufrimientos de la vejez.

Penoso es ver el propio cuerpo
tornarse endeble y desgastado.

¿Quién puede evitar el desaliento
ante la llegada de la vejez?

Cuando desciende la ancianidad
el cuerpo erguido se torna encorvado;
cuando se intenta pisar firmemente,
a pesar suyo vacila;
los cabellos negros tórnanse blancos,
los claros ojos, empañados,
la cabeza tambaleante desvanece,
y el oído penetrante ensordece;
las mejillas rubicundas palidecen
y la sangre se enjuta.

La nariz, pilar del rostro, se hunde,
los dientes, esencia de los huesos, sobresalen,
perdiéndose el control de la lengua, se tartamudea;
ante la cercanía de la muerte, crece la angustia
y las dudas crecen.
Reúne amigos y alimentos,
mas no los puede guardar;
tratando de no sufrir,
sufre más;
cuando le dice verdad a las gentes
pocos le creen.
Hijos y sobrinos que levantó
y crió se tornan sus enemigos;
desechan sus palabras
y no devuelven gratitud.

Mientras no comprendas la verdad de no decadencia
sufrirás las miserias de la vejez.
Quien siendo viejo sea negligente con el dharma
sabrá que está atado al karma.
Es bueno practicar el divino dharma
mientras aún puedes respirar.

Shindormo dijo luego: "Lo que nos has dicho es muy cierto; he experimentado estas cosas por mí mismo. Ahora, por favor, pre¬dícanos el sufrimiento de la enfermedad". En respuesta Milarepa cantó:

Queridos patrones, ustedes que conocen pesar y tristeza
escuchen las miserias de la enfermedad.

Este frágil cuerpo está sujeto a enfermedad,
así pues, uno sufre penas terribles.

La enfermedad de prana, bilis y flema
invaden constantemente este débil cuerpo humano
y provocan que la sangre y la materia se calienten;
así, los órganos se afligen con dolores.
En cama segura y cómoda,
el enfermo no halla comodidad
sino que da vueltas agitado entre quejas y lamentos.
Debido a la mezquindad del karma anterior,
a pesar de ser alimentado con la mejor comida,
vomita todo lo que toma.
Cuando se le acuesta en lo frió
aún se siente ardoroso y caliente;
Si se le envuelve en ropas tibias
siéntese frío, como empapado en cellisca.
Aunque lo rodeen amigos y parientes,
nadie puede liberarlo de sus penas.
Aunque hechiceros y médicos son eficientes
no pueden ayudar en casos debidos a la madurez del karma.
Quien no ha comprendido la verdad del no-enfermar
tiene que sobrellevar mucho sufrimiento.
Como no sabemos cuándo aparecerá la enfermedad,
es sabio practicar el sagrado dharma,
el seguro vencedor de la enfermedad.

"Espero practicar más dharma cuando se aproxime 'la muerte —dijo Shindormo—. Ahora, por favor, predícame los sufrimientos de la muerte". En respuesta, Milarepa cantó:

Escuchen, mis desalentados patrones:
Debe uno sobrellevar los sufrimientos de la muerte
como se soporta la pena de reparar deudas contraídas.
Cuando llega el momento de la muerte,
los guardas de Y ama lo atrapan a uno y lo llevan.
Los ricos no pueden comprarla con dinero,
no puede el héroe cortarla con su espada,
ni puede la mujer lista engañarla con sus mañas.

Ni siquiera el letrado puede
posponerla con su elocuencia.
Aquí ningún cobarde, como zorra, escapa;
ni los desafortunados pueden apelar
ni tampoco el valiente puede lucir su valor.

Cuando todos los nadis convergen en el cuerpo,
uno es aplastado como entre dos montañas;
toda visión y sensación tórnase opaca.
Cuando los monjes bon y los adivinos son inútiles,
el médico afamado llega a la desesperación.
Ninguno puede comunicarse con el moribundo,
los guardianes protectores y los devas se esfuman en la nada.
Aun cuando el aliento no se ha detenido completamente
no puede menos que percibirse el rancio olor a carne muerta.
Se acurruca uno al borde de la muerte
como un trozo grande de carbón a las cenizas irías.

Alguien cuenta aún fechas y estrellas
cuando uno ya está muriendo;
otros lloran y gritan y se quejan,
algunos piensan en las cosas mundanas,
otros, que su riqueza tan duramente trabajada
será disfrutada por los demás.

Sea cuanto fuere de profundo nuestro amor
o grande nuestra simpatía,
él ha de partir y viajar solo;
sus buenos amigos y su esposa
sólo podrán dejarlo ir;
su amado cuerpo será envuelto
como un fardo y transportado,
será echarlo al agua o quemarlo en el fuego
0 simplemente abandonarlo en tierras desoladas.

Protectores fervientes, cuando el fin llega,
¿qué podemos retener?
Debemos sentarnos ociosamente,
dejando que partan todas las cosas.
Mañana, cuando nuestro aliento se detenga,
ninguna riqueza de esta tierra podrá ayudarnos.
Entonces, ¿por qué ser tacaños?

Los amables parientes rodean
la cama del moribundo,
fiero ninguno puede ayudarlo ni por un momento.
Sabiendo que todo debe ser dejado atrás
entiende uno que todo gran amor
y todo apego es fútil.
Cuando llega ese momento final
sólo el sagrado dharma ayuda.
¡Ustedes, queridos patrones, deben esforzarse
para estar listos a morir!
Estén seguros y listos; cuando llegue
el tiempo no tendrán miedo ni retornarán.

Así pues, Shindormo imploró al Jetsun las instrucciones. Practi¬cándolas por algún tiempo obtuvo progreso, de tal modo que al memento de la muerte entró en la etapa inicial del sendero.
Por ese tiempo otra patrona, Lesebum, invitó a Milarepa a estar con ella. Le dijo: "Aunque ustedes, padre Jetsun e hijos, no pue¬den estar con nosotros mucho tiempo, permanezcan al menos por unos días". Ante esta sincera demanda, Milarepa y sus discípulos se quedaron con ella durante siete días.
Durante este periodo la gente de Nya Non se reunía en gran número para hacer Tsa Tsa. Todos los aldeanos cooperaban en la labor. Lesebum preguntó a Milarepa: "Ustedes, padre e hijos, ¿no gustarían venir a la reunión para disfrutar de ella?" "No —re¬plicó Milarepa—, no me interesa ir". "Entonces—dijo Lesebum—; como éste es un día meritorio, espero que Su Reverencia sea tan amable de hacer ofrendas en mi cuarto de oración moldeando algunos Tsa Tsa para mí. Por bien de las criaturas de sentimiento, cuida de mi hijo pequeñito, de mi oveja y de mi casa durante mi ausencia". Bien vestida y adornada se fue pues a la reunión, pero Milarepa y sus discípulos dejaron pasar el tiempo sin hacer nada de lo que les había pedido. Como consecuencia la oveja saltó al campo y se comió todos los granos y lo peor de todo fue que cuando Lesebum entró a la casa su bebé gritaba a lo que daban sus pulmones. Entonces se dio cuenta de que el Jetsun no había hecho nada de lo que le había pedido, y le dijo: "Es explicable que no hayas hecho las otras cosas que te pedí, pero un budista debe tener compasión; ¿no es pues una falta y una gran vergüenza que hayas descuidado al niño y a la oveja cuando estaban necesitados de ayuda?" En respuesta el Jetsun cantó:

En la postura del gran gozo
pastoreo al cordero inmortal,
no tengo tiempo para atender
a aquellos de sangre y carne;
los dejo, Lesebum, para ti.

Como madre de amor y gran compasión
vigilo al bebé de la iluminación,
así pues, no tengo ganas
de atender al niño mocoso;
eso lo dejo para ti, Lesebum.

En el oratorio de mi cuerpo superior
enciendo la lámpara de la iluminación,
no puedo erigir el asta
para colgar banderolas de oraciones;
eso lo dejo para ti, Lesebum.

En esta casa desarrapada de mi cuerpo fantasma
estoy limpiando lo sucio de los pensamientos normales,
no tengo tiempo de limpiar tu casa;
eso lo dejo para ti, Lesebum.

Entre las muchas formas de vida
observo el juego de maya;
no puedo lavar tazas y platos;
eso lo dejo para ti, Lesebum.

Lesebum replicó: "Oh Jetsun, por favor, no desdeñes los bue¬nos actos que nosotros, los mundanos, tratamos de hacer. También he servido a otros lamas además de ti". En respuesta Milarepa cantó:

Servir a un lama sin compasión
es como rendir culto a un demonio de un ojo;
tanto él como el protector hallarán desgracia.

Practicar el dharma sin mente Bodhi
es el autoengaño propio de un tonto;
sólo intensifica el deseo y la codicia.

Dar limosnas con parcialidad
es como retribuir una fiesta;
sólo fortalecerá más esperanzas.

Hacer ofrendas a quien no corresponde
es como dar dinero a un impostor;
sólo traerá más conflicto y confusión.

Dar caridad sin compasión
es como atarse uno mismo a un pilar
con una larga cincha de cuero;
sólo lo atará a uno más apretadamente a la prisión del samsara.

Tener miras altas sin dominar la mente
es como ser charlatán que anda presumiendo
por medio de su gaznate desgastado;
así uno solamente viola las virtudes.

Meditar sin saber el modo
es ser como prestidigitador conjurando una casa mágica;
su falsía pronto será exhibida.

Comprometerse en actos tántricos
sin una verdadera señal de karma
es como si un loco bebiese agua de una fuente caliente;
mientras más beba, más sediento estará.

Si uno lleva una vida solemne
para asuntos mundanos
es como envolver inmundicia
en bellos vestidos de seda;
hermosos y sorprendentes por fuera;
dentro, viscosos y putrefactos.

La realización obtenida
con deseos y engreimiento
es como muñeca de barro;
pronto se romperá en pedazos
si se le prueba con un golpe.

Al escuchar este canto Lesebum se sintió llena de remordimientos. Tomando una fina joya de sus ornamentos la ofreció al Jetsun pi¬diéndole instrucciones. Milarepa cantó Las palabras de la gema.

¡Escúchame, rica Lesebum,
con inteligencia chispeante!
Cuando te vuelvas hacia ti y mires dentro de tu cuerpo,
medita sin codiciar placeres;
cuando te vuelvas hacia ti y mires dentro de tu boca,
medita en silencio y en calma;
cuando te vuelvas hacia ti y mires dentro de tu mente
medita sin pensamientos inconstantes;
guarda tu cuerpo, boca y mente de distracciones
y trata de practicar sin practicar.

Lesebum, siguiendo estas instrucciones en su meditación, ganó al¬gunas experiencias. Luego cantó para el Jetsun como sus Siete ofrendas.

A ti, yogui excelso, vestido de algodón,
quien tiene valor indomable,
hombre seguro de su libertad,
más allá de codicia y temor,
a ti, asceta Repa, presento mi homenaje,
a ti, gran Repa, presento mi ofrenda.
Ahora, ante ti, me arrepiento de todos mis errores,
y me regocijo con simpatía en todos tus actos.
Te ruego gires la rueda del dharma,
implorándote que nunca entres al nirvana.
Desde ahora dedico mis méritos a todos los seres.

Cuando observo mi cuerpo y trato
de detener el ansia de placer
surge el anhelo.

Cuando observo mi boca y trato
de dominar el deseo de hablar
el deseo aún perdura.

Cuando observo mi mente y trato
de meditar sin pensamientos vagabundos,
los pensamientos inconstantes siempre surgen.

Cuando concentro mi cuerpo, boca
y mente para practicar la no práctica,
el esfuerzo por practicar aún está allí.

Para vencer estas dificultades
y propiciar mi progreso,
te ruego me otorgues más instrucciones.

En respuesta a su ruego el Jetsun cantó:

Escucha, escucha, Lesebum, con atención.
Si estás acosada del ansia de placer
deja a tus socios,
da todo en limosnas,
descansa a gusto
sin apegos ni anhelos.

Cuando te sientas como si hablaras
trata de abjurar de los deseos mundanos,
renuncia a tu egoísmo y a tu orgullo
y descansa a gusto en humildad.

Si los pensamientos inconstantes siguen surgiendo
sujeta bien tu propia mente con atención,
no te apegues al samsara ni al nirvana
sino descansa a tus anchas en la plena igualdad.
Que lo que surja, surja,
no te ocupes de seguirlo.

Si en meditación aún te quieres esforzar
trata de que surja en ti la gran compasión por todos
identificándote con el Todomisericordioso.

Piensa siempre en tu gurú como sentado sobre tu cabeza
y medita con perseverancia en el vacío;
luego dedica tus méritos a todos.

Confía en mis palabras, Lesebum
y practica con celo el dharma.

De acuerdo con las instrucciones de Milarepa, Lesebum conti¬nuó su meditación. Al final llegó a ser una yoguini y alcanzó el estado inicial del sendero.

Ésta es la historia de Shindormo y de Lesebum.



49 MILAREPA Y EL CORDERO MORIBUNDO

Reverencia a todos los gurús

En una ocasión, cuando el Jetsun Milarepa y su hijo del co¬razón Rechungpa vivían en la cueva del Vientre de Nya Non, Rechungpa todavía abrigaba un ligero anhelo de placeres mundanos, los cuales el Jetsun ya le había advertido que debía abandonar. Pero Rechungpa pensaba: "Ya he dejado mi tierra nativa y los ocho deseos mundanos, pero el Jetsun considera que esto es aún insuficiente, apenas la mitad del camino en la práctica del dharma. ¿Podría en verdad ser cierto esto?". Lleno de dudas preguntó a Milarepa, quien le respondió: "En sentido general puede ser cierto lo que has dicho, pero por sí mismo no es suficiente. Escucha mi canto".

Quien se sienta sobre mi cabeza
en el Palacio del Gran Gozo
es el Uno inmaculado,
gloria en todos 'los méritos.
Él, Marpa, es la esencia del linaje de los gurús,
la fuente de la perpetua inspiración,
a él presento sincero homenaje,
a él envío mi plegaria de todo corazón.

Aunque has renunciado a tu tierra nativa
viviendo alejado y solo,
debes aún observar los preceptos;
quien se cuida de su buen nombre
caerá una vez más en el mundo.

Aunque has renunciado a buena comida y atenciones,
ten cuidado cuando recibas limosnas;
quien aún es afecto a comidas sabrosas
caerá en el mundo una vez más.

Aunque un traje elegante es muy superior
a un simple vestido,
debe ser hecho de acuerdo con los principios de la moda;
los yoguis que están apegados a trajes finos y suaves
caerán al mundo una vez más.

Cuando aspires al gran estado
y cultives tu pequeña tierra propia
debes obedecer las reglas de labranza;
si esperas cosecha grande y pronta
caerás una vez más en el mundo.

El samsara es en sí mismo irracional e irreal;
cuando se le mira se le encuentra difícil
de definir, inasible,
pero cuando uno lo realiza
es el nirvana mismo.
Todas las cosas en sí mismas son vacío;
un yogui no está apegado a nada.

Rechungpa preguntó: "Como sigo el sendero eficaz del tantra, ¿podré darme alguna comodidad y gusto para aumentar mi de¬voción?". El Jetsun contestó: "Si de veras puedes aumentar tu devoción mediante gustos y placeres, puedes usarlos, pero no lo hagas si sólo sirven para aumentar tus deseos mundanos. Fui im¬puesto por mi gurú, Marpa, a renunciar a los deseos mundanos a cambio de una vida ascética de devoción. Como resultado de haber seguido sus palabras durante mi vida ha crecido dentro de mí algún pequeño mérito. También tú debes renunciar a todos los ocho deseos mundanos y meditar intensamente mientras tienes oca¬sión de hacerlo. Escucha ahora mi canto".

Recuerda cómo vive tu gurú
y guarda en tu mente sus palabras de miel.
Quien pierde una ocasión para el dharma
nunca más tendrá otra.
Memoriza la enseñanza de Buda
y practica con perseverancia.
Por el apego a las cosas durante esta vida
se sufrirá más en la otra;
si anhelas placeres
aumentarán tus conflictos.

En verdad uno es muy tonto
si pierde una ocasión para el dharma.
¡Practica duro con temor a la muerte!
Cometer pecados te lanza
a los reinos inferiores.
Por presumir y engañar
uno se engaña y se desvía a sí mismo;
los méritos merman con el crecer de los pensamientos dañinos.
Si estás interesado en la vida futura
practica diligentemente tus devociones.

Un yogui que ansia buenos trajes
pronto perderá su mente;
un yogui que desea buena comida
pronto cometerá actos malos;
un yogui que ama las palabras gratas
no ganará sino perderá.
Renuncia a los propósitos mundanos, Rechungpa,
sé devoto de la meditación.

Si tratas de obtener un protector rico
tropezarás con un enemigo.
Quien gusta de estar rodeado de gente
pronto estará decepcionado.
Aquel que atesora mucha riqueza y dinero
pronto estará lleno de pensamientos viciosos.
Medita, hijo Rechungpa,
y pon tu mente en el dharma.

La realización se ganará al final
por quien practica;
quien no practica
sino solamente habla y se jacta
siempre está mintiendo.
Qué difícil es encontrar
la ocasión y el tiempo para practicar largamente.
Rechungpa, trata de meditar sin distracciones.

Si mezclas tu mente con el dharma,
siempre estarás alegre y contento;
si vives en soledad
la encontrarás siempre mejor.
¡Hijo Rechungpa, que el preciado
samadhi del vacío iluminante
permanezca por siempre en tu mente!

Milarepa pensó luego: "Debido a mi urgencia, tal vez los deseos de Rechungpa por los placeres del mundo se hayan aminorado, mas aún no puede dominar sus inclinaciones erróneas. Debo tratar de fomentar su espíritu de renunciación". Así pues, lo llevó al mer¬cado de Nya Non a pedir limosnas. AHÍ se encontraban reunidos muchos carniceros. Había montones de carne acumulada, las ca¬bezas de animales colgaban de garfios, las pieles estaban desparramadas sobre el suelo y la sangre corría como agua en una poza. Además había filas de ganado atado a estacas para la ma¬tanza. Un viejo de Mon, mutilado de un brazo, destazaba un cor¬dero negro y grande, sacándole las entrañas mientras aún estaba vivo. Mortalmente herido, logró escapar y tambaleando y gimiendo llegó junto al Jetsun por ayuda. Al ver esta lamentable escena Milarepa derramó muchas lágrimas. Inmediatamente ejecutó el yoga de transformación para el cordero y liberó su alma (conciencia) al sendero Bodhi. Entonces, abrumado de compasión, cantó:

¡Cuan dignos de compasión son los seres del samsara!
Mirando hacia arriba al sendero de liberación,
¿qué, si no tristeza, podrá sentirse por estos pecadores?
Lamentable y tonto es complacerse en malar
cuando por buena suerte y horma se tiene forma humana.
Es lamentable cometer un acto
que al final nos dañará a nosotros mismos,
es lamentable construir un muro de iniquidad
hecho con la carne de nuestros semejantes,
es lamentable ver devorar la carne
y manar la sangre,
es lamentable saber que confusión
e ilusión alimentan las mentes de los hombres,
es lamentable hallar sólo vicio,
no amor, en el corazón de la gente.
Cuan lamentable es ver
que la ceguera cubre a todos los hombres
que fomentan actos inicuos.

La codicia es causa de miseria
y los actos mundanos traen pena;
recordando esto uno siente pesadumbre,
así pensando, se busca curación.

Cuando pienso en aquellos que nunca
reparan en sus vidas futuras
sino que se complacen en actos dañinos
me siento conturbado y triste
y temo profundamente por ellos.

Rechungpa, viendo tú todas estas cosas,
¿no recuerdas el sagrado dharma?
¿no pierdes acaso tu corazón en samsara?
Fortalece tu espíritu de renunciación;
ve, Rechungpa, a meditar a una cueva.

Toma en cuenta la gracia de tu gurú
y evita todo acto pecaminoso,
desecha las cosas mundanas
y mantente firme en tu práctica,
guarda tus votos y dedica
tu vida a la meditación.

Rechungpa estaba embargado por la pena y un ardiente deseo de renunciación surgió en lo más profundo de su corazón. Derra¬mando copiosas lágrimas juró: "Querido Jetsun, de ahora en ade¬lante renunciaré a todos los deseos y placeres y me dedicaré a la meditación. Vayamos, maestro y siervo, a las montañas remotas; dime solamente dónde". En respuesta Milarepa cantó:

Atrapadas por sus karmas malignos
vagan en la oscuridad del samsara las criaturas de sentimiento.
Los incesantes pensamientos salteadores
las arrojan a lo insensato
privándolas de la oportunidad de cultivarse.
¡Despierte, medite ahora cada quien!
Y nosotros, los dos Repas, vayamos a la montaña nevada de Lashi.

Larga y azarosa es la ruta de samsara,
opresor y pernicioso es el bandolero de cinco venenos;
pero, hijo Rechungpa, sujeta pequeño tu conocimiento,
busca el cuidado de la sabiduría.
Rara vez piensan los pecadores que la muerte vendrá;
nosotros, los dos Repas, iremos ahora a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

Alta es la montaña de faltas,
aterradores los sabuesos y cazadores.
La bestia Dhyana siempre está expuesta
al peligro de ser capturada.
Sé sabio pues, escapa a la tierra pura.
Los pecadores rara vez piensan que vendrá la muerte;
nosotras, los dos Repas, iremos a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

Esta casa del cuerpo humano
está cayéndose y deteriorándose
por la filtración de comida y bebida,
decae con los meses y años;
es pues peligroso habitar en ella.
Escapa entonces a lo seguro,
dispuesto a morir contento.
Los pecadores rara vez piensan que vendrá la muerte;
nosotros, los dos Repas, iremos a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

Profundo y lleno de peligros es el mar del samsara,
es de sabios cruzarlo ahora
en el barco del conocimiento;
la ola arrolladora de la confusión es aterradora,
escapa de ella ahora,
escapa a la tierra de la no dualidad.
Los pecadores rara vez piensan que vendrá la muerte;
nosotros, los dos Repas, iremos a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

Ancha es la marisma pantanosa de la lujuria,
atosiga el campo lodoso de la vida familiar;
sé sabio, escapa de ellos, cabalgando
el elefante de la renunciación,
sé sabio y escapa a lo seguro,
a la tierra seca de la liberación.
Los pecadores rara vez piensan que vendrá la muerte;
nosotros, los dos Repas, iremos a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

Grande es el peligro actual de caer
en los puntos de vista y actos del hinayana;
el ignorante hace alharaca de nada.
Los pecadores rara vez piensan que vendrá la muerte;
nosotros, los dos Repas, iremos a meditar
a la montaña nevada de Lashi.

En esta ocasión hubo mucha gente de la feria que confirmó su gran fe en el Jetsun y en su hijo. Todos desearon ofrecerles mucha comida y servicios, pero Milarepa les dijo que su comida era alimento del pecado, directamente producida por los ocho de¬seos mundanos, y rehusó aceptarla. Él y Rechungpa partieron a su viaje hacia la montaña nevada de Lashi.

Esta es la historia de las advertencias de Milarepa sobre la im¬portancia de estar dispuesto a morir.



50 CANTO DEL BEBEDOR DE CERVEZA

Una vez, cuando el Jetsun Milarepa y su hijo Rechungpa vivían en la gran cueva de la conquista del demonio, en la montaña nevada de Lashi, las conjuraciones terroríficas creadas por los asuras fueron tan grandes, que Rechungpa hubo de esconderse en la parte posterior de la cueva absorbiéndose a sí mismo en samadhi. Un día llegó un gran número de deidades y espectros des¬plegando muchas formas horribles, lanzando muchas lanzas a Mi¬larepa para atemorizarlo. Con voces amenazantes gritaron: "Déjanos atraparlo para comer su carne y beber su sangre". Pero Milarepa, impasible, cantó:

¡Ruego a todos los gurús dominar
todo odio y maldad!

Dignos de piedad son ustedes, fantasmas y demonios,
acostumbrados a pensamientos y actos malignos
afligen con regocijo a las criaturas de sentimiento,
aficionados a comer carne,
están ansiosos de matar y estrangular,
nacidos como fantasmas hambrientos,
feos y repulsivos,
cometen ustedes más actos pecaminosos;
ustedes están condenados a ir al infierno.
Como han olvidado la semilla de la liberación
encuentran cerrada la puerta de la libertad.
¡Cuan lamentable y triste es todo esto!

Sentado en el asiento del vacío compasivo,
puedo ejecutar toda clase de milagros.
Si ustedes, fantasmas, pueden atraparme y comerme,
estaré muy complacido y feliz.
¡Con mente bodhi compasiva
me regocijo al verlos aquí!

Entonces Milarepa entró al samadhi del agua. En poco tiempo llegaron más demonios y devas armados. Entre ellos había una demonia extremadamente terrorífica, la cual dijo: "¿Quién es este hombre?" Un demonio replicó: "Acerquémonos primero al agua en lugar seguro y veamos". Así haciendo, golpeó descuidadamente unas piedrecillas que sonaron y en el preciso momento apareció repen¬tinamente Milarepa diciendo: "Aquí estoy", y mostró su cuerpo desnudo a los demonios, quienes sorprendidos y empavorecidos sa¬lieron corriendo. Después de un rato regresaron y una vez más ata¬caron en vano a Milarepa con sus magias. Finalmente se dieron por vencidos y gritaron: "Reconciliémonos todos". En estado de gran compasión, Milarepa cantó:

Escuchen con atención, ustedes no hombres,
ejército de demonios de karma maligno,
sus actos malignos a nadie dañan salvo a ustedes mismos.
En cuanto a mí, todas las formas son el dharmakaya,
aun un ejército demoníaco es mi gloria.
Escuchen todos, devas y demonios,
si ustedes se refugiasen en la Triple Gema
renacerían en un buen lugar,
si dejasen de comer carne y de beber sangre
obtendrían un alto nacimiento y libertad,
si dejasen de dañar a otros,
pronto entrarían en el sendero bodhi,
si se apartasen de actos pecaminosos,
podrían abrazar la doctrina budista.

Sólo practicando los diez méritos
se puede entender el sentido
de las instrucciones firmes del gurú;
sólo cuando hayan quitado
la confusión del cuerpo, palabra y mente
podrán juntarse a la orden
de los sostenedores de la iluminación;
sólo cuando juren guardar las disciplinas
podremos como amigos estar de acuerdo;
sólo cuando guarden los preceptos samaya
podrán ser mis discípulos.

Arrepentidos, todos los demonios se convirtieron. Dijeron: "De ahora en adelante obedeceremos tus órdenes. Por favor enséñanos el dharma". Entonces Milarepa les predicó la verdad del karma, la enseñanza de tomar refugio y el crecimiento de la mente bodhi. Confirmándose en su fe, todos los demonios ofrecieron sus vidas a Milarepa como señal de sus solemnes votos y se fueron.
A la mañana siguiente Milarepa fue donde Rechungpa y le preguntó: "¿No te pasó nada anoche?" Rechungpa dijo: "Es¬taba en el samadhi de iluminación y tuve una visión muy divertida: alguien vino y te tiró una piedra mientras yacías en tu cama, ¿te golpeó?". Milarepa replicó: "Con gran alegría mi cuerpo se con¬virtió en agua. No estoy seguro si esa piedra me golpeó o no, pero mi pecho no se siente muy confortable, mejor lo miras". Y así diciendo, transformó su cuerpo nuevamente en agua, en la cual halló Rechungpa una piedrecilla y la sacó. Después de esto el Jetsun se sintió del todo bien.
Por este tiempo muchos discípulos vinieron a visitar a Milarepa. Un día él sugirió una caminata hasta la cumbre de la montaña frente a Lashi, pero los discípulos dijeron: "Sería muy agotante para ti debido a tu edad, mejor no vayas". El Jetsun replicó: "Creo que puedo arreglar esto fácilmente". Y enseguida cantó:

¡Me inclino ante todos los gurús!

Milarepa quiere escalar
le. cima de la montaña, pero ahora está muy viejo;
su cuerpo está gastado y frágil.
¿Deberá tenderse y descansar
como tú, hermana montaña?

Apenas había terminado de cantar cuando apareció repentina¬mente en lo alto del risco, sus pies firmemente apoyados sobre la roca. Entonces ascendió hasta llegar a la punta y allí se sentó con¬fortablemente durante un rato, vestido con una gasa iridiscente. Luego voló de regreso a la cueva y les dijo a los discípulos: "Ne¬cesito a alguno que me sirva cerveza cuando esté allá arriba".
"Dinos, por favor, cómo llegaremos allí y cómo podremos ser¬virte cerveza", preguntaron. Milarepa replicó: "Si ustedes quieren alcanzar el pico de la montaña, deben practicar de esta manera".

Escuchen, hijos míos,
si desean escalar el pico de la montaña
para disfrutar del paisaje
deben sujetar la luz de la mente propia
amarrándola con el gran nudo,
atrapándola con un lazo firme;
si practican así
podrán escalar el pico de la montaña,
para disfrutar del paisaje.

¡Vengan, hombres y mujeres bien dotados,
beban el brebaje de la experiencia!
¡Vengan dentro a disfrutar la escena,
véanla y gocen plenamente de ella!
Los incapaces permanezcan fuera;
quienes no puedan beber
la cerveza pura, podrán repetir cervezas malas,
quien no pueda esforzarse por bodhi
puede hacerlo por un nacimiento superior.

Rechungpa dijo: "Yo puedo practicar el dharma y aspiro a beber la cerveza, pero enséñame cómo". El Jetsun replicó: "El mejor modo de beber la cerveza es seguir las buenas advertencias de Marpa". Luego cantó:

Me inclino ante Marpa, el traductor,
quien reside en la realidad primordial;
maestro de verdades esenciales,
no es fácil describirlo,
es como el cielo, brillante y limpio,
omnipresente como el sol y la luna;
nunca discrimina entre
alto y bajo como arbustos en un campo,
él es mi señor Buda;
sentado sobre mi cabeza
es mi gloria y ornamento.

En los seis reinos el jefe
de los actores, el hombre,
utiliza su escasa cosecha para elaborar
cerveza en el otoño y en la primavera.
Pero para fermentar para nosotros,
seguidores del dharma,
construye una pira con tres puertas,
prepara un caldero de sunyata
y lo nutre con el grano del puro elemento blanco
y con el agua de la compasión,
luego enciende el fuego de la sabiduría
y hierve bien toda la mezcla.

En la llanura central, donde todo es igual,
se iza la bandera del gran gozo.
Cuando al caldero se le ha añadido la levadura
de la instrucción uno podrá dormir a gusto
en la cama de los cuatro infinitos.
La cebada fermentada del Uno en muchos
es sacada y puesta en una jarra,
esta cerveza de los cinco prajnas madura
fortalecida con la eficaz sabiduría no dual.
A la entrada de la casa que satisface todo deseo
se purifica la cerveza de puro néctar.
El Heruka puro produce esto,
por el Heruka de la totalidad es condicionada
y es coloreada por el Heruka del loto,
su olor es el Heruka de la variedad,
su sabor es el vajra y su textura es la alegría.
Soy un yogui que bebe cerveza,
porque ella ilumina el cuerpo dharma,
completa el cuerpo de sambhoga
y da forma a todo el nirmanakaya.
Sólo hombres con cabezas endurecidas
pueden beber la cerveza
de la pulpa del no crear.

Aquí está la otra parábola:

Del brebaje de la esencia del dharma,
procede una cerveza preciosa y estimulante;
es una oblación majestuosa
para los gurús y Budas de las tres perfecciones;
a lo largo de la vía media de la sabiduría eficaz
se observan las reglas de samaya;
así son complacidas las deidades del mandala.
Con el brebaje de las instrucciones especiales
Se obtienen sensaciones místicas;
unas satisfacen nuestros deseos
y otras las de otros hombres.

Quienquiera que beba en la copa de los seis ornamentos
la cerveza pura del linaje susurrado
sentirá arder en él el gran gozo.
En este gozo un simple sorbo
despeja toda pena y tristeza.
Ésta es la cerveza que bebe un yogui,
dharma especial compartido por pocos;
acto maravilloso y espléndido,
acto magnífico y estupendo.

Al oír este canto todos los discípulos ganaron un firme entendi¬miento.

Ésta es la historia de Milarepa cuando dominaba demonios en la gran cueva y cantaba la canción del beber mientras se paseaba crin sus discípulos.




51 CONSEJO SINCERO A RECHUNGPA

Reverencia a todos los gurús

Una vez el Jetsun Milarepa estaba en Ramdin Nampu con sus hijos-discípulos Rechungpa, Drigom Repa y otros. Un día, mientras Rechungpa y Drigom Repa sostenían una larga discusión sobre las enseñanzas de Naropa y Medripa, el Jetsun comentó: "Primero escuchen mi canto y luego continúen la discusión":

Mi gurú misericordioso siempre se sienta sobre mi cabeza,
la realización está siempre en mi mente.
¡Oh, cómo puede uno describir este sentimiento gozoso!

Escuchen, ustedes dos, el Repa y el monje
que aún persisten y se demoran en el reino de la acción.

Si no entienden "dentro"
sus ladridos bulliciosos no harán sino inflar
su orgullo y egoísmo.

¿No se llama visión interminable
al despejar interno de los malentendidos,
gloria de un yogui que confirma
las razones y las escrituras?

¿No Se llama práctica espontánea
la disolución de Nhamdog en el dharmakaya,
gloria de un yogui conforme
los principios de la meditación?

¿No se llama acción de un solo sabor
la autopurificación de los seis sentidos,
gloria de un yogui que libremente
responde al tiempo y a los cambios?

¿No se llama complacencia del lenguaje susurrado
a la experiencia del vacío gozoso,
gloria de un yogui conforme
a las cuatro indicaciones?

¿No se llama etapas y bhumis del sendero
al arte de hacer brillar el sunyata,
gloria de un yogui que observa
los postes de señales del camino?

¿No se llama logro del estado búdico
a la consumación de la propia mente,
gloria de un yogui que en una vida
confirma los cuatro cuerpos?

¿No se llama gurú de linaje
al poseedor de las instrucciones medulares
de la razón así como de las escrituras,
gloria de un yogui que es
encarnación de amor y compasión?

¿No se llama discípulo con capacidad
a aquel que tiene compasión y gran fe,
gloria de un yogui que se incorpora
al mérito de la veneración?

Debemos observar la mente para obtener
una visión decisiva.
Para progresar uno debe meditar,
para obtener la consumación uno debe actuar.

El logro es la perfección de la mente,
los cuatro pliegues del cuerpo de Buda
son una presencia y realización.
Quien conoce uno, conoce todo.

Al oír este canto, sus malentendidos se disiparon. Entonces el Jetsun dijo a Rechungpa que si uno está decidido a practicar el dharma debe practicarlo del siguiente modo, y entonces cantó:

Escucha, hijo mío,
el sostenedor de lo que ilumina:
para practicar el dharma debes saber estas cosas:
Que tu gurú, el cual produce todo mérito,
la encarnación de todos los Budas,
es el darmakaya mismo.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Debes saber que tus instrucciones
son excelsas como néctar y antídotos
que curan los cinco deseos ponzoñosos.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Los pensamientos mentales siempre fluyentes
son vacío, intrínsecamente sin base,
parecen aflorar y sin embargo jamás existen;
debes creer firmemente en la mente sin olas.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Los placeres que los seres celestiales aman
están sujetos a cambio y transitoriedad;
cree firmemente que en el samsara
no puede hallarse verdadera felicidad.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Todas las cosas con forma son momentáneas y efímeras,
como agua fluyen o humo de incienso
o como relámpagos en el cielo;
sabe que el ocio en esta vida es cosa rara.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Que todo en la tierra ha de morir es cierto,
no hay escape; esfuérzate más allá de la muerte.
Rechungpa, ¿estás convencido de esto?

Al oír este canto, todos los hijos-discípulos obtuvieron entendi¬miento creciente.
Un día llegaron algunos patronos o protectores de Nya Non. Invitaron a Rechungpa a aceptar su hospitalidad en sus villas du¬rante un tiempo y el Jetsun le dio permiso para permanecer allí por toda una buena noche. También fueron a la villa otros Repas, con objeto de pedir limosnas. Mientras tanto, Tsese, Ku Ku y otros protectores de Drin vinieron a visitar a Milarepa. Cuando lo vieron sentado allí con su pene expuesto libremente, se sintieron avergonzados y horrorizados, temiendo acercársete. Finalmente, Tsese se acercó ofreciéndole un cobertor. Entonces todos los visitantes se reunieron a su alrededor y le dijeron: "Oh, Jetsun, la manera en que exhibes tu cuerpo desnudo y tus órganos nos hace sentir a nosotros, hombres mundanos, muy confundidos y avergonzados; por bien nuestro te rogamos tengas compasión y consideres lo con¬veniente de cubrirte". Cuando escuchó este requerimiento, Milarepa púsose en pie de pronto y así desnudo cantó:

Por mucho vagar en diferentes lugares
he olvidado mi tierra nativa,
por estar largamente con mi santo Jetsun
he olvidado toda mi parentela,
el guardar las enseñanzas del Buda
he olvidado las cosas mundanas,
permaneciendo mucho tiempo en ermitas
he olvidado todas las diversiones,
por mucho observar los juegos de los monos
he olvidado borregos y ganados,
acostumbrado por largo tiempo al yesquero
he olvidado las tareas domésticas,
siendo lo usual la soledad sin sirviente ni maestro
he olvidado los modales corteses,
acostumbrado por tiempo largo a ser descuidado
he olvidado la vergüenza mundana,
largamente habituado a que la mente vaya y venga ella sola
he olvidado cómo atar las cosas,
acostumbrado desde hace mucho tiempo
a quemar calor dumo
he olvidado los vestidos,
acostumbrado desde hace tiempo a practicar
la sabiduría de la no discriminación
he olvidado todo pensamiento que distraiga,
utilizando desde hace mucho la práctica
de iluminación de dos en uno
he olvidado las ideas disparatadas.
Estes doce "olvidos" son la enseñanza de este yogui,
¿por qué ustedes, patronos queridos, no la siguen?
He desatado el nudo del dualismo,
¿qué necesidad tengo de seguir sus costumbres?
¡Para mí, bodhi es la espontaneidad misma!

El dharma de ustedes, gente de mundo,
es muy difícil de practicar.
Sin cuidarme de nada, vivo en la forma que me place.
Su así llamada vergüenza sólo trae engaño y fraude.
¿Cómo pretenden que yo no sepa?

Los protectores ofrecieron a Milarepa finas y abundantes ofrendas y se fueron. Mientras tanto, Rechungpa permaneció en la villa y aunque sólo se quedaba un día en la casa de cada protector, pasaron muchos días antes de que pudiera volver a la ermita. Cuando volvió finalmente encontró la puerta cerrada y pensó: "¿Será porque me tardé mucho en el pueblo que el Jetsun está disgustado?" Y cantó:

En la inmanencia del dharma
no hay necesidad de leer las estrellas;
quienes consultan las estrellas
están distantes de la inmanencia.

La gran perfección no tiene dogmas;
si surge una creencia obstinada,
eso no es la gran perfección.

En el Mahamudra no hay
aceptación ni rechazo.
Si lo hubiese
ése no sería el gran símbolo.

En la experiencia del gran gozo
no hay ni luz ni sombra.
Si alguna de las dos surgiera
ése no sería el gran gozo.

La gran vía media no puede ser descrita,
tampoco puede ser definida, porque si se pudiera
no sería la vía media.

Yo, Rechungpa, he regresado en este momento,
tú, padre mío, ¿estás bien hoy?

Por encima de la puerta Milarepa cantó en respuesta este canto:

No hay más Buda que la mente,
no hay vía más rápida que la práctica de prana y nadis,
no hay crueldad ni venganza en los tres refugios,
no hay experiencia mayor que aquella del vacío gozoso,
no hay gracia más alta que la del gurú Jetsun,
refugio y gloria de todos los hombres.

Por la práctica de las instrucciones correctas
crece la convicción en nuestra mente;
estas instrucciones se verifican
con la completa realización.
Una vez tomada una firme resolución
florecen la experiencia y la convicción.
Uno puede ayudar a los otros mediante el amor
cuando la bondad crece en nuestro corazón.
Quien ve a su gurú como a Buda
recibirá el gran poder bendito.

Rechungpa,
la cita que has hecho es excelente,
si la comprendes hallarás el dharma allí,
si no, tus observaciones
son charlatanería y jactancia.

¿Dónde has estado, hijo mío Rechungpa?
Tu anciano padre está bien y saludable.

Luego el Jetsun abrió la puerta y Rechungpa entró. Milarepa dijo: "Hoy descansaremos y charlaremos. Veo que aún tienes gran¬des deseos por cosas mundanas; debes renunciar a ellos y meditar rolo en las montañas. Ahora escucha":

Mediante la gracia de mi gurú
he sido capaz de permanecer en las montañas;
la oración me capacitó para permanecer en soledad.
Escucha atentamente, Rechungpa, el bien dotado:
Cuando mores en soledad
no pienses en secretas acusaciones,
no sea que perturbes tu mente con ira;
cuando medites con tu gurú
no pienses en asuntos religiosos,
no sea que caigas en confusión;
cuando des dormas a los espíritus
no esperes que ellos asistan,
no sea que tú mismo te conviertas en demonio;
cuando estés embelesado en meditación
no busques amigos ni compañía,
no sea que interfieran en tus devociones;
cuando ascéticamente perseveres
no pienses en carne ni vino,
no sea que nazcas como fantasma hambriento;
cuando practiques (el linaje susurrado del sendero eficaz),
no ansíes aprender,
no sea que te pierdas en el sendero erróneo;
cuando vivas solo en las colinas.
no pienses en la partida,
no sea que surjan pensamientos demoníacos.

Hijo mío, es mediante la perseverancia
que se alcanza el sagrado dharma,
es mediante un duro trabajo que se vencen
las penas del samsara.
¡Hijo mío, discípulo jurado,
deja que tu padre te ayude a despertar
la verdadera iluminación!

¡Déjame ayudarte hasta la realización última
donde el dharmakaya y todas las formas son uno!

Su canto golpeó las raíces de las faltas ocultas de Rechungpa, por lo que éste se postró ante el Jetsun y cantó:

Tengo, gracias a tu bendición,
ocasión de practicar el dharma.
Cuando para bien dejé a mis padres
tu gracia estaba escrita en mi corazón;
a pesar de que hace mucho dejé mi hogar
aún añoro una compañía
y pienso en comida, vestidos y riquezas.

Como asceta he vivido, morando en cuevas
lejos de las tentaciones mundanas;
sin embargo, aún surge en mi mente
el pensamiento de acumular y ganar.

Lo que veo ahora es el ser realizado,
lo que poseo es la instrucción medular susurrada.
He meditado mucho y con empeño;
sin embargo, aún pienso en ver a otros gurús
para aprender de ellos más enseñanzas.

He tratado de servir a mi gurú,
he luchado por alcanzar el estado búdico en esta vida,
he permanecido en lugares solitarios;
sin embargo, aún pienso en hacer esto o lo otro.

Oh mi Jetsun gurú, esencia inmutable, Dorje-Chang,
¡te ruego que ayudes, bendigas y conviertas a tu hijo!

Luego Milarepa dio a Rechungpa muchas instrucciones y como resultado éste hizo grandes progresos. Después de este incidente, los patronos de Nya Non invitaron a Milarepa y a su hijo para que moraran en la Cueva del Vientre.

Ésta es la historia de Ramdin Nampu.



52 VIAJE DE RECHUNGPA A WEU

Reverencia a todos los gurús

Por invitación de los patronos de Nya Non, quienes proveían alimento y servicio, el Jetsun Milarepa vivía en la cueva del Vientre, mientras Rechungpa permanecía en otra cueva situada encima de ésta. Una vez reveláronse en los sueños de Rechungpa todos los gurús, budas protectores y dakinis, persuadiéndolo de que pidiese al Jetsun que le relatara la historia de su vida. Después que Milarepa lo hubo hecho, Rechungpa deseó ir al Tíbet Cen¬tral (Weu).
Por este tiempo algunos protectores decían: "Comparen al padre (Milarepa) con el hijo (Rechungpa); el hijo parece muy superior porque ha estado en la India". Entonces toda la gente joven se fue con Rechungpa mientras los demás venían al Jetsun. Un día llegaron muchos patronos. Trajeron muchos alimentos a Rechungpa pero a Milarepa sólo le dieron pequeñas ofrendas. Rechungpa, que ignoraba esto, pensó: "Si a mí me han traído tan buena comida, al Jetsun le habrán llevado mejores ofrendas". Fue pues a Mila¬repa y le dijo: "Querido Jetsun, qué buena comida hemos recibido hoy. Con todo este alimento podemos hacer una fiesta sacramental con los Repas. ¿Lo hacemos?" "Está bien —dijo Milarepa—, en¬contrarás mi parte debajo de esa laja. Tómala y úsala". Pero Re¬chungpa sólo halló un pedazo de carne podrida, una botella de cerveza agria y una pequeña cantidad de cebada. De regreso Re-chungpa pensó: "¿Será esto pleito de esos patronos? Comparado con mi gurú, semejante al Buda, yo soy nada. No puedo igualar ni un solo cabello de su cabeza ni con todo mi cuerpo. Pero estos ig¬norantes patronos están haciendo ahora esta locura. Además estoy viviendo con mi gurú y recibiendo de él todas las instrucciones. Mi intención era vivir con él para servirle y agradarle, pero como están las cosas, si me quedo con él mucho tiempo sólo seré un obstáculo en su camino. Así, en vez de ayudarlo me he vuelto un competidor. Debo pedirle permiso para irme". Muy temprano en la mañana Rechungpa fue a ver al Jetsun y notó que éste dormía con la cabeza escondida bajo los brazos, como un pájaro. También Megom Repa dormía en su cama. Rechungpa pensó: "Respecto a la autorrealización mi gurú ha realizado completamente el dharmakaya. Y a modo de altruismo, ¿no está ahora practicando el dharma como un pájaro?" Conociendo lo que pensaba Rechungpa, el Jetsun cantó Las cuatro actividades.

¡Escucha con atención, hijo mío Rechungpa!

Tu anciano padre Mila a veces duerme,
pero aun durmiendo practica,
ya que él sabe cómo iluminar la ceguera;
mas no cualquier hombre conoce esta instrucción.
Seré feliz si tú puedes compartir esta enseñanza.

Tu anciano padre Mila a veces come,
pero aun comiendo también practica
porque él sabe cómo identificar
su alimento y su bebida con la fiesta sagrada;
mas no cualquier hombre conoce esta instrucción.
Seré feliz si tú puedes compartir esta enseñanza.

Tu anciano padre Mila a veces camina,
pero aun andando también practica
porque él sabe que caminar
es reverenciar a los Budas;
mas no cualquier hombre conoce esta instrucción.
Seré feliz si tú puedes compartir esta enseñanza.

Rechungpa, debes practicar de esta manera.
Levántate, Megom, es tiempo de que hagas algún caldo.

Rechungpa dio muchas razones para obtener el permiso de ir a Weu. Al final de su petición cantó:

Debo ir a Weu,
visitar diferentes lugares
y viajar a diversas tierras,
adorar la sagrada Lhasa,
ver los dos divinos rostros de Jo Shag,
visitar el santo templo Samye,
circular alrededor de Yuru Kradrag,
visitar el lugar del Marngo,
echar un vistazo a Nyal y Loro
y pedir limosnas.

Milarepa replicó: "Hijo mío, aunque encontraras discípulos en Weu, aún no ha llegado tu tiempo de ir allá. Por favor, no vayas en contra de las sugerencias de tu gurú, sino escucha mi canto:
Nacido para el sendero supremo eficaz
y de palabras secretas,
es distinguido el Jetsun Buda en forma humana,
poseedor de los cuatro cuerpos divinos,
es encarnación de las Cuatro Bienaventuranzas.
A él, el gran Marpa,
rindo homenaje sincero.

En esta mañana temprana del propicio ocho,
el sol naciente, como una bola de fuego cristalina,
irradia su calor y la brillantez de sus rayos,
yo, el yogui, me siento muy bien y feliz,

Hijo Rechunga, como bien dice la gente,
tú eres el lancero
de un centenar de soldados.
Por favor, no hables así
sino controla tu mente.
Trata de limpiarla como un espejo brillante
y presta oídos a este anciano.

Si vives en una apacible ermita,
¿por qué pensar en ir a otras tierras?
Si meditas en tu gurú Buda,
¿por qué necesitas reverenciar a Lhasa?
Si como juego observas tu mente,
¿por qué necesitas ver el templo Samye?
Si has aniquilado las dudas internas,
¿por qué necesitas visitar Marngo?
Si practicas la enseñanza del linaje susurrado,
¿por qué "echar un vistazo" a Loro y Nyal?
Si observas con penetración tu propia mente,
¿por qué necesitas reverenciar el Kradrag?

Pero Rechungpa persistía en su demanda. Entonces el Jetsun cantó:

Es bueno para ti, león blanco de las montañas,
permanecer en lo alto y nunca bajar al hondo valle,
¡no sea que se marchite tu belleza!
Para guardarla en buen orden
debes permanecer en la alta montaña nevada.
¡Rechungpa, escucha hoy mis palabras!

Es bueno para ti, gran águila,
posarte en las rocas altas y no caer al abismo,
¡no sea que se dañen tus alas poderosas!
Para que se mantengan fuertes
debes permanecer en las colinas altas.
¡Rechungpa, escucha las palabras de tu gurú!

Es bueno para ti tigre de la selva,
quedarte en lo profundo de la selva,
si correteas por la planicie perderás tu dignidad.
Para guardar tu esplendor a la perfección
debes permanecer en la espesura.
¡Rechungpa, escucha las palabras de tu gurú!

Es bueno para ti, pez de los ojos dorados,
nadar en el mar central;
si nadas muy cerca de la orilla serás atrapado en una red.
Debes permanecer en aguas profundas.
¡Rechungpa, escucha las palabras de tu gurú!

Para ti es bueno, Rechundordra de Gung Tang,
quedarte en las ermitas;
si vagas en distintos lugares
se empañará tu experiencia y realización.
Para proteger y cultivar la devoción
debes permanecer en las montañas.
¡Rechungpa, escucha las palabras de tu gurú!

"Amado gurú, si sigo mucho tiempo contigo seré un obstáculo en lugar de una ayuda —dijo Rechungpa—. Es también para pro¬gresar en mi experiencia y realización que quiero ir a países dife¬rentes". Y cantó:

¡Escúchame, padre Jetsun!
Si yo, el león blanco de la montaña nevada,
no me levanto y actúo,
¿cómo podré glorificar mi espléndida melena?
Rechungpa no quiere quedarse, sino irse a Weu.
Te pido permiso para partir hoy.

Si yo, el gran águila, reina de las aves,
no vuelo lejos en el firmamento,
¿cómo podré magnificar mis poderosas alas?
Rechungpa no quiere quedarse, sino visitar Weu.
Ruego el permiso de mi gurú para partir hoy.

Si yo, Rechundordra de Gung Tang,
no vagabundeo en lo profundo de la selva,
¿cómo puedo mejorar mi majestuoso aspecto?
Rechungpa no quiere quedarse, sino visitar Weu.
Imploro el permiso de mi gurú para partir hoy.

Si yo, Rechundordra de Gung Tang, no viajo a diferentes países,
no podré nunca avanzar en mi experiencia y realización.
¡Ruego permiso de mi gurú para partir hoy!

Entonces el Jetsun dijo: "¡Rechungpa! Antes de alcanzar la última realización sería mucho mejor para ti permanecer conmigo y no irte. Ahora escucha mi canto".

Escucha, Rechungpa Dorjedrapa,
el letrado budista que sabe mucho;
escucha y piensa con cuidado en lo que digo.
Antes de que surja la fe y el anhelo del dharma
no pidas limosnas por puro gusto,
antes de realizar la verdad primordial
no te ufanes de tu sublime filosofía,
antes de haber dominado plenamente el conocimiento interior
no te comprometas en actos locos y ciegos,
antes de que puedas nutrirte de las instrucciones
no te envuelvas en ocultismo perverso,
antes de que puedas explicar la enseñanza profunda
no seas seducido por el conocimiento parcial,
antes de que puedas aumentar los propios
no disputes sobre los logros ajenos,
antes de que puedas destruir tus apegos internos
no trates de caridad como si fuera tu derecho,
antes de que puedas parar el curso de tus pensamientos habituales
no creas en tus predicciones,
antes de haber obtenido la iluminación suprema
no presumas de que eres un venerable lama,
antes de haber dominado toda virtud y práctica
no pienses en dejar a tu gurú.
Hijo Rechungpa, es mejor no partir sino quedarse.

A pesar de este intento de disuasión del Jetsun, Rechungpa se¬guía empeñado en irse. Entonces Milarepa dijo: "Parece que no atenderás mi advertencia, sino que estás decidido a irte. Bien, aun¬que una vez prometí a los patronos que no te dejaría ir a Weu y juré sobre ellos, todos los votos son como fantasmas y sueños; así pues, acataré tu petición y te dejaré ir. Puedes hacer tus prepara¬tivos enseguida".
Rechungpa estaba tan encantado que casi gritaba. Se quedó con el Jetsun unos pocos días más, para aprender más de las instrucciones medulares y copiar algunas escrituras. Cuando llegó la hora de partir, Rechungpa se vistió muy sencillamente con su traje de algodón, puso a sus espaldas él ahru (droga) de Bhamen y d tri¬dente, bajo su brazo colocó la escritura del lenguaje susurrado y llegó ante el Jetsun para que le diera la bendición de despedida. Milarepa pensó: "Rechungpa ha vivido conmigo por tanto tiempo, después de esta separación tal vez nunca más nos encontremos". Con esto en mente escoltó a Rechungpa por un rato. Cuando llegaron a la cresta de la colina, preguntó: "¿Cómo caminarás en tu ruta?" Rechungpa cantó en respuesta:

Usando como símil la visión del dharma
caminaré hacia adelante en la manifestación del vacío,
sin pensamientos de nihilismo ni de realismo iré hacia adelante,
siguiendo el sendero inmutable caminaré rectamente;
aunque mi comprensión sea pobre, no tengo pena o remordimiento.

Utilizando como símil la práctica del dharma
marcho adelante en la iluminación del gozo,
sin modorra ni distracción, marcho hacia adelante;
aunque mi práctica sea pobre, no tengo pena.

Usando como símil la acción del dharma
camino hacia adelante en la disciplina,
sin charlas tontas o vanas, camino adelante;
siguiendo el Sendero del no apego, camino rectamente;
aunque mi acción sea pobre no tengo pesar.

Usando como símil el Samaya dharma
camino hacia adelante en la pureza,
sin hipocresía ni trampa, camino hacia adelante;
en el sendero de integridad, camino hacia adelante;
aunque mi disciplina sea pobre, no tengo pena.

Usando como símil la realización del dharma
camino hacia adelante en la inmanencia,
sin temor ni esperanza, camino hacia adelante;
en el Sendero de los Cuatro Cuerpos, camino rectamente;
aunque mi realización sea pobre, no tengo pena.

Usando como símil al Jetsun Marpa
camino hacia adelante en el linaje susurrado,
sin charla ni palabra, camino hacia adelante;
siguiendo el sendero de instrucción medular camino hacia adelante;
aunque mi provisión espiritual es escasa, no tengo pena.

Usando como símil a mi gurú Milarepa
camino hacia adelante en fortaleza,
sin pereza ni flojera, marcho hacia adelante;
en el sendero de diligencia marcho directamente;
aunque mi perseverancia sea pequeña, no tengo pena.

Usando como símil a mí mismo, a Rechungpa,
camino hacia adelante en la ruta de los bien dotados,
sin desviación ni pensamientos erróneos camino hacia adelante:
en el Sendero de la veneración camino hacia adelante;
aunque mi oración sea débil, no tengo pena.

"Tu comprensión es muy buena —replicó Milarepa—, pero has de saber que un hijo crece mejor con su madre, un huevo madura más rápidamente en lugar cálido y un yogui nunca se va si tiene su gurú. Ahora tú puedes no oír mi advertencia e insistir en irte. Con mi piedad y amor nunca te olvidaré. También tú debes orar constantemente a mí". Cuando Rechungpa escuchó estas palabras, derramó muchas lágrimas. Luego dijo: "Nunca en ningún tiempo perderé la fe y la convicción de que mi Jetsun es el mismo Buda; por eso nunca he tenido otro gurú que tú y así, hasta alcanzar el estado búdico, nunca tendré otro gurú. También en el estado del bardo, después de esta vida, te ruego que me protejas y cuides". Enseguida cantó:

Ruego a mi gurú Buda, el compasivo con todos,
ruego escolte a su hijo Rechungpa.

Cuando escalo la montaña de la visión
veo las trampas del realismo y nihilismo,
los bandidos del fanatismo en emboscada
y los "caminos gemelos" empinados y peligrosos.
Ruego a mi padre gurú, el Buda Nirmanakaya,
le ruego me cuide y me proteja
hasta que alcance la ruta de perfección.

Cuando escalo la montaña de la práctica
veo las trampas de la pereza y la distracción,
el paso riesgoso del apremio de la conciencia por el mundo externo,
el peligro de ser seducido por los pensamientos inconstantes.
Te ruego, padre gurú, Buda Nirmanakaya,
te ruego me cuides y me protejas
hasta que alcance la planicie del no ser.

Cuando escalo la montaña de la acción
veo a mi antiguo compañero el deseo
desembocando en el sendero riesgoso
y al fuerte ladrón de la frivolidad.
Te ruego, padre mío gurú, Buda Nirmanakaya,
te ruego me cuides y me protejas
hasta que alcance el puerto de libertad y espontaneidad.

Cuando construyo el castillo de samaya
veo que mi conocimiento es insuficiente,
que mi asistente es incompetente
y que el peligro de la discordia es grande.
Te ruego, padre mío gurú, Buda Nirmanakaya,
me cuides y me protejas
hasta que alcance el fundamento puro de la no existencia.

Cuando reflexiono sobre la realización
puedo ver el largo camino del samsara,
el pasaje peligroso de nirvana
y los salvajes bandidos de esperanza y temor.
Te ruego, padre mío gurú, Buda Nirmanakaya,
te ruego me cuides y protejas
hasta que alcance el hogar de los cuatro cuerpos.

Grande es el deseo de viajar de Rechungpa,
grande es el deseo de placer y comodidad;
la gente del Tíbet es impía,
el ladrón de la hipocresía
está listo ahora para actuar.
Te ruego, padre mío gurú, Buda Nirmanakaya,
te ruego me cuides y protejas
hasta que regrese a mi hogar después de mi viaje.

"Para el éxito y auspicio de tu viaje —dijo el Jetsun—, te can¬taré en despedida".

¿Sabes cuál es mi transmisión?
No es mala, no es buena,
es la transmisión de Dorje Chang;
¡que te traiga buena fortuna y éxito!
Que mi hijo Rechungpa sea bendito con la buena suerte.
/Sabes quién es mi Buda protector?
Ella no es mala sino buena;
ella es la santa Dorje Paumo;
¡que ella te brinde buena fortuna y éxito!
Que mi hijo Rechungpa sea bendito con suerte.

¿Sabes quiénes son mis guardianes?
No son ellos malos ni buenos,
ellos son Mana Goun y sus hermanos y hermanas;
¡que ellos te traigan buena fortuna y éxito!
Que mi hijo Rechungpa sea bendito con suerte.

Permite que la visión, la práctica y la acción,
todos, te bendigan, hijo mío Rechungpa;
permite que el principio, el sendero y la realización
te bendigan, hijo mío, Rechungpa;
que el Tsa, el Lun y el Tig Le
todos, te bendigan, hijo mío Rechungpa.
¡Que el gozo, la iluminación y el no pensamiento
todos, te bendigan a ti, hijo mío Rechungpa.

Lo más verdadero es el Buda,
lo más verdadero es el dharma,
lo más verdadero es el sangha;
¡que estas tres gemas te bendigan
por siempre, hijo mío Rechungpa!

¿No sabes quién soy yo?
Yo soy llamado Milarepa,
que todas las bendiciones de Mila caigan sobre su hijo,
que pronto Rechungpa supere a su padre.

El Jetsun continuó: "En el Tíbet Central (Weu) una ramera atrapará tu pie. En ese tiempo no olvides a tu gurú ni tu medi¬tación". Rechungpa circuló y se postró ante el Jetsun muchas veces y luego partió. Mientras tanto, Milarepa pensó: "Rechungpa pro¬bablemente se volverá a mirarme. Si no me quedo aquí, se disgus¬tará cuando vea que me he ido. Mejor me quedo por un rato". Así pues, se sentó, pero Rechungpa nunca volvió su cabeza. Mila¬repa se asombró: "¿Por qué no mira atrás? ¿Tendrá ideas equivo¬cadas acerca de su gurú y sus hermanos? De todos modos él es un hombre que puede guardar el dharma y el secreto de la sucesión doquiera que vaya". Luego, manteniendo su aliento, Milarepa voló y se adelantó a Rechungpa, transformándose en siete Repas idénticos, los cuales se pararon frente a una roca en forma de león. Para probar las intenciones de Rechungpa, los siete Repas cantaron todos juntos:

Escucha, Repa viajero,
¿quién eres tú y quien es tu gurú?
¿Quién es tu antecesor;
qué instrucción conoces?
¿Cuál es tu transmisión;
qué práctica en meditación sigues?
¿Dónde está tu templo? ¿Cuál es esta montaña?
¿Puedes dar el nombre de esta roca?
¿Adonde está tu límite;
bajo la orden de quién viajas
y por cuál camino vas?

Rechungpa pensó: "Ningún otro Repa me diría estas cosas; debe de ser una transformación del Jetsun". Entonces se postró ante los Repas y cantó:

Escúchame, gran padre mío Jetsun,
preguntas quién soy.
Mi nombre es Rechungpa, de Gung Tang,
mi gurú es Milarepa,
mis antecesores, Marpa y Ngopa,
mis abítelos, Tilopa y Naropa,
mis instrucciones son las dakinis del lenguaje susurrado,
mi transmisión se basa en Dorje Chang,
mi ermita está en la montaña nevada: de Lashi,
esta colina es Biling Zurkha,
esta roca se conoce como La gran elevación del león,
el lugar donde voy es Weu,
mi Jetsun gurú me permitió partir.
Ésta es la historia de mi jornada;
te ruego, Jetsun, me instruyas.

Entonces Milarepa disolvió los cuerpos de transformación en el verdadero y dijo: "Hice esto para averiguar por qué no te volviste a verme cuando partiste. Ahora sé que no has violado les preceptos samaya. Como los has observado propiamente, nunca nos separa¬remos uno de otro. Ahora puedes seguir a Weu". Regocijado con estas palabras, Rechungpa se inclinó a los pies del Jetsun y expresó muy buenos deseos. Luego partió para Weu y el Jetsun regresó a la Cueva del Vientre.
Ese día vinieron algunos patronos con alimentos y ofrendas. Pero tan pronto supieron que Rechungpa se había ido, escondieron todas las cosas que habían traído para él en una olla de cobre en los nichos de una cueva. Luego llegaron hasta donde residía Milarepa y lo encontraron ya levantado. Preguntaron: "Reverendo Jetsun, no acostumbras levantarte tan temprano, ¿qué te ha hecho hacer coto hoy?" Milarepa contestó: "Rechungpa se fue a Weu esta ma¬ñana y yo fui abajo hasta la planicie para verlo partir. Después de mi regreso me sentí algo triste y desde entonces estoy aquí sentado". "Reverendo Jetsun, ¿hiciste algo para detenerlo en la hora de su partida", preguntaron. "Sí lo hice", contestó, y entonces cantó:

Rechungpa, mi amado hijo, se ha ido a Weu.
Él nunca sigue las advertencias
de otros, sino que actúa como quiere-

Dice que visitará el templo
de Marpa y Ngopa, que verá Loro,
Nyal y la capilla Samye
y que dará vuelta a la sagrada Lhasa.

Le advertí esto:
"Cuando pones toda tu confianza en tu gurú,
¿qué necesidad tienes de Jonvo Shagja?
cuando meditas en retiro solitario,
¿por qué vas a ver el templo de Marpa y Ngopa?
cuando has oído el susurro de la instrucción del linaje,
¿para qué visitar Loro y Nyal?
cuando te entretienes viendo el juego de tu propia mente dharmakaya,
¿qué necesidad tienes de la capilla Samye?
cuando has destruido todas tus ideas equivocadas,
¿qué necesidad tienes de dar vuelta a Lasha?"
Repito, Rechungpa,
nuestro amado, se ha ido a Weu.
Si ustedes, patronos buenos, hubiesen estado aquí,
tal vez rodeándolo lo hubiesen detenido.

"Cuando un gurú envejece —dijeron los patronos— el primer deber de un discípulo es atenderlo. Su reverencia ha llegado hasta donde fue posible por disuadirlo, pero él no lo escuchó. En verdad, él es un sinvergüenza, con poca consideración para los demás". Milarepa. replicó simulando: "Sí, Rechungpa no tiene vergüenza ni disciplina". Entonces cantó:

Un hijo adoptivo, amado y mimado,
rara vez cuida de sus ancianos padres;
entre cien hombres es difícil
hallar una excepción.

Un discípulo indisciplinado rara vez
ayuda a su gurú cuando éste envejece;
entre cien hombres es difícil
hallar una excepción.

Un león blanco fue a Weu; yo quedé atrás,
abandonado como perro viejo.
Sí, mi hijo me ha dejado por Weu,
como tigre joven que persigue
al zorro, se fue a Weu.

Sí, ha dejado a su anciano padre y se ha ido a Weu,
como una gran águila que persigue
a un gallo, se fue a Weu.

Como el corcel excelso de Dochin
deja los asnos de Jungron,
ha dejado mi hijo a su anciano padre y se ha ido a Weu.

Como yak salvaje de cuernos azules
que abandona a un elefante,
ha dejado a su anciano padre y se ha ido a Weu.

Con su cuerpo más hermoso que el de un Deva
se ha ido a Weu,
con voz más melodiosa que la de un ángel
se ha ido a Weu,
con palabras más dulces que la- música
se ha ido a Weu,
con mente más brillante que brocados
se ha ido a Weu,
oliendo más fragante que el buen incienso
se ha ido a Weu.

Los patronos dijeron luego: "Reverendo gurú, en verdad eres muy compasivo con él. Para esa larga jornada debiste proveerlo de compañía y hacer todos los preparativos necesarios para el viaje. Por favor, cuéntanos todo". En respuesta Milarepa cantó:

Iba bien escoltado cuando se fue.
Con el tiempo todo se separa,
pero el amigo de Rechungpa nunca lo dejará,
ella es la sabiduría de sí mismo surgida;
mi hijo Rechungpa se fue con un buen amigo.

Aun los buenos caballos a veces tropiezan,
pero Rechungpa nunca errará el paso;
cabalgando el corcel de mente-prana,
cabalgando en él se fue a Weu.

La ropa a veces es caliente, a veces fría,
pero lo que lleva Rechungpa siempre es caliente
porque es el ardiente dumo;
llevando este traje excelente, se fue a Weu.

A veces el alimento es bueno y a veces es desagradable,
pero lo que come Rechungpa todo el tiempo sabe bien
porque es el plato gustoso del samadhi;
con este buen alimento se ha ido a Weu.

Las joyas son el objetivo de los ladrones,
pero las gemas de Rechungpa no pueden ser robadas
porque son ellas las instrucciones del linaje susurrado,
que satisfacen todo deseo;
con esas joyas preciosas se fue a Weu.

Mientras cantaba este canto, Milarepa parecía un poco triste. Los patrones dijeron: "Como Rechungpa te ha dejado sin mostrar el menor afecto, tú, el Jetsun, debes también olvidarlo. Además Shiwa Aui, Sevan Repa y otros muchos discípulos están aquí. Ellos podrán atenderte muy bien". "Sí —replicó el Jetsun—, hay muchos Repas, pero uno como Rechungpa es difícil de encontrar. Puede haber mu¬chos protectores pero es difícil hallar uno con verdadera fe. Les ruego escuchen mi canto'.

El Nyan Chung Repa de Gung Tang,
el Ngan Tson Dewa Shun de Jenlun,
el Sevan Jashi Bar de Dodra
y el Drigorn Linkawa de Dhamo,
éstos son los cuatro hijos
que quiero como a mi corazón;
de ellos, Rechungpa, mi compañero
por largo tiempo, es el más querido;
pienso en él y ahora que se ha ido lo echo de menos.

La palabra condicionada visión es sólo un nombre,
aunque la gente la llame visión
sólo es una palabra.
Es muy difícil hallar un hombre que pueda
cesar de distraerse por la dualidad,
es muy difícil hallar un hombre que pueda
absorberse él mismo en la exclusiva realización.

La práctica que no puede ensanchar
la mente es sólo un nombre,
aunque la gente la llame práctica,
es sólo una forma de dhyana.
Es muy difícil encontrar un hombre
que pueda sumergirse tanto en dhyana como en su interior,
es muy difícil hallar un hombre que sepa
cómo trabajar en el punto vital de la mente.

Cuando la acción de la mente es oscura
o luminosa, es sólo un nombre,
aunque la gente la llame acción
es sólo un hecho que enreda, que complica.
Es muy difícil hallar un hombre
que pueda dominar los deseos mundanos,
es muy difícil hallar un hombre
que pueda completar la práctica del dharma.

Cuando la observancia de la disciplina
es fingida y artificial, sólo lo es de nombre,
aunque la gente la llame disciplina es sólo burla.
Es muy difícil hallar a un hombre
que nunca viole sus votos,
es muy difícil encontrar un honesto testigo de su mente.

La realización ansiada con impaciencia
es una noción apreciada por tontos,
aunque la gente la llame realización
no es sino una ilusión.
Es muy difícil encontrar un hombre
que pueda sondear el abismo de la realidad,
es muy difícil hallar un hombre
que pueda mantenerse en el verdadero sendero.

Las instrucciones medulares pueden parecer
muy profundas en el papel,
pero son nada más palabras escritas.
Es difícil hallar un hombre
con diligencia y perseverancia,
es muy difícil encontrar un hombre,
con enseñanza directa de un linaje.

Los gurús que a sí mismos se rodean
de vida mundana lo hacen sólo de nombre,
ellos sólo traen complicaciones;
la fe y veneración de la gente es pequeña.
Es muy difícil hallar a un hombre
que siempre confíe en un gurú realizado.

Los méritos de la fe y veneración
ostentosas son sólo un nombre
porque cambian y son de corta vida;
cuando los perjuicios del mal karma son fuertes
es difícil hallar un hombre
que no tema ni se cuide de nada,
es muy difícil encontrar a un hombre
con tas tres determinaciones.

El pequeño templo de las afueras
de una ciudad es sólo un nombre,
aunque la gente lo llame templo
es en verdad parte del pueblo;
siempre hay gran codicia
por diversiones y distracciones.
Es muy difícil hallar a un hombre
que permanezca largo tiempo en ermitas.

El jefe de monjes renunciantes jóvenes
es recio y duro como piedra,
aunque la gente lo llame disciplinado
sólo es un actor en una representación.
Es difícil hallar un hombre con perseverancia,
es difícil hallar otro
que observe estrictamente las reglas monacales.

Las beldades guapas de Nya Non
como patronas son sólo un nombre,
porque ellas son impostoras y seductoras;
pobre y baja es la comprensión de la mujer.
Difícil es en verdad hallar una patrono
que lo sirva a uno y haga todas las ofrendas.

La fe de quienes hacen el mal está en sus bocas,
la fe de ustedes, patronos, está en sus partes íntimas;
yo, el yogui, tengo fe en mi corazón.

Cuando una roca envejece
el musgo cubre su superficie,
cuando un arroyo envejece
las arrugas cubren su lecho,
cuando un árbol envejece
sus hojas pronto caen,
cuando una ermita envejece
desaparecen las plantas y el agua,
cuando un yogui se llena de años
su experiencia y realización crecen oscureciendo,
cuando los patronos envejecen
su fe pronto se consume.

Algunos patronos son como pavorreales
que presumen y se jactan,
algunos patronos son como pericos o loros
parloteando y charloteando,
algunos patronos son como vacas,
piensan de uno como si fuese borrego o cabra.

Patronos míos, se está haciendo tarde,
es tiempo de que se vayan,
además, en la cueva de abajo
el saco de harina que está en el hueco
está siendo roído por los ratones,
la barra de mantequilla ha sido batida
y ahora rueda por el suelo,
la zorra derramó el vino,
los cuervos han desparramado la carne;
así pues, corran aprisa.
Patronos, hago votos por verlos pronto;
con ánimo alegre deben dejarme ahora.

Les patronee visitantes estaban perplejos. Se miraban unos a otros, tímidamente se codeaban; demasiado avergonzados para decir palabra, se fueron todos a sus hogares. Cuando el Jetsun expresó la verdad sin lugar a dudas, ellos sintiéronse culpables y llenos de remordimiento; pero también como resultado de esto su fe en él quedó establecida firmemente. Otro día volvieron y trajeron ofren¬das excesivas diciendo: "Te rogamos cantes para nosotros para des¬pejar nuestro interior haciéndonos ver la transitoriedad de los seres". Milarepa no quería recibir sus ofrendas, pero cantó esto para ellos:

Escuchen, patronos mezquinos,
hacer actos meritorios
para obtener fama,
buscar la protección de Buda
por el bien de la vida,
dar limosnas para obtener
beneficios e intereses,
servir y ofrendar
por orgullo y vanidad;
estos cuatro modos no dan a uno recompensa alguna.

Hacer una fiesta sacramental
para complacer la glotonería,
esforzarse en aprender los Sutras
por dar gusto al egoísmo,
consentir la charla vana y los cantos
por distracción y esparcimiento,
dar iniciaciones
por vanagloria;
estos cuatro modos nunca nos traerán bendiciones.

Si uno expone por amor al predicar
y sin respaldo de las escrituras,
si acepta la obediencia
por engreimiento,
si se enseña como un maestro chapucero y tonto
sin conocer la capacidad del discípulo,
si uno se comporta como practicante del dharma,
para ganar dinero;
estos cuatro modos nunca podrán ayudar al
bienestar de los seres humanos.

Preferir las diversiones a la soledad,
amar el placer y odiar el trabajo,
anhelar la charla cuando urge meditar,
revolcarse arrogantemente en el mundo;
estos cuatro modos nunca llevarán a la liberación.
Éste es el canto de las cuatro amonestaciones;
queridos patronos, guárdenlo en sus mentes.

Drigom Repa, quien estaba presente, rogó al Jetsun que predi¬cara más sobre el dharma. En respuesta Milarepa cantó:

Arriba, los seres celestiales de larga vida
son hostiles al conocimiento que surge,
están siempre hambrientos del dharma de no pensamiento.

Abajo, los fantasmas hambrientos, como saben
que son acosados por las proyecciones mentales,
resienten sus pillajes con celo y avaricia;
debido a su karma maligno
están abrumados por la sed y el hambre.

Entre ellos estamos nosotros, pobres miserables humanos,
como no sabemos del dorado tesoro que se oculta bajo el suelo
robamos y engañamos a nuestros semejantes;
mientras más engañamos y defraudamos
más sufrimientos tenemos que soportar.

Los tontos y progresistas patronos de Nya Non
no adquieren méritos ante el Jetsun
sino que hacen sus ofrendas a los jóvenes y guapos Repas;
por lo tanto, la única limosna que traen es remordimiento y vergüenza;
estos progresos erróneos y mezquinos deben cesar,
así pues, den sus servicios y ofrendas a los Budas.

Confirmados en su fe, los patronos se inclinaron repetidas veces ante el Jetsun y derramaron muchas lágrimas. "¡Oh, reverendo Jetsun! —clamaban— Te rogamos quedarte aquí permanentemente. De ahora en adelante te daremos nuestras ofrendas y servicios de acuerdo con la enseñanza del dharma". Millarepa replicó: "No puedo quedarme aquí mucho tiempo, pero impartiré a ustedes la bendición de vida larga y buena salud. También haré votos para que nos en¬contremos nuevamente en circunstancias auspiciosas que nos con¬duzcan al dharma". Luego cantó:

Arriba, en el inmenso cielo azul,
giran el sol y la luna,
sus cursos marcan el camino del tiempo;
cielo azul, te deseo salud y fortuna
porque yo, sol y luna, me voy
a visitar por placer los cuatro continentes.

En el pico de la montaña hay una gran roca
alrededor de la cual gira el buitre,
rey de los pájaros; sus encuentros
y sus partidas marcan el cambio del tiempo;
querida roca, sé buena y sana, porque yo,
el buitre, volaré ahora lejos
en el vasto espacio, por placer.

Que los rayos nunca te golpeen,
que yo no sea atrapado en cepos,
que inspirados en el dharma
nos encontremos pronto nuevamente
en prosperidad y gracia.

Abajo, en el río Tsang,
nada un pez de ojos dorados,
sus encuentros y sus partidas
marcan el cambio del tiempo;
arroyo querido, sé bueno y sano, porque yo,
el pez, me voy al Ganges, por diversión.
Que los irrigadores nunca te sequen,
que los pescadores nunca te enreden,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.

En el jardín encantado florece la flor halo,
girando a su alrededor está la abeja persa,
sus encuentros y partidas
marcan el cambio del tiempo;
querida flor, sé buena y sana, que yo
veré florecer el Ganges, por placer.
Que el granizo no golpee sobre ti,
que los vientos no soplen arrastrándote,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.

Rodeando al yogui Milarepa
están los patronos de Nya Non,
sus encuentros y partidas
marcan el cambio del tiempo;
sean buenos y sanos, queridos patronos, pues yo
me voy a las distantes montañas, por diversión.
Que yo, el yogui, haga buenos progresos,
y ustedes, patronos, vivan largamente,
que inspirados en el dharma
pronto nos reunamos nuevamente
en prosperidad y gracia.

Conmovidos por este canto, muchos patronos se hicieron devotos seguidores del Jetsun y la fe de todos fue grandemente fortalecida. Durante su viaje a Weu, Rechungpa fue al centro de Sha de es¬tudios budistas y allí fue atendido por un profesor mindrol (nombre de un monasterio). Luego encontró y se comprometió con cierta dama noble, pero por la gracia del Jetsun se avergonzó de su con¬ducta y regresó a vivir nuevamente con Milarepa. Los detalles de este episodio están dados claramente en la biografía de Rechungpa.

Ésta es la historia del viaje de Rechungpa a Weu.



53 ENCUENTRO CON DHAMPA SANGJE

Reverencia a todos los gurús

Temprano en la mañana, cuando el Jetsun moraba en la cueva del Vientre de Nya Non, tuvo la clara visión de una dakini con cara de león, quien vino a él para decirle: "Milarepa, el Dhampa Sangje de la India viene a Tong Lha, ¿no vas a ir a verlo?" Milarepa pensó: "No hay en mi mente ninguna duda o incon¬formidad que necesite ser disipada. Sin embargo, Dhampa Sangje es un ser realizado y no me dañaría verlo". Con estes pensamientos en la mente, Mliarepa retuvo su aliento por un corto tiempo y fue a Tong Lha de Nya Non.
En el paso de la montaña encontró a algunos comerciantes que venían de la planicie. Milarepa les preguntó: "¿Ha llegado el Dham¬pa Sangje de la India?" "Nosotros no sabemos dónde está el Dhampa Sangje —replicaron—, pero anoche vimos a un anciano hindú con rostro negro-azulado que dormía en la posada". El Jetsun pensó: "Ése ha de ser, pero estos comerciantes no saben". Luego siguió hasta el paso alto de la montaña, desde donde vio acercarse a Dhampa Sangje.
Mientras pasaba la noche en la gran casa de la compasión, Dhampa Sangje también fue persuadido por la dakini de cara de león para que se encontrara con el Jetsun. Tan pronto como Mi¬larepa lo vio, pensó: "La gente dice que Dhampa Sangje tiene el poder milagroso trascendental. Lo probaré ahora". Entonces se transformó en un macizo de flores junto al camino. Dhampa Sangje pasó junto a ellas con los ojos abiertos como si no las viera en absoluto. Milarepa pensó: "Parece que no tuviera el perfecto po¬der milagroso", pero justamente en ese momento Dhampa Sangje se volvió y acercándose a las flores las apachurró con sus pies di¬ciendo: "No debería hacer esto, porque ésta es la transformación de Milarepa". Al decir estas palabras recogió las flores y dirigién¬dose a días dijo: "Tú has cantado todas las preciosas enseñanzas tan queridas por las dakinis como sus propias vidas y corazones y por eso ellas están muy enojadas. Las dakinis comedoras de carne han tomado tu corazón, tu aliento y espíritu llevándolo lejos de ti. Anoche las vi cargando en sus manos tu sangrante corazón. Luego nos lo comimos durante nuestra fiesta sacramental, así pues, sólo podras vivir hasta esta tarde. Dime ahora qué confianza tienes al enfrentar la muerte". En respuesta, el Jetsun salió de su transfor¬mación y cantó el canto llamado Las seis declaraciones al enfrentar la muerte.

La gran liberación de las extremos
es como un gallardo león echado
cómodamente en la nieve, exhibiendo
sin temor sus colmillos;
en esta visión confío yo, el yogui.
La muerte conduce al sendera de liberación,
la muerte trae alegría a quien practica.

El ciervo calmo y magnánimo
tiene cuernas de "un solo sabor" con muchas puntas,
duerme plácidamente en la planicie de luz gozosa;
en esta práctica confío yo, el yogui.
La muerte conduce al sendero de liberación,
la muerte trae alegría a quien actúa.

La tigresa de la realización de la propia mente
está adornada con suntuosas rayas,
ella es la gloria del altruismo
sin esfuerzo, que camina en el bosque can firmeza,
en esta disciplina confío yo, el yogui.
La muerte conduce al sendero de liberación,
la muerte trae alegría a quienes tienen disciplina.

En el papel de las formas positivas y negativas
escribí un ensayo con mi mente despierta,
en estado de no dualidad
observo y contemplo;
en este dharma creo yo, el yogui.
La muerte conduce al sendero de liberación,
la muerte trae alegría a quienes tienen dharma.

La esencia purificada de la energía en movimiento
es como la gran águila, que vuela
en alas de la eficiencia y la sabiduría
al castillo del no ser;
en esta realización creo yo, el yogui.
La muerte conduce al sendero de liberación,
la muerte trae alegría al hombre realizado.

Dhampa Sangje replicó: "Lo que has dicho no tiene razón al¬guna. No puedes usar las cosas externas como parábolas o para¬lelos con los cuales comparar la verdadera realización. Si futras un verdadero yogui sabrías este conocimiento inmediato de un modo decisivo e inconfundible". En respuesta al reto Milarepa entonó el canto llamado Las seis alegrías positivas de la mente.

En el retiro solitario
donde siempre se reúnen las dakinis
contemplo el dharma
con gran comodidad y alegría.

Al matador del ego, Bha Wo,
rindo homenaje sincero.
Absorbiendo mi mente en el vacío
alcanzo el reino de la inmortalidad,
donde muerte y nacimiento se desvanecen.
Feliz está mi mente con una visión decisiva,
feliz y contenta a medida que gano supremacía.

Absorbiéndome a mí mismo en la práctica sin práctica,
alcanzo el reino de la no distracción,
donde el samadhi principal y el de éste derivado se desvanecen.
Feliz está mi mente con la práctica decisiva,
feliz y contenta a medida que gano supremacía.

Viviendo en total espontaneidad y naturalidad,
obtengo el estado incesante, en el cual
se desvanecen todas las formas de disciplina.
Feliz está mi mente con la última acción,
feliz y contenta a medida que gano supremacía.

Absorto yo mismo en el reina de la no iniciación
obtengo el estado de no alcanzar;
donde todas las formas del Buda se desvanecen.
Feliz es mi mente con la última iniciación,
feliz y contenta a medida que gano supremacía.

Sin esperanza de realización
alcanzo el estado de no temor
donde esperanzas y temores se desvanecen.
Feliz es mi mente con la última realización,
feliz y contenta a medida que gano supremacía.

Dhampa Sangje dijo: "También yo he pasado a través de todo lo que acabas de decir. Ahora se ha hallado en el Tíbet un budista que ya no necesita más práctica ni progreso. Es muy difícil, aun en la India, encontrar uno o dos budistas avanzados comparables a ti. Yo no te necesito ni tú me necesitas"'. Al decir estas palabras de modo amable, se volvió e intentó irse, pero Milarepa rápidamente le agarró de sus vestidos y le dijo: "Se dice que tienes una ense¬ñanza llamada Mitigación de toda pena y que practicándola uno vuelve la mente hacia adentro, realizando por ello, instantáneamente, la mente de Buda. Por favor, explícamela ahora en un canto". Dhampa Sangje replicó: "A estas alturas aún nadie me ha escu¬chado cantar, ni me escuchará". Sin embargo, el Jetsun pidió con tanta insistencia que finalmente Dhampa Sangje cantó:

Este es el dharma llamado Mitigación de toda pena.

Cuando los demonios vienen a dañarte es tiempo
de que apliques tus poderes ocultos,
cuando la pena y la enfermedad te golpeen es tiempo
de que las sumerjas en tu conocimiento intrínseco;
doquiera surja él sutil Nhamdog
es tiempo de evitar las pasiones y trascenderlas.

Cuando estés acostado en lugar solitario
es tiempo de descansar en el propio conocimiento desnudo,
cuando estés confundido o mezclado entre mucha gente
es tiempo de llevar todo al vacío,
cuando llega la pereza
es tiempo de decir el mantra Pai,
cuando surgen pensamientos que distraen
es tiempo de conducirlos a lo real,
cuando la mente corre hacia cosas mundanas
es tiempo de observar la verdad de "esoidad".

En resumen, esta enseñanza de Mitigación de toda pena
convierte toda adversidad en buena fortuna.
Sea cual fuere el pensamiento salvaje que surja,
siente solamente alegría,
sea cual fuere la enfermedad,
úsala como ayuda,
sea cual fuere el encuentro,
siente sólo felicidad;
cuando llegue la muerte, utilízala como sendero.
Esta enseñanza de Mitigación de toda pena es el dharma
de todos los Budas en los tres tiempos,
es la instrucción dada por Dorje-Chang,
es vida y corazón de toda dakini en las cuatro divisiones,
es la médula de los cuatro tantras,
la quintaesencia del dharma: susurrado del linaje,
la clave de toda enseñanza esencial.
Ésta es la enseñanza de Mitigación de toda pena.

Milarepa escuchó el canto con gran deleite, mientras se sentaba a un lado con su pene libremente expuesto. Dhampa Sangje re¬calcó: "Pareces un lunático que descuida hasta cubrirse lo que debe ser cubierto". En respuesta el Jetsun cantó El canto de un lunático.

A todos los gurús ofrezco homenaje,
me refugio en el uno misericordioso,
te ruego disipar mis obstáculos;
llévame al sendero recto, te lo ruego.

Los hombres dicen: "¿No está loco Milarepa?"
Yo también pienso que es posible;
escuchen ahora mi locura.

El padre y el hijo están locos
y así también la transmisión
y la sucesión de Dorje Chang,
también está loco mi bisabuelo Tilopa, el sabio maravilloso,
y mi abuelo Naropa, el gran erudito,
también es un loco mi padre Marpa, el traductor,
y así también es Milarepa.

El demonio de los cuatro cuerpos intrínsecos
ha enloquecido a la sucesión de Dorje Chang,
el demonio del mahamudra
ha vuelto loco a mi bisabuelo Tilopa,
el demonio de los cuatro tantras
ha vuelto loco a mi abuelo Naropa,
el demonio de los cuatro tantras
ha vuelto loco a mi padre Marpa,
el demonio de mente y prana
me ha tornado loco a mí, Milarepa.

El entendimiento imparcial es de suyo loco,
así también son las acciones libres,
la práctica autoiluminante de no percepción,
la realización sin esperanza ni temor,
y la disciplina sin pretensión.

No sólo yo soy loco,
sino que locamente aflijo a los demonios;
con la instrucción medular de mi gurú
castigo a todos los demonios machos;
con las bendiciones de las dakinis
atormento a los demonios hembras,
con el demonio de la mente feliz
entro a lo último,
con el demonio de la instantánea realización
ejecuto todos los actos.

No solamente castigo a los demonios,
también sufro penas y enfermedades;
el gran símbolo me golpea las espaldas,
la gran perfección aflige mi pecho,
por practicar el vaso respiratorio
contraje toda clase de enfermedades.

La fiebre de la sabiduría me atacó desde arriba,
el frío del samadhi me invadió desde abajo,
la fiebre fría del vacío gozoso me asoló en el medio,
desde mi boca vomito las instrucciones medulares,
forzosamente me hincho estremecido en la esencia del dharma;
tengo muchas enfermedades y he muerto muchas veces;
muertos están mis prejuicios
en la vasta esfera de la visión;
todas mis distracciones y desidias
han muerto en la esfera de la práctica;
mis pretensiones e hipocresías
han muerto en la esfera de la acción;
muertos están todos mis temores y esperanzas
en la esfera de la realización;
y en la esfera de los preceptos
están muertos mis afectos y ostentaciones.
Yo, el yogui, moriré en el reino del Trikaya.

Mañana cuando este yogui muera
no verá ningún bello sudario
sino las sutiles revelaciones divinas,
su cadáver no será envuelto con cordel de cáñamo
sino con el cordón del canal central;
los enterradores que lo lleven al cementerio
no serán hijos llorosos
sino su bendito hijo del conocimiento,
el cortejo fúnebre no irá
por el camino de tierra gris
sino a lo largo del sendero bodhi.

Los gurús del linaje susurrado señalarán el camino,
las dakinis de las cuatro divisiones serán las guías,
el cadáver no será llevado a la colina roja
sino a la Colina del Adi-Buda,
no será llevado ai cementerio donde juegan los zorros
sino al parque de eficacia y sabiduría;
seré quemado solamente
en la tumba de Dorje-Chang.

Dhampa Sangje estaba gratamente impresionado con este canto y dijo: "Tu clase de locura es muy buena". El Jetsun replicó: "Como nosotros dos, los yoguis, nos hemos encontrado, sería apro¬piado tener juntos una fiesta sacramental". "Bien, como tú eres el tibetano, harás de huésped —contestó Dhampa Sangje—; serás el primero en preparar la fiesta". Entonces Milarepa quitó su cala¬vera con el cerebro dentro y cortando sus antebrazos y su cuello les utilizó para construir un fogón. Luego puso la calavera sobre el fogón y el cerebro comenzó a emitir en todas direcciones rayos de cinco colores. Dhampa Sangje se transformó en siete cuerpos parados sobre siete tallos de hierbas y Milarepa también transformó su cuerpo en siete mandalas de Dom Chog, completándolas con las ocho puertas, etcétera, sobre lo más alto de los siete tallos de hierba. En cada uno de los mandalas el Buda Dem Chog fue ofrendado en la. fiesta sacramental con seis disfrutes maravillosos. (Éstos tal vez son los diferentes sabores: ácido, dulce, amargo, picante, salado y aromático. También puede referirse a las seis atracciones sexuales que surgen de: color, forma, presencia o porte, vez, tersura y as¬pecto). Las yerbas sobre las cuales los cuerpos de Milarepa trans¬formado se paraban se doblaban como bajo el peso de una carga. El Jetsun dijo luego a Dhampa Sangje: "Como experto en la prác¬tica del vaso respiratorio, no hay diferencia entre tú y yo, ¿por qué entonces la yerba sobre la que me paro se inclina levemente?" Dhampa Sangje replicó: "No hay diferencia entre mi realización y la tuya. Esto se debe solamente al hecho de que tú has nacido como tibetano. Tus visiones y acciones son idénticas a las mías, por lo tanto, ambos, los discípulos de tu linaje y Ice del mío, verán ojo con ojo en sus prácticas y entendimiento".
Por sus poderes mágicos tanto Milarepa como Dhampa Sangje retornaron luego a sus propias moradas.

Ésta es la historia de Tong Lha.



54 LA SALVACIÓN DE LA MUERTE

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa moraba en la cueva del Vientre de Nya Non, vivían alrededor muchos seguidores del bon, en el lugar llamado La Shin. En las vecindades del lugar también vivía un hombre muy rico, quien a pesar de haber nacido como bon, era un devoto budista y siendo patrono del Jetsun nunca patrocinó a ningún monje bon. Había sido iniciado en las instrucciones me¬dulares por Milarepa y las practicaba.
Un día el hombre enfermó gravemente, hasta llegar al punto de la muerte. Planeando su última voluntad y testamento, reunió a sus parientes y les dijo: "Por bien de mi salvación, les ruego ofrezcan todas mis propiedades y pertenencias al Jetsun Milarepa y sus dis¬cípulos. Ustedes todos han sido seguidores del bon, pero espero que llegarán a ser budistas y practicarán el dharma benéfico en sus próximas vidas". Pero los parientes no siguieren sus instrucciones. Temiendo que nunca invitarían al Jetsun, este hombre le dije a su hija: "¿Por qué ustedes hieren a un moribundo en su corazón? Si tú no sigues mis deseos e instrucciones me mataré yo mismo. Luego serás condenada por todo". Al oír esto ellos cedieren y consintieron en hacer lo que él deseaba. Luego el hombre les pidió: "No efectúen ningún rito bon para mi muerte, es vacuo e inútil; pero, por favor, en consideración mía, inviten al Jetsun". Luego murió.
De acuerdo con los deseos del difunto fueron invitados a la casa el Jetsun y sus discípulos. Todos ellos se quedaron en el piso de arriba mientras los monjes bon, quienes también fueren invitados, permanecían en el piso bajo ejecutando sus ritos. Mientras eso su¬cedía apareció en la base de la mandala bon la inconfundible efigie del muerto. De color verdoso con sus largos cabellos, estaba allí bebiendo cerveza cómodamente. Beda, la hermana de Milarepa, pasó por allí y lo vio. Los monjes bon le dijeron: "Milarepa y sus seguidores siempre se pelean con. nosotros, pero mira que todo mundo puede ahora testimoniar que nosotros hemos traído acá al difunto, Milarepa y sus hombres nunca podrían hacer esto". Así diciendo, bromearon y se rieron del Jetsun.
Beda habló del incidente a Milarepa, quien replicó: "Esto no es la aparición del difunto sino una treta de los bonistas para es¬pantar al pueblo. Ahora, Shiwa Aui, ve y agarra el dedo anular a la aparición preguntándole cuál nombre secreto le dio el Jetsun Milarepa en la Cueva del Vientre durante su iniciación. Al rato regresó Shiwa Aui y dijo: "La aparición no pudo resistir la res¬plandeciente luz misericordiosa del Jetsun, cuando ya estaba dis¬puesto a hablar, ella dijo: "Me voy ahora. Soy quien guía los espíritus de los hombres para los bonistas, soy un fantasma que viene a este mundo de apariencia para meter gran alboroto y comer carne humana. Como de las enseñanzas bon no se obtiene el menor beneficio, he venido a conseguir mis ondas de los monjes bon". "Luego lo espanté —dijo Shiwa Aui— y con su rostro verdoso y largo pelo se lanzó por las calles del pueblo y luego se fue al otro lado de la montaña convirtiéndose en lobo. Presenciando todo lo ocurrido la gente quedó convencida de que Ja aparición no era el verdadero espíritu del difunto".
Luego el Jetsun dijo a los bonistas: "Ustedes muestran el camino del asesino, pero yo muestro el camino al difunto". Los parientes preguntaron: "¿Entonces tú, Jetsun, serás capaz de verlo? Si no, ¿cómo podrías señalarle el camino?" Milarepa replicó: "Sí lo veo. Debido a un leve karma mallo en sus vidas pasadas fue incapaz de completar sus actos meritorios y ha nacido ahora como insecto. Bajo una protuberancia de estiércol parduzco de yak encontrarán un largo insecto, ése es él. Iré y lo mandaré a la tierra de liberación". "Para convencernos, muéstranos cómo lo liberas", dijeron los patronos. "Muy bien, vamos allá y verán". Toda la gente se fue con el Jetsun valle arriba, donde pronto llegaron donde había un montón de estiércol parduzco y seco. El Jetsun llamó primero al hombre varias veces por su nombre secreto y luego dijo: "Soy tu gurú Milarepa, sal y ven aquí". De alguna parte bajo el estiércol apareció un insecto y voló directo hacia el Jetsun posándose sobre él. Milarepa predicó el dharma y ejecutó el yoga de transformación y el rito de la libe¬ración. En seguida, el insecto murió y de su cadáver comenzó a salir una luz delgada y brillante que entró y se disolvió en el co¬razón del Jetsun. Milarepa meditó por un corto rato y luego emergió de su corazón la conciencia del difunto encarnada en un "¡Ah!" blanco, palabra que brilló con luz radiante y que ascendió luego al cielo más y más alto. Mientras, toda la gente escuchaba su voz diciendo: "El Jetsun inmaculado me ha enviado al gozo de la libe¬ración. ¡Oh, grande es su bendición, grande su generosidad!"
Habiendo presenciado esto, todos los espectadores quedaron convencidos y confirmados con gran fe. Se inclinaron ante el Jetsun y gritaron: "¡Esto es maravilloso, esto es maravilloso!" "Tengo mu¬chas otras cosas aún más maravillosas que ésta", replicó Milarepa y cantó:

Ruego a Marpa, mi maravilloso gurú,
yo abrigo su gracia en mi mente,
ruego bendiga a mis discípulos con su misericordia.

De todas las maravillas, la mayor es
el primer encuentro con mi gurú.

De todas las maravillah, la mayor es
obtener instrucción del linaje susurrado.

De todas las maravillas, la mayor es
renunciar a todas las cosas mundanas.

De todas las maravillas, la mayor es
permanecer en una ermita.

De todas las maravillas, la mayor es
nacer de la experiencia y realización.

De todas las maravillas, la mayor es
cumplir con trabajos duros en soledad.

De todas las maravillas, la mayor es
agradar a mi gurú con devoción.

De todas las maravillas, la mayor es
la voluntad dejada por el difunto bon.

De todas las maravillas, la mayor es
realizar la voluntad de un difunto.

De todas las maravillas, la mayor es
la liberación de la muerte.

De todas las maravillas, la mayor es
la fe creciente en esta asamblea.

Los parientes del difunto dijeron: "Ciertamente que no cometió ningún error al escoger su fe. Para obtener el estado búdico después de la muerte uno debe hacer lo que él hizo". "Todos necesitamos un salvador como el Jetsun —dijo Shiwa Aui—, pero es muy di¬fícil encontrarlo y tener fe en él". Milarepa replicó: "Si ustedes, queridos discípulos, quieren ser guías de las conciencias de los hom¬bres muertos en el sendero, necesitan estas cualidades". Entonces cantó:

Buena y segura es la gracia del linaje susurrado
mediante la cual puede uno obtener la realización de las dakinis;
hijos míos, discípulos, no equivoquen
su transmisión dhármica.

Para limpiar el karma de los malaventurados
tú mismo debes guardar una disciplina pura,
para recibir ofrendas y cultos de los patronos
debes tener compasión y la mente bodhi,
para ser honrados como el lama jefe del grupo requieres realización y méritos.

Para agradar al gurú realizado
necesitas fe inconmovible y perseverancia,
para tomar la oblación de la muerte
debes tener el mérito del excelso esclarecimiento.

Para librarte de la muerte
necesitas el poder milagroso
y la realización genuina,
para convertir a los incrédulos debes
ser capaz de realizar milagros,
para ejecutar el ritual de la mandala en el día siete
debes, en verdad, liberar
al difunto conduciéndolo al sendero.

Discípulos y patronos míos del bon,
ya no tengan más dudas en su mente.

La hermana del Jetsun, Beda, dijo: "Hermano, has redimido las almas de otras gentes, sin hacer nada por las almas de tus propios parientes, ¿por qué?" Así diciendo, sollozaba amargamente. Milarepa tomó su mano y le dijo: "No te sientas triste, he hecho esto para redimir las deudas de nuestros parientes", y cantó:

Ruego a los gurús Jetsun,
ruego me ayuden a reparar las deudas de mis parientes.

Para guiar las almas de mis parientes
fuera de sus cuerpos fantasmales
las fusiono con mi propia mente
y las disuelvo en la esencia mental
del uno victorioso.

Por su gracia un arcoiris
de luz brilla desde la tierra pura
y dentro del aparente aunque vacío
Buda Kaya, sus cuerpos se desvanecen.
Cuan maravilloso es pues
fundirse en el inmanente estado búdico.

Sus voces, ecos irreales,
se disolvieron en la palabra de Buda.
Cuan maravilloso es
disolverse en el propio sonido.

Sus mentes vagabundas en el bardo
fueron atrapadas por el poder de mi samadhi,
por lo tanto, contemplaron la propia faz de
la conciencia de vacío iluminativo.

Al mantener la mente en su estado natural
toda confusión se desvanece.
Cuan maravilloso es este estado inmutable.

En mi larga vida de devoción
recito el mantra día y noche
con cariño y buena voluntad.

Por estos méritos se han limpiado
los pecados de mis parientes;
nunca volverán a nacer en los seis reinos.

Ahora viven alegres en sagrada compañía,
con placer y contento viven ahora felices;
están en la tierra pura de la felicidad
rodeados por Bha Who y las dakinis.
Querida hermana Beda, no te preocupes ni te aflijas por ellos.

Beda dijo: "Esto es verdaderamente maravilloso, pero dime, por favor, ¿cuál ritual ejecutaste para ellos?" En respuesta Milarepa cantó:

Ruego al refugio de todos los seres me ayude,
por favor, a reparar las deudas de mis parientes.

En la mandala del gozo de la no dualidad
coloco las imágenes del Buda
de la autoconciencia iluminativa.

En el vaso de las escrituras sagradas e instrucciones
pongo por enjuague el agua de los seis paramitas,
con ella limpio la inmundicia de los cinco venenos,
con el néctar del gurú Ghagyu
confiero las cuatro iniciaciones;
en sus cuerpos, bocas y mentes,
les muestro la no distinción del gran gozo
y las realizaciones sucesivas del sendero.

La unidad del trikaya
fue la oblación que hice por ellos;
el ritual que ejecuté por sus muertes
fue la emancipación del deseo,
con conocimiento perfecto de la oportunidad
les llevé el ofrecimiento de la asistencia espiritual,
a ellos he dedicado el mahamudra,
por ellos he prometido servir a todas las criaturas de sentimiento.

Mis deseos y los de las criaturas parientes
están satisfechos y fundidos en uno;
pensando en la gracia de mi gurú
he reparado sus deudas.

Oyendo este canto, Beda quedó firmemente convencida. Para persuadir a su hermana de practicar el dharma con determinación, Milarepa cantó nuevamente:

Me inclino a los pies de Marpa,
rogándole sosiegue las pasiones de mi parentela
y funda sus mentes en el dharma.

¡Despierta y escucha, hermana Beda!
Si cuando eres joven no practicas,
¿qué podrás practicar cuando seas vieja?
si no dependes del Jetsun gurú,
¿quién podrá confiar en gurús complacientes?
sin la instrucción del lenguaje susurrado,
¿qué utilidad tienen las charlas vanas y las palabras áridas?
si no conoces tu mente,
¿qué sentido tiene aprender?
si no puedes reposar a gusto en el vacío,
las vanas indicaciones sólo aumentarán tus pecados.

La gente autosuficiente que siempre alardea
no tiene experiencia interior;
la gente suspicaz y arrogante
no ve que las apariencias son sólo
juegos divertidos;
los pretensiosos y críticos
son hombres sin compasión ni fe o mente bodhi.

Quien nunca piensa en el estado búdico
es colérico y ansioso de dinero;
así no puede ser un verdadero budista.

El descuido de la compasión por los otros
y de la piedad filial es efecto del samsara;
si uno actúa contra el dharma
los amigos se tornarán pronto en enemigos;
quien sólo daña o hiere a sus amigos
tiene piel de diablo,
no importa cuan encantador parezca;
quien ansia ser un yogui y lo pregona
pero no puede practicar la inmanencia de lo profundo
sólo es un mentiroso o tramposo,
para aquellos que no pueden pacientemente ayudar a otros
la amistad sólo es motivo de disputa y remordimiento.

Querida hermana Beda,
tu pesar por la muerte de nuestra madre
demuestra que aún tienes que aclarar
tus obstáculos y pecados.

Luego el Jetsun la mandó a meditar y como resultado ella ob¬tuvo experiencias y realizaciones extraordinarias. El Jetsun estaba muy complacido. Para estimularla y darle ánimos cantó:

Escucha una vez más, hermana Beda:
Si uno no pierde la fe en el dharma
llegará el fin de toda pena;
si uno no acusa a los otros,
todos nos mirarán como a un ángel;
si uno no tiene pensamientos dañinos
los propios méritos aumentarán.

Quien no se apega a las cosas ahora
será feliz en su próxima vida;
quien tiene poca arrogancia
será querido por todos.

Quien retiene la mente intrínseca
pronto ganará el estado búdico;
quien se retira a estricta reclusión y refrena su hablar
será bendecido por las dakinis.

Si no tienes deseos de placer
tu karma maduro será liquidado;
si hasta la muerte meditas
eres el rey de reyes.

Si la mente está libre de dolor y confusión
las dakinis y Bha Wo te recibirán;
si ahora y siempre oras a tu gurú el Jetsun
la realización y la bendición serán tuyas.

Guarda estas palabras en tu mente y medita,
que la alegría y la buena suerte sean siempre contigo.

Más tarde Beda fue capaz de meditar en soledad con mucha perseverancia. Como resultado obtuvo experiencias y realizaciones excepcionales y al final pudo igualar los méritos de las cuatro hijas espirituales del Jetsun.
Los bonistas que presenciaron en esta ocasión la ceremonia fue¬ron confirmados con fe irrevocable hacia Milarepa.

Ésta es la historia de la salvación del muerto y de la guía de Milarepa al llevar a su hermana al sendero bodhi.



55 CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA DE LAS DAKINIS

Reverencia a todos los gurús

Una vez, cuando el Jetsun Milarepa vivía en el valle alto de Tsar Ma, en Nya Non, dos de sus patronos pelearon entre sí por la dote de una nueva boda. Cuando vinieron al Jetsun para que mediara, él citó a los participantes, los reconcilió con buenas advertencias y predicó el dharma para ellos. Luego cantó:

Escuchen, hombres vanidosos
con rocas sobre sus cabezas.
Ésta es la clase de conflicto creado por mujeres
que no han tenido hombres por mucho tiempo;
mujeres deseosas de hombre son todas conflictivas
y sólo llevan dentro pensamientos dañinos;
quien propaga la discordia siempre es débil.
Esta novia del mal valle
en mal tiempo se ha convertido en inolvidable para el "ciego";
este bagaje sucio ha sido causa
de disputa entre dos hombres;
éstos son actos indignos y mundanos;
mayores, no los instiguen,
jóvenes, manténganse sobrios y sanos;
cada cual aquí reunido
debe tratar de cambiar su mente
de acuerdo con la enseñanza del dharma.

Movidos por este canto, los de la disputa se calmaron. Luego la patrona, dama Jham Mei, una fiel seguidora del Jetsun, le hizo suntuosas ofrendas. Poniéndose de pie en la asamblea, ella pregun¬tó: "Reverendo Jetsun, único inmaculado, dinos por favor, ¿cómo has alcanzado tus actos altruistas, cuántos discípulos tienes y entre ellos cuántos han obtenida iluminación? Milarepa replicó: "Es maravilloso que surjan estas preguntas en tu mente. Tal como pro-fetizaron las dakinis, he hecho estas cosas para beneficio de las cria¬turas de sentimiento".

Ruego a los gurús y dakinis,
ruego me ayuden a beneficiar a los hombres sin esfuerzo.

Como predijeron las dakinis;
como el sol, es el Nirmanakaya Dhagpo
y su luz resplandece en todo;
como la luna es el Nirmanakaya Rechungpa;
y Shiwa Aui, el hermano mayor,
es un meditante similar a un tigre;
con Drigom y otros Repas tengo cinco
y veinte discípulos jefes, tal como fue predicho.

Entre mis discípulos cinco y veinte son seres consumados,
un centenar ha obtenido la realización,
ciento ocho han obtenido la experiencia espontánea,
cerca de un millar, la unión con el dharma
y más de cien mil han ganado adhesión dhármica;
algunos han aprendido otras artes de mí.
Tu pregunta es muy buena,
en verdad eres bien dotada.

Al escuchar esto, los discípulos exclamaron: "¡Oh, vendrán mu¬chas seres perfectos! ¡Qué maravilloso es esto!" Todos estaban lle¬nas de alegría y exaltación; luego rogaron a Milarepa que les diera sus buenos deseos. El Jetsun dijo: "Ya que en este momento ambos, quien recibe y los patronos, son sinceros, los buenos desees se cumplen automáticamente. Sin embargo, seguiré el ejemplo de Buda y diré para ustedes la dedicación de los buenos deseos. Síganme y repitan el canto después de mí".

Ruego a mi gurú Buda protector
y a todos los dioses,
ruego satisfagan todos mis buenos deseos.

Ahora reciten todos conmigo.

¡A mí que conozco el camino al estado búdico
recuérdenme, oh Budas, Bodhisatvas y Sanghas!

Desde tiempo inmemorial en este gran samsara
yo y todas las criaturas hemos practicado
caridad, disciplina y otros méritos;
pensando en eso, se llena de gozo mi mente.
A mis parientes y maestros dedico
todos los méritos que haya obtenido en esta vida
al dar limosnas y servicio
para obtener el estado búdico.
Antes de que llegue el último día, pueda yo,
por el poder de mis méritos,
encontrar al maestro mahayana
y observar los tres preceptos;
que todos mis buenos deseos se cumplan
y que nunca cometa actos pecaminosos.

Por el poder de mis méritos pueda yo
ganar larga vida y prosperidad;
que encuentre buena compañía y condiciones favorables,
que todos los obstáculos a la liberación se alejen de mí.

Mientras Milarepa cantaba este canto, un eco del cielo se oía por tedas partes. Después de un tiempo la gente de Nya Non supo que el Jetsun se iba a otras ermitas. Todos vinieron con buenas ofrendas y le rogaron que no se fuera. El Jetsun replicó: "He estado aquí por mucho tiempo, mis patronos tal vez ya estén cansados. Me voy a otro sitio a esperar la llegada de la muerte. Si no muero pronto, siempre habrá ocasión de encontrarnos nuevamente. Mien¬tras tanto todos deben tratar de practicar esto":

¡Reverencia a mi perfecto gurú!

Propiedades y posesiones son como briznas de yerba,
tírenlas sin avaricia.

Un cuerpo humano que pueda practicar el dharma
es lo más preciado que hay,
para volver a obtenerlo deben cumplir los preceptos,
tal como si protegieran sus propios ojos.

La ira nos lleva a los reinos más bajos,
por lo tanto, nunca pierdan su templanza,
aun si pierden la vida.

La inercia y la pereza no traen logros,
por lo tanto, ejercítense en la devoción.

Nunca podrá entenderse el mahayana
cayendo en la distracción,
por lo tanto, practiquen la concentración.

Como el estado búdico -no se alcanza afuera
observen la naturaleza de la mente interior.

La fe es inestable como la niebla,
cuando comience a disiparse,
deben fortalecerla más que nunca.

Todos los patronos gritaron: "Digas lo que digas, no te deja¬remos ir. Quédate aquí como sea". Luego le imploraron con mucha sinceridad. El Jetsun replicó: "Si no muero, trataré de volver a este pueblo. Si no nos vemos por algún tiempo, traten de recordar y practicar estas cosas". Y cantó:

Cuan lamentables son los seres mundanos,
como a jade precioso estiman ellos
sus cuerpos, pero como árboles viejos
están condenados a caer;
de vez en cuando refrenen sus pensamientos desbocados
y pongan atención al dharma.

Aunque ganen tanta riqueza
como la abeja colectora de miel,
el daño que puede caer en ustedes
es impredecible;
de vez en cuando refrenen sus pensamientos desbocados
y pongan atención al dharma.

Podrá uno ofrecer a un lama
cargas de seda por muchos años,
pero cuando la mala suerte baja
como arcoiris fatal
se disuelve enseguida la propia fe;
de vez en cuando refrenen sus pensamientos desbocados
y pongan atención al dharma.

Como pareja de bestias acopladas
viven juntos los amantes,
pero la calamidad por el ataque del lobo
puede caer sobre ustedes en cualquier momento;
de vez en cuando refrenen sus pensamientos desbocados
y pongan atención al dharma.

Pueden amar al primogénito
como una gallina a su huevo,
pero una roca deslizada puede aplastarlo en cualquier momento;
de vez en cuando refrenen sus pensamientos desbocados
y pongan atención al dharma.

Un rostro puede ser bello como una flor,
pero puede ser dañado en cualquier momento por la dura granizada;
de vez en cuando piensen cómo es
triste, transitorio y fútil este mundo.

Aunque hijo y madre se quieren
cuando la discordia surge pelean y discuten como enemigos;
algunas veces deben sentir compasión
hacia todos los seres de sentimiento.

Tenderse al tibio sol del poniente tal vez es grato y placentero,
pero puede surgir una tormenta de calamidades golpeándolo a uno en cualquier momento;
recuerden a los pobres alguna vez
y den limosnas a quienes las necesitan.

Oh, queridos patronos hombres y mujeres,
para quien no puede practicar el dharma
toda su vida será algo sin sentido,
todos sus actos serán mal hechos.

"Sí, reverendo Jetsun, seguiremos tus instrucciones —dijeron los patronos—, pero no podemos aceptar que te vayas. Por favor, qué¬date con nosotros para nuestra salvación". Pero Milarepa se quedó poco tiempo en la cueva del Vientre y luego se fue a lo más bajo del valle. Al pararse en una roca dejó las huellas de sus pies como memoria para que el pueblo de Nya Non le rindiera homenaje. Luego, sin que los patronos lo supieran, se fue lejos.

Ésta es la historia de la amonestación final de Milarepa a los patronos de Nya Non.



56 AMONESTACIÓN AL MÉDICO YANG NGE

Reverencia a todos los gurús

El Jetsun Milarepa y cinco discípulos partieron para Tong Lha. En el camino encontraron a cinco ladrones, quienes los ' registraron encontrando sólo algunos tazones y cráneos. Entonces
les preguntaron: "¿Son ustedes gentes llamadas Milarepas?". El Jetsun contestó: "Yo soy Milarepa". Los ladrones se inclinaron ante él y dijeron: "¡En verdad somos afortunadas por haberte en¬contrado! Por favor, danos ahora alguna instrucción". El Jetsun les predicó las enseñanzas del karma, incluyendo tópicos tales como la alegría y el mérito de los reinos más altas,, las miserias y los vicios de los tres reinos inferiores y cómo los actos buenos o malos, respectivamente, traerán felicidad o sufrimiento. Luego añadió: "Éste es mi consejo; lo acepten o no, depende totalmente de ustedes":

Me inclino ante los gurús perfectos.
Muy arriba en las alturas, en el cielo de placeres,
siembran los dioses su arroz
y está madura la cosecha
al sembrarse la semilla.
No es que su método de cultivo sea superior,
es simplemente la recompensa kármica
por sus buenos actos de pasadas vidas.
¡Hombres de dotes, den sus limosnas!

Abajo muy abajo hay seres desdichados
en los dieciocho grandes infiernos.
Cuando sus cuerpos son serruchados
las heridas sanan de inmediato;
esto no es porque su piel sea sana
sino que es retribución kármica
por aquellos que mataron en vidas pasadas.
¡Hombres de dotes, nunca maten!

En el reino oscuro del más allá
vagan fantasmas hambrientos;
en cuanto terminan de comer
sienten nuevamente hambre;
la razón no es el tamaño de su estómago,
es la retribución kármica
por la tacañería de sus vidas pasadas.
¡Hombres de dotes, nunca sean mezquinos!

Cerca de la Poza de la Purificación
está Duinjo, la vaca maravillosa,
siempre dispuesta a dar leche.
Sólo de ustedes depende que la tomen o no.

Bajo la raíz del árbol que satisface todo deseo
está la droga que cura las cinco enfermedades,
pero es totalmente de ustedes que depende
el que caven para encontrarla.

Frente a un buen gurú
está la llave de las instrucciones medulares
para la puerta de las dos perfecciones,
pero sólo enteramente de ustedes dependerá
si la abren o no.

Al escuchar este canto, surgió gran fe en los ladrones. Cuatro de ellos juraron que nunca más matarían ni robarían. Uno decidió seguir al Jetsun y fue aceptado como discípulo sirviente; más tarde obtuvo la realización y llegó a ser un yogui avanzado.
Después de este incidente Milarepa y sus discípulos se fueron a Din Ri Namar; en el camino hallaron a un pastor y Milarepa le dijo: "Dime, ¿quién es el destacado patrón de este lugar?" El pastor contestó: "Es un médico llamado Yang Nge, un rico y devoto budista". Fuéronse a la casa del médico y lo encontraran en medio de mucha gente que allí se hallaba reunida. Milarepa dijo: "Querido patrono, nos han dicho que eres el hombre más rico de aquí. Te pedimos un poco de comida para esta mañana". El médico dijo: "Del otro lado de la montaña está Milarepa, de éste Dhampa Sangje. La corriente de peregrinos nunca cesa de fluir. ¿Cómo puedo dar caridad a cada uno de ellos? Ahora bien, sólo daré limosnas a Milarepa si viene él mismo, pero por supuesto, sé que no tengo di buen karma necesario para ello". El Jetsun replicó: "Puedo decir que yo soy el propio Milarepa. Tráenos ahora de comer". "Se dice que Milarepa puede utilizar lo que haya a mano como metáfora para predicar. Par favor, usa una de las burbujas del agua de esta acequia que está delante de nosotros como una metáfora y danos un discurso", dijo el médico. En res¬puesta, el Jetsun cantó Las burbujas efímeras.

Ofrezco homenaje a mi gurú misericordioso.
Esencia de los Budas de todo tiempo,
¡haz que todos los presentes presten atención al dharma!
Como él dijo una vez, esta vida es
como burbuja, transitoria y efímera,
en ella no puede hallarse certeza alguna.
La vida del hombre profano es como la de un ladrón
que husmea en una casa vacía.
¿No conoces la locura de esto?
Le. juventud es como flor de verano,
pronto desaparece;
la vejez es como un fuego esparciéndose
en el campo, de pronto está en tus talones.
Una vez dijo Buda: "Nacimiento y muerte son como
la alborada y el poniente, vienen y van;
¡a enfermedad es como un pajarito
herido por una honda.
¿No sabes que el vigor y la salud
a su tiempo te dejarán?
La muerte es como una lámpara seca de aceite
después de su último parpadeo.
Nada, te lo aseguro,
permanece en este mundo.
El mal karma es como una cascada
que nunca puede correr hacia arriba.
Un hombre pecador es como un árbol venenoso,
si en él tomas sombra serás dañado.
Los pecadores son como guisantes quemados por la helada
que, igual que la manteca rancia, arruinan todo.

Los practicantes del dharma son
como labradores en el campo,
con cuidado y vigor alcanzarán éxito;
el gurú es como medicina y néctar,
confiando en él uno ganará el éxito;
la disciplina es como torre de vigía,
observándola uno alcanzará el éxito.

La ley del karma es como la rueda del samsara;
quien la rompe sufrirá grandes pérdidas;
samsara es como una espina ponzoñosa
clavada en la carne, si se la saca
aumentará y se esparcirá su veneno;
la llegada de la muerte es como la sombra
de un árbol a la hora del poniente: se va rápido
y nadie puede detenerla.
Cuando ese tiempo llegue,
¿qué otra cosa podrá ayudar sino el dharma sagrado?
Aunque el dharma es la fuente de la victoria
son raros los que aspiran a él.
Hileras de hombres están embrollados
en las miserias del samsara;
nacidas en esta calamidad, luchan
por despajos y roban para ganar.
Quien habla de dharma con júbilo se inspira,
pero cuando se le impone una tarea vacila y se siente perdido.

Queridos patronos, no hablen mucho
sino practiquen el sagrado dharma.

"Ésta es una verdad muy útil para mi mente —dijo el médico—, pero, por favor, predícame más sobre la verdad del karma y los sufrimientos del nacer, de la vejez, de la enfermedad y de la muerte; así me capacitarás para reafirmar mis convicciones sobre el budismo". En respuesta, el Jetsun cantó:

En el reino del gran No nacido
brilla él can los cuatro infinitos.
A mi gurú Jetsun, que satisface todo deseo
—guía en el Sendero del Gran Gozo—
ofrezco mi sentida oración.

Les ruego escuchen estas palabras,
amigos queridos aquí reunidos;
cuando ustedes son jóvenes y vigorosos
nunca piensan en la vejez cercana,
pero ella se acerca lenta y seguramente
como la semilla que crece bajo tierra.
Cuando están fuertes y sanos
nunca piensan en la enfermedad que se acerca,
pero ella desciende con fuerza repentina
como un golpe de luz.
Cuando están envueltos en las cosas mundanas
nunca piensan en la cercanía de la muerte,
pero, rápida como el trueno, ella viene
desgarrando en redondo nuestras cabezas.

En enfermedad, vejez y muerte
siempre se encuentra una con otra
tal como lo hacen las manos con la boca,
esperando su presa en una emboscada.
Yama está listo para tomar a su victima
cuando el desastre lo atrape.

Las golondrinas vuelan en fila;
tal como ellas, la vida,
la muerte y el bardo se siguen una a la otra.
Estos tres "visitantes" nunca se apartan de ustedes;
Así pensando, ¿no temen ustedes por sus actos pecaminosos?

Aguardando en la emboscada,
como fantasma o bestia hambrienta,
está el destino con sus flechas poderosas esperando atraparnos
para hacernos renacer en los infiernos;
si alguna vez caen en sus trampas
difícil será hablar de escape.

¿No temen las miserias que experimentaron en el pasado?
Seguramente sentirán gran pesar si la desgracia los ataca.
Las miserias de la vida, se siguen una a otra
como las incesantes olas del mar;
apenas ha pasado una cuando ya la próxima se avecina;
hasta que estén liberadas, pena y placer van y vienen al azar
como caminantes que tropezaran en la calle.

Los placeres son precarios como un baño de sol;
transitorios como tormenta de nieve que llegara sin anunciarse.
Recuerden estas cosas.
¿Por qué no practicar el dharma?

Al oír este canto surgió en todos una gran fe por Milarepa. Le presentaron muchas y muy buenas ofrendas y le pidieron que se quedara con ellos permanentemente. Milarepa no aceptó sus in¬vitaciones; sólo consintió en pasar allí la noche.
El médico rogó al Jetsun que le diese algunas instrucciones antes de partir. Luego reunió a todos los lugareños y añadió: "Si tú, reverendo Jetsun, no puedes permanecer aquí por unos pocos días, dinos al menos algo del dharma para practicar". En respuesta Mi¬larepa cantó:

Escuchen con atención todos los aquí reunidos.
¿De veras quieren practicar el dharma?
Si es así, intenten estas tres cosas:
Cuando estén acostados en su cama
no se dejen ir con ignorancia;
en la tarde reciten el mantra del Buda Protector,
por la noche rueguen a los santos,
a media noche mediten en la no distinción,
cuando rompa el día practiquen el Prana-Vida;
al alba arrepiéntanse de sus malas acciones,
cuando salga el sol identifiquen sus mentes con las formas.
Lo principal de la práctica,
es observar la propia mente;
la médula o esencia de cualquier instrucción se recibe del gurú;
por lo tanto, siempre deben rogar
a nuestro Buda protector;
guarden las Reglas Samaya
junto con nuestros hermanos Vajra,
siempre ofrezcan servicio a los tres inmaculados.
Visualicen siempre en sus cabezas
a él, que es todo misericordia,
reciten el sagrado mantra de La joya en el loto:
Om Mani Padme Aum,
también den caridad a los pobres
y ayuden a quienes están en necesidad;
den siempre limosnas y sirvan
a los monjes de saber y disciplina;
en todo tiempo cuiden a sus padres.
Aunque aquí se reuniera un centenar de gurús y eruditos
no podrían darles mejor instrucción.
¡Que la prosperidad y la alegría
los sigan a través de toda su vida!
¡Que la buena salud y larga vida
sean con ustedes todo el tiempo!

Conmovidos por este canto, todos los oyentes quedaron confir¬mados con una fe inconmovible en el Jetsun, y cuando le llegó la muerte, el médico entró al sendero. Después de este incidente, Milarepa y sus discípulos partieron para Che Bar.

Ésta es la historia del médico Yang Nge.



57 PARTIDA DE RECHUNGPA

Reverencia a todos los gurús

Rechungpa, el hijo de corazón, discípulo del Jetsun Milarepa, tuvo problemas debido a su asociación con una mujer noble, Dama Dembu. Con objeto de librarlo de este obstáculo, Milarepa su transformó en mendigo y llegó hasta la casa de Rechungpa pi¬diendo limosnas. Por este tiempo Rechungpa tenía una gran pieza de jade que había conseguido en una barranca del valle de Yagder. Esto le dio al "mendigo" diciéndole: "Usa este jade para comprar tu comida". Milarepa pensó: "Mi hijo no tiene apego a la riqueza material, pero sí tiene gran compasión".
Como consecuencia de esta dádiva Rechungpa se separó de Dama Dembu; descorazonado y cansado de ella la dejó y regresó con el Jetsun. Al regreso llegó a la casa de un hombre rico y allí recibió dos porciones de carne seca, la cual preservó con gran esmero para poderla llevar como regalo al Jetsun. Por este tiempo Milarepa vivía en Chu Bar, con algunos discípulos. Les dijo entonces: "Allí viene Rechungpa y nos trae algo tan extremadamente grande que todo un valle no basta a contenerlo". Al poco tiempo llegó Rechung¬pa. Ofreció al Jetsun un saco de carne seca y le preguntó por su salud. En respuesta Milarepa cantó:

Un yogui vagó en las montañas,
como una gran mandala
mi cuerpo está lleno de gozo;
limpio de deseo y orgullo, me siento bien y feliz;
muerta ya el ansia de diversiones,
me siento alegre en la soledad;
como he renunciado a todas las cosas,
soy feliz en la tierra de nadie;
como he cortado las ligaduras con mis compatriotas
ya no me preocupa obtener ni ahorrar.
Vivo feliz y contento sin más deseos de estudios o títulos,
sin más libros, ya no tengo sentimientos de inferioridad,
con la esencia mental sólo siento felicidad.
Soy feliz y estoy bien sin charlas ni parloteos,
pues ya no quiero pláticas vanidosas.
Soy feliz y estoy bien sin planes ni esquemas
porque mi mente está libre de fraudes y dolo;
soy feliz y estoy bien porque nunca
me enredo en habladurías calumniosas;
dondequiera que esté, lleve lo que lleve puesto
o coma lo que coma, siempre me siento realmente feliz,
erí todo tiempo soy feliz y estoy bien.
Hijo Rechungpa, ahora que regresas, ¿tienes buena salud?

Entonces Rechungpa ofreció la carne seca a todos los Repas sin discriminación ni mezquindad. Uno de ellos preguntó a Milarepa: "Reverendo Jetsun, acabas de decirnos que Rechungpa nos traería un regalo tan grande que sólo el valle podría contenerlo, pero, ¿dónde está?". Con una sonrisa Milarepa replicó: "El valle es tu estómago y la carne es el gran regalo, muy grande para ser aca¬bada". Al oír esto, los Repas rieron abiertamente. Entonces el Jet¬sun dijo: "Voy a darles una iniciación, pero según el dharma es necesario hacer una ofrenda al gurú; deben traer algo que tengan, pero tú, Rechungpa, eres un caso especial, puedes hacerlo sin traer nada". Al oír esto, Rechungpa se unió tristemente a la ceremonia.
Cuando se acercó a la mandala vio, parado en el centro, el gran jade que le había dado al mendigo; entonces comprendió que el mendigo era la gran transformación de su gurú, utilizada para destruir los lazos entre él y Dama Dembu. Recordando todo lo suce¬dido, Rechungpa se sintió profundamente agradecido al Jetsun.
"Rechungpa —le dijo al Jetsun—, si no hubiera sido por mí, este jade te habría traído la destrucción. Es sólo por la incesante fe y veneración que tienes hacia mí y por tu gran compasión hacia todas las criaturas de sentimiento que estás libre de este obstáculo. Ahora debes estar agradecido y feliz. Escucha mi canto:

Grande es la misericordia del gurú padre,
importante es el milagro de Milarepa,
grande fue la candad y amor de Rechungpa.
El jade que le diste al mendigo está aquí con nosotros;
esta tarde lo ofreceremos a Dem Chog en nuestro rito iniciático.

Dar limosnas con compasión a los necesitados
es igual que servir a los Budas de los tres tiempos;
dar con compasión a los mendigos es hacer ofrendas a Milarepa.

Las criaturas de sentimiento son nuestros padres,
discriminar entre ellos es dañino y necio;
los verdaderos sabios y eruditos están de acuerdo en esto.
El apego a una escuela y la condenación de otras
es de alguna manera como perder nuestro aprendizaje.
Como todas los dharmas son igualmente buenos, los sectarios
degradan al budismo y se alejan de la liberación.
Toda la felicidad que uno tiene deriva de otros
y la ayuda que uno les preste traerá a cambio felicidad.
Nuestros actos perniciosos
sólo nos dañan a nosotros mismos.

Entren a esta mandala con mente benevolente, confiésense,
arrepiéntanse de sus pecados,
observen todos los aspectos con determinación.

Rechungpa estaba profundamente conmovido. Con remordimien¬to, confesó todas sus transgresiones ante su gurú y sus hermanos en el dharma entonando este canto:

He consentido en mi anhelo de satisfacciones físicas
en procura de placer;
sucumbiendo a la tentación, cometí
actos degradantes que llevan a la miseria,
ante el cuerpo de mi padre gurú confieso plenamente.

El ansia de hablar conduce al engaño y a La mentira,
una lengua voluble y palabras ingeniosas
nos arrastran derecho al fondo de los infiernos.

Vino y carne que dan gusto a la boca
nos convierten en fantasmas hambrientos;
toda mi habladuría falsa y vergonzosa
confieso ahora plenamente ante la
boca de mi padre gurú.

Ansiar el placer causa pensamientos malignos,
anhelar la fama engendra muchos actos sucios;
todos mis actos pecaminosos causados por el deseo y la codicia
confieso ahora en pleno ante
la mente de mi padre gurú.

Al vagar por pueblos y caseríos
interrumpí mi práctica;
el poder de mi mantra se debilitó
al ejecutar muchos exorcismos;
llegué a estar tan activo
que mi buena experiencia de samadhi se marchitó;
confieso estos errores ante los dioses de la mandala.

En una casa donde vive mucha gente
distinguí entre "mío" y "tuyo";
aquí confieso a mis hermanos en el dharma,
toda mi pequeñez y degradación.

Entonces el Jetsun inició a los Repas en el señalamiento, ejer¬citado de un modo elaborado. Después de la ceremonia, Repa Shiwa Aui se puso de pie ante todos y dijo: "Rechungpa es un yogui que ha dominado completamente la mente prana, ¿cómo es posible que un hombre así necesite aún la protección del Jetsum y se preocupe cuando toma a una dama para prácticas tántricas? ¿Por qué tal hombre aun se arrepiente ante ti por este acto?" El Jetsun replicó: "Esto es porque para practicar la acción secreta uno' debe conocer el tiempo justo y las condiciones correctas". Enseguida cantó:

Me inclino ante Marpa, mi gurú misericordioso,
te ruego que con la bendición me conduzcas al sendero;
¡ayúdame a entender el estado mental de mis discípulos!

Si no se conoce el tiempo correcto
para practicar, se descarriará el yoga;
si no se conoce el tiempo correcto
para hablar, los mayores se descarriarán;
si no se conoce el tiempo correcto
para dar alimento, la buena ama de casa se desviará;
si no se conoce el tiempo correcto
para cumplir el deber, los sirvientes se descarriarán;
si no se conoce el tiempo justo
para encontrar al enemigo, los guerreros se desviarán;
si no se conoce el tiempo justo
para encontrar las condiciones, los nobles monjes se desviarán;
si no se conoce el tiempo correcto
para ayudar a otros,
los actos nobles se perderán.

Sin perseverancia ni determinación
será pérdida de tiempo la estancia en las montañas;
si los hombres no se respetan ni se ayudan entre sí,
se perderá la compañía y la hermandad;
si un discípulo no guarda las reglas de su gurú
pronto se romperá la relación con él.
Los errores y desviaciones son infinitos,
¿cómo puede uno enumerarlos todos?
¡Hijos queridos, deben practicar de acuerdo con mis palabras!

Al escuchar este canto, todos los discípulos ganaron un decisivo entendimiento. Rechungpa hizo luego voto solemne ante el Jetsun de que obedecería y observaría todas sus instrucciones. De allí en adelante, sirvió a Milarepa aún más sincera y honestamente que antes.
Una noche Rechungpa soñó que ponía una carga de leños en el lomo de un perro y le gritaba: "¡Escribe las palabras!"; luego partían y llegaban al paso de una montaña. De un lado de la montaña venían 88 personas a escoltarlo y del otro venían otras 88 a darle la bienvenida. Rechungpa pidió al Jetsun la interpre¬tación de su sueño. En respuesta Milarepa cantó:

El perro indica que tendrás un amigo,
la leña, que tu mente será benigna y gentil;
"escribe las palabras" significa que serás muy ilustrado,
el grito indica que cantarás experiencias maravillosas;
los dos grupos de personas significan que mucha gente
te escoltará y dará la bienvenida.

Otra noche, Rechungpa soñó que se quitaba sus ropas y lavaba su cuerpo, luego se volvía pájaro y volaba lejos hasta posarse en un árbol. Luego vio un espejo y se miró en él. Milarepa, para ex¬plicar el sueño, cantó así:

El tirar tus ropas indica renuncia a todo deseo,
lavar tu cuerpo con agua clara significa
purificación mediante las instrucciones,
transformarte en pájaro indica bondad y compasión,
las dos alas del pájaro son las dos provisiones;
posarse en la rama revela que te sentarás en el árbol bodhi;
el espejo implica la revelación de las dakinis.

Otra vez, una noche Rechungpa soñó que montaba a espaldas sobre un burro y llevaba un traje llamado "esperanza". El Jetsun explicó el sueño en este canto:

Volviendo tu espalda al samsara
cabalgas el asno del mahayana;
cuando nirvana te dé la bienvenida
satisfarás las esperanzas de todos.

Otra noche, Rechungpa soñó que ponía una joya sobre su cabeza y se vestía un traje inmaculado, luego miró al interior de un espejo impoluto, mientras en la mano derecha sostenía un vajra y en la izquierda una calavera llena de sangre. También soñó que se sen¬taba con las piernas cruzadas en un asiento de loto; su espalda emitía rayos de luz y su cuerpo ardía con un gran fuego. Vio una fuente surgiendo frente a él y el sol y la luna brillando desde su corazón. A su izquierda se paraban hombres y mujeres en gran número, a su derecha un niño pastoreaba un cabrito que luego se multiplicó en muchas cabras. Rechungpa fue ai Jetsun y le pidió que interpretara su sueño. El Jetsun contestó:

El significado de tu sueño es éste:
La joya significa que siempre pensarás
en tu gurú sobre tu cabeza;
las ropas puras y blancas implican el linaje susurrado,
ver el espejo significa sostener la ejecución de señalamiento,
el vajra en la mano derecha indica
la destrucción de los pensamientos vagabundos,
la calavera en tu mano izquierda es un símbolo
de tu experiencia del vacío gozoso;
el asiento de loto indica tu liberación de toda falta,
sentarte con las piernas cruzadas
indica que estarás en samadhi por largo tiempo,
la luz que irradia tu espalda
significa que te realizarás acertadamente;
la fuente vertiéndose ante ti significa
que tendrás señales y experiencias,
el fuego que arde en tu cuerpo
es lo ardiente del calor dumo,
el sol y la luna son pruebas de tu iluminación,
los hombres y mujeres parados a tu izquierda
significan que Bha Wos y Mos te darán la bienvenida,
cabritos y cabras a tu derecha son prueba
de que protegerás a tus discípulos,
la multiplicación de cabritos predice
el esparcir del linaje susurrado.

El Jetsun continuó: "Como has alcanzado este estado, no será necesario que estés más tiempo Conmigo. Debes irte ahora que ha llegado el tiempo para beneficiar a las criaturas de sentimiento en gran escala". Luego cantó:

Escucha, hijo mío Rechungpa,
si conociendo la dependencia originaria de samsara y nirvana,
puedes confiar en un gurú sagrado,
llegarán a ti las instrucciones medulares
sin esfuerzo ni búsqueda.
Escucha, hijo mío Rechungpa,
si puedes sojuzgar el deseo de la vida
mundana y permaneces en la ermita,
la comunicación o logro vendrá por sí sola
sin esfuerzo ni lucha;
si puedes abandonar todos los actos malos y los apegos
y puedes renunciar a todo lo que deseas y codicias
pausadamente emprenderás la ruta de la dicha
sin ataduras ni deseos.

Escucha, hijo mío,
la raíz de samsara es "soportar cargas";
si puedes cortar el "amor apegado a los hijos"
y vivir en la soledad,
quedamente entrarás a la tierra de Buda.

Escucha, hijo mío,
aunque se esparza el dharma a través del Tíbet,
muchos lo adulteran.
La gente se llama a sí misma gurús y discípulos
pero con sus lenguas mañosas consienten pláticas obscenas.
Ve, hijo mío, ve y enséñales;
dales las enseñanzas correctas del linaje puro.

Escucha, hijo mío Rechungpa,
si con todo tu corazón quieres
practicar el santo dharma,
recuerda que un budista debe
realizar la conquista de sus deseos;
trata de renunciar a toda codicia;
refrena el mucho hablar.

Escucha, hijo mío Rechungpa,
si deseas el estado búdico
olvida todo placer en esta vida,
lucha por restablecer en ti la realización
y nunca te alejes de la base de tu propia mente.

El Jetsun le dijo luego: "Rechungpa, en el pasado, cuando debías permanecer en un lugar, querías marcharte a otro, pero ahora debes ir a Doh, en Loro, cerca del bosque de Shar Bo, el cual está cercano a la montaña nevada Shambo, en la frontera tibetana. Allí podrás beneficiar a criaturas de sentimiento", y cantó:

Rechungpa, mi hijo mayor,
te vas ahora a Weu;
de mis cuatro hijos tú eres el principal,
hijo querido de diversas sucesiones,
piensa en tu gurú, allí en tu corazón, y vete.

Guarda con celo las reglas samaya y vete,
portador de la antorcha del linaje susurrado,
ve y dispersa la niebla de la ignorancia,
ve y madura discípulos dotados;
nada reveles al incapaz.

Ve y planta el árbol de vida del dharma,
mirando con amor al dotado;
ve al sur de las regiones fronterizas
y medita en la montaña Shambo.

Hijo Rechungpa, tendrás tu templo
en la frontera entre el Tíbet y Doh.

Habiendo hecho todos los preparativos para el viaje, Rechungpa llegó ante el Jetsun, se postró ante él y cantó:

Siguiendo tus órdenes, padre gurú,
se va tu hijo mayor a Weu,
bendícelo con tu cuerpo vajra en su jornada;
ruega con tus palabras inmaculadas
para que esté protegido contra todo obstáculo;
con tu pensamiento despreocupado
condúcelo al sendero.
Amado padre Jetsun,
cuídate y preserva tu salud.

Tu hijo va ahora a Weu,
te ruego, amado mío,
amparo de todos los seres,
que encarnas a los Budas de todos los tiempos,
tengas cuidado de mantener tu salud.

Te ruego, omnisciente,
cuyas mercedes difícilmente podré recompensar,
te ruego despejes toda oscuridad
y permanezcas en buena salud.
Te ruego, gurú poderoso,
guía benevolente del sendero bodhi,
te ruego cuides de ti mismo.

Al mandar a Rechungpa a su viaje, el Jetsun cantó un canto de visión, práctica y acción.

Hijo, la visión es desembarazarse del sectarismo,
la práctica es permanecer en la ermita,
la acción es huir de las malas compañías,
la disciplina es armonizar con todas las formas,
la comunicación se obtiene pensando siempre en la muerte.

El Jetsun continuó: "En el año de la liebre, en el mes del caballo y en el día catorce debes regresar. Esto es muy importante". Luego dio a Rechungpa una pieza de oro y le impartió muchas de sus más estimadas instrucciones. Rechungpa dijo: "Aunque no puedo soportar el apartarme de ti, debo obedecerte. Debo irme ahora a Weu". Mientras decía esto, le corrían las lágrimas por el rostro. Para hacer votos de volver a ver al Jetsun cantó:

Los ríos de la India y Nepal,
divididas por diversos valles,
corren en diferentes direcciones;
aunque como ríos son todos parecidos,
se encontrarán de nuevo en el gran océano.

Divididos par los cuatro continentes,
el sol sale en el este, la luna se pone en el oeste;
como portadores de luz ambos se parecen;
en tardes otoñales sin nubes algunas veces se miran uno a otra.

Velada por la ignorancia,
la mente del hombre y la del Buda
aparecen como diferentes;
sin embargo, en el reino de la esencia mental
ambas son del mismo sabor;
alguna vez se encontrarán en el gran Dharmadhatu.

Debido al trabajo de Maya,
el padre Jetsun permanece en la colina
mientras Rechungpa, el hijo,
viaja por lugares remotos;
sin embargo, en el dharmakaya ellos nunca se separan,
en el cielo de Og-Men se encontrarán nuevamente.
Amado padre Jetsun, te ruego mantenerte bien,
yo, Rechungpa, me voy ahora a Weu.

Rechungpa se inclinó ante el Jetsun, tocando sus pies cen su cabeza y de nuevo hizo muches votos. Luego partió para Weu.
Cuando Rechungpa vivía en el templo del bosque de Shar Mo, su dama vino a pedirle perdón. Al principio él no quería verla, pero luego, gracias a su compasión y a la sinceridad de la súplica de Chin Drags, él cedió y le otorgó una cita. Ella lucía menesterosa, con apariencia de haber pasado muchas pruebas físicas y mentales. Viéndola en tan lamentable estado, Rechungpa se sintió profunda¬mente conmovido. Lloró muchas lágrimas y le dio una nuez de oro, y entonó este canto:

Me inclino a los pies de Mila, el supremo,
rogándote que en tu piedad
me hagas recordar tu benevolencia.

Tú, de palabra celosa,
no me veas como me miraste antes;
cuando regresé a mi gurú
vi en la mandala aquel gran trozo
de jade sobre el cual surgió nuestra disputa;
cuando lo vi, se me pararon todos los pelos
de mi cuerpo.

Primero mi gurú dijo: "No vayas a Weu",
pero luego dijo: "Vete ahora a Weu";
pensando en esto, no puedo sino divertirme.

En la vida de mi padre Jetsun
hallamos que trata el oro como si fuese de piedra.
Al darme este oro, dijo:
"Tómalo, tenlo contigo".
Al pensar en esto, no puedo sino divertirme.

Con esa pieza de oro podrás
construir imágenes de Buda
y lavar de pecados tu cuerpo;
con esa pieza de oro podrás
practicar rituales y mantras
lavando los pecados de tu hablar;
con ella también podrás construir stupas y tsa tsa,
lavando los pecados de tu mente.

Al llevar todas las cosas al interior de tu propia mente
practica las enseñanzas del lenguaje susurrado;
ruega y ruega de nuevo a tu gurú Jetsun;
a menudo reanima el pensamiento de la renuncia;
si puedes hacer esto alcanzarás grandes logros.

Sintiendo gran compasión por ella y su tío, Rechungpa los tomó a ambos bajo su cuidado. Luego les impartió instrucciones y los en¬vió a meditar. El tío se curó de la lepra, y también la dama ganó buenas experiencias y realizaciones. Se dice que más tarde llegó a rcr una muy buena yoguini y que benefició a muchas criaturas.

Ésta es la última parte de la historia del viaje de Rechungpa a Weu.



58 HISTORIA DE DRASHI TSE

Reverencia a todos los gurús

Una vez en Lha Dro de Drin, el Jetsun era ayudado por Drashi Tse, quien en una asamblea a la que asistían muchos patronos se levantó y dijo: "Reverendo Jetsun, cuando escucho a la gente predicando el dharma siempre me siento muy feliz, pero sé que no puedo ser al mismo tiempo un gran yogui y un erudito bien ilustrado. Testigo del hecho de que tú, el Jetsun, te has dedicado solamente a la práctica, confirmo mi gran fe. ¿Piensas que debo concentrar mi esfuerzo solamente en la meditación o no?" El Jetsun replicó: "Es en mera consideración a la práctica que el dharma es predicado y estudiado. Si uno no practica o medita, ambos, el estudio y la práctica, serán algo sin sentido. Ahora escuchen mi canto:"

Sin práctica, el dharma de la prédica
sólo conduce al orgullo,
sin protección, el hijo adoptivo
siempre se tornará en enemigo,
sin protección, un bulto de libros
será sólo una carga;
excepto para mentir y alardear,
¿qué otro beneficio podrán propiciar?
La gente se deleita escuchando
las marrulleras enseñanzas convenientes,
pero muy pocos siguen las enseñanzas finales del gurú.

Practiquen con fe el sagrado dharma,
¡queridos patronos y discípulos!
Sin dolo ni jactancia,
humilde, honesta y firmemente,
les diré ahora la verdad.

El Jetsun continuó: "Si alguno decide practicar el dharma aprenderá mucho, pero si puede contemplar la verdad esencial sólo por un momento, esto lo ayudará más. Si se habla mucho, las altas ordenanzas se nublarán por las bajas realizaciones. Si uno no puede estabilizar su mente, todos los actos buenos aparentemente, se tor¬narán en autoengaño; si uno no tiene un gran apego y deseo por este mundo, cualquier forma de dharma que uno practique será nada más que un dharma de labios para afuera. Ciertas gentes estudian budismo por placer, luego, con gran orgullo de su cono¬cimiento, comienzan a perder la fe en los grandes maestros del pasado. Como resultado perderán sus bendiciones. Muchas personas piensan que tienen mucho tiempo para practicar el dharma, pero, sin que lo noten ni lo esperen, llega de pronto la muerte y pierden para siempre la ocasión de practicar. ¿Qué podrán hacer? Uno debe volcar todo su conocimiento budista hacia su interior y me¬ditar. Si uno no progresa en su estudio y en su meditación al mismo tiempo, sino que piensa que primero debe aprender mucho antes de comenzar a practicar estará completamente perdido, porque el conocimiento es infinito y no hay posibilidad de dominarlo total¬mente. También, si uno habla a un monje reverendo, rico en co¬nocimientos budistas, les dirá que en el budismo no hay ni una sola cosa que no sea necesaria. Entonces podrán adquirirse muchos, pero muchos conocimientos, mas no sabrán cuál practicar. Tal vez escojan uno y lo practiquen, pero no ganarán experiencia alguna. Entonces la duda y el escepticismo reptarán en su mente y comen¬zarán a pensar: "¿Deberé intentar con otra práctica? ¿No será otra yoga la que me convenga más?" Así nunca se hace nada. Esto es comparable a un hombre que estudia la planta soma pero olvida los principios básicos y la intención original, como un niño que trajera una flor silvestre en su mano". Milarepa continuó sus advertencias con este canto:

¡Escuchen, patronos fervientes!
Aun los pecadores
que no conocen el gran poder del karma
sueñan con alcanzar la liberación.
La vida se va así, como pasan los días y los años;
sin embargo, la gente emplea su vida
persiguiendo los placeres;
se preguntan: ¿será bueno este mes o este año?
Ciegos a la velocidad con que pasa la vida
hacen los tontos preguntas tontas.

Quien quiera de veras practicar el dharma
debe hacer ofrendas a los santos,
refugiarse en la triple gema,
dar servicio al gurú Jetsun,
respetar a sus padres,
dar limosnas sin esperar recompensa
y ayudar a quien lo necesite;
debe vivir y actuar según los principios del dharma.
No se necesita practicar mucho budismo,
muchas promesas conducen a defraudarse uno mismo.
Queridos patronos, traten de practicar lo que les digo.

"Tus instrucciones son muy útiles y fáciles de entender —dijeron los patronos—; trataremos de seguirlas sin falta. Ahora danos más consejos apropiados a nuestras necesidades". Milarepa respondió: "Tengo muchas enseñanzas que darles, pero sólo si ustedes pueden practicarlas y seguirlas. De otra manera no veo qué estamos ha¬ciendo". "Nosotros practicaremos todo. Por favor enséñanos", le contestaron. "Bien, entonces, éstas son las cosas que deberán hacer, queridos patronos, si deciden seguir mis palabras y cultivar lo fun¬damental".

Recuerden que todo morirá
y que la práctica del dharma
es la única buena forma de vida.
La riqueza mundana es una ilusión;
aunque mucho acumules al final habrás de dejarlo.
Por lo tanto, es mejor que lo des todo en limosnas.

El apego por lo que amamos
puede ser muy profundo, pero al fin y al cabo
debemos dejarlo.
Mejor es, pues, practicar la verdad de no dualidad.

No importa cuan sólidamente esté construidla una casa
al final se derrumbará;
mucho mejor es vivir en la tierra de nadie.
Sea cual fuere el alimento que preservemos
se consumirá con el tiempo;
mucho mejor es almacenar el alimento del dharma.
Los asuntos mundanos no son de fiar,
es mejor renunciar a todos ellos.

Como la charla vana es interminable
es mejor callar la boca.

Instruir es un arte similar a aceitar la piel de otro,
mejor es confiarlo a un gurú eficiente.
La experiencia espiritual se parece
al suave aparecer de la luna entre las nubes;
es mejor practicar incesantemente,
como un arroyo siempre fluente.

Éstas son las diez cosas esenciales
que han aflorado a mi mente.
Ojalá que ustedes, hombres y mujeres patronos de Drin,
ganen buenos progresos en el dharma.

Luego Milarepa les enseñó cómo alcanzar los tres refugios, cómo despertar la mente-bodhi, cómo dedicarse a sí mismos y tomar el voto (bodhisattva). Estas instrucciones los inspiraron grandemente con pensamientos espirituales. Entre los presentes, muchos apren¬dieron a meditar y algunos pocos obtuvieran buenas experiencias.

Ésta es la historia de Drashi Tse.




59 CANTO DE LAS BUENAS COMPAÑÍAS

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun Milarepa estaba en la casa de piedra de Drin, Tsese, Ku Tu y otros patronos vinieron hasta él en busca del dharma. Tsese le dijo: "Por favor, danos alguna ense¬ñanza, budista que sea fácil de entender". Milarepa replicó: "Muy bien, presten oídos y escuchen con atención este canto".

Te ruego, padre gurú, supremo Marpa,
te ruego nos bendigas y traigas a nuestras mentes el dharma.
Queridos patronos, por un momento escuchen
con atención mis palabras.

Los hombres superiores necesitan del dharma;
sin él son como águilas,
que aunque se posen en lo alto tienen poco sentido.

Los hombres comunes necesitan el dharma;
sin él son como tigres,
que aunque poseen mucha fuerza son de poca valía.

Los hombres inferiores tienen necesidad del dharma;
sin él son como asnos de buhonero,
que aunque cargan grandes bultos muy poco les beneficia.

Las mujeres superiores necesitan del dharma;
sin él son como cuadros en una pared,
que aunque luzcan muy bonitas no tienen utilidad.

Las mujeres comunes necesitan del dharma;
sin él son como ratitas,
que aunque listas para conseguir el alimento
sus nidos tienen poca significación.

Las mujeres inferiores necesitan del dharma;
sin él son exactamente como las raposas,
que aunque sean socarronas y astutas
sus actos tienen poca valía.

Los hombres ancianos necesitan del dharma;
sin él son como árboles decadentes;
Las mozas necesitan del dharma,
sin él son como toros empujados;
las mozas necesitan del dharma,
sin él sólo son vacas decorativas;
todos los jóvenes necesitan del dharma,
sin él son como botones reventando en una concha;
los niños necesitan el dharma,
sin él son como ladrones poseídos de demonios.

Sin el dharma, todo mundo pierde sentido y propósito.
Quienes deseen vivir con sentido deben practicar la enseñanza de Buda.

La dama patrona Ku Tu dijo: "Reverendo Jetsun, tienes ahora muchos hijos y discípulos y, sin embargo, aún te gusta vivir como recluso. Debes hallar en ello una vida muy feliz. ¿Tienes buenas compañías que vivan contigo? "Sí que las tengo. Escucha este canto".

Me inclino ante mis padres gurús.

Viviendo como un yogui recluso
tengo veintiún compañeros.
Los gurús, budas patronos y dakinis, son los tres para orar;
los budas, dharmas y sanghas son los tres para refugio;
los sutras, tantras y shastras son los tres para aprender;
los nervios, gotas y alientos son los tres para practicar.
En el sendero eficaz
gozo, no pensamiento e iluminación son los tres para meditar;
piedad, pensamiento puro y compasión
son los tres para el sendero bodhi;
Bha Who, Bha Mo y los guardianes son los tres de la escolta,
gracias a los cuales se derriban los obstáculos.

"Estas cosas son maravillosas —dijo Ku Tu—; pero, ¿te impor¬taría decirnos más sobre ellos utilizando el símil". En respuesta Milarepa cantó:

Les ruego bendecirme, gurús del linaje.

Sentado en el asiento del sol y la luna,
los gurús de la sucesión están sobre mi cabeza;
para describir esto con un símil
diré que son como una sarta de joyas;
bendita y gozosa es mi mente.

Las tres gemas preciosas son mi resguardo,
en su amor siempre estoy protegido;
para describir esto con un símil
diré que es como un bebé consentido
que se alimenta en el regazo de su madre sin temor ni pena;
bendita y gozosa es mi mente.
A mi derecha hay muchos Bha Wos
cuyas bendiciones disipan todos mis obstáculos;
para describir esto con un símil
diré que son como espadas girando sobre mi cabeza
y protegiéndome de toda injuria;
bendita y gozosa es mi mente.

A mi izquierda están muchas dakinis
bendiciéndome con el regalo de los dos cumplimientos;
para describir esto con un símil
diré que son como madres y hermanas bondadosas
que me rodean satisfaciendo todos mis deseos;
bendita y gozosa es mi mente.

Ante mí están los guardianes de la doctrina
que llevan a cabo mis órdenes;
para describir esto con un símil
diré que son como sirvientes obedientes
satisfaciendo mis deseos;
bendita y gozosa es mi mente.

Mi visión de la realidad está perfeccionada
en los tres aspectos,
con esto derrumbo la enseñanza hinayana;
para describir esto con un símil
diré que es como un león sin miedo saltando en la nieve;
bendita y gozosa es mi mente.

Mi práctica de eficiencia y sabiduría
es como las alas poderosas de un águila,
con las cuales me remonto al firmamento
y vuelo a través de los cielos sin temor a caer;
bendita y gozosa es mi mente.

Mi acción está llena de pureza y valor,
están destruidas ambas, distracción y pereza,
para describir esto con un símil
diré que es como un tigre andando majestuosamente
en los bosques sin temor ni asombro;
bendita y gozosa es mi mente.

Habiendo actualizado el trikaya
beneficio gustosamente a las gentes
mediante transformaciones corporales;
para describir esto con un símil
diré que es como un pez dorado que jugara
en el agua sin esfuerzo y con alegría;
bendita y gozosa es mi mente.

Habiendo dominado toda manifestación
canto cancioncillas adecuadas a cada ocasión;
para describir esto con un símil
diré que es como un dragón que vagara
en los cielos sin miedo ni asombro;
bendita y gozosa es mi mente.

Soy el yogui Milarepa que vaga de un lado a otro;
para describir esto con un símil
diré que es como una bestia salvaje que viviera
en las montañas sin temor;
bendita y gozosa es mi mente.

He cantado para ustedes de un modo amable
un canto de cinco parábolas y seis significados;
escuchen con atención, hombres y devas aquí reunidos,
no sean despistados sino observen sus mentes,
traten de alcanzar el estado
de morir sin retornar.
En la luz del dharma
¡les deseo a todos buena suerte!

Todos los que escucharon esto se sintieron satisfechos y compla¬cido:. De allí en adelante hirieron buenos esfuerzos y actos vir¬tuosos. Algunos de los jóvenes fueron aceptados como discípulos sirvientes por el Jetsun, quien los inició en las instrucciones me¬dulares y los mandó a meditar. Algunos llegaron a ser yoguis iluminados.

Ésta es la historia de Tsese, Ku Tu y los patronos de Drin.



60 LA EVIDENCIA DE LA REALIZACIÓN

Reverencia a todos los gurús

Cuando el Jetsun vivía en el castillo del cielo, en el pico de la montaña de la Roca Roja, vinieron desde Drin a visitarle algunos dueños de ovejas. Ellos le dijeron: "Por favor, danos algunas instrucciones que ayuden a nuestras mentes". El Jetsun re¬plicó: "Si quieren recibir el dharma mejor sigan mi ejemplo y ante todo renuncien a las cosas que están contra ello". Ellos pregunta¬ron: "¿Cuáles son esas cosas?" En respuesta Milarepa cantó:

Escúchenme, amigos y patronos:
actos que no tengan sentido, despreocupados,
fingimientos forzados y descuidadas charlas vanas
son tres cosas contrarias al dharma
a las cuales he renunciado.
Es bueno para ustedes hacer lo mismo.

El lugar donde uno se torna pomposo,
el grupo que incita a la disputa,
la posición mantenida por hipocresía
son tres cosas contrarias al dharma
a las cuales he renunciado.
Es bueno para ustedes hacer lo mismo.

El gurú con escaso conocimiento,
el discípulo con poca fe,
el hermano que guarda poca disciplina
son tres cosas contrarias al dharma
a las cuales he renunciado.
Es bueno para ustedes hacer lo mismo.

La esposa que siempre se lamenta,
el hijo que siempre necesita castigo,
el sirviente que siempre fanfarronea
son tres cosas contrarias al dharma
a las cuales he renunciado.
Es bueno para ustedes hacer lo mismo.

Después de escuchar este canto, todos los patronos volvieron a su casa llenos de inspiración y fe.
En otra ocasión Milarepa salió volando desde un alto risco em¬pujado por un fuerte ventarrón y su cuerpo golpeó contra un ár¬bol. Cuando los discípulos se preguntaban preocupados y con apren¬sión si estaría seriamente lastimado, Milarepa apareció mostrándo¬les que no se había hecho ningún daño. Luego cantó:

Desprendido del risco por un fuerte ventarrón,
fui golpeado por un duro árbol
y acongojado con intenso dolor,
pero las dakinis me sanaron.

Otra vez, Milarepa, nuevamente, se cayó de lo alto de un risco. Desde abajo los discípulos vieron lo que sucedía e inmediatamente se lanzaron al sitio para recibir su cuerpo que caía, pero cuando llegaron allí Milarepa ya estaba sentado en su lugar, deshecho en risas. Le preguntaron qué había pasado y en respuesta cantó:

Desplegando las alas de águila de lo no dual
volé a lo alto del risco de la Roca Roja;
caer es caer al fondo de un abismo,
jugar es jugar bromas a mis discípulos,
liberar es liberar del samsara y nirvana,
recibir es recibir el gozo vacío de sí mismo.

Otro día Milarepa estaba nuevamente sentado en el borde de un farallón y una muchacha pasó por allí. Al verlo le gritó: "No te sientes allí, es muy peligroso". Ignorando su preocupación él per¬maneció donde estaba. Luego a sus pies comenzó a temblar la tie¬rra y tiró el risco. Cuando una gran mole de tierra se desprendía, Milarepa hizo el mudra de amenaza y voló lejos. Mientras tanto los discípulos pensaron que seguramente se había hecho algún daño serio y corrieron al lugar de los hechos, pero cuando llegaron lo en¬contraron sentado cantando gustoso esta canción:

Este cuerpo es como una flor;
el diablo trató de derribarlo
de la peligrosa Roca Roja
pero las dakinis lo sostuvieron a salvo;
ningún demonio intentará nuevamente dañarlo

Los discípulos le preguntaron: "¿Cómo es posible, reverendo Jetsun, que puedas caer de un alto risco y golpear un árbol sin da¬ñarte?" Milarepa respondió: "Mi cuerpo se ha formado en el cuerpo de arcoiris y mis klesas (sufrimientos, penas) en la sabi¬duría; habiendo realizado la verdad del no ser, nunca moriré. Desde que dominé los ocho deseos mundanos los cuatro demonios se ha¬llan en desgracia y frustrados. "¿Crees que ya has dominado com¬pletamente los cuatro demonios?", preguntaron ellos. "Sí —replicó él—, pueden ustedes decirlo así. Por lo tanto, durante las trece generaciones siguientes, los seguidores de mi linaje serán inmunes a los ataques de los cuatro demonios".
Un día vino a visitar al Jetsun un yogui tántrico de Weu. Sevan Repa le preguntó: "¿Qué clase de gente lograda puede encontrarse en Weu?". El yogui contestó: "Tenemos yoguis logrados a quienes sirven y proveen de alimento los no hombres". "Según mi nivel —replicó el Jetsun—, éstos no pueden considerarse seres consuma¬dor". Sevan Repa preguntó: "¿Tú, reverendo Jetsun, recibes también ofrendas de los no hombres?" "Sí las recibo de esta manera":

Inacabable como el tesoro
de los cielos, samadhi es mi sirviente;
las dakinis preparan mi alimento y mi bebida,
pero esto no es evidencia de un ser cumplido o consumado.

El yogui arguyó: "Pero en Weu tenemos yoguis que pueden ver a los budas protectores". En respuesta Milarepa cantó:

A quien ve la naturaleza de la mente
y despeja la niebla de la ignorancia
las dakinis muestran sus rostros;
sin embargo, en el reino real
nada hay que sea visto.

Sin empeño deliberado en la no observación
surgen en la mente todos los dharmas y son por si mismos
iluminados, ésta es prédica de todas las dakinis.

La enseñanza profunda sólo puede obtenerse
del propio gurú, de quien todo
cumplimiento supremo y mundano
será alcanzado y todo buen deseo
satisfecho en esta misma vida;
esto es asegurado por todas las dakinis,
pero ni aun todo esto es evidencia
de un ser cumplido o consumado.

El yogui preguntó nuevamente: "¿Con qué símil describes la naturaleza de la mente?". En respuesta Milarepa cantó:

Esta esencia mental que no surge
no puede describirse con metáforas o símbolos;
esta esencia mental que no puede extinguirse
es descrita a menudo por los tontos,
pero quienes la comprenden la explican por sí mismos.
Carente de significado y significante
es un reino más allá de toda palabra y pensamiento.

¡Cuan excelente y maravillosa es la bendición de mi linaje!

Al oír este canto, el yogui se libró de sus malentendidos ante¬riores y fue confirmado con irrevocable fe hacia el Jetsun, quien lo aceptó como discípulo sirviente iniciándolo en las instrucciones. Mediante la práctica llegó finalmente a ser un yogui extraordinario y esclarecido.

Ésta es la historia de la derrota de los cuatro demonios y de la entrevista de Milarepa con el yogui tántrico.



61 LOS MILAGROS Y EL LOGRO FINAL

Reverencia a todos los gurús

Una vez, cuando el Jetsun estaba en Chu Bar, su cuerpo se hizo invisible a ciertas personas. Otras lo veían sentado, in¬móvil y sin comer ningún alimento ni hacer ninguna actividad, pero todos notaron que a veces reía y otras lloraba. Shiwa Aui le dijo: "Ayer no te pude ver, algunos sí, pero te vieron firmemente sentado como en samadhi. ¿Qué hacías allí y por qué primero reías y luego llorabas sin razón aparente?". El Jetsun replicó: "Desde ayer mucha gente ha estado atendiendo mis discursos. Cuando veía su felicidad, reía, cuando veía sus sufrimientos, lloraba". "Por favor, cuéntanos de eso". "Si quieres oír esta historia, debes preparar una mandala como ofrenda".
Así se hizo y después de la ceremonia el Jetsun dije: "Ayer salí a predicar el dharma a todas las criaturas de sentimiento en los seis reinos. Viendo los goces de los devas y de los seres humanos y de aquellos que hacen buenos actos, me reía; pero cuando vi las miserias en los tres reinos inferiores y aquellos que se complacen en actos malignos, lloraba". Shiwa Aui preguntó luego: "Dinos, por favor, ¿cuáles son los goces y miserias que experimentan las criaturas de sentimiento en los seis reinos? Especialmente diño-; cuáles son los placeres que disfrutan los dioses. El Jetsun replicó: "No los fascinen los placeres de los seres celestiales, también ello:. tienen miserias como éstas":

Desvanecidos, en estado de trance,
los Devas de los cuatro cielos sin forma
no pueden distinguir el bien del mal
porque sus mentes están embotadas y tiesas;
insensibles, carecen de sentimientos,
en estupefacción inconciente,
viven muchas kalpas en un segundo;
¡qué lástima que no lo sepan!

Estos pájaros celestiales
no tienen sentido ni valor,
cuando tienen pensamientos viciosos
comienzan de nuevo a caer;
por razón de esta caída los estudiosos, con palabras huecas,
han secado sus bocas dando explicaciones.

En el Cielo de la Forma, los devas
de los cinco reinos altos y bajos pueden
vivir solamente hasta que sus méritos se acaben;
sus virtudes son esencialmente condicionadas
y sus karmas básicamente samsáricos.

Aquellos practicantes del dharma sujetos a deseos mundanos
y aquellos "grandes yoguis" envueltos en quietud
tienen que purificar sus mentes;
grandes pueden ser sus proclamas y vanaglorias
pero las semillas de pensamientos habituales
están profundamente arraigadas en sus mentes;
después de largo tiempo de permanecer dormidos
surgen de nuevo los pensamientos malignos;
cuando sus méritos y fortunas se consumen
ellos vuelven a los reinos bajos una vez más.
Si explicara los horrores de la muerte
de un dios ustedes quedarían desalentados y perplejos.
¡Guarden esto en su memoria y mediten siempre!

Con ánimo triste los discípulos pidieron al Jetsun que les pre¬dicara los sufrimientos de los asuras. En respuesta él cantó:

Ruego a los gurús y a las dakinis,
les ruego bendigan y capaciten a todos
para despertar la mente bodhi.

Grandes son los sufrimientos de los asuras;
extraviados por pensamientos malignos
a todos traen desgracias;
como no conocen su verdadera mente propia
sus actos son un autoengaño,
sus sentimientos, bajos, sus sentidos, brutos,
considerando a todos como sus enemigos,
ni siquiera por un momento pueden ellos conocer la verdad,
malos por naturaleza, difícilmente pueden
soportar una privación,
duro es para ellos fomentar la benevolencia.
Ciegos por el karma de beligerancia,
nunca pueden aceptar un buen consejo.

Una naturaleza maligna: como ésta es causada
por la búsqueda de placeres egoístas
y por el pensar siempre mal de los otros.
Orgullo, favoritismo, vanidad y odio
son las malas fuerzas kármicas
que nos lanzan a un nacimiento inferior
haciendo que sea más fácil cometer actos pecaminosos.

El Karma maduro trae un odio instintivo;
fracasando en distinguir bien de mal,
difícilmente pueden ser ayudados por algún medio.
Recuerden esto en su mente, queridos discípulos,
y mediten con perseverancia mientras vivan.

Shiwa Aui dijo: "Dinos ahora acerca del sufrimiento de los seres humanos". En respuesta Milarepa cantó:

Me inclino a los pies de Marpa, el Jetsun,
el Buda disfrazado de hombre.

Nosotros sus hermanos estamos dotados del poder
de hacer actos buenos o malos;
esto es debido a que nuestro cuerpo
está formado de los seis elementos.

Ustedes, jóvenes Repas, que desean ser grandes eruditos
deben conocer el meollo y la cáscara del budismo,
no sea que el aprender los conduzca a la confusión.

Si no conocen la raíz de la mente
es inútil meditar durante años,
sin sinceridad y buena voluntad
las ricas ofrendas no tienen sentido real,
sin dar ayuda imparcial a todos
es equivocado amparar a nuestro favorito,
si no conocemos el consejo correcto para cada hombre,
la charla obtusa traerá sólo confusión y discordia.

Quien conoce el modo apropiado
para ayudar a los hombres según diversas disposiciones,
puede usar palabras oportunas con fines buenos y útiles,
quien conoce poco de sí mismo
puede dañar a muchos con su ignorancia,
cuando la buena voluntad surge en nuestra mente
piedras, árboles, tierra, todo se torna semilla de virtud;
por otra parte, una persona extremadamente pundonorosa
no sabe cómo relajarse;
un perro glotón no conoce lo que es hambre;
un gurú desvergonzado no sabe qué es miedo;
los hombres ricos son criaturas desgraciadas con dinero,
los hombres pobres son criaturas desgraciadas sin dinero:
con o sin dinero ambos son miserables.
La felicidad, hijos queridos, vendrá
si pueden practicar el dharma.
Recuerden pues mis palabras y practiquen con perseverancia.

"Es muy cierto que así sufren los seres humanos —dijeran los discípulos—. Dinos ahora sobre los sufrimientos en los tres reinos miserables, aunque su sola mención entristezca. Como incentivo a nuestro;; esfuerzos espirituales, te rogamos nos prediques las causas del infierno y sus angustias". En respuesta el Jetsun cantó:

Ruego a los gurús protectores,
les ruego despejen el miedo de los reinos miserables.

Aquellos que por carne y sangre asesinan a seres vivos
serán quemados en los ocho infiernos ardientes, pero si ellos pueden recordar las buenas enseñanzas pronto serán liberados.

Ladrones sin compasión que golpean y matan
comiendo equivocadamente el alimento de otros
mientras se apegan al propio con codicia,
caerán en los ocho infiernos helados;
pese a ello, si no mantienen ideas erróneas contra el dharma
se dice que les llegará el tiempo de la liberación.
Las sagradas escrituras también dicen
que en cualquier momento en que los condenados
pronuncien el nombre de Buda inmediatamente serán liberados.

La repetición de actos pecaminosos significa
preponderancia del vicio y de karma maligno;
los diabólicos aumentados del ansia de placeres
asesinan hasta a sus propios padres y gurús;
de sus tesoros roban las tres gemas,
denigran y acusan falsamente a los inmaculados
y condenan al dharma como falso;
estes malhechores serán quemados
en el infierno que nunca cesa;
lejos de ellos está la liberación.
Esto, hijos míos, seguramente los entristece,
así pues, lancen su corazón dentro del dharma
y dediqúense a la meditación.

Los Repas dijeron: "Con sólo oír estas horribles cosas nos lle¬namos de pavor y tristeza y causa asombro cómo alguien pueda actualmente ir allí. Sin embargo, por el bien de las criaturas de sentimiento te rogamos nos digas algo sobre los sufrimientos de los fantasmas hambrientos". En respuesta, Milarepa cantó:

Me inclino ante todos los gurús.

Les ruego que con su compasión
protejan del miedo
a los moradores del Infierno.

Alimentados con urgencia de matarse a sí mismos
los que están en el infierno no pueden escapar del miedo;
los fantasmas hambrientos, que ven todas las formas como enemigos
corren sucesivamente de un terror a, otro;
bestias salvajes, se pelean y se comen uno a otro.
¿A cuál de ellos podría culparse?
Sus sufrimientos crecen por su mezquindad.
Quien siendo rico no da limosna es como una rata;
regatear comida cuando se tiene abundancia,
no dar ningún bien a los otros sino reprimirlo,
contarlo, almacenarlo, trae descontento noche y día;
al tiempo de la muerte verá cómo su riqueza
ganada con tanto esfuerzo
es disfrutada por otros.
Atrapado en el bardo por la pena de la pérdida
vive la vida de un fantasma hambriento,
debido a sus pensamientos ilusorios sufre hambre y sed,
cuando ve sus bienes disfrutados por otros
se atormenta por la avaricia y el odio; una y otra vez volverá al infierno.

Yo, el gran yogui de fortaleza,
canto ahora para ustedes las desdichas
de los fantasmas hambrientos.
Queridos hijos y discípulos aquí reunidos,
piensen en mis palabras y mediten con perseverancia.

Shiwa Aui pidió luego: "Ahora dinos por favor los sufrimientos de los animales". Entonces Milarepa cantó:

Me inclino ante todos los santos gurús,
ruego que con su compasión
protejan a todos los animales del miedo.

Los animales son ignorantes y oscuros,
los más estúpidos de los hombres encarnan en ellos;
ciegos y esclavos del mal karma,
los ignorantes no conocen la verdad del dharma,
ciegos a ambos, maldad y virtud, rápidamente malgastan su vida;
incapaces de razonar o usar los símbolos,
actúan como autómatas ciegos;
incapaces de distinguir el error de lo correcto,
hacen lo erróneo como maníacos.
Algunas personas dicen que sería bueno ser animal,
ya que ellos no se arrepienten ni se culpan.
¡Cuan tonto es este pensamiento!

Así pues, cualquier estúpido que toma vida encarnará como bestia;
los tontos que no distinguen el bien del mal
y aquellos que se complacen en pensamientos viciosos
encarnarán como brutos comunes.
Es difícil para mí describir sus karmas,
pero piensen en mis palabras y cultiven sus mentes.

Los Repas preguntaron nuevamente: "¿Has predicado el dharma a las criaturas de sentimiento en sólo un lugar o has ido a regiones diferentes en les seis reinos?" "De acuerdo con las diferentes capa¬cidades, karmas y necesidades de las criaturas de sentimiento —re¬plicó el Jetsun—, me manifiesto en diferentes formas en distintos lugares predicando un dharma apropiado a cada uno".
Monjes, discípulos, patronos y asistentes a la asamblea estaban profundamente impresionados con el temor de los grandes sufri¬mientos del samsara y de los reinos inferiores. Con gran aspiración al dharma, todos decidieren renunciar a sus pecados y practicar bue¬nas acciones.
En otra ocasión Milarepa voló a los cielos transformando su cuerpo de uno a muchos para luego volver a ser nuevamente uno. Además predicó diversos dharmas en forma invisible y ejecutó mu¬chos otros milagros.
Cuando Seva Repa vio volar a Milarepa, retuvo su aliento y quiso volar él también, pero todo lo que pudo fue caminar sobre el suelo. Comentando esto Milarepa dijo: "Si uno no ha practicado como yo lo he hecho, venerando a mi gurú, respetando a mis hermanos, renunciando al samsara, compadeciendo a toda criatura de sentimiento y practicando devotamente con gran diligencia, no debe esperar nunca la realización de milagros como éstos, ejecu¬tados en forma fácil y espontánea. Mis hijos discípulos, si aún no han completado estos actos virtuosos en grado suficiente como para alcanzar la causa (de la suprema realización), no deberán nunca esperar obtenerlo en forma fácil". Enseguida cantó:

Si no hay ni el karma ni las condiciones requeridas
uno no debe esperar en esta vida alcanzar el estado búdico,
quien no puede satisfacer a sus discípulos
no puede esperar llegar a ser gurú,
quien no domina su propia mente
no ha de esperar dirigir a otros,
quien no puede mantener la tradición del linaje,
no ha de esperar ni señales ni poderes,
quien no puede practicar diligentemente,
no podrá tener pensamientos positivos para la iluminación.
quien no corte las ataduras de la dualidad,
no debe esperar una infinita compasión,
quien no pueda, por alguna entidad, romper la cadena del apego
no ha de esperar una visión totalmente Ubre,
quien no ha visto la propia mente en desnudez
no ha de esperar contemplar la esencia verdadera,
quien no sabe cómo limpiar impurezas
no ha de esperar experiencias incesantes,
quien no puede destruir el apego interior
no ha de esperar la relajación de los seis sentidos,
quien no es experto en samadhi,
no ha de esperar la gran Omnipresencia,
quien aún tiene que desarraigar esperanzas y miedos
no ha de esperar la obtención del trikaya,
quien no puede observar intachablemente las reglas morales
no debe esperar felicidad inmediata,
quien no ha completado las dos provisiones
no ha de esperar ser un Buda reverenciado,
quien no puede obedecer órdenes
no ha de esperar la popularidad entre los hermanos,
quien aún debe dominar la autoconciencia
no ha de esperar ser libre de fantasmas y devas,
quien aún debe dominar las apariencias
no ha de esperar gobernar los tres lokas,
quien aún tiene que trascender el nivel mundano
no ha de fomentar el pensamiento de ni bien ni mal,
un yogui que dirige un monasterio
no ha de ser negligente en disciplina y virtud,
quien no entiende las etapas de la Experiencia
no ha de intentar probar y revisar las de otros discípulos dotados,
quien no ha practicado plenamente las instrucciones medulares
no ha de esperar ganar la liberación en el bardo,
quien no puede observar los preceptos en perfecto orden
no ha de esperar que sus deseos sean colmados fácilmente,
quien no puede observar bien las reglas samaya
no ha de esperar que las dakinis y los guardianes lo quieran,
quien no ha obtenido la instrucción clave
de la lógica y de tas escrituras sagradas
no debe descuidar las palabras y los símbolos,
quien no posea los cinco poderes milagrosos
no debe hacer predicciones a partir de signos externos,
quien no ha estabilizado la experiencia
nunca debe descuidar el cultivo de su mente.

En otra ocasión el Jetsun, delante de los discípulos y patronos creyentes, se transformó en diferentes cuerpos, con objeto de pre¬dicarles el dharma. Además conjuró a un niño que jugaba con barro junto a cada predicador. En resumen, realizó muchos mi¬lagros en variedad inconcebible. Los discípulos le preguntaron la razón de ello. Él contestó: "Soy un yogui que ve su propia mente, por lo tanto, puedo cambiar y manipular toda manifestación del mundo exterior en cualquier forma que me plazca. También puedo proyectar y multiplicar desde mi mente todos los objetos, trayéndolos a ella nuevamente". Luego cantó:

Me inclino ante todos los gurús.

Cuando mi cuerpo tiene la bendición del gurú
puede hacer muchos milagros y muchas transformaciones.
Cuando mi boca recibe la bendición
del gurú puede entonar cantos líricos,
y dar instrucciones medulares.
Cuando mi mente recibe la bendición
del gurú comprende y es el Buda.

Ni el fuego puede quemarme ni el agua ahogarme;
caminando como un elefante,
actúo y danzo con gran confianza.
Según los diferentes estados mentales,
los creyentes ven mis diferentes formas
y escuchan mis distintas prédicas;
mediante esto ellos ganarán la liberación;
pero los hombres impuros con karmas malignos
no pueden ni ver mi cuerpo.
Ellos tienen que sufrir por sus pecados;
ni aun Buda podría ayudarlos.

Queridos hijos, traten de practicar el dharma con diligencia.
Yo podría hablar indefinidamente,
pero, ¿qué mejor advertencia podría darles?

¡Piedad para todos los pecadores!
Viéndolos privados de la ocasión de liberarse
y soportando todos los sufrimientos,
mi corazón se entristece y perturba.
Oh amigos, practiquemos firmemente nuestra devoción.
Olvidemos las cosas mundanas para prepararnos
para la vida futura

Al oír este canto, todos los hijos discípulos se sintieron inspirados.
Así, el Jetsun Milarepa impulsó el resurgimiento de la religión budista en el Tíbet, trayendo la felicidad temporal y final a las cria¬turas de sentimiento. Habiendo unido las formas y la mente, y con¬solidado el samadhi principal con los subsiguientes el gran maestro yogui Milarepa benefició a las criaturas de sentimiento mediante sus poderes milagrosos y sus melodiosas canciones. Estos cantos fueron apreciados, recordados y conservados en escritos por sus discípulos hijos del corazón. La mayor parte de los cantos de Milarepa, bien conocidos del mundo humano, están recopilados en este volumen. Es conveniente detenernos aquí, pues reunir sus innumerables cantos es tarea más allá de nuestro alcance.
Ésta es la historia de Milarepa realizando milagros para inspirar a sus discípulos y es el fin de la última serie del Mila Grubum.
En los capítulos precedentes se narran con todo detalle tres gru¬pos de historias que sirven como buen resumen de las ocho acciones del Jetsun Milarepa, gracias a las cuales propagó la transmisión práctica en el Tíbet y bendijo a las criaturas de sentimiento.

COLOFÓN

Sobre sus dos poderosas alas
de sabiduría y eficiencia
veló al cielo del Supremo
Cumplimiento con mente
inestimable y pura como el cielo.

Él fue el Señor Jetsun Mila,
quien en el drama de la totalidad
danzó y cantó con alegría.
Con mente firme como el diamante
elevó la bandera de los dos poderes.
¡A Él, el vajra inmutable de riente voz,
que supo abarcar tierra y cielo,
ofrezco homenaje sincero!

Con sólo leer su historia uno progresa,
al escuchar su nombre, se libera uno de sus penas.
Esta vez será otorgado el poder de
realizar el estado búdico a quienes lo recuerden.
Él es la joya mágica, el infalible guardián del tesoro,
el gran mago, un descendiente de un bravo linaje.

Cualquier hombre con sentido que lea estas historias
será inspirado con el deseo de seguirle;
quienes lean, escuchen, piensen y palpen
este libro ganarán un gran beneficio.
Con esto en mente (la propagación del dharma)
el creyente Chueji Tangtse ha arreglado los cuatro cuadros de madera
para la primera publicación de este libro;
que por estos méritos toda criatura viviente
siga a Milarepa mientras llega al estado búdico,
que todo aquel que encuentre este libro por siempre nazca
en una estirpe del vehículo supremo,
que todos encuentren un gurú perfecto,
confíen en él y lo estimen como a sus propios ojos,
tal como lo hizo Milarepa en su vida.

(Que por el mérito de publicar este libro)
cualquier escuela, sutra o tantra,
escritura o devoción, prospere y se esparza;
que los líderes religiosos, doquiera que estén, tengan larga vida;
que los predicadores de todas las sectas estén de acuerdo
los unos con los otros a la luz del dharma;
que todos los patronos budistas tengan prosperidad y poder;
que todos los hombres completen sus trabajos preparatorios
Y entren pronto al supremo sendero vajrayana;
que en el palacio dual de las dakinis
ellos se tornen pronto en Budas de las diez perfecciones.

A petición del practicante benévolo, yo, el monje Jhambar Rolbi Lhdroe, he escrito estos deseos propiciatorios.
Que todos nuestros buenos votos, temporales o eternos, sean sa¬tisfechos.

GLOSARIO

Conciencia Alaya-Concienria almacenada. La función de esta concien¬cia es preservar la semilla de las expresiones mentales. Gracias a esta conciencia son posibles la memoria y el aprendizaje. Sencilla¬mente hablando puede considerársele la "conciencia primordial"' o la "conciencia universal".
Bardo. El estado inmediatamente intermedio entre muerte y nacimiento.
Bodhi. Budeidad o estado búdico o lo relativo a esto.
Mente-Bodhi (sánscrito: bodhicitta). Aspiración al estado búdico; de¬terminación de practicar actos virtuosos que conduzcan a la budei¬dad. La iluminación alcanzada dentro de la realidad inmanente; voto de la gran compasión para servir, beneficiar y liberar a todas las criaturas de sentimiento.
Bodhisattva. Hombre que ha hecho el voto de alcanzar la iluminación para salvar a tedas las criaturas de sentimiento: hombre que lucha por la budeidad y por la realización de actos altruistas: un ser ilu¬minado seguidor del budismo mahayana.
Dakinis. Diosas o deidades femeninas.
Deva. Término general usado para designar dioses, ángeles o seres ce¬lestiales.
Dharma. Término que encierra dos usos principales: 1) significa ob¬jeto, materia o cosa; 2) significa enseñanza y doctrina del budismo, es decir, verdad y ley religiosas.
Dharmadhatu. Verdad última, totalidad o reino de la realidad última.
Dharmakaya. "Cuerpo de la Verdad" o el "Cuerpo" real de Buda que es sin forma, omnipresente, último y sin embargo vacío.
Dhyana. Equivalente a samadhi, que de acuerdo con las versiones bu¬distas significa grupo de estados puros de concentración.
Fuego de Dumo. Calor "místico" producido en el centro umbilical mediante la práctica de la yoga del calor.
Ocho Vientos u Ocho Dharmas Mundanos. Término metafórico que determina "vientos" o influencias que avivan deseos y pasiones: ga¬nar, perder; difamar, elogiar; orgullo, ridículo; pena, alegría.
Experiencia y realización. El término formal denota las experiencias yoguis, visiones internas y entendimientos previos a la iluminación; la última significa la realización real y verdadera. La semejanza entre ambas frecuentemente confunde al yogui impidiéndole la ver¬dadera realización al considerar que la experiencia es realización.
Fundamento, sendero y fruto. El fundamento es la naturaleza inma¬nente de Buda, el sendero es la acción o práctica que conduce hacia el desarrollo de la naturaleza búdica, el fruto es su realización.
Jetsun. El Reverendo (título).
Klesas. Deseos e impulsos mundanos que causan el vagar en el samsara. Entre ellos hay tres principales: lujuria, odio e ignorancia.
Mahamudra. La enseñanza más importante del tantrismo tibetano. Me¬diante ella une es conducido a la realización del Dharma-kaya; ins¬trucción verbal práctica sobre la forma de meditar en el vacío.
Mandala. Círculo o centro. Diseño pictórico extremadamente complejo que simboliza el mundo fenoménico de los budas tántricos.
Nhamdog. Pensamientos perturbadores y vagos que se presentan du¬rante la meditación; pensamientos equivocados c incontrolables; con¬ceptos y juicios errados.
Nirmanakaya. Cuerpo de la transformación o encarnación de un Buda.
Paramitas. Actos espirituales de un bodhisattva que conducen a la ilu¬minación.
Prajna. Sabiduría trascendental o visión supramundana interior que conduce a la realidad.
Prana. Tiene varios significados: aire, respiración, energía, viento y vitalidad. Yóguicamente hablando, prana es la vitalidad en el cuerpo físico que debe ser domada y amaestrada de modo que se alcance la total transformación de la mente y la energía.
Prana-Mente. De acuerdo con el tantrismo tibetano, prana y mente son las dos caras de una misma entidad. Estos nunca deberán ser tratados como dos cosas separadas. Si la mente de uno es discipli¬nada, transformada, extendida, afilada, iluminada. . . así también es el prana. Prana es la fuerza vital que da nacimiento a todas las mani¬festaciones.
Sarnadhi. Estado puro de concentración.
Samsara. Rueda de la vida y la muerte. Migración a través de varios nacimientos. Doctrina de la reencarnación.
Sunyata. Vacuidad. Aquello que niega los puntos de vista basados en el ser o no ser. Doctrina que sostiene que todo acontecer carece de naturaleza propia, de entidad o sustancia: todo fenómeno es ilu¬sorio y no tiene existencia verdadera; totalidad donde todo está in¬cluido y visto por una mente iluminada.
Tantra. Escrituras sagradas del tantrismo.
Tantrismo. Doctrina y enseñanza del Tantrayana o Vijrayana. Escuela del budismo mahayana "esotérico".
Tres Canales Principales o Nadis. Tres canales "nervioso-místicos" a través de los cuales se obtiene todo peder y conocimiento supra-mundano. A través del canal central se rCantos de Milarepaealiza el dharmakaya y a través del derecho y del izquierdo el sambhogakaya y el nirmanakaya, respectivamente.
Los tres preciosos o Las tres gemas (sánscrito, triratna). El Buda, el Iluminado, el dharma. Enseñanzas y sangha. Los sabios más adelan¬tados o iluminados.
Dos Verdades. La verdad relativa y la verdad final.
Transmisión susurrada. Escuela ghagyuba de budismo tibetano, fundada por Marpa y Milarepa.

(Tomo II), volumen 28 de la Serie Esoterismo y Realidad, se terminó de imprimir en septiembre de 1986